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LOS ÚLTIMOS BLUES DE BUDDHA

2002

LA PARTIDA

Veo a ese hombre grande

por primera vez fuera de mí,

allí está

tomándose un trago

para soportar la despedida

escuchando canciones

de una mujer negra

para no sentir la blancura del dolor

como el hielo

uno frente al otro

un hombre tan largo

como un camino enredado

y arenoso hasta la India

y yo puro dolor y esperanza

POSDATA

De madrugada

las palabras aparecen

como ráfagas de

televisor prendido.

Este acto de apretarse el

pecho a las 3:30

y ver correr la leche en el inodoro

duele

mi pecho tierno y amante

está guardando calenturas indecentes

me duele, Gabriella, me duele

y yo sé

Gabriela,

yo sé

que tú duermes dulce y en paz

y sueñas que yo

guardo la leche en tarros brillantes.

ARNERO

I

No me escuches, sino quieres

mis pensamientos pesan más que la lluvia

por eso me gané el silencio.

¡Qué haremos con las mujeres!

si son tantas, ay, si son tontas.

Como gruesa de lápices

amarrada con cintas brillantes

así somos las mujeres

así somos las mujeres chinas.

Yo crucé Pekin en bicicleta

saludé al verdulero en la carreta

sus ansias sus silbidos

su risa chefa.

Mirádme bien la cara

que yo soy no tan igual, no tan igual.

Los vestidos usualmente de

chalís barato

de tul picado por polillas de verano

no son mis vestidos.

A mí me afectó la moda Beat

las narices argentinas

yo nací en Perú

y me arrepiento un poco

de haberme quedado asustada con los

urinarios de Chengdú.

Como ramos de claveles raquíticos

teñidos con añil

así somos las mujeres

así somos las mujeres chinas.

Pero me inflé con choclo blanco

los patriarcas son como moscas

disecadas en los libros

porque yo no quiero ser igual

no tal igual

Pero si ese famoso oriental

dueño de las chacras del valle

me toca con sus manos callosas

me domina.

Ay, ¡sí! me domina.

II

Su perfil es como un

bambú quieto.

Una mujer más que se repite.

Porque hay que entender chino,

para saber porqué las rayas del tigre

están pintadas por hombres ricos.

Todas somos como piedritas

que se han ido humedeciendo

en la arena.

Solo algunas brillarán

solo algunas

Escogerán los labios gruesos de

buena raza

para que no se marchite pronto la flor.

Espero al príncipe

que venga gorgojeando desde Tingo María

animalito hechido de

la cordillera azul

y haga de esta mujer chica

la única, la osa mayor.

MAÍZ DULCE

En la mesa

los tamales grandes

huelen a compromiso

mi suegra envidia

mi delgadez casi asesina

mi suegra no soportaría conocer

que yo he podido amar a más de un hombre

oldtown woman

demasiado buena para ser verdad

no quiero morir

con el mismo sabor

de dolor peruano en mi pecho.

El maíz era más dulce

en las alturas de Michoacán

y en el sur celeste de Tailandia

QUIERO

(poema de colores)

Quiero ser como tú

pómulos de palomar delgado, ocre

Reposar en tu costado más enjuto

y renovar la vida con incoherencias

Mi pequeña voz amarilla

es una herramienta poderosa

si tocas mis labios

romperé tus alas negras

Oh, no te vayas

hasta que no me vuelva

para ti como un beso rojo

Como un beso rojo

habitado por el deseo

de ser color adobe, como tú.

DOMINGOS

Hay días que caen

como piedras soleadas

en un pozo de agua enturbiada

mi niñez vuelve

como un círculo plateado

mastico cancha sin miedo

y recuerdo

a los duendes burlones

en los árboles de ciruela

Los fantasmas se van

Oh, sí. Mi casa estaba llena de transgresores

del infierno

pero también

de alados bienhechores

no sé porqué

sufrieron tantas almas

bajo este techo

pero tan bien curadas

con ramas de eucalipto

Han pasado treinta años

desde que mi madre

hacía maicena

de naranja para el postre

Ahora mi hija y yo

nos abrazamos tímidamente

en el mismo comedor.

LA TERCERA ESPOSA DE MI PADRE

Amo a este hombre

y también amo a esta mujer

ella es la nueva mujer de mi padre

Él es él.

El dinero sigue siendo una cuestión importante

en nuestra familia

oh dinero!

Es el comprador del amor y la contradicción

comprador de buenas clases de té

y de ropas bonitas.

Cuando esta mujer cuenta sus harapos,

ella tiene solamente un par de pantalones

y dos chaquetas,

una pequeña caja de cartón con ropa interior,

pero en su corazón está todo el dolor,

que ella esparce, como su respiración

alrededor de la cocina

para mantener vivo a mi padre,

pero ella nunca le ha besado,

pero ella nunca le dejará atrás.

ROCK EN ZACATECAS

(Me aprenderé tu nombre)

prueba del jacarandá que

lloró cuando volteaste

son mis hombros mojados de morado

(me dormiré en la palma de tus manos)

prueba del río que se secara son mis mejillas gastadas con rocío.

(me deslizaré como araña detrás de tus oídos)

prueba del pecho que se me destapaba

cuando te envolví en mis brazos

ennegrecidos por los vientos de la pascua

es este hueco grande como un pozo

excavado en mi estómago vacío

(me incrustaré a ti como hierro en lomo de res)

prueba que vivo y sueño deseando tus latidos

es este absurdo intento de evitar tu olvido

(me meteré en tu almohada como criminal

sediento de crimen).

CIELO NEGRO COMO MI LLANTO

Hay crepúsculos desgarradores

terriblemente abiertos por la duda

de una noche más oscura que la sed.

Hay discursos repetidos

con intenciones de brea

colgando como péndulo maligno.

Hay ángeles cubiertos de alquitrán,

pistas húmedas, reescritas

sobre cruces mal lavadas.

Hay hambres voraces con dedos

tiñendo el cielo negro

negro como mi llanto.

NIÑA ESPANTAPÁJAROS

No quieres salir de esa piscina,

de mayólicas acribilladas

No quieres que vean el color

de las sábanas

No quieres que se note la grieta

del talón derecho

sí, el de Aquiles

ese rincón del abandono

No quieres que te vean el cuello

engordado

no quieres que cuenten

los puntos blancos en el muslo

las torpezas de una mal habida

elección

esos años desperdiciados

sin leer buenos libros

No vas a sonreír

cuando algún forastero

cuente que te vio

besando al aire en el bosque helado

No hay sangre que disculpe

tu anatomía no ocupada

no hay cruz que ayude a ignorar

tantos temores

pruebas ser hombre

te vistes de frac

y fumas como anciano aguardando

la tarde

te importan asuntos prohibidos

nadas como una mariposa

pero en las noches

lloras otra vez para que alguien

se pose en tus claveles

humedecidos por el crepúsculo robusto.

En el norte del Perú

hay unos hechiceros que lograrían

erradicar el deseo de tu sombrero.

Pero seguirás mintiendo

que el sombrero te guarda

de calores inquietantes.

Antología poética de Julia Wong (1993-2019)

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