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CIENCIA

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Asusta e impresiona a la vez desde un punto de vista científico y personal. Empezamos fuerte.

Habían aparecido ya cientos y cientos de maravillas en los campos, pero las mentes ajenas a la Tierra que desean concedernos la oportunidad de contactar con ellos decidieron dar un paso definitivo en su desembarco intelectual a través de las matemáticas, el lenguaje común de todo el universo.

Se hablaba de fraudes antiguos e incluso de gente que se interesó en el tema tratando de replicar de forma inexacta cualquier tipo de perfección, pero había que dejar claro que todo iba en serio.

Se necesitaba hacer saber que las mentiras de las autoridades en los años setenta no iban a parar a ninguna parte en un proceso de contacto que quizá dure siglos, y que el hombre, según su criterio, ya estaba preparado en los albores del siglo XXI para afrontar la gran aventura de aprendizaje que los crop circles suponen.

Y allí apareció. ÉL. Lo podemos poner en mayúsculas. Un diseño de 409 círculos abarcando varios campos de fútbol en su extensión, para que nos hagamos una idea. Exactamente 267 metros o 876 pies de diámetro, todo un prodigio. Sus matemáticas eran imposibles y las plantas encontradas en sus kilométricas y bellas líneas eran la prueba definitiva de la imposibilidad de la creación de un diseño así, más aún en una colina inclinada, como es Milk Hill, en la que he estado. Como ya se había descubierto anteriormente, las plantas, una a una, estaban modificadas genéticamente para haberse torcido en su longitud de tallo exacto, y el diseño nos enseñaba un hecho que abarcaba dimensiones hacia el infinito.

¿Por qué puede decirse esto? Es difícil y fácil, a la vez. ¿Cómo representar que esa inteligencia conocería a la perfección nuestro Sol al haber llegado ya aquí, y cómo mostrar todos los fundamentos del espacio y el tiempo a la vez?

Mostrando una galaxia. Luego mostrarían su manera de haber llegado con túneles de espacio-tiempo, sí, pero primero, una galaxia. Estamos en la Vía Láctea, una de entre los dos mil millones de galaxias que existen en el universo, que sepamos. Un mensaje precioso.

Y había que mostrarla con algo básico, simple, pero a la vez complejísimo: circunferencias rotando, tal y como rotan y se mueven ellas bajo las matemáticas universales. Allí, en lo más desconocido del cosmos.

Si la comparamos, por ejemplo, con la galaxia NGC 4414 de la constelación Coma Berenice, podemos observar que su movimiento, su núcleo y los núcleos de sus estrellas son idénticos a nuestro primer crop circle analizado. Y es toda una declaración de intenciones: lo que veis vosotros, también lo vemos nosotros. Os lo mostramos en dos y tres dimensiones. Descubriréis más con el paso del tiempo. Os enseñamos que entendemos la ciencia tal y como la entendéis vosotros poco a poco. Vais bien.

Vais en la buena dirección, y este crop circle celebra los logros de nuestras matemáticas y nuestra ciencia, llevándonos a una comparación gráfica definitiva que va enseñando a la humanidad lentamente la importancia de la energía de la Tierra y los cuerpos del cosmos desde la aparición de nuestro universo hace 13.800 millones de años desde un lugar imposible de imaginar por nosotros y posiblemente por ellos también.

Y esto (y esta va a ser la frase estrella del libro), no era una casualidad: en el increíble fenómeno de los círculos de las cosechas aparecen menciones a fenómenos meteorológicos energéticos desde hace varios años y, en evolución que apuntan a un fenómeno desconocido hasta la fecha, los huracanes espaciales. Y aquí ya los vemos.


A principios de 2021 se ha sabido que, mediante inteligencia artificial, un equipo de científicos de la Universidad de Shandong, en China, tras recopilar datos desde 2004, había logrado la primera instantánea de este increíble suceso, que ocurre al interaccionar la energía del Sol con la energía de la Tierra, lo que muchísimas culturas entendieron como Gaia, la cual se podía canalizar y que, efectivamente, tiene escenificación gráfica: se puede dibujar. Todas las culturas de nuestro planeta lo han sabido. Ahora nuestros satélites lo están mirando con lentes. Son los huracanes espaciales.Esa era la instantánea, pero ocurrió algo fascinante. Para entender la figura de Milk Hill de 2001, teníamos que aprender a leerlo. Esto ocurrió en 1996 y 1997, ya que al lado de Stonehenge ya habían aparecido las primeras lecciones. Hablamos de aprender a leerlos y, además, de empezar a acercarnos a los fractales, maravillosos protagonistas del fenómeno.

El día 7 de julio de 1996 apareció esta maravilla de 280 metros en trigo, la cual ya mostraba una vista parcial de un conjunto de Mandlebrot, posiblemente el fractal más famoso del mundo.

Es lo que hay que aprender antes de la galaxia y muestra el paso cuatro de una secuencia de zoom: el punto final central de la “cola de caballito de mar” es también un punto de Misiurewicz.

Estamos ante un aprendizaje.

De hecho, era imprescindible seguir exponiendo figuras con las matemáticas más impresionantes que hemos descubierto los seres humanos. Tras el precioso conjunto de Julia, que se quiso enseñar cantando una belleza extrema con esta geometría, había que hacer alusión al número tres, el preferido de Nikola Tesla, el científico que aparecerá también en esta obra por sus descubrimientos en electromagnetismo. Vemos estas dimensiones descubiertas y ahora el siguiente paso: El triple “Conjunto de Julia”, o “Julia Set”, antes de ir a la Galaxia, apareció en trigo con un diámetro de 304 metros el 30 de julio de 1996 de nuevo en plantas de trigo.


Pero, ¿por qué los extraterrestres nos lo enseñarían? Por la suma importancia que tiene este planeta debido a sus características que hacen posible la vida. Habrá otros mundos maravillosos, pero han encontrado este y sus características les han interesado. Y nosotros también. ¿Nos crearon ellos y han querido ver nuestra evolución?

Sería el momento de hacer el contacto, por tanto, ahora que hemos entrado en la era de la informática y la astronomía.

Los huracanes espaciales están asociados con enormes cantidades de energía, y deben ser creados por una transferencia inusualmente grande y rápida de energía eólica solar y partículas cargadas a la atmósfera superior de la Tierra. ¿Qué le pasa a nuestro Sol?

Hay muchísimos mensajes en los crop circles que aluden a su actividad porque una tormenta solar puede pasar factura a nuestros satélites y nuestra tecnología. Debemos ser conscientes de ello. Debemos controlar lo que viene del Sol y entender la Tierra, la energía de nuestro mundo, lo que muchas culturas llamaban Gaia, entender ahora, en los albores del siglo XXI, que en el futuro este fenómeno provocará importantes efectos meteorológicos en la Tierra si no nos protegemos o no lo prevemos.

Debemos entender que la resistencia de los satélites futuros ante posibles tormentas solares que modifiquen el electromagnetismo es vital. Las perturbaciones en las comunicaciones por radio de alta frecuencia (HF) aparecerán, posiblemente porque a ellos les pasó, y un aumento de los errores en la ubicación del radar sobre el horizonte, la navegación por satélite y los sistemas de comunicación debe conocerse, sabiendo que existen más de tres dimensiones, cuatro, incluyendo el tiempo. Básicamente, hay que mirar a las galaxias para sobrevivir. Sabemos que veis ya galaxias, pero debéis controlar la energía de vuestro mundo. El triple Julia Set, si nos fijamos, también se parece a un molino de viento de energía eólica. Energía limpia. Como decimos y diremos. No es casualidad.

Y cómo se lo decimos... podría pensar, la inteligencia que hay detrás de todo. Por nuestra parte, hay que ir a la escuela para entender poco a poco todo…y, sobre todo, empezar a declarar la autenticidad del fenómeno. Los crop circles están asociados a los OVNIS, un tema que aún es polémico porque la comunidad científica aún sigue pensando que sí es posible realizar algo así de forma artificial por parte de los seres humanos. Bien, pues Milk Hill 2001 era lo que se necesitaba. El sol, las galaxias, la tecnología, el fenómeno OVNI, las plantas impolutas, la vigilancia, la bondad, y la visión entera de nuestra vida. Y las dimensiones.

Círculos de las cosechas: ciencia y espiritualidad

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