Читать книгу Volar un Insecto en el Bosque - Max Marshall - Страница 7
Capítulo 3: La familia vamos a ir a el bosque
ОглавлениеDespués de un día lleno de emoción y la anticipación en la escuela, Karina prácticamente bailó camino a su casa, su mochila, rebotando sobre sus hombros con cada salto. Cuando ella se acercó a su pequeño y acogedor de la casa en las afueras de la ciudad, ella no podía esperar para compartir la emocionante noticia de que el día de la asignación con su familia.
Delimitación a través de la puerta de entrada, Karina fue recibido por el reconfortante calor de un hogar y el tentador aroma de su madre en la cocina. Chuck ya estaba tirado en el piso de la sala, absorto en un libro acerca de los errores, su rostro iluminado por la suave luz de la lámpara al lado de él.
– Mamá, Papá, ¿adivinen qué? – Karina exclamó, prácticamente llena de emoción.
Sus padres levantó la vista de sus tareas con una suave sonrisa, sus ojos brillando con curiosidad.
– ¿Qué es eso, cariño? – su madre le preguntó, poniendo sus agujas de tejer.
– Disponemos de la más asombrosa asignación para la escuela, – Karina salió, apenas capaz de contener su emoción.
– Tenemos que ir al bosque y recoger las diez popular que los escarabajos de estudio para nuestra clase de ciencias! —
Su padre se rió, sus ojos arrugando en las esquinas con la diversión. – Bueno, eso suena como bastante la aventura, Karina. Pero son usted seguro de que es seguro para ir al bosque sola? —
Karina asintió con la cabeza con impaciencia, sus rizos rebotando con cada movimiento. – La señora Jenkins dijo que vamos a estar bien, siempre nos plantamos juntos y permanecer cautelosos. Por favor, Mamá, Papá, ¿Chuck y yo ir? Va a ser muy divertido!
Sus padres compartieron un gesto con la mirada, en silencio la comunicación de su mutua preocupación por la seguridad de sus hijos. Pero al ver la emoción brillando en Karina ojos, que no podía dejar de sonreír y asentir en acuerdo.
– Muy bien, ustedes dos, – su padre dijo, su voz llena de calidez y afecto. – Pero prométeme que tendrás cuidado y mirar el uno al otro, ¿de acuerdo? —
– Le prometo, Papá! – Karina exclamó, lanzando sus brazos alrededor de su padre en un apretado abrazo.
Con la bendición de sus padres, Karina y Chuck se apresuró escaleras arriba para recoger sus suministros para la aventura por delante. Ellos empacaron sus mochilas con los cuadernos, los lápices, y lupas, con ganas de embarcarse en su búsqueda para descubrir los misterios de la selva.