Читать книгу Aportes de la biología del suelo a la agroecología - Marina Sánchez de Prager - Страница 9

Introducción

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La solicitud del periodo sabático que acabo de finalizar se basó en el interés de recopilar en un texto algunos aportes de la biología del suelo a la agroecología, a partir de la investigación realizada en más de treinta y cinco años de trabajo académico, a través de la docencia, extensión y dirección o codirección de trabajos de grado, en el pregrado, la maestría, doctorado y posdoctorado, tanto al interior de la Universidad Nacional de Colombia, como fuera de ella, en instituciones como la Universidad de Antioquia, Universidad del Valle, Universidad de Córdoba, Instituto de Investigaciones en México, Universidad Politécnica de Madrid, Universidad de la Laguna en España, Universidad Nacional de La Matanza en Argentina, entre otras.

Este libro recoge, en mucho, la experiencia personal de vida académica en la Universidad Nacional de Colombia donde tuvimos la fortuna de contar con académicos que posicionaron en nuestro conocimiento, mente y espíritu la idea de que se puede practicar agricultura alternativa sin acudir al uso de fertilizantes y biocidas basados en la petroquímica.

La oportunidad de vincularme como docente a cursos en pregrado de Biología General y de Microbiología permitieron que nos nutriéramos de conocimientos fundamentales y nos vinculáramos desde los primeros semestres a la investigación, acompañados de profesores como Hernando Patiño, Jorge Escobar (q. e. p. d.), Carmen Llanos, Nelson Bravo, Iván Zuluaga, Germán Bernal, entre otros. Allí realizamos los primeros pinitos investigativos en microorganismos del suelo y patogénesis.

Posteriormente, la Maestría en Suelos y vinculación al CIAT en calidad de investigadora, con los doctores Ewald Sieverding y Reinhardt Howeler, me abrieron las puertas a los estudios en micorriza, me permitieron especializarme en este tema y comprender que, a pesar de su importancia, solo explicaban parcialmente lo que pasa en el suelo vivo.

La vinculación con docentes investigadores cubanos nos introdujo en el mundo de la fijación biológica de N2 a controladores microbiológicos de plagas, tema en el cual es pionera la Sede Palmira de la Universidad Nacional. Lo anterior ha permitido que egresados nuestros construyan empresas exitosas. La exploración del suelo, la introducción en el concepto de rizosfera —invisibilizado por la agricultura convencional, a pesar de tener más de cien años de establecido—, el aislamiento de microorganismos en cultivos puros y mixtos, la comprensión de las interacciones y su importancia cuando se trata de establecer cultivos limpios fortalecieron aún más lo aprendido con mis profesores: se puede establecer agroecosistemas sin el uso de agroquímicos sintéticos.

Por último, la vinculación al trabajo con agricultores, campesinos y la incursión a la agroecología, gracias a la llegada de investigadores como Miguel Ángel Altieri y Martín Prager Mosquera, permitieron que se visualizara la amplia aplicación y aporte de la fundamentación de todo ese conocimiento acumulado por los agricultores y la ciencia en biología del suelo. Por tanto, se propuso la inclusión del curso Biología del Suelo, como parte del núcleo de formación de la maestría y, posteriormente, del doctorado que se ofrecía en suelos, en esta temática. También hace parte de especialización y, actualmente, del Doctorado en Agroecología.

Fue así como la investigación realizada por más de veinte años, en ambientes de laboratorio y controlados, encontró espacio en los sistemas agroecológicos. Se modificaron las preguntas y metodologías de investigación a aplicar, se propició lazos para que el trabajo de extensión con la comunidad se estrechara y nuestros estudiantes fueran al campo a consolidar su formación, realizaran allí sus trabajos de grado, maestría, doctorado y colaboraran con el trabajo de los agricultores en sus agroecosistemas.

La presentación de proyectos de investigación a Colciencias, en cooperación con algunas fundaciones, instituciones públicas, privadas y, sobre todo, el apoyo financiero institucional a través de programas de extensión solidaria, educación continuada, permanente y de investigación en diferentes modalidades, nos permitió avanzar en el proceso de afrontar distintos interrogantes que se generan día a día, e incrementar las evidencias a las respuestas encontradas.

Imposible dejar de mencionar a los estudiantes, en sus diferentes niveles, que nos han confiado sus intereses y se han comprometido en los procesos, a nuestros compañeros profesores internos y externos que nos aportan desde la cotidianidad a través de discusiones, escritos, conversaciones formales e informales, que nos critican y que nos permiten avanzar continuamente.

Al publicar este libro, me acompaña la esperanza de poder colaborar a que los interesados, curiosos y comprometidos con los temas de la biología del suelo y la agroecología —que comienzan o llevan algún camino recorrido— encuentren en este texto elementos que les contesten algunas preguntas en torno al suelo como fundamento de la tierra viva, a formular otras que avancen con mayor rapidez que la nuestra y se sumen a las construcciones que se requieren. Que la Sociedad Latinoamericana de Agroecología (Socla) pueda incorporarlo a los textos que recomienda para la formación de agroecólogos, campesinos y ciudadanía local, regional y planetaria. Imposible finalizar este recuento sin agradecer a la Universidad Nacional de Colombia por las oportunidades colectivas que nos brinda, como institución pública del Estado, para realizarnos como humanos.

Palmira, septiembre de 2018

Aportes de la biología del suelo a la agroecología

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