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El verdadero peligro de las ETS
ОглавлениеAtrás quedaron los días en que escuchamos mucho sobre el sida y los peligros de las enfermedades de transmisión sexual. La década de 1980 fue bombardeada con noticias sobre el descubrimiento del sida y los desafíos de vivir con él. Hoy en día no es tan común ver noticias sobre este tema. Los medios de comunicación populares, una vez más, están tratando de poner paños fríos al grave problema de la creciente incidencia de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y sus consecuencias devastadoras, con la excusa de que las personas tienen que disfrutar más de la vida. Las películas, las telenovelas, los libros y las revistas enseñan un estilo de vida rebelde y lo “glamorizan”, sin mostrar lo que sucede después, muy por encima de lo que las campañas de “sexo seguro” están dispuestas a admitir.
Vayamos a los hechos: “En la década de 1960, los médicos lidiaron con dos ETS principales: la sífilis y la gonorrea. Estas dos enfermedades podrían curarse con una vacuna. Hoy, los médicos reconocen 25 ETS principales, de las cuales 19 no tienen cura. En la década de 1960, uno de cada 60 adolescentes sexualmente activos contrajo una ETS. En la década de 1970, ese número aumentó a uno de cada 47. Hoy, uno de cada 4 adolescentes sexualmente activos está infectado”.4 Eso es lo que lees: ¡uno de cada 4! Además, dentro de los 2 años de su primera relación sexual, la mitad de los adolescentes estarán infectados con al menos una de las tres ETS comunes.
La ETS más común es el VPH, o virus del papiloma humano, de fácil transmisión y no siempre evitado por los condones. El hecho sorprendente es que el 80 % de todas las mujeres tendrán VPH cuando lleguen a los 50 años, y el 70 % de los hombres que están sexualmente involucrados contraen el VPH. En los últimos 5 años, el VPH ha matado a más mujeres que el sida, generalmente debido al cáncer de cuello uterino, y la cantidad de muertes por este cáncer ha aumentado dramáticamente entre las mujeres jóvenes. Además, se estima que entre el 30 y el 40 % de los nacimientos prematuros y las muertes infantiles se deben a ETS. “Si eliges tener relaciones sexuales fuera del matrimonio durante la adolescencia, tu riesgo de infección es de al menos el 25 % cada año. Si tuvieras al menos una de cada 4 posibilidades de ser alcanzado por un rayo, nadie saldría afuera durante una tormenta”.5 ¿Sexo seguro?
Dos tercios de todas las ETS ocurren en personas menores de 25 años. De cada 5 estadounidenses con VIH, 3 estaban infectados en la adolescencia. Los adolescentes son 10 veces más susceptibles que los adultos a la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). En 2005, el 50 % de los casos de clamidia fueron en adolescentes. En 2002, la gonorrea fue la enfermedad infecciosa más común entre las personas de 15 a 24 años.
Pero ¿por qué los adolescentes son tan susceptibles a las ETS? Para Josh y Erin (basados en sus investigaciones), hay dos respuestas: biología y comportamiento.
Las razones biológicas de la alta susceptibilidad de los jóvenes a las ETS están especialmente relacionadas con las mujeres. “En el revestimiento del cuello uterino, una mujer joven tiene muchas células llamadas ‘células columnares’. Estas células están expuestas en todo el revestimiento del cuello uterino. A medida que la joven crece, estas células columnares están cubiertas por células epiteliales escamosas. Estas células comienzan a formar capas y acaban cubriendo completamente las células columnares. Pero este proceso no se completa hasta que la mujer tiene alrededor de 25 años”.6 Pero ¿cuál es el problema? Esto: las células columnares son muy receptivas (como una esponja) y cualquier enfermedad que entre en contacto con ellas finalmente se quedará allí (las células columnares son un 80 % más receptivas a las infecciones que las células epiteliales escamosas).
Por lo tanto, “una niña de 15 años tiene una de cada 8 probabilidades de desarrollar enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) simplemente por tener relaciones sexuales, mientras que una mujer de 24 años solo tiene una oportunidad en 80 en la misma situación. [...] En general, un adolescente es 80 % más vulnerable a las ETS que alguien mayor de 25 años”.7 Y, para empeorar las cosas, los adolescentes tienden a elegir parejas sexuales mayores, que en teoría han tenido otras experiencias sexuales con más probabilidades de estar infectadas (más del 87 % de los casos de ETS no tienen síntomas).
Por lo que puedes ver, las mujeres a menudo tienen una mayor desventaja cuando se trata de sexo promiscuo. Por lo tanto, debes ser más firme y decir que no, teniendo en cuenta todo lo que está en juego, presente y futuro. Y el hombre, con la “H” mayúscula, también debe decir no para protegerse a sí mismo y a la persona que ama (incluso si ni siquiera conoce a esta persona e incluso si el deseo sexual está presente).
Aquí hay una interesante “coincidencia”: los cambios cervicales de una mujer ocurren en la misma etapa de la vida cuando el cerebro se mueve del sistema límbico (emociones intensas) a la corteza prefrontal (toma de decisiones racional). Entonces, una vez más, está claro que el sexo tiene el momento adecuado, el contexto correcto. Estás a salvo allí. ¡Esto es una bendición! Solo el plan divino para tu vida sexual ofrece un cien por ciento de protección. La abstinencia antes del matrimonio y la fidelidad durante el matrimonio son las únicas formas de garantizar que no te infectes con una ETS.
De hecho, cuando estamos relacionados sexualmente con alguien, no solo nos relacionamos con esa persona, sino también con todos los demás con quienes ha estado involucrada, así como con aquellos con quienes esas otras personas han tenido relaciones. Un hombre o una mujer infectados con una ETS no necesariamente sabe acerca de su enfermedad, y puede tomar años descubrir qué tiene, dependiendo de lo que sea. Por lo tanto, es ingenuo imaginar que preguntarles a otros sobre su estado de salud es una garantía de sexo seguro. Además de la posibilidad de mentir (para garantizar de manera irresponsable el disfrute momentáneo del placer), la persona con una ETS puede realmente no darse cuenta de su condición. En un contexto de matrimonio, es razonable que los novios se sometan a exámenes clínicos y de laboratorio para descartar cualquier enfermedad potencial que pueda afectar a su futuro cónyuge. Pero ¿cómo se puede exigir esto a una persona que no tiene un compromiso eterno contigo? Definitivamente, no hay forma de tener sexo seguro en un contexto fuera del matrimonio.
Por lo tanto, aunque esto pueda parecer desactualizado, los padres deben aconsejar a sus hijos que no empiecen demasiado temprano a noviar. Las investigaciones demuestran que cuanto antes los jóvenes comiencen a estar de novios, más probabilidades tienen de ser sexualmente activos. Observa estos datos:
•Entre los que comenzaron a estar de novios a los 12 años, el 91 % tuvo relaciones sexuales antes de graduarse de la escuela secundaria.
•De aquellos que retrasaron el noviazgo hasta los 15 años, el 40 % perdió su virginidad en la escuela secundaria.
•De aquellos que esperaron hasta los 16 años para comenzar a noviar, solo el 20 % tuvo relaciones sexuales antes de graduarse.
¿Recuerdas lo que comentamos en el capítulo anterior sobre las parejas que, después de un tiempo de novios, descubren que el beso ya no es suficiente para sus momentos de intimidad? Bueno, comenzando a estar de novios a temprana edad, el grado de compromiso físico que tiende a desarrollarse con el tiempo finalmente alcanza su punto máximo a una edad muy temprana.
Como si el peligro alarmante de las ETS no fuera suficiente, también existen los riesgos para la salud mental del sexo extramatrimonial. Josh y Erin presentan datos más impresionantes:
•Los adolescentes sexualmente activos tienen un 300 % más de probabilidades de suicidarse que los adolescentes vírgenes.
•Los jóvenes sexualmente activos en la adolescencia tienen un 700 % más de probabilidades de suicidarse que los que esperan.
•Más del 25 % de las jovencitas sexualmente activas entre 14 y 17 años dijeron que se sentían deprimidas, en comparación con el 7,7 % de las vírgenes.
•Alrededor de dos tercios de los adolescentes que tienen relaciones sexuales dicen que desearían haber esperado. “La culpa de producir algo que no se puede recuperar puede durar más que cualquier otra consecuencia”, dicen los autores.
La Dra. Freda McKissic Bush, del Instituto Médico para la Salud Sexual, citada por Josh y Erin, dice que “mientras más personas tengan relaciones sexuales, más difícil será para ellas establecer relaciones saludables en el futuro cuando estén listas para estar con una sola persona.8
¿Vale la pena la espera o no? “El sexo después del matrimonio equivale a seguridad. El sexo fuera del matrimonio genera inseguridad, culpa, vergüenza, depresión, desesperación y sufrimiento. [...] Todos los que tienen relaciones sexuales prematrimoniales le están robando a su futuro cónyuge un área única de crecimiento juntos como pareja”.9
Josh y Erin mencionan dos historias tristes y representativas. Una es la de una niña que estuvo sexualmente activa durante la escuela secundaria. Ella nunca tuvo síntomas de ETS y nunca tuvo dificultades. Varios años después, conoció al hombre de sus sueños. Se casaron e intentaron formar una familia, pero ella no pudo quedar embarazada. Cuando fue al médico, la mujer descubrió que tenía EPI, causada por clamidia. Tenía que irse a casa y decirle a su esposo que nunca tendrían hijos.
La otra historia es sobre un muchacho que perdió su virginidad a los quince años con una chica que creía que amaba. Diez años después, aprendió lo que es el verdadero amor al conocer a la mujer de su vida y casarse con ella. Ella se casó virgen. Después de varios años de matrimonio, la esposa descubrió que tenía cáncer de cuello uterino, probablemente causado por el VPH que su esposo le había transmitido sin saberlo. Aunque ella decidió esperar, se vio obligada a pagar un alto precio porque él no había esperado.
Tu Creador es el principal interesado en tu vida y en tu salud plena. Él quiere caminar a tu lado en todo momento de tu vida y participar con alegría en tus nuevos logros y descubrimientos. Como Padre amoroso, él orienta: “Hijo mío, escúchame y haz lo que te digo, y tendrás una buena y larga vida. [...] Aférrate a mis instrucciones, no las dejes ir; cuídalas bien, porque son la clave de la vida. [...] Hijo mío, presta atención a lo que te digo. Escucha atentamente mis palabras. No las pierdas de vista. Déjalas llegar hasta lo profundo de tu corazón, pues traen vida a quienes las encuentran y dan salud a todo el cuerpo” (Prov. 4:10, 13, 20-22, Nueva Traducción Viviente [NTV]).
¿Quieres protegerte y a ti y a quien amarás por el resto de tu vida? No caigas en las mentiras que la sociedad hedonista y los medios irresponsables predican. No tengas relaciones sexuales antes del matrimonio. Espera por él o ella. Una vez casado, tendrás muchos años de vida sexual activa y de sexo realmente seguro, puro e intenso. Espera un poco más.
1 Kevin Leman, Entre Lençóis: Uma visão bem-humorada da intimidade sexual no casamento (São Paulo: Mundo Cristão, 2003), p. 46.
2 Hooked, p. 78.
3 Kevin Leman, ibíd., pp. 38, 39, 181.
4 A verdade Nua e Crua, p. 40.
5 Ibíd., p. 62.
6 Ibíd., pp. 50, 51.
7 Ibíd.
8 Ibíd., p. 74.
9 Ibíd, pp. 75, 91.