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EL ENAMORADO DE LA REPÚBLICA

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Todo estudio sobre el pensamiento de Maquiavelo tendría que centrarse —creo yo— en esta última obra, concebida en un plano teórico desinteresado no circunstancial, y no en El Príncipe, escrito en condiciones anímicas excepcionales y con una finalidad circunstancial determinada (recuperar el empleo, hacer menos duro el dominio de las nuevas autoridades sobre el pueblo florentino), que a posteriori se transforma en la otra: hacer de Florencia el núcleo activo de la unificación de Italia.

Estos Discursos estudian la vida política de los tiempos de Maquiavelo a través de un comentario puntual de la historia de la república romana hasta las guerras samníticas inclusive. ¿Por qué eligió Maquiavelo esa parte de la obra de Livio? La razón reside en la tendencia, típicamente humanística, a buscar en la antigüedad útiles modelos de conducta. En esa primera “deca” de la obra de Livio, Roma es aún la polis dentro de la cual el pueblo pugna por desempeñar su papel, y su engrandecimiento en los límites de la península itálica se parece, especialmente en sus comienzos, a la expansión de algunas de las ciudades de Italia, y en particular de Florencia, en las postrimerías de la Edad Media. Era un proceso que se daba a través de luchas entre los principales estados italianos, interrumpido por “la diplomacia del equilibrio” de Lorenzo el Magnífico, pero que se podía reanudar en cualquier momento, ahora que había que luchar contra un enemigo común, el ocupante extranjero. Por eso la historia de la república romana le parece a Maquiavelo tan actual.

En esos escritos anteriores a 1512, se revela claramente la figura espiritual de su autor, enamorado de su república florentina, pesimista, mordaz, con una aptitud para la metáfora política que no ha sido bastante estudiada, con cierto desprecio de raíz popular por los personajes encumbrados, con un amor profundo por la libertad, cuyo fundamento reconoce en la igualdad. (Dice que los Suizos gozan de una “libre libertad” porque su población es homogénea y nadie sobresale entre los demás, sino en el breve período en que desempeña una magistratura.)11

A todo esto Maquiavelo agrega el convencimiento de que sólo el pueblo en armas y no la milicia mercenaria, es decir, el ejército profesional de ese entonces, podía defender la independencia de la patria y la libertad de los ciudadanos. Como funcionario del gobierno florentino, Maquiavelo, a partir de 1506, trató en efecto de organizar esas milicias ciudadanas, que eran muy bisoñas en 1512 y no estaban estructuradas como su creador hubiera querido; por esto y otras razones que sería muy largo examinar aquí, fracasaron al defender la ciudad del ejército español que en ese año puso prácticamente la ciudad en manos de los Médici. Pero éstos no perdonaron a Maquiavelo el haberlas creado.

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