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¿sabía esto de la oración?
ОглавлениеMateo 7:7: “ Llamad y yo abriré…”
La oración es mucho más que pedir cosas. En nosotros, los creyentes, está muy arraigada la idea de la oración como una larga lista del supermercado y un Dios generoso complaciendo nuestras peticiones.
Cuando le pedimos algo, Él, en su enorme misericordia, nos responde. Pero qué triste es creer que la oración, ese gran misterio instituido por el Señor, es sólo eso.
Reducir la oración a pedir y recibir es minimizarla. Es rebajarla a una muy baja expresión. No está mal pedir; lo malo es pensar que ahí se acaba todo.
Yo aprendí, en un tiempo difícil, que la esencia misma de la oración es que durante los momentos que pasamos a solas con Él, nos transforma. Él nos habla, nos llena, nos limpia, nos indica que cosas dejar, que cosas seguir, nos consuela, nos bendice y… nos llena de gozo.
Si uno va respondiendo al Señor en la dirección que nos va marcando en esos encuentros, sucede lo que me pasa por estos días: Aunque las pruebas aún no han pasado del todo, nunca sentí tanto gozo y tanta paz. Y he recuperado algo que se pierde con la religión: La expectativa, esto es, la esperanza de saber que Dios hará cosas muy grandes, la ansiedad de saber cómo será el nuevo capítulo que nuestro buen Dios ha planeado para nuestra vida.
Oración: Gracias Dios, por darme el privilegio de compartir éste tan especial tiempo contigo. Quiero decirte que me hace muy feliz el tiempo que pasas conmigo.