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Capítulo 4: El público en el bar
ОглавлениеEn el corazón de Texas, donde el sol del desierto a emitir su resplandor dorado sobre las concurridas calles de la ciudad, se encontraba un acogedor oasis de la risa y la música conocida como el Saguaro Salón. Y en esta noche en particular, el aire estaba lleno de entusiasmo, ya que los clientes esperaban ansiosamente la llegada de su artista favorito – el uno y el único, Cactus Javier.
Como el sol se sumerge por debajo del horizonte y las estrellas comenzaron a brillar en el cielo de la noche, Javier hizo su gran entrada en el Saguaro, Salón de su sombrero posado con garbo en la cima de su cabeza y su guitarra colgada sobre su hombro. En el momento en que él caminó a través de las puertas, una ola de aplausos y vítores brotó de la multitud, darle la bienvenida con los brazos abiertos.
Con una sonrisa tan brillante como el sol de Texas, Javier tomaron el escenario, sus puntiagudas de color verde brazos balanceándose al ritmo de sus propios latidos. Con un movimiento de su muñeca y un rasgueo de su guitarra de cuerdas, él comenzó a jugar – un dulce, conmovedora melodía que llenaba el aire con su calidez y belleza.
El público vio con asombro como Javier trabajó su magia, sus dedos bailando todo el mástil de la guitarra con una gracia sin esfuerzo. Ellos aplaudieron y vitorearon, sus voces se mezclan con la música que cantó junto a las melodías familiares. Y con cada canción que interpretó, Javier del espíritu se elevó más y más, impulsados por el amor y la adoración de sus fans.
Pero no sólo los aplausos y vítores que llena de Javier corazón con alegría – , fue el conocimiento de que su música era traer la felicidad a aquellos alrededor de él, que sus melodías fueron tejiendo un tapiz de la alegría y la risa en todo el Saguaro Salón. Y a medida que avanzaba la noche y la música llena el aire, Javier no podía dejar de sentirse agradecido por la oportunidad de compartir su don con el mundo.
Como las notas finales de su última canción se desvaneció en la noche, el público estalló en aplausos, sus aplausos eco en las paredes del salón. Y como Javier tomó su última reverencia, un sentido de orgullo se hinchó dentro de él, sabiendo que él había traído un poco de magia a los corazones de aquellos que se habían reunido para escuchar.
Y como Javier hizo su camino fuera de la etapa, una sonrisa cálida en su rostro y una primavera en su paso, él no podía evitar sentirse agradecido por el amor y apoyo de sus amigos en el Saguaro Salón. En sus aplausos y vítores, encontró no sólo la validación de por su talento, sino también la forma más verdadera de la amistad.