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AGRADECIMIENTOS

Es muy frecuente en los agradecimientos señalar que no se trata de un trabajo solitario, sino solidario. Este libro no escapa a la regla. Expreso aquí mi agradecimiento infinito a las muchas personas que conscientemente y con cariño (y otras sin querer), contribuyeron con ideas y experiencias para que este trabajo saliera a la luz. A la vez, libero a todos ellos de la responsabilidad por lo que aquí expongo y propongo.

En primer lugar, quiero agradecer a mis socios Pablo Sirlin y Cristian Gorbea, a quienes me une una relación profesional y personal desde hace años. Puedo afirmar con certidumbre que casi no existe alguna idea o experiencia presentada en este trabajo que no haya sido compartida o pensada junto a ellos. A la vez, les agradezco la paciencia y generosa actitud al cubrirme en tareas y responsabilidades de nuestra consultora, Business Skills, para que yo pudiera dedicar parte de mi tiempo a terminar este libro. Otras dos personas del equipo de Business Skills juegan siempre un rol crucial de apoyo y generación de ideas a quienes quiero agradecer especialmente; son Alan Hartstein y Matias Borowicz. También quiero extender este agradecimiento a Francisco, María Cristina, Victoria, Dolly y Felicitas por el apoyo permanente.

Un grupo de amigos y amigas han puesto todo su cariño interactuando conmigo por largas horas, aportando todo su talento y lucidez. Quiero incluir aquí a Monica Mehaudy, Denise Najmanovich, Martha Alicia Chávez, Lisandro Bril, Ana Laura Valencia, Sofi Amenta y Fernando Buen Abad.

Muchas personas desde diferentes roles (profesores, colegas, consultores asociados, clientes, algunos de ellos devenidos amigos a lo largo de los años) compartieron ideas que enriquecieron este trabajo. Entre ellos quiero agradecer especialmente a: Dave Ulrich, Norm Smallwood, Fredy Kofman, Thomas Malone, Deborah Ancona, Peter Senge, Jay Forrester, John Sterman, Gary Hamel, Arianna Huffington, Eduardo Kastika, Sebastián Campanario, Jessica Johnson, Joe Ganitsky, Clark Callaghan, Ariel Regatky, Diego Benenzon, Brendan Pinter, Luis Karpf, Santiago Bilinkis, Jorge Ruiz, Helena Herrero, Ernesto Uscher, Ana María Rojas, Martha Liliana Ruiz, Juan Pablo Neira, Ramiro Calderón, Mauricio Valencia, Julio Zelaya, Liliana Orozco, Alberto Saiz, Chris Stanley, Claudio Peña, Eugenio Millot, Juan Pablo Fernández, Aaron Silva, Guillermo Grunwaldt, Ernesto Gore, Mariano Bergman, Daniel Serrot, Ariel Yulkenson, José Martí, Gabriel Molina, Gonzalo Enríquez, Bibiana Vázquez, Andrea Silva, Yazmin Vargas, Héctor Hernández, Patricia George, Sergio Meller, Ernesto Weissmann, Francisco Ingouville, Tomas Bril, Joni Cohen, Emilse Avendaño, Juan Felipe Cadavid, Héctor Helman, Gabriel Yoguel, Julio Sevares, Daniel Roiter, Eduardo Spector, Marc Eguiguren, Ernesto Ekaizer, Miguel Glickman, Ricardo Spector, Guillermo Salz, Javier García Fronti, Marcelo Natalini, Paula Sanchez, Dolores Paxote, Paulina Betancourt, Fernando San Juan, Juan Rodríguez, Silvia Carbonell, Silvina Brodsky, Kitty Litvachkes, Sheila Harkatz, Mario Kristal, Claudia Uzqueda, Andrea Trigo, Analía Doro, María Pía Berto, Ángeles Sforza y Paul Perry.

Quiero agradecer al excelente equipo de LID, desde su fundador, Marcelino Elousa, al incansable y brillante César Piernavieja, a Lia Sottanis, a Ada Luna y Bertha Herrerías por todo su apoyo y colaboración.

Dejo para el final a los más queridos, a los que siempre están. En primer lugar, quiero nombrar a mis dos hijos, Yann y Julie, quienes con mucho cariño e implacable profesionalidad revisaron los textos, investigaron casos y propusieron ideas que enriquecieron este trabajo. Y a Laura, Yoel, Tami, Clari, Brenda, Gonzalo, Michelle y Maro por el apoyo permanente y afecto incondicional. e y brillante César Piernavieja, a Lia Sottanis, a Ada Luna y Bertha Herrerías por todo su apoyo y colaboración.

Dejo para el final a los más queridos, a los que siempre están. En primer lugar, quiero nombrar a mis dos hijos, Yann y Julie, quienes con mucho cariño e implacable profesionalidad revisaron los textos, investigaron casos y propusieron ideas que enriquecieron este trabajo. Y a Laura, Yoel, Tami, Clari, Brenda, Gonzalo, Michelle y Maro por el apoyo permanente y afecto incondicional.

Inteligencia lúdica

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