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HISTORIA DE UNA GORDA

1993

CONCLUSIÓN

La rendición de la Gorda ante la técnica

era la necesidad metafísica

de no entregarse al abandono.

Ella buscó una esperanza sublime

para despejar la Grasa de sus costados.

La Gordura es una tradición

que no permite identificase al valor intenso

de la corriente interna

de no ser nadie…

una Criatura simple expuesta a la exhortación del consenso.

Por suerte

apareció aquel Señor

quien besara sus labios por pura curiosidad

sugerencia de renunciar a la riqueza opípara del instante

para darse el pequeño lujo de intimar

con los movimientos perfectísimos del agua marina.

Palpa la costa

una y una última vez

la besa

se pierde

se vuelve ella.

INCENDIO EN PUERTO VIEJO

es fría la edad de los mamíferos

de templada temperatura irreconocible cuánto

que nadie adivina

que nadie

de repente mis manos

los dedos

los pies

mis dedos

se complican en una suma que debo hacer

pero no quiero escribir el resultado

la edad de mi razón

o una razón para no tener edad

Da mucho miedo

que miento

de prisa, de prisa

he de robarte el secreto

para meter en mis cuentos algo que quise hacer y no hice

me colmo de tu cabello nuevo

que huele como nostalgia al futuro

por las cosas que apuramos repetir

como si el tiempo fuera el coro de una balada con una sola estrofa

antes de dormir

se debe hacer el amor

unas mil ciento veintisiete veces

sino no vale

con lo que fuera y como fuere

para hacer del cuerpo figurines danzando

elvándose como retazos danzando

como jirones de tocuyo al viento

elevándose

un día o menos de la mitad

ya estamos artereoescleróticos

las falanginas inclinadas a la artritis

las palmas de mis manos parecieran José

observando a sus hermanos implorarle

como en sueños andados sin desquiciarme todavía

como perra, pelada, para nadie y sin palabra

te he visto sin edad

sin miedo

te he visto oscuro

oscuro y relucías como el hierro de la arena

como un ángulo marino con ojos marinos

con todo el líquido espumante del mar

la edad de los hombres sin tierra quema

puedes saber cuánto si la tocas.

AL CAMAL

Me pregunto si me abrirás

utilizando un cuchillo de camal

como un trofeo

herida estoy

toro salvaje al fin

sobre la lona nada se hace

reviéntame el ojo, las cejas, el labio

mientras meces mi cara con tu puño

me acuerdo de ti, rival

de tus rodeos

veo mi cuerpo balanceándose

apenas levanto las piernas

frunces el ceño

me das con los hombros

bailando fugazmente hasta partirme

TEMIENDO

que el juego de estar sola

me gustara demasiado

jugué

a bifurcarme de otra rareza

a caminar detrás

a redimir culpas prestadas

a desaparecerme

(cual llama de juglar en su garganta)

en el gigantismo prometedor

de una maraña multimedia.

Belleza artificial

y el juego me aburrió tanto

que a pesar del

m

i

e

d

o

me fui un día a un rinconcito

del sobrevivir pintoresco salvaje del mar

y le agradecí a Dios

La justicia

El juego más lindo de jugar

a abandonarse a la libertad del centro.

ESTA NOCHE TENGO MIEDO

aparecen esas obligatorias búsquedas en el pasado

inmensa

exploto de infelicidad y desasosiego

Te veo

como cielo océano

prolongándose bajo mi tierra

Me acurruco en la leyenda de los soles

por esta necesidad genuina

de no enfadar a los dioses

con un nuevo intento de subversión

Ya no soy Xolotl

Me atraparás de nuevo

No acarrearé transgresión

Ya no sufrirás con mi edad

si dices que por ser hembra

soy como la luna que cayó en cenizas

y se quemó menos

(por eso brillo menos)

Antología poética de Julia Wong (1993-2019)

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