Читать книгу Volar un Insecto en el Bosque - Max Marshall - Страница 5

En un pequeño y pintoresco pueblo enclavado en medio de colinas y frondosos y verdes bosques, allí vivió la Maddison familia. El padre Alex Maddison era un hombre alto, fornido hombre con una especie de sonrisa que podría iluminar el más oscuro de los días. Su esposa, Amanda, era suave y acogedor, con ojos que brillaban como el rocío de la mañana en un fresco día de la primavera. Juntos, crearon un ambiente cálido y amoroso hogar para sus dos hijos, Karina y Chuck.

Karina era una curiosa y aventurera niña con una salvaje melena de rizos de oro que baila en el viento como ella corrió a través de las calles de su pequeña ciudad. Ella había heredado de su padre, espíritu aventurero y su madre del corazón compasivo, hacer de ella una fuerza a tener en cuenta. Chuck, por otro lado, era un poco más reservado que su espíritu hermana. Prefería la compañía de los libros y los errores a la agitada vida en la ciudad, pero él amaba a su familia ferozmente, sin embargo.

Como el sol comenzó a elevarse por encima de la tranquila ciudad, Karina rebotó fuera de la cama, con la emoción de propagación en sus venas. Hoy fue el día en que ella había estado esperando por el inicio de una nueva aventura. Ella se apresuró escaleras abajo para encontrar a su familia reunida alrededor de la mesa del desayuno, el aroma de los panqueques y el jarabe de arce flotando en el aire.

– Buenos días, sleepyheads! – Karina exclamó, plantando un beso en su padre mejilla antes de plopping en su habitual asiento.

– Buenos días, cariño – su madre respondió con una sonrisa.

– ¿Estás emocionado por la escuela hoy?

Karina asintió con la cabeza con impaciencia, sus ojos brillando con anticipación.

– Sí, Mamá! Tenemos una asignación especial en la clase de ciencias, y no puedo esperar para empezar.-

Su padre se rió con cariño, alborotaba su cabello cariñosamente.

– Estoy seguro de que usted va a hacer grandes, cariño. Sólo recuerde para escuchar a su maestro y ser cuidado ahí fuera.

Con un coro de despedidas y buenos deseos, la Maddison familia terminado su desayuno y en el fresco aire de la mañana. Mientras caminaban de la mano por las calles de su ciudad, Karina no podía dejar de sentir un aleteo de emoción en su pecho. Poco sabía ella, este día marca el comienzo de la aventura más grande de su vida.