Читать книгу Las cadenas fisiológicas (tomo VI) - Michèle Busquet-Vanderheyden - Страница 6

Оглавление

INTRODUCCIÓN

Nuestros años de práctica y de reflexión sobre la anatomía y la fisiología del cuerpo humano nos han conducido a afinar y a completar el método de las cadenas.

El trabajo que sigue a continuación está integrado en el marco de esta constante investigación.

Los cuatro primeros tomos de las Cadenas musculares han demostrado que el método de tratamiento que aprovecha la distribución estratégica de las cadenas en todo el cuerpo humano resulta de la observación global –y no fragmentada– de la “mecánica” humana. Desde que la anatomía humana ha sido abordada bajo el ángulo de la coherencia de su organización, la observación ha puesto de manifiesto la presencia de cadenas musculoesqueléticas. Éstas garantizan la estática y la dinámica del cuerpo, y en caso de no ser así, lo hacen sus estrategias de “compensación”, es decir, las soluciones de autorregulación a las que el cuerpo recurre en caso de disfunción. El conjunto de las cadenas puede ser dividido en dos tipos de cadenas principales:

1. Las cadenas dinámicas: musculares

2. Las cadenas estáticas: organizadoras

En las cadenas musculares distinguimos:

• las cadenas de flexión,

• las cadenas de extensión,

• las cadenas cruzadas de apertura,

• las cadenas cruzadas de cierre.


Figura 1

Las cadenas fisiológicas

En obras anteriores hemos visto la importancia de la función de estas cadenas. Aun así, por fundamental que ésta sea, el poner de manifiesto las cadenas de tipo musculoesquelético no es suficiente. El análisis global nos demuestra que es necesario completarlo con las cadenas estáticas.

En las cadenas estáticas diferenciamos:

• la cadena estática visceral: pelvis-abdomen-tórax-cuello-cráneo,

• la cadena estática neurovascular,

• la cadena estática musculoesquelética.

Estas cadenas suplementarias que acabamos de mencionar no son, como las demás, cadenas de movimiento ni dinámicas. El músculo pasa en este caso a segundo plano. ¿Se trata de un punto débil de la teoría de las cadenas musculares? Al contrario, se trata de su complemento. Efectivamente, el estudio profundo de la función estática nos ha conducido al replanteamiento del papel exclusivo del músculo. El “monopolio” que se le atribuía tradicionalmente en el mantenimiento de la función estática no queda demostrado. Podemos incluso ir más lejos y afirmar que en realidad el músculo no está hecho para una función estática. Veremos que, de hecho, solamente el tejido conjuntivo está adaptado a esta función (ver Tomo 1 de las Cadenas musculares). En consecuencia, aunque la función muscular conserve toda su importancia, en lo referente a los problemas de estática debemos llevar el análisis un poco más lejos, o más bien proceder al desplazamiento del plano muscular al plano visceral.

Efectivamente (y esto queda demostrado en el Tomo 2 de las Cadenas fisiológicas), la ingeniosa estrategia que pone en marcha el cuerpo para garantizar la función estática sólo se puede llevar a cabo en la medida en que se solicita la cadena visceral. Así pues, el papel de esta última es fundamental.

Es por estas razones que el método de las cadenas musculares adopta la denominación de “método de las cadenas fisiológicas”, más de acuerdo con el enfoque global profundo del cuerpo humano.

A partir de ahí, el principal objetivo de este libro es conseguir mostrar las relaciones existentes entre el contenido visceral y el continente musculoesquelético. Estas relaciones íntimas entre el contenido y el continente, entre vísceras y músculos, condicionarán no solamente la estática, sino también toda nuestra dinámica gestual, y, a su vez, todo nuestro funcionamiento visceral.

Asimismo, a medida que tomamos conciencia de estas interrelaciones, es posible efectuar una nueva lectura de la anatomía que, haciendo aparecer claramente una organización basada en la continuidad tisular y basándose en un principio de coherencia global, confirma nuestras hipótesis. De este modo, justificamos a la vez la profundización de la investigación hasta el plano visceral, y el uso del término de cadena para describirlo. Puesto que las cualidades de continuidad y de coherencia que encontramos a nivel musculoesquelético aparecen también aquí, el término “cadena estática visceral” se impone por sí solo, tanto en el plano anatómico como en el plano funcional.

Nuestra exposición se desplegará en dos grandes partes.


Figura 2

Según S. Paoletti

En la primera parte del libro, dedicada a efectuar una descripción razonada de la zona abdominopélvica, veremos que:

• el peritoneo es, en su prolongación, el nexo que garantiza la arborescencia continua de la cadena visceral,

• el peritoneo está en relación con las paredes musculoesqueléticas de las cavidades y, en consecuencia, con la organización de las cadenas musculares dinámicas,

• las tensiones de la cadena visceral condicionarán la organización de las cadenas, y este condicionamiento tendrá consecuencias directas sobre la estática y la dinámica.

En la segunda parte del libro, dedicada a la práctica, desarrollaremos primero todo el examen específico de la cadena visceral abdominal para conseguir liberar los puntos de tensión que originan las compensaciones, las modificaciones de la estática, la modificación gestual, las modificaciones de la forma, las disfunciones y múltiples dolores.

Finalmente, en la segunda parte de esta segunda parte expondremos el método y las técnicas manuales del tratamiento de la cadena visceral de la zona abdominopélvica.

Las cadenas fisiológicas (tomo VI)

Подняться наверх