Читать книгу El judaísmo y la literatura occidental - Lourdes Celina Vázquez Parada - Страница 10

La visión de Ikram Antaki

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En 1994 la escritora mexicana de origen sirio, Ikram Antaki, publicó un libro sobre Averroes y su contemporáneo judío Maimónides con el título El espíritu de Córdoba. Visión novelada de la cultura árabe-judía y su profunda concepción del hombre y del mundo.2 Este libro se conforma de diálogos ficticios entre Maimónides y un discípulo de Averroes, del cual dice:

Su doctrina era la de Aristóteles, modificada por los neoplatónicos, quiero decir que vio al gran griego a través del prisma de los comentadores neoplatónicos... desde el siglo x había varias traducciones en árabe de las obras de Aristóteles. Descubriéndolo, supo que había encontrado el camino de la filosofía auténtica, casado con el racionalismo científico... había rechazado, desde su primera juventud, la teología apologética que consideraba arbitraria e incierta, y había tratado de dar la imagen más completa posible del universo de la razón. El aristotelismo fue para él un método más que una doctrina.3

Ibn Rushd o Averroes era un gran admirador de la cultura griega y creía que “nada digno de atención” podía ser agregado a ella. Ikram Antaki describe cómo la filosofía tomó la forma de un sistema que compite con la religión y da “los mismos servicios, pasando por las vías de la razón, de responder a las cuestiones del sentido de la existencia,…”4 Al discípulo de Averroes, la autora hace decir que “la religión es la principal fuente de conflicto y de opresión en las sociedades, y la discriminación de un lado o de otro es un dato permanente e inherente al corazón humano”5. Son los iluminados puros quienes atizan el fanatismo, razón por la cual el discípulo de Averroes exclama: “¡Que el cielo nos proteja de los Santos!”6, ya que para él la santidad es “terrible, detestable y dañina”.7

Los regímenes islámicos de esta época fueron por lo general tolerantes y no oprimían a cristianos ni judíos; pero a Maimónides le tocó en su juventud una persecución de los judíos de Andalucía que lo obligó a emigrar a Marruecos y luego a Egipto. Su amigo le explica: “El Islam era una religión igualitaria, funcionando en el seno de una sociedad igualitaria, ésta que surgió en la Península. La igualdad es fácil en la pobreza, no así en la riqueza”.8 Los gobernantes de Andalucía, sintiéndose más débiles, querían aumentar su poder y presionaban a los judíos para que se convirtieran.

La intolerancia creció y muchos exigieron un Islam puro sin influencia de otras culturas. No vieron que los países musulmanes eran grandes y poderosos debido a las aportaciones científicas de otras culturas, sobre todo la griega. Sería absurdo exigir, señala Ikram Antaki, “la pacificación y vuelta a los fundamentos. ¿De qué pureza hablan? ¡Pobres tontos! Tendrían que volver a sus tiendas, en un desierto de Arabia, ya que todo lo demás es ajeno.”9 La presión de los puristas y fanáticos se hizo cada vez mayor, y esto ocasionó que a partir del siglo xii la cultura árabe musulmana entrara en decadencia. Los musulmanes fueron expulsados de la península ibérica y la cultura cristiana empezó a florecer y a superar al Islam, que perdió su liderazgo en el mundo.

Para el discípulo de Averroes, la civilización árabe no existía. La consideraba una amalgama de grandes culturas de la época que cabía en “un tonel inmenso: el genio matemático de los hindúes, la tecnología de los chinos, la administración de los bizantinos, el inmenso poder artístico de los persas... La filosofía y la ciencia de los griegos fueron comidas tragadas”.q Cuando los árabes se olvidaron de estos conocimientos fueron absorbidos por los cristianos medievales y por los judíos del norte. En El espíritu de Córdoba, de acuerdo con Antaki, Maimónides pregunta a su amigo “¿Cómo serán los judíos que viven en el norte? ¿Acaso entenderán esta cultura judeo-árabe nacida de nuestro encuentro?” Éste le contesta: “Son más bárbaros y más primitivos. Su pasado es menos refinado, su memoria es poco gloriosa. No entenderán.”w Los judíos participaban de manera directa de la cultura árabe. Maimónides dice: “Allá, en el mundo cristiano, jamás hemos utilizado el latín, y sí hemos utilizado el árabe.”e Cuando en el mundo cristiano seguían escribiendo en lengua hebrea, curiosamente Maimónides escribía sus textos árabes con caracteres hebreos.

En época de Maimónides la cultura árabe era superior a las otras, ya que asimiló lo mejor de las civilizaciones a las que había vencido o con las cuales estuvo en contacto. Pero los árabes del desierto no eran tan incultos, como afirmaba el discípulo de Averroes. La literatura árabe del siglo vii, cuando se escribió el Corán, era de alto nivel, y los mejores poetas de la época vivían en Arabia. No es de extrañar que los judíos adoptaran este idioma para expresarse por escrito y no el latín que entonces estaba en decadencia. Lo que unió también a judíos y musulmanes fue su idea del arte. Maimónides comenta al respecto: “En el arte ambos compartimos la misma actitud de rechazo hacia la representación de la figura humana o animal. Nuestro monoteísmo es radical e innegociable…”r Judíos y musulmanes hasta hoy día consideran que el monoteísmo cristiano no es riguroso; que en el cristianismo la noción de la Trinidad es una composición de tres divinidades, y se permite además la representación de Dios, la virgen y los santos.

Ikram Antaki encuentra más diferencias que puntos de unión entre judíos y musulmanes. Éstos rechazan las ideas de democracia que se manifiestan en el judaísmo: “El Talmud es una discusión y el Corán un decreto”,t dice, y nos presenta el temor de Averroes a la democracia griega, como un sistema en el cual los ineptos podrían detener a la mayoría: “Si todo el mundo se pone a opinar de todas las cosas, la idea del sabio se ahogará entre los gritos de los ignorantes y llamaremos democracia al triunfo supremo de la barbarie.”y Añade otro argumento del rechazo de los árabes a la democracia: “Los árabes no saben discutir porque jamás, desde su origen, lo han hecho. Dios pensaba por ellos: rezarás... ayunarás, combatirás... No discutirás. Mahoma no los quiso discutidores, sino eficientes.”u

Las mujeres judías y musulmanas de la sociedad tradicional no tenían derechos. Por eso dice el discípulo de Averroes: “Más valía ser hombre libre e infiel que mujer o esclavo.”i Las mujeres musulmanas se diferenciaban de las judías por el velo que utilizaban como símbolo de virtud.

Maimónides siente rencor cuando los musulmanes empiezan a perseguir a los judíos, porque eso impedía la plena integración de ambas culturas. Pero la cultura árabe entraba ya a una fase de decadencia: Averroes murió sin dejar un discípulo importante; pero a pesar de ello, sobrevivió en la memoria “no de los suyos, sino en la de los judíos... los sabios judíos hicieron de las obras de Averroes versiones latinas, volviéndose así los intermediarios entre los árabes y Europa. Ahí los escolásticos las recogieron”.o

Averroes sobrevive también en el canto iv del Infierno, de la Divina Comedia de Dante Alighieri, donde se encuentra acompañado de otros pensadores honrosos:

Aún nos encontrábamos distantes,

mas no tanto que en parte yo no viese

cuán digna gente estaba en aquel sitio.

Oh tú que honras toda ciencia y arte,

éstos ¿quiénes son, que tal grandeza tienen,

que de todos los otros les separa?

Y respondió: Su honrosa nombradía,

que allí en tu mundo sigue resonando

gracia adquiere del cielo y recompensa.

vi a Orfeo, Tulio, Livio y al moralista Séneca;

al geómetra Euclides, Tolomeo,

Hipócrates, Galeno y Avicena,

y a Averroes que hizo el Comentario.

No puedo detallar de todos ellos,

porque así me encadena el largo tema,

que dicho y hecho no se corresponden…p

El libro de Ikram Antaki nos introduce a la cultura árabe-judía del siglo xii basándose en el pensamiento de Averroes y de Maimónides; filósofos ambos que influyeron de manera determinante a la cultura cristiana de Occidente.

El judaísmo y la literatura occidental

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