Читать книгу Novelando Iberoamérica Hispana en el Siglo XXI - Ofelia Huamanchumo de la Cuba - Страница 11
EDUARDO LAGO
Llámame Brooklyn
ОглавлениеEdiciones Destino
Barcelona, 2006; 397 págs.
Esta novela, ambientada centralmente en Nueva York de los años sesenta hasta el 2010, cuenta los esfuerzos del periodista Néstor Oliver-Chapman en su afán por cumplir con la promesa hecha a su fallecido amigo Gal Ackermann de escribir la novela que este nunca llegara a terminar, pero para la cual había juntado una serie de escritos como base para la construcción final del soñado libro. A Néstor le lleva dos años revisar todo el material heredado y terminar la novela; asimismo, descubrirá la verdadera identidad de su amigo Gal y su apego por el distrito de Brooklyn —nombre que quería ponerle a su inconclusa novela: “Brooklyn”— e irá reconstruyendo el romance que Gal viviera con Nadia Orlov.
Estas historias, la tarea de Néstor, la vida de Gal, el romance con Nadia, no son narradas linealmente, sino con saltos en el espacio, tiempo y perspectiva, en un estilo bastante experimental. La lectura se vuelve un ejercicio nada sencillo para un lector que debe llevar a cabo la reconstrucción de la trama o las tramas, como si de una serie de piezas de un rompecabezas se tratara, que finalmente no resultan un cuadro visible, sino un collage de imágenes que se mantienen unidas por la cuerda que une las piedras disímiles de un raro collar. También se insertan pequeños relatos a la manera cervantina, como la historia del personaje Sam, o la breve biografía del escritor Ralph Bates, que no parecen cumplir función alguna, salvo la de hacer un paréntesis. Todo ello bloquea una lectura fluida, a pesar de que la clave pareciera estar en que desde el comienzo se le hace saber al lector que el encargo de Gal Ackermann da a su amigo será cumplido, lo cual enciende la curiosidad por la trama de la novela que Néstor ha de concluir. Por otro lado, a lo largo del libro se le lanzan flashes al lector, mostrándole las inscripciones de carteles callejeros, anotaciones brevísimas al pie de un libro, inscripciones en una lápida o una pared, rótulos, letreros en neón, notitas en un papel, una partitura, etc.; así, una biografía y un romance pueden reconstruirse no solo gracias a los sinceros sentimientos del buen amigo que quiere cumplir su compromiso, sino gracias a la existencia de textos escritos.
Eduardo Lago (Madrid, 1954) logra en esta su primera novela Llámame Brooklyn no tanto el mérito de rescatar los valores universales como puedan ser el amor, la amistad, la lealtad, de una manera especial, sino que su novela constituye una apuesta personal por el poder de la palabra escrita, casi una estética del documento escrito. Y aun cuando el tema de los escritores y sus cuitas, con un tono intimista, constituye ya una corriente de moda en la literatura en lengua española —fomentada por el chileno Roberto Bolaño— Llámame Brooklyn (Premio Nadal 2006) difícilmente podría atraer el interés de un público alemán, o europeo de habla no española, dado que el tono nostálgico y melancólico al estilo costumbrista español, mezclado con cierto pragmatismo norteamericano que tiñe la novela, es sobrepasado por el marcado corte experimental de su estructura a lo largo de sus casi cuatrocientas páginas, que va contra lo que ‘tradicionalmente’ se espera de una novela española.