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Las conexiones energéticas del útero
ОглавлениеOtro motivo por el que la energía del útero se encuentra bloqueada o disminuida es porque, generalmente, se encuentra desconectado de sus fuentes de energía. Las conexiones energéticas del útero son cinco: con el corazón, con la Tierra, con la energía ancestral, con la glándula pineal y con el campo energético colectivo femenino.
Estas conexiones le brindan tanto energía como información y distintas cualidades: calidez, sostén, seguridad, soberanía y contención; cualidades que le permiten abrirse y desarrollar sus capacidades, ya que aquello que el útero recibe le permite generar.
La conexión útero-corazón
Existe una conexión energética específica entre útero y corazón y sus puntos energéticos de referencia que se encuentra descripta en los cánones femeninos de la medicina tradicional china. Se puede visualizar como un canal energético que fluye desde el centro del útero al centro del plexo cardíaco de manera bidireccional: desde el corazón al útero e inversamente.
• En sentido descendente, su función es la de nutrir al útero de sangre y de energía amorosa, cálida y receptiva para poder generar el nido.
• En sentido ascendente, su función es la de elevar energía creativa para que sea manifestada hacia la realidad exterior, a través de los canales expresivos del corazón: la voz y las manos.
La conexión útero-corazón es una conexión de manifestación de lo externo hacia lo interno y de lo interno hacia lo externo. Representa también la unión del amor incondicional con la expresión de la sexualidad, permitiendo a la mujer vivenciar las experiencias sexuales en coherencia con su sentir.
Hacer consciente esta conexión, abrirla y armonizarla es una parte importante del proceso de despertar del útero. Cuando la conexión útero-corazón se restablece, envías energía y amor a tu útero naturalmente y eso facilita notablemente la liberación de los bloqueos y la reconciliación.
La conexión útero-Tierra
La conexión con la Tierra, el planeta, es también una conexión natural del útero. Tanto uno como el otro son hogares y comparten cualidades como las de recibir, acoger y contener. Pero, sobre todo, la Tierra constituye la base de apoyo de nuestra realidad y su función principal es la de ser sostén.
A esta conexión la podemos visualizar como un canal energético que va desde el centro del útero hacia el centro del planeta. También es bidireccional, pero con un claro predominio de la fuerza superior de la Tierra que nutre al útero en sentido ascendente y recibe de él la energía que debe depurar. Cuando la conexión útero-Tierra se restablece, nos sentimos sostenidas por la Gran Madre y tenemos un lugar de acogida siempre disponible en donde sentir pertenencia y seguridad. La Tierra recibe incondicionalmente, transforma y da frutos desde el amor.
Todo lo que le sucede a la Tierra repercute en alguna medida en el útero: la Tierra en su totalidad como planeta y la tierra particular, como el hogar personal. Cuando tenemos rechazo al hogar y a la familia de origen, sensación de no pertenencia y/o miedo, la conexión con la Tierra se bloquea y dejamos de recibir nutrición y sostén.
Los conflictos con la familia de origen afectan, notoriamente, a la energía del útero y a la posibilidad de generar el hogar propio. El rechazo a la tierra familiar, por el motivo que sea, nos deja sin sostén y dificulta la tarea de crear primero el nido interno y luego el hogar.
Las catástrofes naturales y la degradación de la naturaleza también afectan a la energía del útero. El útero llora la destrucción de la Tierra y se limita de (pro)crear cuando las situaciones externas no son favorables para traer vida al mundo.
La conexión útero-ancestros
Esta es una conexión particular que posee el útero con los riñones, que son la sede de la energía ancestral. Es una energía específica que heredamos de la madre y el padre, que ellos heredaron de los suyos y así sucesivamente. Es relevante porque posee la fuerza para continuar el linaje y también la información que se transmite de generación en generación.
Podemos visualizarla como una línea de energía que sale del centro del útero, atraviesa las vértebras lumbares en la columna y se divide hacia la energía de nuestros progenitores e infinitamente hacia atrás. Se visualiza hacia atrás porque inicia con la vida misma y no podemos concebir ese infinito en nuestra mente, pero el sentido de circulación es desde el infinito hacia el útero.
Al restablecer la conexión útero-ancestros la vida fluye hacia adelante a través de la mujer, permitiéndole crear y procrear. Brinda apoyo y seguridad, como lo hacen (o debieran hacer) nuestras madres y padres. Cuando esta conexión se encuentra bloqueada nos sentimos sin apoyo y sin capacidad de manifestación en la realidad. Esto impacta tanto en la fertilidad como en la materialización de lo creativo.
Esta conexión contiene toda la información transgeneracional, aquella carga energética que aún está bloqueada y debe sanarse para que el linaje avance liviano en su camino de despertar.
La conexión útero-mente
Esta es la conexión específica de útero con la glándula pineal, no a nivel hormonal sino energético-perceptivo. La podemos visualizar internamente en el cuerpo como una línea de luz que comienza en el centro del útero y asciende hacia el centro de la cabeza, un poco más abajo del entrecejo.
Si bien es bidireccional, predomina el movimiento ascendente elevando la información del útero y de los ovarios hacia la mente. El útero es un órgano perceptivo y los ovarios captan, como si fueran ojos, el mundo energético-espiritual. La glándula pineal es la responsable de recibir esa información e interpretarla de manera cognitiva y consciente.
Cuando la conexión útero-mente se restablece, una intuición profunda se despierta y nos ayuda a evaluar caminos y tomar decisiones desde el registro corporal. Mientras se mantiene bloqueada, no somos conscientes del potencial dormido que el útero representa y, por ende, no tenemos acceso a su poder.
Esta conexión brinda consciencia de poder y soberanía sobre el propio cuerpo y destino.
La conexión con otros úteros
Las mujeres se encuentran conectadas con otras mujeres a través de sus úteros. Lo podemos visualizar como infinitas líneas de energía que nos conectan unas con otras formando una red. Imagina cada útero como si fuera una perla, unidas entre sí por las finas líneas de una telaraña por la que circula energía e información en todos los sentidos.
La telaraña parece frágil, pero es una estructura con la suficiente fuerza como para sostener a la totalidad de las mujeres en un equilibrio aparente. Cada perla refleja a las demás y es posible acceder a todas a partir de una sola, pero también el dolor o la carga de una sola influye en todas. Cuanto más dolor, más peso recae sobre la telaraña. Si lo transformáramos en expresividad y placer, toda la estructura se alivianaría.
Una mujer puede hacer mucho por todas, no tomando la responsabilidad de otras, sino trabajando consigo misma para alivianar su propia carga. Los frutos de su despertar se transmiten naturalmente por la telaraña y facilitan a las demás iniciar su experiencia de reconciliación.
La conexión entre úteros está siempre disponible. Conectamos por cercanía y hermandad; también, cósmicamente, con la totalidad de las mujeres a través de todos los tiempos. Es una conexión que nos brinda sensación de contención y que nos permite sentirnos acompañadas y acogidas por la red.
Esta conexión actualmente es densa, cargada de dolor, resentimiento y frustración. A medida que despertemos individualmente, iremos purificándola, convirtiéndola en pura luz y amor, activando a su vez el despertar colectivo. Esto nos puede llevar varias generaciones, incluso décadas o siglos. Puede que no sea en esta vida en la que veremos los frutos de nuestra labor.