Читать книгу Las disciplinas de un hombre piadoso - Kent Hughes - Страница 9

1

Оглавление

DISCIPLINA PARA LA SANTIDAD

En CIERTA OCASIÓN, al comienzo del verano, antes de entrar al séptimo grado de la escuela básica, mientras transitaba por un campo de béisbol, utilicé una raqueta de tenis por primera vez ...iy quedé prendado! No transcurrió mucho tiempo antes que, a mis diez años de edad, me convirtiera en un holgazán, solo pendiente del tenis. Mi pasión por este deporte se volvió tan intensa que al tener una pelota de tenis en mis manos mi primer impulso era acercármela a la nariz para olerla. El aspirar la fragancia a goma al abrir una lata de pelotas nuevas se convirtió para mí en algo embriagador. El golpe tras golpe a la pelota y el persistente sonido de una pelota suavemente golpeada, especialmente en la quietud de los primeros momentos de la mañana, era algo grato. Mis recuerdos de ese verano y del siguiente, son los de canchas de tenis negras bajo un sol abrasador; de pies irritados; de sudor salobre; de largos tragos de deliciosa agua tibia tomados de una lata de pelotas vacía; de las breves sombras del mediodía dirigiéndose hacia el este seguidas de las luces de la cancha, y de los siempre presentes y horripilantes murciélagos nocturnos bombardeando en picada nuestros voleos altos y tendidos de la pelota de tenis.

Ese otoño decidí convertirme en un jugador de tenis y gasté todos mis ahorros secretamente atesorados en una de esas antiguas raquetas de tenis Davis Imperial hermosamente enchapadas, un tesoro con el que hasta dormía. iY vaya si era disciplinado! Jugaba todos los días después de regresar del colegio (salvo durante la temporada de baloncesto) y todos los fines de semana. Cuando llegaba la primavera iba en mi bicicleta a la cancha donde practicaba el equipo de la escuela secundaria local a impacientemente los veía jugar hasta que finalmente accedían a dejarme jugar con ellos. Las dos vacaciones de verano siguientes tome clases de tenis, participé en algunos torneos y practicaba de seis a ocho horas diarias, regresando a casa solo después que apagaban las luces.

Y me volví un buen jugador, tan bueno en realidad, que a los doce y medio años de edad, siendo estudiante de primer año de secundaria y pesando unos cincuenta y cinco kilos, ya era acompañante del equipo de tenis de mi colegio californiano de tres mil estudiantes.

Pero no solo jugaba bien, sino que también aprendí que la disciplina personal era la clave indispensable para lograr cualquier cosa en esta vida. Desde entonces comprendí que en la disciplina está la clave de lo que llamamos genio.

EJEMPLOS

Los que han visto jugar a Mike Singletary, (el eterno campeón de la liga profesional de fútbol americano, ganador en dos oportunidades del premio como Mejor Jugador Defensivo del Año, y que es miembro de los Cachorros de Chicago, Equipo Campeón del XXV Super Bowl) y han observado la intensidad que hay en sus ojos abiertos al máximo, así como sus lanzamientos violentos y demoledores, por lo general se muestran sorprendidos cuando lo conocen personalmente. Mike no es un gigantón imponente. Mide escasamente un metro ochenta y pesa, quizás unos cien kilos. ¿De dónde viene su grandeza? De su disciplina. Mike Singletary es un estudiante disciplinado del juego, tan bueno como el mejor que haya existido jamás. En su biografía, Calling the Shots [Decidiendo to que ocurrirá], el dice que al ver videos de fútbol observa una misma jugada de cincuenta a sesenta veces, y que le toma tres horas ver la mitad de un juego de fútbol ique tiene solo de veinte a treinta cogidas de balón!1 Porque observa a cada jugador; porque mentalmente sabe qué hará el contrario, tomando en cuenta todos sus movimientos y el tiempo que queda de juego; porque lee la mente del contrario por su postura, Mike por lo general se dirige hacia el destino previamente trazado antes que el juego se desarrolle. El legendario éxito de Mike Singletary es un testimonio de su admirable vida disciplinada.

Estamos acostumbrados a pensar que Ernesto Hemingway era un borracho a indisciplinado genial que consumió una botella de whisky diariamente durante los últimos veinte años de existencia, pero no obstante la muse de la inspiración estaba con él. Hemingway era realmente un alcohólico impulsado por pasiones complejas.2 Pero cuando se trataba de escribir, iera la quintaesencia de la disciplina! Sus primeros escritos se caracterizaron por un obsesivo perfeccionismo literario, esforzándose por desarrollar un estilo propio, dedicando largas horas a pulir una oración o buscando la mot juste, la palabra precisa. Es bien sabido que Hemingway escribió diecisiete veces el final de su novela Adiós a las armas, tratando de que fuera perfecto. Esto es característico de los grandes escritores. Dylan Thomas hizo más de doscientas versiones a mano (!) de su poema Fern Hill (Colina de helechos).3 Y Hemingway, aun al final de sus días, cuando cosechaba los estragos del estilo de vida que había llevado, mientras escribía en su Finca Vigía, de Cuba, se paraba diariamente frente a un destartalado escritorio, calzado con mocasines que le quedaban grandes, sobre loses amarillentas de arcilla, desde las seis y media de la mañana hasta mediodía, anotando cuidadosamente su producción del día sobre una tabla. Su producción diaria promedio era de apenas dos paginas; es decir, unas quinientas palabras.4 Fue la disciplina, la sólida disciplina literaria de Ernesto Hemingway, lo que transformó la manera de expresarse de sus compatriotas norteamericanos y de todo el mundo angloparlante.

La multitud de bocetos de Miguel Ángel, de Leonardo de Vencí y del Tintoreto, la disciplina cualitativa de su trabajo, prepararon el camino pare la calidad universal de sus obras. Nos maravillamos de la perfección anatómica de las pinturas de Leonardo, pero nos olvidamos que él en una ocasión dibujó un millar de manos.5 Y en el siglo pasado, Matisse, al referirse a su destreza con el pincel, dijo que la dificultad de muchos que deseaban ser pintores es que pasaban la mayor parte del tiempo persiguiendo a las modelos en vez de estar pintándolas.6 ¡De nuevo el factor disciplina!

En este siglo se ha proclamado a Winston Churchill, con justicia, el mejor orador contemporáneo, y pocos que hayan escuchado sus elocuentes discursos opinarían lo contrario.Y aun menos sospecharían que él era todo, menos alguien particularmente “dotado”. Más lo cierto es que Churchill tenía un ceceo confuso que lo hacía blanco de muchas bromas, que dio como resultado su incapacidad de ser espontáneo al hablar en público. No obstante, se hizo famoso por sus discursos y por sus aparentes comentarios improvisados.

iLa verdad es que Churchill lo escribía todo y luego practicaba lo que iba a decir! Hasta hacia una coreografía de las pausas y fingía torpezas para buscar después la frase adecuada. Los márgenes de sus manuscritos contenían notas anticipando los “iviva!”, “¡muy bien!’’, “iviva! prolongado” y hasta “ovación de pie”. Después de haber hecho esto, se paraba frente al espejo y practicaba interminablemente, ensayando sus respuestas y sus expresiones faciales. F. E. Smith dijo: “Winston ha pasado los mejores años de su vida escribiendo discursos improvisados.”’

¿Fue Churchill alguien particularmente dotado? Puede ser. ¡Pero yo creo más bien que era un hombre disciplinado y trabajador!

Y lo mismo ocurre en cualquier otro aspecto de la vida.

Tomás Edison logró inventar la luz incandescente después de fracasar un millar de veces.

Jascha Heifitz, el más grande violinista de este siglo, comenzó a tocar el instrumento a la edad de tres años y desde muy joven se dedicó a practicar cuatro horas diarias, hasta su muerte a los setenta y cinco anos - a pesar de haber sido ya desde hacía largo tiempo el mejor del mundo acumulando alrededor de ciento dos mil horas de práctica durante toda su vida. Sin duda alguna que Heifitz dio su “¡muy bien!’’ a la respuesta de Paderewski ante el comentario lisonjero de una mujer acerca de su genio: “Señora, antes de ser un genio trabajé como un esclavo.”

Nunca llegaremos a nada en la vida sin disciplina, ya se trate de las artes, de los negocios, del deporte o de los estudios; y esto es doblemente cierto en cuanto a los asuntos espirituales. En las demás esferas podemos pretender tener algunos talentos naturales. Un deportista puede haber nacido con un cuerpo fuerte, un músico con un tono perfecto, o un pintor con un talento especial para la perspectiva. iPero nadie puede pretender tener un talento espiritual natural! En realidad, todos vinimos al mundo en la misma situación de carencia en cuanto a lo espiritual. Nadie busca a Dios naturalmente; nadie es intrínsecamente justo; nadie hace instintivamente el bien (Cf. Romanos 3:9-18). Por consiguiente, como hijos de la gracia, nuestra disciplina espiritual lo es todo, ¡todo!

Repito ...¡la disciplina lo es todo!

PABLO Y LA DISCIPLINA

Siendo así, la exhortación de Pablo a Timoteo en cuanto a la disciplina espiritual que aparece en 1 Timoteo 4:7 “ejercítate pare la piedad” - es no solo de importancia trascendental sino edemas de urgente necesidad personal. Hay otros pasajes de la Biblia que hablan de la disciplina, pero éste es el gran texto clásico de las Escrituras. La palabra “ejercítate” se origina del vocablo griego gumnos, que significa “desnudo”, y es la palabra de la cual se derive nuestra palabra española gimnasio. En las antiguas competencias atléticas griegas, los participantes competían sin ropas, para no tener ninguna carga o estorbo. Por consiguiente, la palabra “ejercítate” tenía originalmente el sentido literal de “ejercítate desnudo”.8 En la época del Nuevo Testamento se refería al ejercicio y al entrenamiento en general, pero aun entonces era, y sigue siendo, una palabra con olor a gimnasio, el esfuerzo de un buen entrenamiento. “Entrénate con un propósito de santidad’’ da a entender el sentido de lo que Pablo está diciendo.

ESFUERZO ESPIRITUAL

En otras palabras, Pablo está pidiendo que haya iesfuerzo espiritual! De la misma manera que los atletas se liberaban de todo y competían gumnos - libres de todo lo que pudiera significarles un peso -también nosotros debemos deshacernos de todo estorbo, de toda relación, de todo hábito y de toda inclinación que nos estorbe la santidad. El escritor de Hebreos lo expone así: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Hebreos 12:1). Nunca llegaremos espiritualmente a ningún lado sin el despojo consciente de las cosas que nos impiden avanzar. ¿Qué cosas lo están hundiendo a usted bajo un peso? El llamado a la disciplina exige que se despoje de ellas. ¿Es usted lo bastante hombre como pare hacerlo?

El llamado a ejercitarnos pare la piedad sugiere también dirigir todas nuestras energías hacia la santidad. Pablo lo ilustra en otra parte, al decir: “Todo aquel que lucha, de todo se abstiene .. .Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre” (1 Corintios 9:25-27). iEso implica esforzarse con intensidad y energía! Debemos notar particularmente que en una frase posterior en el contexto de la orden de Pablo de “ejercítate pare la piedad”, él hace un comentario sobre el mandamiento y las palabras interpuestas, diciendo que “por esto mismo trabajamos y sufrimos” (1 Timoteo 4:10a). “Trabajamos” significa “esfuerzo fatigoso”, y “sufrimos” es la palabra griega de la cual proviene “agonizar”. El esfuerzo fatigoso y la agonía son necesarios si uno desea ser santo.

Cuando uno se entrena seriamente, se somete voluntariamente a horas de disciplina y aun de dolor pare ganar el premio: comer diez kilómetros comenzando con cien metros en plena forma. iLa vida cristiana victoriosa es un asunto agotador!

iSin intrepidez no hay madurez! iSin disciplina no hay discipulado! iSin esfuerzo no hay santificación!

¿POR QUE LA DISCIPLINA?

Comprendiendo esto, abordaremos ahora las razones que he tenido pare escribir este libro, las cuales son dos:

En primer lugar, en el mundo y en la iglesia de hoy, la vida cristiana disciplinada es la excepción, no la regla. Esto vale tanto para los hombres como para las mujeres y los clérigos profesionales. No podemos justificarnos diciendo que eso siempre ha sido así, porque no es verdad! En cuanto a la razón de que así sea, pueden ofrecerse varias causas de sentido común, tales como la deficiente enseñanza en cuanto al tema o a la apatía espiritual personal. Pero subyacente a gran parte del rechazo consciente de la disciplina espiritual, está el terror al legalismo. Para muchos, la disciplina espiritual significa ponerse uno de nuevo bajo la ley, con una serie de reglas draconianas que nadie puede cumplir, y que engendran frustración y muerte espiritual.

Pero nada puede estar más alejado de la verdad, si uno comprende lo que son la disciplina y el legalismo. La diferencia es de motivación: el legalismo se centra en la persona, mientras que la disciplina se centra en Dios. El corazón legalista dice: “Haré esto para ganar méritos para con Dios.” El corazón disciplinado dice: “Haré esto porque amo a Dios y quiero agradarle.” iExiste una diferencia infinita entre la motivación del legalismo y la motivación de la disciplina! Pablo lo sabía implícitamente y combatió sin cuartel a los legalistas en toda Asia Menor, sin ceder un ápice. Y ahora exclama: “Ejercítate (disciplínate) para la piedad (santidad).” Si confundimos el legalismo con la disciplina, lo hacemos a riesgo de nuestra propia alma. La segunda razón para este libro es que los hombres son mucho menos disciplinados espiritualmente que la mujeres. Un estudio reciente llevado a cabo por la Iglesia Metodista Unida reveló que el ochenta y cinco por ciento de los suscriptores a su importante revista devocional, EL aposento alto, son mujeres.

Por otra parte, las mismas estadísticas son cierta para su otro folleto devocional, Alive Now [Vivos ya], cuyo setenta y cinco por ciento de lectores son mujeres.9 Esto esta corroborado por el hecho de que la gran mayoría de los libros que se venden en las librerías cristianas son comprados por mujeres.10 iEso significa sencillamente que las mujeres leen más literatura cristiana que los hombres!

También es cierto que la mujer se preocupa más por el bienestar espiritual de su esposo que a la inversa. La revista Today’s Christian Woman [La mujer cristiana de hoy] ha descubierto que los artículos que tratan del desarrollo espiritual de los esposos son los más leídos.11 Todo está respaldado por estadísticas comprobables. Una encuesta de Gallup realizada en junio de 1990, reveló que el setenta y un por ciento de las mujeres encuestadas creían que la religión puede dar respuesta a los problemas modernos, mientras que solo el cincuenta y cinco por ciento de los hombres lo creían así.12 El culto típico de una iglesia time un cincuenta y nueve por ciento de mujeres, frente a un cuarenta y un por ciento de hombres.” Además las mujeres casadas que van a la iglesia sin su esposo superan en una proporción de cuatro a uno al número de hombres que asisten sin su esposa.14

¿Cuál es la razón de eso? Con toda seguridad, el extendido credo de la autosuficiencia y del individualismo de los hombres tiene que ver con eso. Parte del problema también puede estar en que los hombres evitan cualquier cosa que implique relaciones (¡en lo cual, precisamente, consiste el cristianismo!). Pero no podemos admitir que las mujeres sean más espirituales por naturaleza, pues el desfile de grandes santos (tanto hombres como mujeres) a través de los siglos, así como de hombres espiritualmente ejemplares en nuestras iglesias de hoy, refutan claramente esta creencia. Sin embargo, la verdad es que los hombres de hoy necesitan de mucha mas ayuda que las mujeres en cuanto a la edificación de una disciplina espiritual.

Lo que voy a decirle - de hombre a hombre - en este libro, sale de mi corazón y de mi estudio, durante mucho tiempo, de la Palabra de Dios. Al escribir esto me he imaginado estar de frente a mis propios hijos adultos, sentados conmigo a la mesa, tratando de decides lo que pienso en cuanto a las disciplinas fundamentales de la santidad. Este libro es fácil de manejar y comprender. La Iglesia necesita de verdaderos hombres, ¡y nosotros somos esos hombres!

UN LLAMADO CÓSMICO

Nada de lo que se diga puede exagerar la importancia de este llamado a la disciplina espiritual. Escuchemos nuevamente a Pablo en 1 Timoteo 4:7,8: “Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.”

El habernos disciplinado o no, hará una enorme diferencia en esta vida. Todos somos miembros los unos de los otros, y somos animados o desanimados por la vida interior de los demás. Algunos afectamos a los demás como una gozosa marea, pero otros somos como resacas al Cuerpo de Cristo. Si usted está casado, la presencia o la falta de disciplina espiritual pueden servir para santificar o para maldecir a sus hijos y a sus nietos. La disciplina espiritual, por consiguiente, tiene enormes promesas para esta vida presente.

En cuanto a la “vida venidera”, la disciplina espiritual edifica la arquitectura perdurable del alma sobre el fundamento de Cristo: oro, plata y piedras preciosas que sobrevivirán a los fuegos del juicio y que permanecerán como un monumento a Cristo por toda la eternidad (cf. 1 Corintios 3:10-15).

Algunos podrán menospreciar la importancia de la disciplina espiritual en esta vida, ¡pero nadie lo hará en la eternidad! “La piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.” El cristiano disciplinado da y recibe lo mejor de ambos mundos, tanto del presente como del mundo por venir.

La palabra disciplina puede suscitar en algunas mentes la idea de represión, sugiriendo que ella implica una vida restringida. ¡Pero nada puede estar más alejado de la realidad! La disciplina obsesiva y casi maniaca de Mike Singletary es lo que lo libera para que pueda jugar como una fiera en el campo de fútbol. La angustia de Hemingway en cuanto a las palabras precisas fue lo que lo liberó para que dejara una marca permanente sobre la lengua inglesa, sólo superada por Shakespeare. El sinfín de bocetos pintados por Miguel Ángel fue lo que lo liberó para crear los cielos de la Capilla Sixtina. La esmerada preparación de Churchill fue lo que lo liberó para dar sus grandes discursos “improvisados” y sus brillantes respuestas. El disciplinado trabajo agobiador de los grandes de la música fue lo que liberó el genio que había en ellos. Hermanos en Cristo, es la disciplina espiritual la que nos libera de la gravedad de este siglo presente y nos permite remontarnos a las alturas con los santos y los ángeles.

¿Nos esforzaremos por hacerlo? ¿Entraremos al gimnasio de la disciplina divina? ¿Nos zafaremos de las cosas que nos impiden avanzar? ¿Nos disciplinaremos mediante el poder del Espíritu Santo?

Los invito a entrar en el gimnasio de Dios en los capítulos que siguen, para un esfuerzo santificador, con algo de dolor, pero también con una gran recompensa.

¡Dios está buscando unos cuantos hombres que estén dispuestos!

Alimento para pensar

¿Qué es la disciplina espiritual, y por qué es tan importante? ¿Qué es lo que generalmente se interpone en nuestro camino? (ver Romanos 3:9-18) ¿Qué le puede causar la falta de disciplina en su vida?

Reflexione en 1 Timoteo 4:7, 8 (“Ejercítate en la piedad”). Aquí, ¿cuál es el significado literal de ‘ejercítate’? En la práctica, paso a paso, ¿qué es lo que se supone que debo hacer?

¿Qué dice Hebreos 12:1 sobre esto? ¿Qué cosas le están impidiendo avanzar en su caminar con Dios? ¿Por qué sigue aferrado a ellos?

¿Hay un costo para la disciplina espiritual? Revisa 1 Corintios 9:25-27. ¿Qué podría costarle una disciplina mayor? ¿Está preparado para pagar el precio? ¿Por qué sí o por qué no?

“¡Sin masculinidad no hay madurez! ¡Sin disciplina no hay discipulado! ¡Sin sudor no hay santidad!” ¿Verdadero o no verdadero? ¿Cómo se siente, en lo profundo de su interior, con este desafío?

¿En qué se diferencia la disciplina espiritual del legalismo? ¿Cuál practica más a menudo? ¿Se necesita un cambio? Si eso es el caso, ¿qué puede hacer para que se dé?

La aplicación/respuesta

¿De qué habló Dios más específicamente, más poderosamente en este capítulo? ¡Háblale a Él acerca de eso en este momento!

¡Piensa en esto!

¿Podemos “llegan a ser realmente hombres de Dios disciplinados — un Mike Singletary o Winston Churchill espiritual? ¿No nos estamos exponiendo a una derrota? Conteste esto en sus propias palabras, sin utilizar los clichés evangélicos.

NO NO NECESITA sino encender el televisor durante algunos minutos

Las disciplinas de un hombre piadoso

Подняться наверх