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Оглавление1. Introducción
Ese intangible sentimiento de nostalgia de lo que pudo ser la vanguardia de la arquitectura de comienzos de siglo se convierte en admiración reverencial hasta cuando se ejerce la crítica. Ni siquiera el rencor postmoderno hacia los postulados más discutidos de [...] grandes arquitectos, habría permitido consentir, en las puertas del siglo xxi, la hipótesis temeraria de admitir entre los arquitectos y urbanistas que la ausencia de la lectura de género es una de las mayores faltas en la teoría del conocimiento arquitectónico de este siglo.
La ciudad compartida: el género de la arquitectura
Carlos Hernández Pezzi
La sociología de la arquitectura, la historia social de la arquitectura o el estudio de la sociedad humana con relación a esta disciplina, abarca numerosas áreas que desde hace algunos años se demuestran como necesarias para su eficaz interpretación. Las cada vez más ineludibles demandas sociales exigen hoy de un conocimiento transversal en la profesión que debe implicar mejoras efectivas en la calidad de la práctica y del saber arquitectónico. Dichas demandas, salvo excepciones, han estado ausentes durante siglos. El entendimiento hegemónico de la arquitectura como una técnica de estrictos patrones funcionalistas, estéticos y constructivos, ha olvidado demasiado a menudo a las personas; la propia razón de su existir.
Amparándose en una rigurosa objetividad científica, la teoría y práctica de la arquitectura ha derivado en una mecanización del funcionamiento de actores y saberes que —en el contexto de una sociedad patriarcal— ha obviado a la gran mayoría de la población. Las mujeres y los grupos sociales no privilegiados, alejados del canon de estandarización, se ven abocados a la otredad, en un círculo vicioso que refuerza opresiones estructurales de raíces remotas.
En el contexto de una constante crisis climática, financiera e inmobiliaria, el camino hacia una sociología de la arquitectura es hoy más necesario que nunca. En ella, reconocer el papel de las mujeres que, durante siglos —y a pesar de constituir más de la mitad de la población mundial—, han sido excluidas de la práctica y teoría arquitectónica, se convierte en un requisito básico. Los estudios de género en relación con la arquitectura, cada vez más presentes, representan fórmulas de análisis social, cultural y espacial, que no nos podemos permitir obviar por más tiempo si lo que pretendemos es avanzar hacia la consecución de una sociedad más justa.
A lo largo de la historia, muchas han sido las personas que han puesto en cuestión esta grave carencia. Desde la crítica de las feministas materialistas en la revolución industrial, pasando por las pioneras del movimiento moderno, hasta teóricas del diseño urbano en la postmodernidad como Jane Jacobs o Denise Scott Brown. Hoy son varias las iniciativas que reflexionan y hacen propuestas sobre esta área de estudio, si bien todavía no se puede afirmar que sus discursos se hayan integrado transversalmente en el statu quo disciplinar.
El objetivo de este trabajo es, por lo tanto, dilucidar las implicaciones transversales implícitas en la relación de los conceptos arquitectura y género, haciendo una revisión amplia sobre lo recorrido en este sentido; contextualizando desde la producción de la teoría de la arquitectura occidental hasta la práctica espacial y cómo esta condiciona culturalmente a las personas en función del género. Llegaremos también a tratar la realidad ocupacional de la arquitecta en el Estado español y las desigualdades de género presentes en la profesión.
El interés no es otro que identificar los déficits y sesgos culturales que van en detrimento de una arquitectura válida, que nazca y sea generadora de un contexto de justicia social independientemente del género. La igualdad de género es un derecho humano; la perspectiva de género es una categoría analítica imprescindible a la hora de concebir, crear y transformar el mundo en el que vivimos, pues (de momento) solo allí donde se discute se tiene en cuenta. El estudio de la sociedad humana y la arquitectura y, en él, de las relaciones de género, no puede ser por más tiempo una carencia si lo que queremos es construir un mundo en el que la igualdad pase de ser un derecho a convertirse, de manera efectiva, en un hecho real.