Читать книгу Pink - Lili Wilkinson - Страница 9

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Esa mañana tuve una reunión con la responsable de integración de la escuela. No sabía bien lo que hacía una responsable de integración, pero tenía un despacho muy bonito que daba al patio en la tercera planta.

Se llamaba Josie y tenía el pelo rubio platino, casi blanco, que mantenía a raya con una diadema roja y brillante. Llevaba las uñas y los labios pintados del mismo tono de rojo, y un montón de maquillaje. Demasiado.

—Hola, Ava —dijo con una sonrisa cegadora—. Siéntate.

Era un poco como estar en una clínica privada llena de macetas, cuadros y estanterías con libros. La oficina de mi tutor en mi antiguo instituto era una mezcla caótica de sobres de manila, pósteres horteras de ATRÉVETE A SOÑAR y folletos vetustos acerca de la anorexia.

—El objetivo de esta reunión es que conozcas mejor nuestro centro, el Billy Hughes, y sentar las bases de tu plan de rendimiento. Se quedará un poco corto, porque ya estamos a la mitad del primer semestre, pero creo que te servirá.

¿Plan de rendimiento? ¿Me había metido en un lío?

Al ver que no ponía buena cara, Josie volvió a sonreír. Tenía una barbaridad de dientes.

—El Billy Hughes no es un colegio cualquiera, Ava —explicó—. Estamos comprometidos con la democratización de la enseñanza. El aprendizaje debe ser un diálogo entre alumno y profesor: por eso os animamos a que nos llaméis por el nombre de pila y compartimos sala.

Caray. ¿La sala de los estudiantes y la de los profesores era la misma?

—También es el motivo por el que los alumnos escriben sus propios informes de valoración del semestre.

—¿Nos valoramos a nosotros mismos?

Josie asintió.

—En colaboración con los profesores, por supuesto. Pero, al comienzo del semestre, cada alumno pergeña un plan de rendimiento con la lista de resultados que persigue y una serie de objetivos que definen su progreso a lo largo del semestre.

No tenía ni la menor idea de a qué se refería.

—Al final del semestre, los profesores os entregan comentarios escritos que podéis incorporar en vuestros informes.

—Entonces, ¿yo decido mis notas?

—En común con tus profesores y conmigo —dijo Josie—. Y solo después de evaluar tus logros según los objetivos y resultados que especificaste en tu plan de rendimiento.

—¿Y qué va a impedirme que me ponga sobresaliente en todo?

Josie se reclinó en su silla.

—Solo tú —dijo—. En el Billy Hughes, animamos a que los alumnos se responsabilicen de su aprendizaje. Al fin y al cabo, es tu formación, y deberías poder darle forma para que se ciña al máximo a tus necesidades y metas. También tenemos en cuenta que la etapa en la que se imparte la formación secundaria es un momento muy importante para el desarrollo personal y recomendamos que incluyas ese aprendizaje en tu plan de rendimiento.

Fruncí el ceño. ¿Era también una política del Billy Hughes lo de usar palabras como «democratización» y «pergeñar» en esos sentidos? Porque no estaba segura de qué pensaba al respecto.

Pink

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