Читать книгу Las Muertes Chiquitas - Mireia Sallarès Casas - Страница 20

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Yo decidí estrenar en el cine Ópera porque sentía que era un espacio capaz de transformarse en una matriz enorme que contuviera todos los cuerpos presentes: los que escuchaban y los que hablaban, borrando límites entre obra y público. También estaba convencida de que habría gente que vendría a ver la película solamente por entrar en el Ópera: una estrategia de seducción y apertura para todas aquellas personas que, a priori, no tenían vínculos o interés ni con el arte contemporáneo ni con el placer de las mujeres. La película merecía ser vista por el público más diverso posible y casi llenamos.

Unos meses más tarde, en una presentación de lo que fue la primera versión de este libro, se me acercó un hombre mayor de aspecto humilde. Me contó que era vecino de la colonia San Rafael y que de pequeño sus padres le habían llevado a ver películas de estreno en el Ópera. Luego el cine cerró y sus padres murieron. Cuando en los noventa volvió a abrir, no se animó a entrar porque el lugar se había recuperado como sala de conciertos de rock hasta que hubo un altercado y se clausuró definitivamente. Aquella vez no quiso perderse la oportunidad, la entrada era gratuita y, con la intención de curiosear disimuladamente y salir antes de que la larga proyección terminara, entró. Sin embargo, a pesar del frío, se quedó hasta el final. Ese día, con un ejemplar bajo el brazo, había venido a felicitarme.

Por eso hemos querido que este nuevo volumen incorpore también el largometraje que vio la luz por primera vez en esas ruinas. Las cinco horas con la voz, el rostro y el testimonio directo de todas las mujeres que compartieron conmigo su historia y viven en este libro. Aquellas que, como yo, entienden que, frente a todo lo que reglamenta y calcula la vida, el placer y la muerte de nuestros cuerpos, la narración es una estrategia de resistencia y supervivencia. Las mismas que amplifican el grito revolucionario mexicano por excelencia. Una frase que atraviesa todas las historias de resistencia, de goce y de sufrimiento de los cuerpos oprimidos en este mundo doliente: los orgasmos, como la tierra, son de quien los trabaja. Y la lucha sigue.

Badalona, agosto de 2019

1Beatriz Preciado, «Revoluciones vivas y muertes chiquitas» en Las Muertes Chiquitas, Blume, Barcelona 2009, p. 75

2Maite Larrauri, «Muertes chiquitas y vida grandota» en Las Muertes Chiquitas, Blume, Barcelona 2009, p. 31

Las Muertes Chiquitas

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