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capítulo

1

Fluir

Si se detiene a pensar, estará probablemente de acuerdo en que cuando dejamos que las cosas ocurran, la vida puede ser bastante ingrata. Mucho de lo que realizamos en nuestras vidas es estresante, desde las épocas en que sentíamos verdadero pavor ante la posibilidad de que el profesor nos llamase a la pizarra, hasta los años en que el trabajo, la familia o la salud se convirtieron en las principales preocupaciones. Aunque estos tiempos son mucho más seguros y cómodos que cualquier otro momento de la historia, los peligros e incomodidades no están nunca demasiado lejos. Y cuando no estamos estresados o ansiosos, rozamos el aburrimiento en una bochornosa clase, oficina o apartamento.

Sin embargo, el valor de nuestras vidas depende ampliamente de cómo nos sintamos con nuestras experiencias a medida que nos desplazamos del nacimiento a la vejez. Algunos de nosotros desperdiciaremos la oportunidad de experimentar la vida como hubiera podido ser: un estado maravillosamente divertido, estimulante y satisfactorio, debido a que año tras año nos sentimos estresados y aburridos.

A pesar de todo, en la actualidad la vida ofrece una gran riqueza, y ciertamente no es completamente estresante y aburrida. Hay momentos que nos liberan del caos diario como faros alumbradores. Bien podría decirse que el esfuerzo completo de la humanidad a través de tantos milenios de historia ha intentado capturar esos momentos fugaces de plenitud y convertirlos en una parte más cotidiana de la vida. Los rituales religiosos, las obras de arte y las actuaciones musicales son algunos de los ejemplos de cómo nos proponemos reemplazar «la naturaleza violenta de los colmillos y las garras» por prácticas sistematizadas que incrementan nuestra calidad de vida.

Uno de estos frutos de la civilización es el deporte. Desde el alba de los tiempos, hombres y mujeres han aprendido a utilizar su cuerpo de manera que proporcionase el máximo placer físico y disfrute mental. Y estas actuaciones y pruebas atléticas han sido tan intensas que en algunas culturas llegaban a ser las piezas centrales de las celebraciones religiosas. Desde los Juegos Olímpicos en la Antigua Grecia a los juegos de balón de los mayas, las competiciones atléticas reglamentadas han servido de demostración concreta de la superioridad del espíritu sobre la materia, de la esencia divina presente potencialmente en el cuerpo físico.

Mucho ha llovido desde esos tiempos, y ahora la mayor parte de la gente se ve atraída por el deporte por razones más prácticas: desean mantener su peso o su presión sanguínea bajos, quieren sobresalir en la competición o sueñan con ganar mucho dinero en las ligas profesionales. Pero, cualesquiera que sean las razones que motivan al atleta, la esencia del deporte es la calidad de las experiencias que proporciona. Contrariamente a lo que ocurre en la mayor parte de asuntos de la vida, el deporte puede ofrecer un estado anímico tan gratificante que uno lo practica por la única razón de formar parte de ello. Aquí vemos cómo un nadador que entrevistamos describe este tipo de experiencia:

Las veces que he estado más satisfecho con mi actividad, he experimentado una sensación de unidad con el agua y con mi estilo, y también con todo el resto de elementos a mi alrededor... Estaba verdaderamente en sintonía con lo que hacía. Sabía exactamente cómo iba a efectuar la prueba, y simplemente sabía que lo tenía todo bajo control; y cuando empecé y me fijé con atención en todo lo que hacía el resto de la gente... Estaba totalmente absorbido en mi estilo, y sabía que los estaba superando, pero no me importaba. Quiero decir, no es que no me importase; yo me decía «¡Vaya, está yendo fenomenal!» Y simplemente nadé y gané, y tenía toda la situación bajo control. Me sentí verdaderamente fenomenal.

Un corredor ofreció una descripción similar:

Sentía que lo controlaba todo de verdad, me sentía fantástico todo el tiempo, y no sentía el dolor que normalmente debería sentir en una carrera así. Simplemente, disfruté realmente de la experiencia de correr, y de verdad hice, probablemente, la carrera más exitosa de toda mi vida... No fue tan dolorosa como las otras. Sentía que dominaba la situación, me sentía muy fuerte. Era capaz de correr como lo había planeado... Me sentía absolutamente concentrado. Me sentía, ya sabes, como dicen los atletas: «Sentí un clic»; me sentí grandioso todo el tiempo.

Atletas en todos los deportes, alrededor del mundo entero, alcanzan momentos como éstos. Las sensaciones que explican se cuentan entre las más intensas, las más memorables experiencias que uno puede conseguir en su vida. El estado que describen es lo que nosotros llamamos fluencia, o experiencia óptima. Una vez alcanzadas, las experiencias de fluencia dejan su huella guardada en la memoria y permiten así volver a ese estado óptimo de nuevo. Sin embargo, no es fácil alcanzar la experiencia de fluencia. Este libro explicará cómo lograrlo e identificará las condiciones que ofrecen más posibilidades para que ello ocurra.


DEFINIR LA FLUENCIA

Los testimonios que dieron los dos atletas, el nadador y el corredor, describen diversos componentes de la experiencia de fluencia. En primer lugar, es un estado de conciencia en el que uno llega a estar totalmente absorbido por lo que está haciendo, hasta alcanzar la exclusión de todo otro pensamiento o emoción. Así que la fluencia se basa en focalizar. Más que simplemente focalizar, de todos modos, la fluencia es una experiencia armoniosa donde mente y cuerpo trabajan juntos sin esfuerzo, dejándole a la persona la sensación de que algo especial ha ocurrido. De modo que la fluencia se basa también en el disfrute. La gente asocia la fluencia con las actuaciones sobresalientes, y los comentarios del nadador y el corredor así lo demuestran. Por ello, la fluencia transporta las experiencias de lo ordinario a lo óptimo, y es en esos momentos cuando nos sentimos verdaderamente vivos y en sintonía con lo que estamos haciendo.

La fluencia es un estado que presenta cualidades universales que las personas pueden experimentar en un variado rango de contextos. Ancianos jardineros alemanes describen el sentimiento de intenso compromiso que ellos experimentan cuando cuidan sus rosas con palabras similares a las que solían utilizar los adolescentes japoneses para describir qué sensaciones les daba conducir una motocicleta. Pastores navajos montados a caballo siguiendo a sus rebaños también mencionaban experiencias semejantes, en las que resuenan aquellas relatadas por los místicos hindús, o por los dedicados atletas de todo el mundo.

Entre todas las cosas que la gente hace en sus vidas, el deporte presenta una oportunidad especial para que la fluencia ocurra. Hay pocas actividades -como la música, el teatro o el juego del ajedrezque sean tan aptas para que se dé la fluencia. Pero incluso cuando el marco del deporte está estructurado para realzar la concentración, la mayoría de los deportistas tienen problemas para alcanzarla. Mientras que no podemos garantizar que leer este libro haga más frecuente la experiencia de fluencia, sí puede arrojar luz sobre las energías dentro y fuera de la persona que ofrecen más posibilidades para experimentar la fluencia. Nosotros le podemos ayudar a analizar qué es lo que específicamente pone en marcha la fluencia para usted y cómo experimentar este estado óptimo. Le podemos explicar cómo otros han descubierto la fluencia, y puede extraer de sus experiencias lo que le pueda ayudar a comprender y maximizar las experiencias óptimas durante su participación deportiva.

Estudiando la calidad de la experiencia que la gente ha tenido con la fluencia en diferentes deportes, Csikszentmihalyi et al. han mostrado que el deporte en particular está asociado con un cierto número de cualidades muy positivas. En la figura 1.1, que expone una muestra de adolescentes, se compara el deporte con el trabajo académico escolar y con ver la televisión. El eje vertical representa las respuestas del Experience Sampling Method (ESM, Método de Muestreo de Experiencias), o los resultados para cada una de las variables del eje horizontal; estos resultados se obtienen preguntándole a la gente en diversas ocasiones escogidas de manera aleatoria cada día cómo se sienten mientras realizan varias actividades.

EL EQUILIBRIO ENTRE DESAFÍOS Y HABILIDADES Y LA FLUENCIA

Un primer requisito para fluir es encontrar un equilibrio positivo entre dos elementos: los desafíos que crees que deben afrontar y las habilidades que crees tener. Es un concepto sencillo pero importante al que nos referiremos a lo largo de todo el libro como equilibrio DH, y es de importancia crítica para la comprensión de cómo ocurre la fluencia. D de desafíos, H de habilidades.

El equilibrio DH es la regla de oro de la fluencia. Más adelante en el libro presentaremos información más específica de cómo puede cambiar el equilibrio entre desafíos y destrezas para incrementar las situaciones óptimas para que ocurra la fluencia.

Un punto a recordar aquí es que es la percepción subjetiva la que predice la fluencia. Esto quiere decir que no son tanto los desafíos o habilidades objetivas en una situación lo que determina la calidad de la experiencia, sino lo que la persona piensa de las oportunidades disponibles y de su capacidad de actuar. Así que, ya esté en fluencia en deporte o si sufre de ansiedad o aburrimiento, eso depende en gran medida de su percepción.

Tanto desafíos como habilidades pueden ser desarrollados progresivamente en estadios claramente definidos de complejidad creciente. Cuanto más mejoramos en la dimensión de las habilidades, más difíciles son los desafíos. Romper la marca de una milla en cuatro minutos era visto en su día como un desafío final: muchos corredores de élite de media distancia aceptaron este reto y trataron de extender las fronteras de la actividad humana en esta disciplina. Cuando la milla en cuatro minutos fue alcanzada, se propusieron nuevos desafíos; hoy, los corredores de fondo de élite tienen momentos de su propia factura que fijan los límites de realización potencial.


Figura 1.1 Las respuestas ESM de una muestra de más de 800 adolescentes estadounidenses representativos entre los 11 y los 18 años. Fuente: datos no publicados del Sloan Study of Adolescent Development (1995), C. Bidwell, M. Csikszentmihalyi, L. Hedges y B. Schneider, investigadores principales. Universidad de Chicago.

Vayamos brevemente a ver cómo el equilibrio DH prepara la escena para la fluencia. Piensa en una situación en el deporte en la cual sientas que puedes realizar el desafío. Quizás era una competición para la cual te habías preparado duramente. En cuanto te sitúas en la línea de salida, te sientes ilusionado y un poco nervioso: ilusionado porque estás bien preparado, nervioso porque esta competición significa mucho para ti, y querrás dar lo mejor de ti mismo. Crees que podrás lograr tu meta, pero dado que no es una situación fácil, debes disponer de todo el esfuerzo de que seas capaz.

Los mejores atletas se crecen en tales situaciones. Saben lo que deben hacer y creen que pueden triunfar. Su mente está ordenada, con metas claras que encauzan sus pensamientos tan intensamente que no queda lugar para preocuparse de uno mismo o de sus problemas. La concentración está dirigida totalmente hacia la actividad. Los jugadores están tan en sintonía con lo que están haciendo que rápidamente perciben los matices más imperceptibles de su juego y hacen ajustes para mantenerse en la brecha.

Este estado óptimo de fluencia aparece cuando las habilidades de una persona encajan con sus oportunidades de actuar -en otras palabras, cuando el equilibrio DH está actuando. Ahora utiliza el ejercicio siguiente para ver si puedes recordar otros momentos en la práctica de tu deporte en que experimentaste el equilibrio DH y recuerda con más detalle cómo te sentiste durante esos momentos.

Rememorar experiencias de fluencia

El siguiente ejercicio te servirá para comprender la fluencia. Coge una hoja de papel y escribe tu respuesta a lo siguiente:

Piensa en un momento en el que estuvieses totalmente absorto en lo que estabas haciendo: un momento en el que te sintieses fuerte y positivo, sin preocuparte de ti o de una posible derrota. Describe la situación de forma tan precisa como te sea posible: cuándo y dónde ocurrió, con quién estabas, qué estaba sucediendo para que llegaras hasta ese estado, y cómo empezó la experiencia. Mientras recuerdas tu experiencia, utiliza tantos sentidos como puedas para imaginar el suceso. Apunta los pensamientos, las sensaciones y las impresiones de la experiencia, incluyendo cómo te sentiste después de que acabase.

Habrás experimentado este estado en una actividad en muchas ocasiones o sólo una vez. Tu experiencia puede que ocurriese en el trabajo, durante la actividad deportiva o mientras pasabas un buen rato con tus amigos. Algunas personas experimentan fluencia a menudo; otros, raramente, si es que les ocurre alguna vez. Cuanto más claros sean tus recuerdos de lo que estaba ocurriendo antes y durante el momento en que experimentaste la fluencia, más fácil será preparar la escena para que suceda de nuevo.

DESCRIPCIÓN DE FLUENCIA POR UN CICLISTA

A menudo podemos conectarnos con la fluencia escuchando a otros describir sus experiencias óptimas. Aquí les presentamos a Simon, un ciclista de élite cuya descripción de la experiencia de fluencia viene a continuación. En el capítulo siguiente, en el cual se explican las diferentes dimensiones de la fluencia, de nuevo nos referiremos a ejemplos acerca de las experiencias óptimas aportados por Simon. Encontrarás ejemplos de Simon intercalados a lo largo de todo el libro.

Era el último día del Tour. Vestido con la malla amarilla, tenía por delante 100 km para defenderla hasta la meta. El final de esos 100 km era un puerto de 7 km, y estaba con internacionales mejores escaladores que yo mismo. Había allí mucha presión, pero el prestigio en juego ayudaba a superarla, y me «salí». Estaba totalmente absorto, actuando al 110%; eso era lo único que me importaba en la vida en aquel momento. Simplemente me maravilló ver cómo pude mantener esa concentración tan alta durante tres horas. Estoy acostumbrado a que mi mente divague, especialmente bajo presión. Sentía mi cuerpo genial. Sentía que nada podía salir mal y nada podía detenerme o interponerse en mi camino. Y estaba preparado para enfrentarme a lo que fuera, y no temía nada que me pudiera ocurrir, era sencillamente estimulante. Después de esta experiencia, no podía volver a un estado normal, estaba como «chutado». Me sentía como si quisiera seguir pedaleando y subir esa colina de nuevo.

Experiencias como la que describe Simon corresponden a momentos de fluencia muy especiales, el tipo de experiencias que quedan grabadas en la mente de los atletas. No todas las experiencias de fluencia serán tan estimulantes, pero todas son valiosas. Saber qué condiciones llevan a la fluencia puede ayudar a conseguir el máximo disfrute del deporte y de la actividad física. En este libro discutiremos los factores que a los atletas les han parecido útiles a este respecto. De cualquier modo, eres probablemente tu fuente más importante de información acerca de experiencias de fluencia. Es decir, la fuente crucial es la que reside en cada uno de nosotros como individuos, ya que es el modo en que uno utiliza la información lo que determina la experiencia que se tiene. Así pues, cuanto más clara sea tu idea de lo que te permite disfrutar la fluencia, mayores serán las opciones de reproducir la experiencia una y otra vez.

En nuestra investigación, ha sido apasionante descubrir cómo los atletas describen consistentemente sus sensaciones en estos momentos cumbre. Algunas de las citas puede que te sugieran un sentimiento familiar para ti, y te ayuden a recordar momentos similares en tu propia participación deportiva:

Me siento como si estuviera muy involucrado en la prueba, pero tal implicación incluye una enorme aprobación personal. Es casi como si estuviera flotando de un lugar a otro... puramente por instinto más que por cualquier otra cosa. Lo cierto es que en momentos así no sientes dolor. No sientes que estés yendo demasiado «a saco» o que eres demasiado blando; simplemente fluyes. Sencillamente fluyendo no sientes que respiras -no es trabajoso. Es realmente eficiente: sientes que estás siendo realmente eficaz. Y parece que seas un motor: una máquina. Pero estás controlando tu máquina. Es como estar en un estado de suspensión: juzgas el ritmo necesario para tu condición física; es algo psíquico.


En esta descripción, puedes ver por qué esta experiencia óptima se conoce como fluir. El atleta de la segunda cita se refería a la fluencia y fluir en su descripción de lo que estaba ocurriendo cuando se hallaba en este estado especial. Cuando Mihaly Csikszentmihalyi investigó por primera vez estados de total compromiso entre un gran abanico de gentes y actividades, encontró que sus entrevistados usaban el término fluir en sus descripciones. El términocaptura la esencia de lo que ocurre cuando uno está totalmente abosorto en una actividad.

Se han encontrado temas comunes en descripciones de compromiso total que guiaban a una experiencia óptima. En realidad, la fluencia parece tener un conjunto de características universales, las cuales describimos con detalle en el siguiente capítulo. Acabaremos este capítulo intentando incluir el concepto de fluencia en el contexto de otros términos que han sido utilizados en asociación con momentos óptimos.

EXPRESIONES QUE LOS DEPORTISTAS UTILIZAN PARA DESCRIBIR EL ESTADO DE FLUENCIA

Se han empleado muchos términos para describir esos momentos en que las cosas van verdaderamente bien en el deporte: «en la brecha», «chutado», «con el piloto automático» o «en la zona», para mencionar unos cuantos. La tabla 1.1 contiene algunas de las expresiones que los atletas usan habitualmente para describir el estado de fluencia. Tú tendrás probablemente tu propia manera de describir los momentos óptimos, y podrás añadirlos a la lista en el espacio inferior de la tabla 1.1.

Fluir, en primer lugar, fue descrito como una experiencia autotélica, para denotar así un estado mental que es intrínsecamente valioso. La palabra autotélico proviene de dos palabras griegas que describen la realización de algo por el propio bien (auto = uno mismo; telos = meta, finalidad). Fluir es un término más sencillo, y que la gente utiliza más a menudo para describir este tipo de experiencias.

Cuando la gente habla acerca de sus experiencias de fluencia menciona dos características clave: que estas ocasiones especiales aportan disfrute y son óptimas. Por esta razón, los términos disfrute y experiencia óptima se usarán indistintamente como sinónimos del término fluir a lo largo del libro. Puedes pensar en el disfrute y en la experiencia óptima como dos puntos a lo largo de una «línea continua». El disfrute estaría más acorde con los niveles bajos hasta los medios de la fluencia, mientras que la experiencia óptima alude a los niveles más altos.

Tabla 1.1

Expresiones utilizadas por los atletas para describir el estado de fluencia

En una burbujaYendo como una seda
Satisfacción completaNo importa nada más
FocalizadoLevedad
En la zonaEn la brecha
Compromiso totalRitmo óptimo
SosegadoFluyendo
Con el piloto automáticoEn sintonía / En la onda
Todo está conectadoRapidez fácil
En marchaBajo control
Duro y no blandengueConsistente
ConcentraciónCompostura y confianza totales
Yendo rápido y haciéndolo fácilFlotando
IdealSupervivo
ImparableControl total

Describe la fluencia con tus propios términos:

Para distinguir fluir de otros conceptos similares, la actuación cumbre se utilizará para describir los niveles más altos de la actividad. Los atletas experimentan a menudo fluencia durante las actuaciones cumbre, pero no necesariamente sigue siempre una experiencia de fluencia a cada actuación cumbre.

Otro término que comparte muchas similitudes con fluir es experiencia cumbre. Originalmente acuñada por el psicólogo Abraham Maslow, la experiencia cumbre se refiere a momentos de máxima alegría que pueden deberse o no a nuestro propio mérito. Estas experiencias también pueden tener las características de la fluencia, pero fluir no está únicamente reservado para estos momentos extraordinarios. La fluencia puede ocurrir durante actividades sencillas, como jugar a pasarse una pelota con un amigo. Ésta no es probablemente un prueba definitoria de la vida de uno, pero puede ser una experiencia de disfrute, que levante los ánimos momentáneamente. La fluencia deportiva también ocurre, por supuesto, en los momentos cumbre de la línea continua antes mencionada, donde emergen las experiencias óptimas y culminantes. Son los momentos que los atletas recuerdan y atesoran, y como están tan por encima de lo ordinario, son los primeros que recuerdan cuando describen ocasiones en las que han estado fluyendo.

POR QUÉ LA FLUENCIA ES IMPORTANTE PARA LOS ATLETAS

Realizar actuaciones cumbre es una meta muy importante para los atletas y entrenadores de deportes de competición, y la fluencia puede facilitar tales resultados. La mentalidad que acompaña la fluencia tiende a presionar a la persona para que vaya más allá de sus límites, y ésta es una de las razones por las que la fluencia es tan importante para los atletas que buscan hacerlo lo mejor posible. Tanto atletas como entrenadores saben que es difícil que el cuerpo dé su máximo rendimiento cuando la mente no está centrada.

Mientras que la fluencia es importante para aquellos que buscan las actuaciones cumbre, las experiencias de fluencia son también valiosas por sí mismas, sin importar los resultados que éstas produzcan. Cuando estás demasiado centrado en los resultados, puede perderse fácilmente la experiencia. Si estás demasiado preocupado por vencer en un prueba, podrías no alcanzar el estado mental necesario para la victoria. Esto puede ser desastroso para la actividad. Incluso peor, si pierdes la sensación de disfrute que justifica en primer término la existencia de los deportes. En tal situación, ¿qué beneficio has obtenido?

De este modo, mientras que una prueba que incluye la fluencia podría se definida también como experiencia o actividad cumbre, hay muchas otras oportunidades para la fluencia que no están reservadas para momentos de la máxima felicidad o mejor actividad. La fluencia empieza con simples momentos absorbentes en un extremo de la línea continua y con los momentos definitorios de la experiencia óptima al otro extremo. Ambos tipos de experiencia hacen valioso el compromiso deportivo, y en este libro cubrimos estrategias que deberían ayudar a los atletas y entrenadores a encontrar la fluencia a varios niveles.

Pero la fluencia no es sólo para aquellos involucrados en el deporte profesional. Es verdad que muchos de los ejemplos y de las ideas contenidas en el resto del libro provienen de la investigación de los autores con deportistas de élite, y tales atletas deberían encontrar útil Fluir en el deporte en su búsqueda del máximo rendimiento. De cualquier manera, la capacidad de experimentar la fluencia no está limitada a los que son deportistas de alto nivel, y ciertamente no depende de la posición social. El concepto de equilibrio DH sirve para todos; todos nosotros podemos encontrar la fluencia en el nivel apropiado de competencia. Los aficionados y los que buscan mantenerse en forma, como los deportistas de élite, también buscan la mayor satisfacción mental y experiencias óptimas a partir del esfuerzo que dedican a la actividad física.

Añadiéndose a la transformación positiva de la experiencia, la fluencia es un espacio para alcanzar el crecimiento personal mediante el desarrollo de una mayor complejidad. Dado que la fluencia es tan agradable, tendemos a buscar situaciones en que la podamos experimentar. Esto supone necesariamente desarrollar habilidades y enfrentarse a mayores desafíos de manera progresiva. Descubrirás, si no lo has hecho ya, que el equilibrio DH no es estático, sino que está en constante superación. Lo que quiere decir que para mantener la fluencia en tu deporte debes incrementar tus habilidades. Más allá incluso, el hecho de incrementar la intensidad de la sensación te está guiando ascendentemente a niveles más altos de actividad atlética.

Comprender la fluencia, de todas maneras, ofrece más que el desarrollo del potencial atlético. Una vez las claves para fluir han sido entendidas, la oportunidad de desarrollar la propia vida de acuerdo a los principios de la fluencia empieza a emerger. A esas alturas, llega a ser posible transformar la vida entera de una persecución estresante y caótica en algo parecido a una agradable danza.

Fluir en el deporte

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