Читать книгу Corruptorado - Mónica Beatriz Bornia - Страница 11
Clases de gente en Roma y en Atenas
ОглавлениеLa gens era una conformación aristocrática, en Roma la constituían los patricios y, en Atenas, los eupátridas. Cada gens conservaba un culto especial, que se transmitía de generación en generación, y era deber de los hijos continuarlo. Los dioses de la gens solo la protegían a ella, y ningún extraño podía ser admitido a las ceremonias religiosas.
Para Fustel de Coulanges, en La ciudad antigua, eliminada la religión hereditaria, la riqueza se transformó en el elemento de distinción social. Así se necesitaba ser rico para obtener las altas magistraturas. Pero la nueva clase no logró conservar el imperio tanto tiempo como la antigua nobleza hereditaria:
Sus títulos a la dominación no eran del mismo valor. No poseía el carácter sagrado de que el antiguo eupátrida estaba investido; no reinaba en virtud de sus creencias […]. No tenía en sí misma nada que ejerciese influencia sobre la conciencia y que obligase al hombre a someterse […]. La riqueza no lo subyugaba. Ante la riqueza, el sentimiento más ordinario no es el respeto, sino la envidia. La desigualdad política que resultaba de la diferencia de fortunas pareció pronto una iniquidad, y los hombres trabajaron para hacerla desaparecer.6
Para dar la definición exacta del ciudadano, hay que decir que es el que tiene la religión de la ciudad. Por el contrario, extranjero es el que no tiene acceso al culto y no goza de la protección de los dioses de la ciudad ni tiene derecho a invocarlos. Los dioses nacionales no aceptan preces ni ofrendas, más que las de los ciudadanos, y rechazan al extranjero, a quien le está prohibida la entrada en sus templos, por lo que es un sacrilegio su presencia durante el sacrificio.
6. Fustel de Coulanges, La ciudad antigua, Ciudad de México, Porrúa, 2007, p. 315.