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2Biomecánica de la columna vertebralNúria Massó

“El objetivo final del arte es mostrar los tejidos internos del alma” Manuel Viola

La columna actúa como pilar o soporte del tronco. Gracias a los músculos del tronco y la pelvis, que actúan como elementos tensores, la columna mantiene su postura. Esta postura ha variado notablemente en el curso evolutivo del ser humano, sobre todo con el paso de la estación cuadrúpeda a la estación bípeda o bipedestación (el “estar” sobre los dos pies). Estos mismos cambios en la columna los podemos apreciar durante la maduración esquelética del niño, antes y después de que pueda mantenerse sobre dos pies e iniciar los primeros pasos. Antes de la bipedestación, la columna mantiene una única curvatura, que permite el soporte del tronco y el apoyo sobre cuatro puntos. La maduración del sistema nervioso perfecciona el control postural, más difícil sobre dos puntos de apoyo que sobre cuatro, y permite el enderezamiento del tronco y la liberación de las manos para la manipulación de objetos. La columna debe adaptarse a ello a través de la curvatura lumbar (lordosis lumbar). A la vez, la columna debe añadir curvas a nivel superior, dorsal y cervical, cuyo efecto mecánico permite mejorar su resistencia a la carga (figura 2-1).


Figura 2-1. Aparición de las curvas de la columna en relación con la adquisición de la postura bípeda.

POSTURA Y CURVATURAS FISIOLÓGICAS DE LA COLUMNA VERTEBRAL

En un plano frontal no deben existir curvaturas, si bien es muy frecuente la existencia de pequeñas desviaciones laterales (escoliosis) que aparecen o se acentúan en general en la etapa puberal o prepuberal. Cuando la curvatura es muy marcada constituye ya una patología y requiere tratamiento rehabilitador o incluso quirúrgico. Pero las formas más habituales son casos leves, para los cuales suele ser beneficiosa la práctica de la danza por aportar elementos de mejora del control postural y por potenciar el trabajo de los músculos del tronco.

En un plano sagital existen tres curvaturas fisiológicas, que son la lordosis cervical, la cifosis dorsal y la lordosis lumbar (figura 2-1). A veces existe un incremento de alguna de las curvaturas. Es frecuente en la zona lumbar y en el sentido de la hiperlordosis. Esta hiperlordosis puede tener varias causas. Una de ellas es la pérdida del equilibrio entre las fuerzas musculares actuantes sobre la columna y responsables de su postura correcta. Un desequilibrio de este tipo puede proceder de un exceso de alguna de estas acciones, de una disminución de alguna de ellas o bien de la combinación de ambas. El acortamiento del músculo psoas es una de las causas. En bipedestación arrastra la columna en sentido anteroinferior, incrementando la curvatura (figura 1-38). También un exceso de tensión por parte del músculo recto anterior del cuádriceps puede ser causante de ello, puesto que actúa sobre la pelvis.

El tono de los músculos abdominales es importante para controlar esta tendencia. Estos músculos trabajan a modo de faja incrementando la presión y cerrando el espacio entre la pelvis y las costillas por su cara anterior, por lo que controlan la lordosis lumbar (figura 2-2).


Figura 2-2. Músculos abdominales.

Existe un modo sencillo de apreciar un acortamiento bilateral o unilateral de los músculos psoas y/o recto anterior, que podemos apreciar en la figura 2-3.

Cuando se acentúa la curvatura existente a nivel dorsal, hablamos de una hipercifosis dorsal. A veces se debe a la misma hiperlordosis lumbar que provoca una acentuación compensatoria en sentido contrario a nivel superior. También puede existir una hiperlordosis cervical.

Las variaciones respecto a la normalidad no son siempre en el sentido de la acentuación de la curvatura. Puede darse una pérdida o disminución de la curvatura.

A nivel cervical podemos observar una pérdida de lordosis cervical en aquellos casos en que existe una contractura de ciertos grupos musculares, generalmente por defensa, cuya acción facilita la flexión de las vértebras cervicales, y, por tanto, se pierde grado de lordosis.

A nivel dorsal existen casos de “torso plano”, llamado así porque muestra un segmento dorsal con una cifosis muy disminuida o inexistente, y relacionada con un tono importante de los músculos extensores dorsales. El “torso plano” es relativamente frecuente en la danza y tiene relación con el trabajo muscular y algunos factores posturales (figura 2-4).

A nivel lumbar se pierde grado de curvatura, entre otras causas, por desequilibrios musculares; por ejemplo, cuando los músculos isquiotibiales están acortados, lo cual se observa con cierta frecuencia en la etapa puberal del desarrollo y con mayor facilidad en los hombres. La cortedad de isquiotibiales conduce la pelvis a una basculación retrógrada que arrastra la columna lumbar flexionándola (figura 2-5).

Desde el punto de vista evolutivo, la adquisición de las curvaturas de la columna se asocia con cambios posturales en la extremidad inferior. La rodilla, al pasar a la posición bípeda, puede ya mantener una postura en extensión completa, en contraposición a la semiflexión que mantenía frecuentemente en la estación y locomoción cuadrúpedas. También la cadera realiza algunos cambios.



Figura 2-3. Test para comprobar si existe acortamiento de los músculos psoas y/ recto anterior. a) Test normal. b) La flexión de una cadera provoca basculación de la pelvis. Si los músculos anteriores de la cadera contralateral están acortados, se produce un cambio posicional hacia la flexión.


Figura 2-4. Torso plano.


Figura 2-5. Acortamiento de los músculos isquiotibiales. Al realizar ejercicios tipo battements y elongar dichos músculos, la pelvis se ve obligada a bascular y disminuir la lordosis de la columna lumbar.

Esta postura en la extremidad inferior determina un cambio postural de la pelvis, el sacro y la columna lumbar, que a su vez condiciona la postura de los segmentos superiores. En el niño observamos también estos cambios musculoesqueléticos adaptativos. Así vemos cómo las articulaciones adaptan su forma y postura a la forma de estar y deambular que, a su vez, nos viene permitida por el perfeccionamiento del equilibrio y el control postural.

Podemos decir que la danza da lugar a un paso adaptativo más. El entrenamiento de las posturas y gestos específicos conduce a lograr no sólo la extensión completa de la rodilla, sino también a menudo la hiperextensión de la rodilla, acompañada a menudo de hiperlordosis. En realidad, el control postural del bailarín debe adaptarse y madurar forzosamente, ya que requiere de un frecuente “estar” y “moverse” no sobre dos apoyos, sino sobre uno solo. Podríamos decir que en la práctica de la danza se requiere un paso madurativo más, en el que el control de la postura y los cambios musculoesqueléticos van otra vez a la par.

En esquema tenemos (figura 2-6):

Posición cuadrúpeda:

Flexión de la rodilla.

Escasa flexión plantar del pie.

Curva de la columna vertebral única.

Control postural primitivo.

Posición bípeda:

Extensión completa de la rodilla.

Más flexión plantar del pie.

Tres curvas en la columna vertebral.

Cambios de los sistemas de control postural.

Monoestación y posiciones en la danza:

Hiperextensión frecuente de la rodilla.

Hiperlordosis lumbar frecuente.

Flexión plantar del pie acentuada.

Control postural perfeccionado.


Figura 2-6. Cambios evolutivos y posturales asociados.

LA UNIDAD FUNCIONAL DE LA COLUMNA VERTEBRAL

La columna vertebral ejerce funciones de movilidad y de soporte de carga. Dos vértebras adyacentes, junto con su disco intervertebral y otros elementos articulares, constituyen una unidad funcional, puesto que reúnen el mínimo de elementos necesarios para cumplir ambas funciones (figura 2-7).


Figura2-7. Unidad funcional de la columna (vista lateral).

Función de carga

El disco intervertebral constituye un cartílago articular especializado para las funciones de la columna. En términos muy generales, sería comparable a un colchón de agua, capaz de absorber la carga correspondiente al peso que soporta la vértebra y distribuirla equitativamente sobre la totalidad de la superficie articular vertebral, sea cual sea la posición de la columna. Posee un núcleo pulposo central, muy acuoso en su composición, y un anillo fibroso en su periferia, cuyas fibras soportan la tensión generada por los movimientos articulares y mantienen al núcleo en su posición correcta. También permite la movilidad requerida a este nivel para acompañar a los movimientos que realizan las articulaciones posteriores (figura 2-7).

A nivel lumbar, el disco soporta una compresión que es proporcional a la carga correspondiente al peso y también a la distancia que le separa de la fuerza correspondiente a dicho peso. Esta fuerza actúa donde se halla nuestro centro de gravedad a un nivel ligeramente anterior a la columna lumbar (figura 2-8).


Figura 2-8. Momento (fuerza x distancia perpendicular) creado por la acción gravitatoria sobre el centro de masa corporal (peso).

El disco en las posturas de la danza

Penchée au dévant

Implica la flexión del tronco sobre la extremidad inferior. El centro de gravedad del cuerpo se traslada en sentido anterior. La presión que soporta el disco es dependiente de la fuerza que ejerce la gravedad sobre el centro de masa del cuerpo y de la distancia perpendicular desde el punto de aplicación de esta fuerza hasta la columna lumbar. A este producto lo llamamos momento (momento = fuerza por distancia perpendicular). Cuanto más distanciemos el centro de masa respecto al disco, fenómeno que se produce al flexionar el tronco hacia delante, mayor esfuerzo por compresión se generará sobre él.

Los músculos extensores del tronco trabajan para mantener el tronco en la posición deseada, creando un equilibrio entre momentos El momento flexor debe ser igual al momento extensor creado por los músculos. De esta forma se crea un equilibrio y se mantiene la posición sin que “caiga” el tronco hacia delante. Las fuerzas musculares generadas también provocan un esfuerzo de compresión sobre el disco (figura 2-9).

Portée

Para el bailarín, el portée implica mayor carga sobre el disco intervertebral. La posición relativa entre bailarín y bailarina hace variar el grado de sobrecarga. El cuerpo de la bailarina implica un incremento de la masa. A mayor distancia perpendicular de la bailarina al centro de gravedad del bailarín, mayor esfuerzo implicado, por el principio que ya hemos comentado del momento flexor.


Figura2-9. Momentos flexor y extensor actuantes sobre la región lumbopélvica en el penchée. Para mantener la posición estática, los músculos lumbares deben trabajar para crear un momento extensor que compense el momento flexor creado por la fuerza gravitatoria.

Movilidad

La columna realiza tres tipos de movimientos en los tres planos del espacio: flexión-extensión, inclinación lateral y rotación axial, y en distinta proporción según cual sea el segmento en acción (cervical, dorsal o lumbar). La unidad funcional de la columna cuenta con dos articulaciones responsables de su movilidad. Son la articulación intervertebral anterior, con su disco intervertebral, y las articulaciones interapofisarias posteriores, principales responsables de la movilidad (figura 2-7). Estas últimas muestran ligeras variaciones morfológicas dependiendo del segmento del que formen parte, lo que determina diferencias a la hora de conseguir grados de movilidad. Son las principales determinantes del movimiento intervertebral. A nivel cervical, estas articulaciones poseen un importante grado de movilidad en los tres planos, destacando la rotación conseguida aquí respecto a la conseguida a nivel dorsal o lumbar. La zona dorsal está más preparada para la inclinación lateral derecha-izquierda. La zona lumbar lo está más para la flexión-extensión. No obstante, las tres zonas de la columna, como ya hemos comentado, pueden realizar los tres tipos de movimiento, aunque en distinta proporción.

La articulación intervertebral anterior con su disco intervertebral es una articulación más destinada a la función de carga, pero posee una movilidad global adaptativa.

La articulación intervertebral posterior en las posturas de la danza

Al realizar una extensión de la columna, las articulaciones posteriores soportan mayor compresión que en posición neutra.

Cambrée

Debe conducir a la extensión incluyendo el segmento dorsal y no sólo el lumbar. Si no es así, existirá una sobrecarga de las articulaciones interapofisarias posteriores del segmento lumbar (figura 2-10a).

Arabesque

Crea también una hiperextensión, con rotación añadida según el grado de torsión de la pelvis (figura 2-10b).


Figura 2-10a. Cambrée incorrecto (izquierda) y correcto (derecha).


Figura 2-10b. Arabesque.

La articulación sacroilíaca

Esta articulación es la formada por las carillas articulares del hueso sacro y las alas ilíacas derecha e izquierda. Realiza movimientos de muy poca amplitud, aunque importantes dado que constituyen la conexión entre los movimientos de la pelvis y de la columna. Los movimientos y las posturas adoptadas por la cadera influyen en la posición de la pelvis, que a su vez utiliza la articulación sacroilíaca para adaptarse.

El cuerpo en la danza

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