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Ciencia

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Una estrella de siete puntas perfectas que evoca nada más empezar una molécula que será vital en el desarrollo de la salud del mundo en los siguientes años, el llamado en inglés “tropilyum cation”, soluble en agua, usado en la industria de las fragancias y la cosmética. Bien.

En química orgánica, el ion tropylium es una especie aromática con una fórmula de [C7H7]+. Su nombre deriva de la molécula tropina (a su vez llamada así por la molécula de atropina).

Las sales del catión “tropylium” pueden ser estables, por ejemplo, el tetrafluoroborato de tropylium. Puede estar hecho de cicloheptatrieno (tropilideno) y bromo o pentacloruro de fósforo.

Esto no es un libro de química. ¿Por qué decir todo esto? Porque el mensaje es tremendo: en el manejo respiratorio que tienen que tener en las ambulancias, en el primer momento, en el tratamiento, en el 112 contra el COVID-19, en la evaluación inicial extrahospitalaria, antes de llegar al hospital, en la estimación de la severidad del SARS-CoV-2 al respecto de los cuadros respiratorios, la atropina es vital.

Se deben valorar y administrar coadyuvantes como metoclopramida 10 mg iv antisialogogo y como atropina 0,6 mg iv para estabilizar al paciente. Un cuidado.


Y aquí llegamos al fondo del mensaje: fue también un mensaje químico doble, porque esta molécula de Ackling Dike 2018 con sus enlaces dobles apareció al lado de una montaña realizada por el hombre para ritos funerarios en el año 2.800 a.C. y, la atropina, si no se administra adecuadamente, puede producir un efecto de química llamado “organocatálisis”.

Muchos seres humanos fallecieron allí, construyendo aquella montaña inmensa. ¿Por qué la construirían? El mensaje de esa organocatálisis es fascinante, porque en la actualidad se está investigando esa vía para erradicar el COVID-19. Son los catalizadores orgánicos más ecológicos basados en metales y ofrecen una amplia gama de posibles aplicaciones en la industria química.

Nos permitirán un acceso más rápido a sistemas de estructuras complejas y nuevas arquitecturas moleculares.

El desarrollo de organocatálisis tiene varias rutas sintéticas hacia análogos macrocíclicos de organocatalizadores de imidazolidinona, prolina y prolinol éter. Se conseguirá, para entendernos, construir carreteras para llegar al desierto donde está el monstruo.

Pero hay más, mucho más. Ackling Dyke 2018 es una estrella de siete puntas con motivos mayas en sus cuadros, evocando el principio de la construcción. Si nos damos cuenta, aparece la representación de un sol en su centro y fuera de las circunferencias otras siete estructuras más.

La inteligencia que está detrás de los círculos de las cosechas celebró así directamente nuestros avances pacíficos en astronomía y realizó un diseño que apuntó al hallazgo del sistema solar TRAPPIST-1 con siete planetas. Siete puntas y siete planetas.


Fue uno de los grandes descubrimientos de ese año.

El anuncio de que se habían encontrado siete Tierras alrededor de una misma estrella, a 40 años luz, fue acogido con entusiasmo tanto por parte de los científicos, como de muchos ciudadanos, más aún cuando se confirmó que los planetas TRAPPIST-1 d y e son los que más posibilidades tienen ser de ser habitables, confirmando así lo que otros equipos habían sugerido en años anteriores.

Lo más fascinante, como decíamos anteriormente, es que este dibujo ocupa la localización exacta para que aparezcan dos sombras en una de las espirales, algo que solo puede verse apuntando directamente a dos planetas con posibilidad de tener vida en su interior, igual que ocurría cuando el pueblo entero de hace cinco mil años esperaba un momento preciso de su calendario solar basado en el solsticio de verano.

Lo hicieron en el crop circle y, además, aprovecharon que en la montaña había también dos puntos visibles desde el aire. Una genialidad solo visible desde el cielo. La estrella de siete puntas, base de los megalitos, aparece claramente en esta preciosa figura, evocando la construcción que se realizó.


La mención a los mayas, sus calendarios y su forma de expresarse con su tiempo y sus dioses la abordaremos más adelante, pero lo más asombroso es que son las mismas matemáticas en pueblos que no se conocían entre sí y estaban separados por miles de kilómetros, perteneciendo además a épocas distintas, sin capacidad de llegar o contactar la una con la otra.

Pero aquí, en los crop circles, veremos que es la misma cultura que expuso un saber profundo a aquel pueblo de la península del Yucatán, y a sus mismos dioses. Kukulkan aparece también en los crop circles. Pero no solo eso. Aquí estamos ante un seguimiento impecable hacia nuestras culturas y nuestra ciencia. Desde la carrera espacial, hasta las conjunciones que pueden verse con nuestro planeta de por medio. Desde nuestra manera de ver el mundo hasta la química más profunda: la búsqueda de la medicina desde las construcciones. Construir templos para obtener respuestas.

Círculos de las cosechas: ciencia y espiritualidad

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