Читать книгу Violencia contra los periodistas - Marisol Cano Busquets - Страница 13

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Introducción

Cuando la verdad es remplazada por el silencio,el silencio es una mentira. EVGUENI EVTUCHENKO

Según datos correspondientes al estado mundial de la libertad de expresión, registrados por Freedom House para 2015, solo el 14 % de las personas en el mundo vivía en países donde la cobertura de noticias políticas era robusta, la seguridad de los periodistas estaba garantizada, la intromisión del Estado en los asuntos de los medios era mínima y los medios informativos no estaban sujetos a fuertes presiones legales o económicas (Freedom House, 2015). En ese mismo año fueron asesinados más de cien periodistas en el mundo. Aun cuando el trabajo periodístico siempre ha sido riesgoso y suele desarrollarse en condiciones difíciles, el comienzo del siglo XXI revela una tendencia que muestra cómo los periodistas se han convertido, cada vez más, en objetivo de manifestaciones de violencia de diverso tipo por hacer bien su trabajo. Hay lugares y contextos donde ejercer el periodismo es un acto de coraje.

A pesar de que las cifras de periodistas encarcelados, amenazados, exiliados, vigilados y detenidos de manera arbitraria aumentan cada año en los registros de las organizaciones de defensa de la libertad de expresión, el fenómeno no es un asunto de cifras. Cuando se comete una agresión contra el trabajo periodístico, se empobrece la deliberación pública y las sociedades pierden los beneficios que otorga la posibilidad de participar en un debate sin coerción. Al amenazar se envía el mensaje de que se quiere hacer algún daño. Quien intimida pretende que otros hagan algo mediante el amedrentamiento y la afectación emocional. Por sus reportajes sobre la vida de la población civil chechena, la periodista rusa Ana Politkóvskaya fue detenida por soldados rusos que la arrojaron a una fosa y sobrevivió a un intento de envenenamiento. Ella no calló, no hizo lo que otros poderes fácticos querían y fue asesinada, finalmente, en 2006. Las amenazas e intimidaciones a periodistas se dan no solo por la cobertura de temas sensibles de seguridad nacional, operaciones militares, crimen organizado, actividad de grupos armados, violaciones de derechos humanos, fundamentalismo religioso o corrupción. Lo que muestra una década de informes sobre ataques al trabajo periodístico es que reportajes en los que se denuncia, por ejemplo, la mala calidad de la leche en los desayunos escolares, la contaminación de los ríos por actividad minera o los negocios de bandas dedicadas a vender diplomas universitarios falsos pueden desencadenar actos de violencia que buscan, precisamente, que se silencien temáticas de obligada cobertura periodística.

La relevancia del tema llevó a la aprobación del “Plan de acción de las Naciones Unidas sobre la seguridad de los periodistas y la cuestión de la impunidad” el 13 de abril de 2012, la misma época en la que se esbozaba el proyecto de la investigación doctoral que dio origen a este libro.

Sin embargo, el fenómeno de la violencia contra los periodistas ha sido poco investigado en los estudios de la comunicación y el periodismo. ¿Qué es la violencia contra los periodistas? ¿Cómo se puede identificar? ¿Cómo se deben caracterizar los diferentes tipos de violencia y la manera como se relacionan unos con otros? ¿En qué circunstancias, momentos o contextos se manifiesta la violencia contra los periodistas? ¿Existen patrones de comportamiento? ¿A qué criterio se apela cuando se justifica una acción violenta contra un periodista? ¿Cuáles son las consecuencias de esta problemática para la sociedad? ¿Cómo se enfrenta la violencia? ¿Qué mecanismos de protección y seguridad pueden contribuir a mitigar los riesgos? ¿Qué estrategias son efectivas para combatir la impunidad en crímenes de periodistas? Son muchas las preguntas a las que se les deben buscar respuestas desde la academia. La agenda de investigación en un tema como este es amplia y diversa, y requiere que se abran caminos teóricos y metodológicos.

La violencia contra los periodistas apenas empieza a configurarse como objeto de estudio académico. Se habla de violencia contra los periodistas en el lenguaje ordinario —agresión y ataque son términos que suelen utilizarse como sinónimos—; en cuanto categoría, esta funciona como una ordenación de la realidad. Se refieren a ella fundamentalmente los propios periodistas, las asociaciones profesionales del sector, las organizaciones defensoras de la libertad de expresión y los organismos internacionales.

Se trata de una problemática que requiere desentrañar los elementos que intervienen en su configuración e ir encontrando las dimensiones que esta encierra, siendo conscientes de las limitaciones que ello supone por lo irreductible de la complejidad del fenómeno. Como concepto, el debate aparece en relación con lo que se califica o no como violencia. Las fronteras están dadas, para algunos, por el criterio del uso de la fuerza física con intención de causar daño. No cabe aquí lo que otros denominan violencia simbólica o violencia psicológica, por ejemplo. En el primer caso se está haciendo una definición restrictiva, lo que tiene ventajas metodológicas por descansar sobre un observable, de tal forma que se hace relativamente sencillo determinar si ha habido o no una agresión física y lograr un acuerdo entre observadores respecto a la existencia del acto de violencia (Riches, 1986, p. 15).

La construcción analítica tanto del concepto de violencia como del fenómeno de la violencia contra los periodistas resulta entonces compleja. Es posible operacionalizarlos, por ejemplo, sobre la base de la comprensión que tienen de ellos las organizaciones que hacen seguimiento a los ataques a los periodistas y a los medios informativos para luego cotejar con desarrollos teóricos aportados por la sociología contemporánea y los estudios de la violencia.

Lo que resulta paradójico, como señala Bernstein (2015, p. 21), es que a pesar de que la violencia forma parte de la vida cotidiana de millones de habitantes y de que las personas están expuestas a múltiples imágenes, discursos, noticias y estudios sobre la violencia, hay una enorme confusión respecto a lo que se entiende por violencia, a su significado y su papel en la vida humana, a los diferentes tipos de violencia y a la manera como estos se relacionan entre sí. Así mismo, es un fenómeno que desborda las categorías tradicionales y, por lo tanto, obliga a repensar constantemente los parámetros que se usan para identificar la violencia, los criterios que se aplican para justificarla y las estrategias prácticas que se implementan para combatirla (p. 17). La violencia, se ha demostrado a lo largo de la historia de la humanidad, puede tener una gran variedad de propósitos y conllevar distintos significados (Riches, 1988, p. 19).

Una institución como la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) entiende que la violencia contra los periodistas adopta diversas formas: el asesinato, el asalto físico, la presión psicológica que representan las amenazas a sus vidas o a sus familiares, la detención infundada durante manifestaciones u otros actos públicos, los arrestos y condenas en falsas acusaciones en procesos penales, los ataques a las propiedades de los medios, incluyendo el vandalismo y el incendio o los allanamientos arbitrarios de la policía a las oficinas editoriales y hogares de los periodistas, entre otras.

El seguimiento de las agresiones a los periodistas se concentra en la labor que realizan en el mundo las organizaciones que promueven y defienden la libertad de expresión, entre las que se encuentran asociaciones profesionales, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales. Su trabajo aporta una gran cantidad de información sobre el comportamiento cotidiano del fenómeno, pero se observa falta de sistematización, análisis y contrastación de lo que estas reportan, teniendo en cuenta que son consideradas un referente importante cuando se aborda el tema de la violencia contra los periodistas.

Su labor tiene una importante incidencia en el sector periodístico y se desarrolla en una interacción permanente con los agentes sociales involucrados en la problemática, como gobiernos, empresas informativas, instancias jurídicas nacionales e internacionales, cuerpos legislativos, asociaciones profesionales, periodistas y trabajadores de los medios. En el escenario social y político, además, lideran el discurso de la libertad de expresión, así como el diseño y puesta en marcha de estrategias de protección y seguridad de periodistas y de lucha contra la impunidad. Estudios sobre evaluación de indicadores de libertad de expresión (Becker, Vlad & Nusser, 2007, p. 19) revelan que el desempeño de estas organizaciones, en relación con las definiciones teóricas y conceptuales sobre las que soportan su trabajo y su discurso de la libertad de expresión, los criterios para definir los indicadores o sus categorías de análisis en un ámbito como la violencia contra los periodistas, merece ser estudiado debido a la complejidad de los elementos que involucra la problemática.

De lo anterior se derivan las preguntas que componen el problema que aborda la presente investigación: ¿qué conceptualizaciones sobre la libertad de expresión, el periodismo, el rol de los medios en la sociedad y la violencia contra los periodistas subyacen en la labor de quienes monitorean, evalúan, miden y actúan frente a la violencia contra los periodistas?, ¿cuáles son y cómo se establecen los criterios para definir indicadores, establecer instrumentos de medición y definir mecanismos de intervención frente a la violencia contra los periodistas?, ¿cómo influyen las definiciones teóricas y los conceptos sobre la libertad de expresión, el periodismo, el rol de los medios en la sociedad y la violencia contra los periodistas en la caracterización de lo que estas organizaciones están buscando monitorear y medir, en los indicadores utilizados y en las categorías de análisis de la problemática sobre la que intentan influir?, ¿cuáles son, cómo se definen, en qué tipo de contextos se implementan, qué resultados tienen, qué tan efectivas son y cómo se evalúan las estrategias de protección y seguridad de periodistas que ponen en marcha estas organizaciones, de acuerdo con su propia experiencia?, ¿cómo están influyendo en el trabajo de las organizaciones los cambios y las transformaciones actuales en el ejercicio del periodismo?, ¿cuál es la representación de la violencia contra los periodistas de estas organizaciones internacionales?

La investigación se plantea, entonces, como objetivo general construir un marco global analítico de la lucha frente a la violencia contra los periodistas que incluya los conceptos, las políticas, los sistemas de medición y evaluación, las metodologías de trabajo, las estrategias de seguridad y protección, las líneas de acción frente a la impunidad y los mecanismos de intervención prevalentes en los albores del siglo XXI.

Tuvo seis objetivos específicos. El primero, realizar un estudio comparativo de los conceptos relativos a la libertad de expresión, el periodismo, el rol de los medios en la sociedad y la violencia contra los periodistas que subyacen en el trabajo de una muestra de organizaciones internacionales especializadas en el tema. El segundo, mapear el trabajo de una muestra de organizaciones significativas a partir de la descripción y el análisis de sus políticas, sus metodologías de trabajo y sus mecanismos de intervención. El tercero, evaluar si existe correspondencia entre la conceptualización que manejan las organizaciones y las categorías de análisis e indicadores utilizados para monitorear e intervenir sobre la problemática. El cuarto, identificar y comparar las estrategias de protección y seguridad de periodistas y los mecanismos de reducción de riesgos que resultan más efectivos en los albores del siglo XXI, de acuerdo con la experiencia de las organizaciones. El quinto, determinar cómo están influyendo en el trabajo de las organizaciones los cambios y las transformaciones actuales en el ejercicio del periodismo. Y el sexto, describir y comparar la representación de la violencia contra los periodistas que tienen las organizaciones estudiadas.

Teniendo en cuenta lo anterior, se desarrolla un estudio comparativo de diez organizaciones internacionales especializadas en la defensa de la libertad de expresión (ODLE): Article 19, Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA), Comité de Protección de Periodistas (CPJ), ambos por sus siglas en inglés, Federación Internacional de Periodistas (FIP), Freedom House, Internacional Media Support (IMS), International News Safety Institute (INSI), Reporteros Sin Fronteras (RSF), Sociedad Interamericana de Prensa y Unesco.

En términos metodológicos, se trata de una investigación de carácter cualitativo, a partir de un estudio descriptivo, comparativo y analítico de las diez organizaciones antes mencionadas, utilizando como técnicas de investigación el análisis documental, el análisis de contenido y la entrevista estructurada. Con la triangulación de estas técnicas se busca una aproximación al objeto de estudio que permita contrastar descripciones, explicaciones y evaluaciones de los contenidos analizados.

Se aborda el periodo comprendido entre los años 2000 y 2012 por tratarse de un momento histórico en el que las cifras de agresiones y de asesinatos de periodistas en el mundo se incrementan con respecto al pasado. Además, es el periodo en el que se profundizan las transformaciones del ejercicio del periodismo, se intensifican las señales de preocupación por parte de organismos internacionales frente a la seguridad de los periodistas y frente la impunidad de los crímenes contra periodistas y empieza a hacerse visible la incidencia de las nuevas guerras y de fenómenos como la corrupción, el crimen organizado, el narcotráfico y las confrontaciones de carácter religioso en el trabajo periodístico. Así mismo, se opta por un enfoque global con la intención de observar y comprender mejor un fenómeno no focalizado, aunque se manifiesta con diversa intensidad en determinados contextos y circunstancias. El carácter global del estudio se circunscribe al cubrimiento geográfico que las propias organizaciones internacionales estudiadas hacen del fenómeno.

Con los resultados de este trabajo se espera contribuir a caracterizar y lograr una mejor comprensión del fenómeno de la violencia contra los periodistas a partir de la aproximación que hacen a él las organizaciones internacionales de defensa de la libertad de expresión.

Desde un comienzo, esta investigación tuvo como una de sus intenciones aportar al nexo frecuentemente reclamado entre academia y actores sociales, propiciando espacios para el encuentro de los trabajos empíricos de gran impacto social y los teóricos y conceptuales de alta pertinencia en el mundo académico. Al estrechar los lazos entre las organizaciones de libertad de expresión y de protección de periodistas y los académicos e investigadores, es posible que se alimenten una y otra orilla. Las organizaciones, que hacen un trabajo práctico y de activismo en algunos casos, requieren una mayor y mejor conceptualización, algo que la academia puede aportarles. De la misma manera, la academia se alimenta con el amplio conocimiento que tienen estas organizaciones que trabajan en el terreno y en el día a día de las amenazas y las presiones a los periodistas en todos los contextos y circunstancias.

Así mismo, con los pequeños aportes que aquí se hacen se aspira a beneficiar a periodistas y medios de comunicación, organizaciones de defensa de la libertad de expresión y de los derechos humanos, organismos internacionales y de cooperación, e investigadores y académicos especialistas en temas como la libertad de expresión, la deontología del periodismo y la democracia.

En el trasfondo de este trabajo estuvo siempre, por una parte, la preocupación de brindar elementos a quienes reflexionan y aspiran a un comportamiento responsable de los medios informativos y a una más adecuada formación de los periodistas y, por la otra, la necesidad de profundizar en las prácticas del periodismo en contextos difíciles, analizar los factores que elevan los riesgos y evaluar las estrategias de protección con la idea de evitar el silenciamiento de temas, el periodismo precavido y el asesinato de periodistas.

Como bien dice Žižek, “necesitamos ‘aprender, aprender, aprender’ qué causa esta violencia” (2008, p. 18).

Violencia contra los periodistas

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