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Introducción
ОглавлениеLos orígenes de un pueblo suponen con frecuencia una cuestión delicada, sobre todo cuando, como es este el caso con el pueblo zaza, los testigos de la historia no tienen continuidad y se escapan a posibles verificaciones. Para establecer el “estado civil” de un pueblo, lo más común es que debamos operar con criterios como su nombre, su raza y su lengua, para que podamos estar siempre convencidos de su valor absoluto.2
Las zonas geográficas en las que se extiende el pueblo zaza son muy vastas. Para entender quiénes son los zazas, creo conveniente presentar primero este trabajo, puesto que es importante entender los lazos de parentesco de los pueblos que se han mezclado, y conviene asimismo poner de manifiesto la presencia de unos y de otros en las zonas geográficas determinadas, distinguir sus creencias y sus lenguas. Estos dos elementos son fundamentales y determinan los orígenes de un pueblo. Para ello, presentaré el nombre de los dioses, de las montañas, de las creencias y de los rituales de los diferentes pueblos que vivieron en la Anatolia central y en la Alta Mesopotamia.
En primer lugar abordaré los lazos de parentesco y de relación entre los sumerios y los zazas a través de diferentes fuentes escritas y arqueológicas.
Así pues, se establecerán relaciones entre:
- Hattis/hititas y zazas
- Luvitas y zazas
- Lulubis y zazas
- Hurritas y zazas
- Lengua y creencias
- La dispersión de los zazas a través del Oriente Medio, el Cáucaso y Mesopotamia
- La desaparición del Imperio Hitita
- Neo-hititas
- Los aqueménidas
- Los partos
- Los zazánidas (sasánidas)
- El periodo de islamización
- El periodo de las dinastías
- Los mongoles
- Los otomanos y kurdos contra los zazas
- Los turcos y kurdos contra los zazas
Si los lingüistas, los antropólogos, los arqueólogos y los historiadores hicieran correctamente su trabajo y tuvieran en cuenta los criterios de constitución de la “identidad de un pueblo”, hoy en día el pueblo zaza no quedaría olvidado o apartado por nadie. Sin embargo, para aclarar esta cuestión de la identidad de un pueblo, se responderá a las preguntas siguientes:
- ¿Quién son los zazas?
- ¿En qué región del mundo se encuentran?
- ¿Qué lengua hablan?
- ¿Cuál es su evolución histórica?
Las respuestas adecuadas a estas cuestiones se aportarán según el análisis de los escritos de varios investigadores y de los trabajos de arqueólogos y lingüistas.
Antes que nada, y para una mejor comprensión, hay que saber que el pueblo zaza ha sido tanto llamado “zaza” como “Dımı li”. Desde hace mucho tiempo, una parte de los zazas se instaló al sur del mar Caspio, región llamada Deylemites (actual Irán). Por esta razón, los zazas a menudo son designados con el nombre de “Dımı li”, pues a partir de 650 d. C. algunos zazas hicieron el camino inverso, a saber, de regreso hacia la “madre patria”. Los que volvieron a Deylem, en la Anatolia oriental (sureste de la actual Turquía) son llamados “Dımı li”.
Hay que saber que la historia, la lengua, la cultura, la religión y todo el patrimonio del pueblo zaza ha sido robado, usurpado, ignorado, prohibido y hasta quemado. En una palabra, la memoria del pueblo zaza ha sido borrada por los estados y las potencias de la región. El pueblo zaza ha surcado por los siglos sin valores étnicos. A pesar de todo ello, ha podido salvaguardar el elemento más importante de su existencia en tanto que pueblo: su lengua, el zazaki. Es seguramente este elemento importante de su identidad lo que les ha permitido renacer de sus cenizas.
¿Cómo un pueblo desamparado puede probar su pasado, sus raíces y la existencia de ancestros? Con la ayuda de los elementos primordiales que son su lengua y sus creencias.
En la medida en que los zazas son autóctonos de Anatolia o de la Alta Mesopotamia, nos interesaremos con más detenimiento en las civilizaciones de las zonas geográficas todavía hoy habitadas por los zazas. Al analizar estas civilizaciones antiguas, veremos que hay muchas similitudes entre los sumerios, los hattis/hititas, luvitas, hurritas y los zazas. Por eso trazaremos de manera sucinta la historia de estos pueblos antiguos para entender las relaciones entre estos y el pueblo zaza. Ya que, para nosotros, historiadores, para establecer los orígenes de un pueblo es necesario pruebas, fuentes fiables, y sobre todo es necesario comprender el proceso de la evolución histórica del pueblo en cuestión. Por eso se analizará con detalle las civilizaciones de Anatolia y de Mesopotamia.
El pueblo zaza, todavía en nuestros días, no parece decirnos gran cosa, aun para los lectores más versados.
Asia menor, llamada también Anatolia
Sin embargo, podemos afirmar que el pueblo zaza es uno de los primeros que habitaron Anatolia (actual Turquía), o Asia Menor, y Mesopotamia. Aunque actualmente este pueblo autóctona de Anatolia se perdió en la historia, así como los sumerios, los hattis, los hititas, los luvitas y los hurritas. Gracias a excavaciones arqueológicas conocemos más a los sumerios y sus civilizaciones en Mesopotamia, pero hasta finales del siglo XIX no sabíamos todavía nada de los hattis, de los hititas, de los luvitas y de los hurritas. No fue hasta este periodo, tras diferentes trabajos efectuados en yacimientos en Anatolia, que se sacó a la luz la civilización de los hattis/hititas.
Es importante destacar que en el ámbito cultural, lingüístico y de fe, todos esos pueblos se impregnaron de la civilización de los hititas o formaban parte de las tribus que componían la familia hitita.
Según los investigadores, historiadores y arqueólogos, los hattis eran el pueblo autóctono de Asia Menor. Los documentos encontrados en los archivos acadios (uno de los pueblos de Mesopotamia) demuestran la presencia de los hattis en Anatolia, gracias a sus relaciones comerciales con los acadios.
Los hattis (o hattus) se instalaron allí hacia el 2800-2500 a. C., pero todavía son poco conocidos. El rastro más antiguo hallado de este pueblo de la Anatolia central se encontró en Mesopotamia bajo el nombre de Tierra de los hattis en un documento acadio fechado en el periodo de Sargón de Acad (2334-2279 a. C.). Posteriormente, el país fue invadido, del 2300 al 2000 a. C. por tres pueblos que hablaban lenguas indoeuropeas de una gran similitud. Encontramos a estos pueblos en la literatura hitita bajo el nombre de luvita (o luwita), nesita (hitita) y palaíta. También hay mención del hatti sobre el 1900 a. C. en otro documento proveniente de una colonia asiria de Capadocia.3
Parece que los hattis no disponían de lengua escrita y utilizaban una escritura cuneiforme para sus transacciones comerciales. Los hititas, los luvitas y los hurritas aparecieron en Anatolia, la tierra de los hattis, a partir de 1700 a. C. Por contra, el territorio o la región donde se instalaron los hattis, como se ha dicho anteriormente, era conocido por el nombre de Tierra de los hattis.
Fueran como fueren sus orígenes, los primeros hititas conocidos gracias a los textos se identificaron a principios del segundo milenio en los archivos de comerciantes asirios que fueron a comerciar a la Anatolia central, donde establecieron varios emporios, el más importante fue el de Kanesh/Nesa (el actual yacimiento de Kültepe), donde se desenterraron la mayoría de las tablillas que nos han llegado. El estudio de estas reveló la presencia de varios principados que se repartían la Anatolia central en el siglo XIX: al norte el Hatti (alrededor de Hattusa, entonces llamada Hattush) y Zalpa (cerca del mar Negro), al sur Burushattum (Purushanda en los textos hititas de los periodos siguientes, quizá en el yacimiento de Acemhöyük) y Wahsusana, o también Mama4 y Kanesh, que se sitúa aparentemente en la zona donde los hititas se concentraron más.5
Aunque los historiadores y los investigadores son unánimes en cuanto al hecho que los hattis son el pueblo autóctono de la Anatolia central, por contra, en cuanto a la procedencia de los hititas, los luvitas y los hurritas tienen posturas divergentes. Sin embargo, podemos decir que todos esos pueblos tienen muchas similitudes en el ámbito lingüístico, de creencias y de cultura. Por eso es muy probable que sean miembros de una misma tribu y que se hayan manifestado en diferentes periodos de la historia.
Las fuentes sobre la historia hitita han revelado el carácter heterogéneo de la civilización de ese reino. La denominación de civilización hitita es equívoca en la medida en que la Anatolia del segundo milenio a. C. era un mosaico étnico y cultural teniendo en cuenta la coexistencia de varios pueblos: algunos hablaban lenguas indoeuropeas y estaban emparentados con hititas y luvitas, otros no tenían conexión con ellos, como los hattis y los hurritas. La civilización hitita se construyó mediante esa coexistencia y esos contactos que se establecieron entre ellos, junto con influencias venidas de Siria y de Mesopotamia.6
En cuanto a los orígenes de los hititas, hay quienes lanzan las hipótesis siguientes: “La arqueología muestra que surgieron del segundo movimiento de poblaciones, hacia el 2300-2200 a. C., que se dio en los Balcanes hacia Anatolia. Hablaban el nesita (o nesili) y se instalaron en territorio hatti a orillas del río Halis. Según el Antiguo Testamento, donde son nombrados heteos o hittim (Hijos de Het), habrían poblado la parte alta del territorio de Canaán en el tiempo de Abraham”.7
Heth significa en zazaki “cerca de” o “en casa de”. Otros especialistas afirman que los hititas son autóctonos de Asia Menor, descendientes de las culturas de Çatal Hüyük. El debate sigue abierto.8
Hay otros que también estiman que los hititas eran aparentemente un enigma. No se sabía con certeza su origen geográfico y su lengua permaneció encriptada e indescifrable durante largo tiempo. En la actualidad sabemos que la lengua de los pueblos hititas pertenecía a la familia de las lenguas indoeuropeas y que cuando los hititas invadieron Mesopotamia, adoptaron el modo de vida de los babilonios e incluso de los sumerios, allí instalados desde hacía siglos. Más precisamente, adoptaron la religión de la región, y veneraron y abrazaron los dioses de Babilonia y de los sumerios como suyos.9
Si los hititas adoptaron fácilmente el modo de vida, la religión y abrazaron los dioses de los sumerios, babilonios y hattis, eso quiere decir que eran de la misma familia. En caso contrario, es bastante difícil que un conquistador acepte la lengua, la cultura, el modo de vida y sobre todo la religión de los vencidos. Eso significa que el Imperio Hitita es el conjunto de varios pueblos pertenecientes a una misma tribu o dinastía.
Otros especialistas afirman que los hititas son autóctonos de Asia Menor, descendientes de las culturas de Çatal Hüyük. El debate sigue abierto.
Sea como fuere, se mezclaron primero con la población hatti, luego tomaron importancia hasta combatirlos. Cuando hubieron conquistado la región del Hatti, los soberanos hititas adoptaron el título de Gran Rey del Hatti y fundaron una confederación de reinos que acabó por depender del Rey de Hattusa.10
Tras la recuperación de cerca de 10.000 tablillas de arcilla de los archivos reales hititas (Scarre & Fagan, 206) en 1912 d. C. por Hugo Winckler, se constató que bajo el reinado de Suppiluliuma el vasto reino de Mitanni fue reducido a un estado vasallo hitita y que arrebataron a los egipcios la región fértil de Levante, incluidas importantes ciudades portuarias como Biblos.
Cuando Tutankamón murió súbitamente en 1327 a. C., su reina viuda Anjesenamón escribió a Suppiluliuma I y le pidió que le enviara a uno de sus hijos para casarse, pues ella no podía soportar la idea de casarse con un servidor.
Suppiluliuma I envió a su hijo Zannanza a Egipto para casarse con ella y convertirse en faraón. Aun así, Zannanza jamás cruzó las fronteras egipcias porque fue asesinado.
El nombre del rey hitita, Suppiluliuma I, significa en zazaki “niña de mis ojos” y el nombre de su hijo, Zannanza, significa “el sabio”.11
Todos esos pueblos, que probablemente tengan un lazo de parentesco con el pueblo zaza, como acabamos de ver, dan que hablar sobre ellos unos tras otros en esa parte del mundo, apareciendo en Anatolia en diferentes eras de la historia. Pero los primeros que conocemos son los hattis que se instalaron en la Anatolia central cerca de la ciudad de Hattusa, futura capital de los hititas, hacia los siglos XIX y XVII a. C. Luego fueron los hititas los que aparecieron y se instalaron en tierra de los hattis subyugando a estos hacia el 1600 a. C.
Las religiones, las culturas, las lenguas y las escrituras de los hititas, de los hattis y de los hurritas son muy próximas a las de los zazas actuales, por no decir idénticas.
Desde el siglo XIX algunos arqueólogos occidentales se han interesado bastante sobre el pasado de la historia romana de Oriente. Con este objetivo Charles Texier “en 1834 parte en busca de la ciudad romana de Tavium. Descubre las ruinas de un sitio que más tarde se identificará como la antigua capital del reino hitita, Hattusa (o Hattusas, al lado de la actual Boğazkale, antigua Boğazköy, situada al este de Ankara).12
Después, en 1906, fueron los arqueólogos alemanes los que descubrieron varias tablillas de arcilla pertenecientes a los archivos del reino hitita. Aquellas tablillas están redactadas en varias lenguas que utilizan los caracteres cuneiformes de origen sumerio: el acadio, la lengua diplomática del segundo milenio; y abordan un tratado de 1270 a. C. entre el rey Hattusili III y el faraón Ramsés II. Hay grabada una versión en egipcio en el muro de un templo de Karnak. Aquel texto permitió identificar un lugar: Hattusa, la capital del reino hitita.13
Unos años más tarde, un checo, Bedřich Hrozný demostró la naturaleza indoeuropea de la lengua y aquel descubrimiento garantizó que el hitita es “la lengua indoeuropea más antigua de todas las lenguas identificadas. El hitita forma parte de las lenguas anatolias, como las otras dos lenguas emparentadas: el luvita (escrito con jeroglíficos) y el palaíta”.14
Más allá del parecido de la lengua hitita con el zazaki, el mismo nombre hitita es una palabra derivada del zazaki, ya que en el origen el nombre de los hititas que “en la Biblia es citado en hebreo יתח Hittī, en plural מיתח Hittīm, transcrito en griego Χετταίοι, y en latín Hetthæi (Génesis 15, 20) de ahí en castellano heteos.”15
Hethi o hitti significa en zazaki “aquí” o “por aquí”. Así pues, en el origen de la creación o de la instalación de los hititas en Anatolia llamaron a su lugar de residencia “aquí” (heteos). Y en su lengua, nésili significa en zazaki “descendiente”.
Dicho de otra manera, los hattis, los hititas, los luvitas y los hurritas hablaban el zazaki y tenían los mismos ritos religiosos que los zazas. Basándonos en la lengua, la cultura y la religión podemos preguntarnos si todas aquellas civilizaciones no eran sino la familia de los zazas.
Por otra parte, hoy en día si encontramos a zazas dispersados por todo el Oriente Medio y en Asia, incluso hasta en el Cáucaso, es en parte gracias a la grandeza que tenía el imperio de los hititas, que se extendió desde Anatolia hasta Irak, Irán, Siria, Fenicia y Afganistán.
Los luvitas
Los luvitas, que eran seguramente una de las dinastías o de las tribus hititas, formaron una civilización importante en las costas del sur y en el interior de Anatolia en la edad del bronce (entre el 2000 y el 800 a. C.). Los luvitas, aparte de su proximidad con los hititas, tenían una lengua idéntica y unas creencias muy cercanas. Algunos nombres de sus divinidades están en zazaki. Por ejemplo, el dios de la luna, Arma, en el zazaki de hoy esa palabra se pronuncia Aşma.
Hipatu es el nombre luvita tardío de la diosa hurrita Hepat, representada en compañía de Sharruma sobre una montaña. Sharruma significa en zazaki “nuestro pueblo” o “nuestras gentes”.
“Tarhunt era el dios del clima y el dios principal de los luvitas que se desplaza en su carro tirado por caballos.”16
Los luvitas, que extendieron sus zonas pobladas hacia el oeste y el sur de la actual Turquía, en el ámbito lingüístico estaban cerca de los hititas y del zazaki actual.
Libaciones a Arma (yacimiento de Arslantepe)
“El luvita se definiría como la lengua hermana del hitita-nesita utilizada esencialmente en las regiones del sur de Anatolia constituidas por el reino de Arzawa y sus regiones satélites, así como el Kizzuwatna occidental.”17
La lengua luvita es hablada por los hititas, luego por los hurritas y por otros reinos del sur de Anatolia.
A pesar del carácter unificador de la lengua hitita, el luvita pudo resistir y mantener su particularidad dentro del reino de los hititas, sobre todo gracias al papel que jugó la esposa de Hattusili III, Puduhepa de Kizzuwatna, cuya acción propagó la cultura hurrito-luvita propia de Kizzuwatna (cf. ciudad de Kummanni) por las esferas cultas de la capital.
“Desde el reinado de Hattusili III, y más aún en el de sus sucesores, las bibliotecas de Hattusa se enriquecieron con textos luvitas o influenciados por la cultura luvita. Se observa desde este periodo una luvitización progresiva de la lengua hitita-nesita, al mismo tiempo que se daba una hurritización de esta lengua.”18
Además, es importante destacar que los jeroglíficos hititas forman un sistema de escritura original utilizado esencialmente en las inscripciones monumentales, para la escritura de un dialecto del luvita. “A pesar de algunas divergencias gramaticales notorias (como el sufijo de participio –mi en lugar de -[a]nt en hitita, o la desinencia –ha de la primera persona del singular, –un [verbos en –mi] y –hun [verbos en –hi]), el hitita-nesita y el luvita constituyen dos lenguas hermanas de la antigua Anatolia, las mejor atestiguadas de todas las lenguas indoeuropeas.”19
Los hurritas
Los hurritas es otro de los pueblos que crearon un reino en el sur de Anatolia y que estaba en conflicto permanente con el Imperio Hitita que dominaba ampliamente toda la región hasta Palestina, el Cáucaso y el sur del mar Caspio. Los hurritas, que estaban emparentados con los hititas, se extendieron hasta el norte de Siria y sobre todo hasta Mittani, ejerciendo su dominio sobre Siria y Asiria entre los siglos XVI y XV a. C.
La región aproximada de la población hurrita durante el Bronce Medio se corresponde con el color violeta.
Según algunos investigadores, la última dinastía de los hititas, la de Suppiluliuma, era de origen hurrita. Finalmente, el Imperio Asirio destruyó definitivamente el reino hurrita en el XII a. C.
La influencia hurrita fue marcando cada vez más a los reyes hititas, sobre todo a partir del reinado de Suppiluliuma I, cuya dinastía pudo tener orígenes hurritas.
Durante el reinado de Hattusili III (1265-1238 a. C.) y Tudhaliya IV (1238-1215 a. C.), sin duda influenciado en parte por la reina Puduhepa, originaria de Kizzuwatna, de cultura hurrita, la religión hitita quedó muy marcada por la esencia hurrita. Esto se ve por ejemplo en el santuario de Yazılıkaya, donde los grandes dioses son llamados por su nombre hurrita.20
Todos aquellos reinos que poblaron Anatolia durante el tercer milenio a. C. eran seguramente miembros de la misma dinastía y cada uno quería imponer su dominio sobre los otros.
Los sumerios
Ciertamente podemos decir muchas cosas sobre los sumerios, pero nos limitaremos a una breve presentación.
Los sumerios que vivían al sur de Babilonia del 4500 al 2000 a. C. tenían diversas divinidades, un poco como los hititas. Aquellas divinidades a menudo eran representadas por fuerzas de la naturaleza: el agua, el cielo, las montañas, el sol, etc.
Sus dioses (An, Enlil, Enki, Ninhursag, Nanna, Utu e Inanna) eran los siete dioses que “sellaron el destino”, junto con otros 3000 más. El hecho de que haya una inferioridad absoluta de los hombres respecto de los dioses es único en la religión sumeria.
Según sus creencias religiosas y su escritura, los sumerios fueron los precursores de los hititas que tenían casi las mismas creencias y el mismo sistema de escritura. A saber, el uso de pictogramas, luego cuneiformes, y finalmente ideogramas.21
Los sumerios y los hititas tenían muchos puntos en común, sobre todo a nivel religioso y de escritura. Su lengua también tiene cierto parecido con el zazaki, la lengua de los zazas.
Enlil era uno de los dioses más importantes del panteón. Su mujer era la diosa del aire, Ninlil, y entre sus hijos está la diosa Inanna y los dioses Nanna,Ninurta y Utu.
La diosa Inanna era la divinidad femenina más importante de la antigüedad. Era la diosa del amor, de la guerra y de la fertilidad de las mujeres.
Volvamos a los dioses sumerios: An (Ano-Onu) en zazaki o en el idioma avéstico significa “el que da”. Enki (Anki) significa “hacer”. Ninhursag (Ninahêrson) significa “no se enfada”. Nanna —en las excavaciones arqueológicas de María, en Siria, se han encontrado estatuillas con el nombre de Ninna-Zaza—, significa “no traerá”. Utu (Oyta), también en zazaki, significa “aquí”. Se puede ver que el número de semejanzas sólo a nivel del nombre de los dioses da razones para decir que hay un cierto parentesco entre esas civilizaciones y el pueblo zaza. Otro parecido sorprendente yace en el olvido de esas civilizaciones durante largo tiempo, aunque todavía no se haya reconocido la existencia del pueblo zaza.
Hoy en día, en todas esas regiones del mundo, podemos encontrar poblaciones que hablan una lengua cercana a la de los zazas.
Los zazas, pueblo olvidado de la historia e ignorado por todos, tenían que salir un día de las tinieblas. El contenido de este ensayo es para rendirles homenaje, contribuyendo a darlos a conocer a la opinión pública. Los zazas, pueblo autóctono de Anatolia y de Mesopotamia, oprimidos, masacrados, divididos, exiliados, por diferentes naciones y diferentes pueblos, reaparecen hoy en la escena de la historia para reclamar su derecho a existir, en tanto que pueblo soberano e independiente.
Este libro se ha escrito teniendo en cuenta el proceso del tiempo que ha pasado hasta nuestros días, con tal de explicar la historia del pueblo zaza de manera objetiva, sin tomar partido y verificando la realidad de todas las obras; aportando luz a un periodo histórico tan largo, bebiendo de textos, artículos y libros publicados cuyas fuentes serán siempre citadas.
De manera imparcial, trazaremos las grandes líneas de la historia del pueblo zaza.
Con este estudio espero que el lector curioso por conocer el pueblo y la historia de los zazas sea capaz de obtener respuestas claras y explicaciones convincentes.
En primer lugar, trataremos los orígenes del pueblo zaza, la evolución del pueblo zaza tras la división del Imperio Hitita, las zonas geográficas y la creación de los estados zazas, luego a los zazas en la época de las invasiones árabes, el retorno de los zazas a la madre patria, a los zazas en la época de los otomanos, a los zazas durante la batalla de Chaldiran en 1514; luego estudiaremos a los zazas en el siglo XX, las revueltas del pueblo zaza, la masacre del pueblo zaza por parte de los kemalistas y el renacimiento del pueblo zaza.
Antes de entrar en detalle, es importante precisar que no hay ninguna intención de crear polémica alguna con el pueblo kurdo. Efectivamente, no olvidemos que Mesopotamia y Anatolia son las tierras de varios pueblos. Algunos han desaparecido, otros son muy minoritarios, como precisamente los zazas, los soranes, los goranes, los caldeos, los asirios, los belucdji, los loris y los kurdos. La desgracia es que estos han tenido ambiciones enormes y consideran ahora como kurdos a todos esos pueblos en vías de desaparición. Ahora bien, los nacionalistas kurdos olvidan que en la historia de la humanidad, cada uno de esos pueblos ha jugado un papel importante en la civilización de Mesopotamia y de Anatolia. Por eso este libro permite restablecer una verdad histórica demostrando que el pueblo zaza es un pueblo olvidado debido a la gula de los nacionalistas kurdos que querrían someter a los demás bajo su yugo. Es obvio que mucha gente —y sobre todo algunos de nuestros amigos kurdos— no estarán satisfechos con el contenido de este ensayo, pero es bueno que sepan tener la mente abierta, lo cual es también uno de los actos civilizados más dignos de nuestra época.