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01 Estructura del juego La seducción es un jacuzzi con mujeres que gritan

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Todo lo hecho por amor está más allá del bien y del mal.

Friedrich Nietzsche

Las mujeres son objeto de propuestas románticas y sexuales día a día, mientras que nosotros, los hombres, no. Casi todas las mujeres reciben cotidianamente miradas insinuantes y proposiciones de todo tipo, especialmente aquellas que nos interesan por su grado de belleza. Son destinatarias de decenas de cumplidos y loas.

Si pensáramos los ámbitos de la seducción o del sexo como un mercado, podríamos decir que toda mujer es un sujeto sobredemandado sexualmente. No estamos diciendo que no lo valga, sino que ellas tienen más demanda sexual de la que pueden o quieren satisfacer.

No sucede lo mismo con la mayor parte de los hombres. En términos generales, siguiendo con la analogía del mercado, podríamos decir que para el hombre el sexo es un bien escaso. Esto no significa que todo hombre sea un indigente sexual sino, simplemente, que para las mujeres no es un problema conseguir sexo con un hombre de forma gratuita e inmediata (pues existe una gran demanda), mientras que para la mayor parte de los hombres sí lo es. Una de las aristas de este fenómeno es el enorme negocio de la prostitución, que ubica a millones de hombres como consumidores y a miles de mujeres en situaciones de riesgo.

Ésta es la realidad que deseamos modificar. Este libro está escrito por hombres y para hombres. Probablemente no logremos hacer del mundo un lugar mejor, con sexo y amor suficientes, pero sabemos que ahora mismo, ahí afuera, hay miles de hombres con más citas, relaciones y sexo que lo que jamás habían soñado tener. Lo lograron aprendiendo las etapas que rigen el proceso de seducción y aplicando las técnicas que explicaremos a continuación.

Las tres etapas de la seducción

Una mujer no tiene sexo con un hombre sólo porque éste despertó su interés, le pareció lindo o le cayó simpático. Los hombres, en cambio, somos bastante más básicos: vemos a una mujer, nos atrae y la deseamos. Ellas tienen otro tipo de necesidades y filtros. El juego de la seducción se divide en tres etapas necesarias para atravesar exitosamente esas barreras: (A)tracción,

(C)onfort y (S)educción. A su vez, cada etapa se subdivide en tres fases. A modo de introducción, plantearemos brevemente de qué se trata cada una.

La atracción inicial, el interés

A1: La fase inicial consiste en comenzar una interacción con una mujer o con un grupo de ellas.

Muy pocas veces sucederá que ellas inicien una interacción con nosotros. Y aunque existen técnicas para lograr llevarlas a esa situación, son muchas las mujeres que nunca se aproximarían a un desconocido con la intención de seducirlo. La mayor parte de las veces, seremos nosotros los encargados de comenzar a interactuar. Para eso, utilizaremos una frase a la que denominaremos opener o abridor. Incorporaremos algunos openers con alto grado de efectividad, mediante el recurso de fusionar nuestra vida e intereses con los tópicos de conversación que adoran las mujeres. Una vez que hayamos internalizado el proceso, incluso podremos improvisar.

De este modo, también lograremos dejar atrás el miedo y la ansiedad, y aprenderemos a obtener la atención de ellas en apenas algunos minutos. Utilizaremos técnicas que nos permitan pasar a ser nosotros el objeto de deseo. Éstas abarcan tanto el lenguaje corporal como la expresión facial e incluso lo que hacemos tiempo antes de empezar siquiera la interacción.

A2: Fase media de la etapa de Atracción, en la que el hombre genera interés en el grupo por medio de DAVs (demostraciones de alto valor), mientras se muestra poco interesado en su objetivo (la mujer que desea en el grupo). En esta etapa también la mujer comienza a mostrar indicadores de interés (IDIs), que aprenderemos a detectar.

Ese desinterés inicial masculino permitirá luego, en la fase siguiente, crear conexión. En ese contexto, ella sentirá que se ha ganado la validación a través de la interacción mantenida y no sólo porque es linda.

A3: Una vez que ella demuestra interés, él también revela el suyo y comienza a generarse una conexión.

Contabilizados los primeros tres o cuatro IDIs, daremos por sentado que en ella hay una intención real de hablar con nosotros. Cuanta mayor habilidad adquiramos en las dos primeras fases, menor esfuerzo deberemos realizar. El mejor seductor es el que menos habla. Las mujeres adoran hablar. Nosotros usaremos esto en beneficio propio.

El error más común entre los hombres es buscar una conexión personal con una mujer sin que ésta se haya mostrado interesada en tenerla. Ahora bien, si deja ver su interés, espera que queramos saber algo de ella. Si no lo hacemos, pensará que sólo nos atrae su físico.

En esta fase es cuando comenzamos a validarla y mostrar un interés directo por conocerla. Si lo hacemos correctamente, podremos estar a solas en la etapa de Confort.

El Confort

Debemos considerar esta etapa como la ocasión de conversar con la mujer más profundamente, con una mayor conexión íntima. Hay que tener en cuenta que, por lo general, cada etapa de Confort se desarrolla en un lugar diferente.

El beso puede ocurrir en cualquier fase, desde que ella nos dio los tres IDIs hasta el final del Confort. Existen numerosas técnicas que evitan que fracasemos en esa instancia y elevan la temperatura hasta el punto de que es ella quien pide que la besemos.

C1: Aunque el beso puede darse frente a sus amigos o amigas, generalmente las mujeres prefieren besar a un hombre en una situación íntima, a solas, sin ser vistas por su grupo. Por eso, una vez que la mujer mostró interés por nosotros, es hora de tener un momento a solas para conocernos mejor. Puede que no nos vayamos con ella esa noche; tal vez consigamos su número de teléfono y pensemos en verla otro día. Sea como fuere, ¿acaso querrá vernos otro día si nunca tuvimos un momento de cierta intimidad? Ella necesita sentirse lo suficientemente cómoda a solas con nosotros como para estar segura de querer volver a vernos. Esto es lo que llamamos aislamiento: tener un momento los dos, alejados de su grupo de pertenencia. Muchas veces, nos vendrá bien la ayuda de un amigo (al que llamaremos Ala) para entretener a quienes la acompañan, mientras nos aislamos.

C2: Si C1 está ubicado dentro de la locación donde la conocimos pero algo alejado de los grupos de amigos de ambos, C2 será un sitio intermedio entre el ámbito en el que tendremos sexo y el lugar donde nos vimos por primera vez. Estamos hablando de las famosas citas que no siempre existen, ya que es probable que conozcamos a una mujer y esa misma noche terminemos en la cama con ella. Pero, como dijimos, es menester prepararse para atravesar todas las situaciones posibles. Muchas mujeres tienen como regla no tener sexo con un hombre en la primera noche, ¡aunque siempre podrán hacer una excepción con nosotros!

Hay mucho que aprender para diagramar un buen plan de citas, fuera de la clásica cena bajo la luz de las velas. Lo ideal es uno que incluya varios lugares interesantes sin resultar eterno, y que su itinerario surja en el devenir del encuentro.

C3: En esta fase ya estamos cerca del lugar en donde pretendemos tener sexo. Así como no es conveniente haber conversado con ella sólo frente a sus amigas y luego directamente invitarla a salir por teléfono (porque aún no se sintió lo suficientemente cómoda con nosotros), tampoco es eficaz tratar de llevarla de la cita a la cama sin escalas: sería un salto abrupto que podría hacerla sentir incómoda. Un ámbito recomendable, en esta fase, es un sillón de nuestra casa o de la de ella o quizás el automóvil, si es que pensamos ir a un hotel.

Lo importante es que sólo a partir de esta instancia podemos empezar la escalada de juegos eróticos previos al sexo. Si hiciéramos esto en el aislamiento (C1) o en una cita (C2), estaríamos comportándonos inadecuadamente y aniquilando nuestras posibilidades de terminar en la cama con ella. Las mujeres odian a los hombres desesperados.

Pero en C3 podemos empezar a escalar sexualmente para que el paso a la cama sea gradual. Dar unos masajes o sentarla en nuestras piernas para ver un video suelen ser buenas opciones. Todo a su debido capítulo.

La Seducción

Ésta es la etapa sexual propiamente dicha. Sin duda, una mujer que gozó el sexo con nosotros es muy probable que quiera vernos nuevamente. Así que procuraremos que resulte una experiencia realmente placentera si queremos estar otra vez con ella.

Debemos tener en cuenta que todas las mujeres sienten cierta ansiedad en el momento previo a tener sexo con un hombre. Esto tiene un origen biológico: durante millones de años, el sexo estuvo ligado a la reproducción. El embarazo, para una mujer, significa abocarse casi exclusivamente al cuidado de su cría durante por lo menos dos años. En cambio, los hombres, a pesar de las normas culturales, podemos concluir el acto sexual e irnos sin ningún tipo de carga.

S1 es el comienzo del juego sexual y S2 será ese momento –que puede existir o no– en el que ella quiera desacelerar la subida de temperatura. Puede que suceda incluso estando ambos ya desnudos, en la cama porque, aun así, ella no se siente segura de tener sexo con nosotros. Mystery llamó a esa etapa femenina RUM: resistencia de último minuto. Es un término poco feliz, pero muchos hemos pasado por esa situación. Aprenderemos en qué consiste ese sentimiento femenino y, sobre todo, qué hacer para que en ese momento ella sienta más ganas de tener sexo con nosotros que de cualquier otra cosa.

S3: Es el momento sexual propiamente dicho, en el que la experiencia es nuestra mejor amiga. En esta fase final del juego, la conexión y la confianza que construimos desde el comienzo de la interacción nos permitirán explorar una relación más libre de prejuicios y limitaciones. Lo más importante es recordar siempre que estamos yendo a la cama con una persona de otro sexo, que siente y vive la experiencia a su manera.


Punto de inflexión Cinco acotaciones para comenzar a disfrutar de este proceso de aprendizaje:

1. De nada sirve regalar bombones o flores.

Si eso sirviera, no hubiésemos escrito este libro.

2. La práctica hace al maestro. Leer un libro no convierte a nadie en un as de la seducción. Es necesario salir y poner en práctica cada una de las técnicas.

3. Es preciso ser un científico en la revisión y un artista en el campo; obtener toda la información necesaria para entender, comprender, aprender y superarse. Y encarar la seducción como un proceso creativo que requiere estudio y perfeccionamiento.

4. Es muy importante disfrutar de cada etapa, entender el aprendizaje como un proceso de asimilación de conceptos que requiere tiempo de adaptación a nuevas ideas y acciones. Los resultados llegarán como su consecuencia directa.

5. Se trata de avanzar paso a paso. El intento de aplicar todo el conocimiento en una noche, desesperadamente, para acabar con una mujer en la cama, solo reportará frustración. El objetivo es desarrollar una habilidad que sirva para el resto de la vida.

Field Report --> Luciano. El juego. En este FR, Luciano narra una experiencia propia para describir cómo se siente con respecto a sus habilidades como seductor.

Estilo de vida Aven para una ONS de discoteca

«El viernes Mike me escribe por Messenger que fue a bailar y se llevó una mujer; le pido que me cuente cómo ocurrió:

–No tengo mucho que contar…. Nos besamos, salimos de ahí y fuimos caminando hasta mi casa.

¡Qué fácil! Esa misma noche me organicé con un amigo para ir a Niceto, donde tocaba una banda de conocidos. Charla con gente que va y viene, me pongo a hablar con una flaca que resulta ser amiga también de los chicos de la banda. Morocha, ojos claros. Pasan diez minutos de conversación y le digo “¿Vamos?” y ella “¡Dale!”. Salimos sin siquiera habernos besado. La besé después de caminar una cuadra. A casa y a coger. Al día siguiente con Mike el diálogo fue el mismo pero con los protagonistas cambiados.

–No tengo mucho que contar…. Salimos de ahí, nos besamos y fuimos caminando hasta mi casa.

Entonces… ¿no sirve de nada aprender seducción? Pero ¿por qué estas cosas nunca me pasaban antes? La clave, pienso, es el estilo de vida. ¡La estrategia de seducción es uno mismo! Soy, digamos, un emprendedor exitoso, joven, que se viste bien; tengo sentido del humor y buenos amigos. Soy divertido y me gusta divertir a los demás. Siempre lo fui, pero quizá antes no me la creía o no me daba cuenta de cuán atractivo resulta eso para las mujeres. Ahora creo que, en realidad, si esto está a la vista y no cometemos errores tontos, listo. ¿Qué más precisan ellas? ¡Nada! Y por si esto fuera poco, ahora sé de seducción: eso me ayuda y mucho.

Me sirvió para posicionarme como premio en la charla. Me fue útil cuando se acercó un flaco a interrumpir y sutilmente evité que se convirtiera en un obstáculo. Me ayudó para darme cuenta, al salir, que lo mejor era ponerme a hablar por teléfono cuando ella encontró a una amiga. Me sirvió para besarla sin titubeos. Y, por sobre todo, me vino muy bien para saber medir sus indicadores de interés y reconocer el momento en que debía decir “vamos” para que terminásemos juntos en mi casa.

Sin estos años de aprendizaje, seguramente hubiese ido demasiado rápido o me hubiera retrasado en besarla. Probablemente, el flaco que se acercó se la hubiese llevado fácilmente, o tal vez yo hubiera actuado como un necesitado en la puerta, cuando ella encontró a una amiga, y la hubiese besado torpemente… Y aun cuando ella se hubiera quedado, a pesar de tanta torpeza y falta de conocimiento, habría tardado tanto en decirle “vamos” que al hacerlo probablemente ella ya no estaría allí. Y me habría perdido una buena noche de placer, sexo y diversión.

Ahora mismo escribo este FR en la laptop desde el bar que está frente a mi casa. Ella aún duerme en la cama y planeo subir en un rato a despertarla con otra dosis de vida Aven.»

El juego de la seducción

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