Читать книгу Caperucita Roja y el Profesor Lobo - Luis Bernardo Yepes Osorio - Страница 4

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Abuela, cazador y Caperucita Roja. Merienda. Cabeza Gris

Caperucita Roja y su abuela, ambas con el cabello desordenado, están reunidas con el cazador del bosque; acaban de ser rescatadas de la panza del lobo.

–Es verdad que estaba bien oscuro dentro de la barriga del lobo –dice Caperucita.

–Yo casi me asfixio –manifiesta la abuela–. Por suerte apareció nuestro amigo el cazador, de lo contrario no quiero imaginar qué habría sido de nosotras.

–Pasaba por aquí, como todos los días, a dar la ronda y pillé por la ventana al lobo roncando

y estirado cuan largo era en su cama, abuela –comenta el cazador en tono presuntuoso.

Mientras toman la merienda, el lobo, con su barriga repleta de piedras, está a unos cuantos

metros de la casa, ahogado en el fondo del río, en el mismo río donde suele ir a nadar Caperucita. El viejo pecador Cabeza Gris ya no podrá hacerle daño a nadie, pues el cazador se cercioró de que estuviera bien muerto. De tal manera que ellos tres, de lo más felices, ahora comen los pasteles horneados por la mamá de Caperucita.

–¿Volverás a nadar en el río, Caperucita?

–Claro abue, siempre que el sol alumbre.

–¿No tienes miedo del lobo muerto ahí? –pregunta el cazador.

–Le tengo más miedo a sus hermanos que ahora de seguro lo están buscando.

–¿De verdad tienes miedo de ellos? –Vuelve a interrogar la abuela.

–Bueno, lo que se dice miedo, miedo... no sé, abue.


Caperucita Roja y el Profesor Lobo

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