Читать книгу Antología poética de Julia Wong (1993-2019) - Julia Wong - Страница 4
ОглавлениеLOS ÚLTIMOS BLUES DE BUDDHA
2002
LA PARTIDA
Veo a ese hombre grande
por primera vez fuera de mí,
allí está
tomándose un trago
para soportar la despedida
escuchando canciones
de una mujer negra
para no sentir la blancura del dolor
como el hielo
uno frente al otro
un hombre tan largo
como un camino enredado
y arenoso hasta la India
y yo puro dolor y esperanza
POSDATA
De madrugada
las palabras aparecen
como ráfagas de
televisor prendido.
Este acto de apretarse el
pecho a las 3:30
y ver correr la leche en el inodoro
duele
mi pecho tierno y amante
está guardando calenturas indecentes
me duele, Gabriella, me duele
y yo sé
Gabriela,
yo sé
que tú duermes dulce y en paz
y sueñas que yo
guardo la leche en tarros brillantes.
ARNERO
I
No me escuches, sino quieres
mis pensamientos pesan más que la lluvia
por eso me gané el silencio.
¡Qué haremos con las mujeres!
si son tantas, ay, si son tontas.
Como gruesa de lápices
amarrada con cintas brillantes
así somos las mujeres
así somos las mujeres chinas.
Yo crucé Pekin en bicicleta
saludé al verdulero en la carreta
sus ansias sus silbidos
su risa chefa.
Mirádme bien la cara
que yo soy no tan igual, no tan igual.
Los vestidos usualmente de
chalís barato
de tul picado por polillas de verano
no son mis vestidos.
A mí me afectó la moda Beat
las narices argentinas
yo nací en Perú
y me arrepiento un poco
de haberme quedado asustada con los
urinarios de Chengdú.
Como ramos de claveles raquíticos
teñidos con añil
así somos las mujeres
así somos las mujeres chinas.
Pero me inflé con choclo blanco
los patriarcas son como moscas
disecadas en los libros
porque yo no quiero ser igual
no tal igual
Pero si ese famoso oriental
dueño de las chacras del valle
me toca con sus manos callosas
me domina.
Ay, ¡sí! me domina.
II
Su perfil es como un
bambú quieto.
Una mujer más que se repite.
Porque hay que entender chino,
para saber porqué las rayas del tigre
están pintadas por hombres ricos.
Todas somos como piedritas
que se han ido humedeciendo
en la arena.
Solo algunas brillarán
solo algunas
Escogerán los labios gruesos de
buena raza
para que no se marchite pronto la flor.
Espero al príncipe
que venga gorgojeando desde Tingo María
animalito hechido de
la cordillera azul
y haga de esta mujer chica
la única, la osa mayor.
MAÍZ DULCE
En la mesa
los tamales grandes
huelen a compromiso
mi suegra envidia
mi delgadez casi asesina
mi suegra no soportaría conocer
que yo he podido amar a más de un hombre
oldtown woman
demasiado buena para ser verdad
no quiero morir
con el mismo sabor
de dolor peruano en mi pecho.
El maíz era más dulce
en las alturas de Michoacán
y en el sur celeste de Tailandia
QUIERO
(poema de colores)
Quiero ser como tú
pómulos de palomar delgado, ocre
Reposar en tu costado más enjuto
y renovar la vida con incoherencias
Mi pequeña voz amarilla
es una herramienta poderosa
si tocas mis labios
romperé tus alas negras
Oh, no te vayas
hasta que no me vuelva
para ti como un beso rojo
Como un beso rojo
habitado por el deseo
de ser color adobe, como tú.
DOMINGOS
Hay días que caen
como piedras soleadas
en un pozo de agua enturbiada
mi niñez vuelve
como un círculo plateado
mastico cancha sin miedo
y recuerdo
a los duendes burlones
en los árboles de ciruela
Los fantasmas se van
Oh, sí. Mi casa estaba llena de transgresores
del infierno
pero también
de alados bienhechores
no sé porqué
sufrieron tantas almas
bajo este techo
pero tan bien curadas
con ramas de eucalipto
Han pasado treinta años
desde que mi madre
hacía maicena
de naranja para el postre
Ahora mi hija y yo
nos abrazamos tímidamente
en el mismo comedor.
LA TERCERA ESPOSA DE MI PADRE
Amo a este hombre
y también amo a esta mujer
ella es la nueva mujer de mi padre
Él es él.
El dinero sigue siendo una cuestión importante
en nuestra familia
oh dinero!
Es el comprador del amor y la contradicción
comprador de buenas clases de té
y de ropas bonitas.
Cuando esta mujer cuenta sus harapos,
ella tiene solamente un par de pantalones
y dos chaquetas,
una pequeña caja de cartón con ropa interior,
pero en su corazón está todo el dolor,
que ella esparce, como su respiración
alrededor de la cocina
para mantener vivo a mi padre,
pero ella nunca le ha besado,
pero ella nunca le dejará atrás.
ROCK EN ZACATECAS
(Me aprenderé tu nombre)
prueba del jacarandá que
lloró cuando volteaste
son mis hombros mojados de morado
(me dormiré en la palma de tus manos)
prueba del río que se secara son mis mejillas gastadas con rocío.
(me deslizaré como araña detrás de tus oídos)
prueba del pecho que se me destapaba
cuando te envolví en mis brazos
ennegrecidos por los vientos de la pascua
es este hueco grande como un pozo
excavado en mi estómago vacío
(me incrustaré a ti como hierro en lomo de res)
prueba que vivo y sueño deseando tus latidos
es este absurdo intento de evitar tu olvido
(me meteré en tu almohada como criminal
sediento de crimen).
CIELO NEGRO COMO MI LLANTO
Hay crepúsculos desgarradores
terriblemente abiertos por la duda
de una noche más oscura que la sed.
Hay discursos repetidos
con intenciones de brea
colgando como péndulo maligno.
Hay ángeles cubiertos de alquitrán,
pistas húmedas, reescritas
sobre cruces mal lavadas.
Hay hambres voraces con dedos
tiñendo el cielo negro
negro como mi llanto.
NIÑA ESPANTAPÁJAROS
No quieres salir de esa piscina,
de mayólicas acribilladas
No quieres que vean el color
de las sábanas
No quieres que se note la grieta
del talón derecho
sí, el de Aquiles
ese rincón del abandono
No quieres que te vean el cuello
engordado
no quieres que cuenten
los puntos blancos en el muslo
las torpezas de una mal habida
elección
esos años desperdiciados
sin leer buenos libros
No vas a sonreír
cuando algún forastero
cuente que te vio
besando al aire en el bosque helado
No hay sangre que disculpe
tu anatomía no ocupada
no hay cruz que ayude a ignorar
tantos temores
pruebas ser hombre
te vistes de frac
y fumas como anciano aguardando
la tarde
te importan asuntos prohibidos
nadas como una mariposa
pero en las noches
lloras otra vez para que alguien
se pose en tus claveles
humedecidos por el crepúsculo robusto.
En el norte del Perú
hay unos hechiceros que lograrían
erradicar el deseo de tu sombrero.
Pero seguirás mintiendo
que el sombrero te guarda
de calores inquietantes.