Читать книгу Historias de Hostel - Pachi Marino - Страница 5
ОглавлениеCuando voy a una juntada, asado, u otra ocasión de encuentro social, suele aparecer alguien que en determinado momento me lo pide:
—Contá algunas historias del hostel. ¡Dale!
Y ahí arranco, despertando risas, asombro, intriga y muchas otras sensaciones. Normalmente, luego del relato, todo culmina con alguien sugiriendo:
—¡Tenés que escribir un libro!
De la primera solicitud, creo que no voy a zafar nunca. Es más, me divierte y me hace sentir “útil” en esos momentos. La segunda exigencia ha llegado a su ocaso. Son tiempos de pasar a papel historias de los diez años de nuestro querido Frankville Hostel.
A los huéspedes y a la gente que trabajó en Frankville durante todo ese tiempo: mi agradecimiento eterno. Cada día aprendí algo nuevo con ustedes. Si no aparecés en alguna historia, no te alarmes. No nos olvidamos de vos. Me di cuenta de que hay anécdotas curiosas, divertidas o emocionantes que se pueden contar en cualquier lado y que con el tiempo se volvieron fundamentales para levantar reuniones. Hay otras miles que no están escritas, pero quedarán bajo llave en el cofre de nuestra amistad.
Fotos, dibujos, publicaciones y alguna que otra perla extraída del libro de visitas complementarán la estructura de esta ópera prima bibliográfica. ¡Faa, qué importante sonó eso!
Por otra parte, este no es un libro para emprendedores, pero podría serlo. Mi experiencia como docente en la temática me sesga a describir situaciones, que pueden llegar a dejar algún tipo de enseñanza para quienes recién están por arrancar un nuevo proyecto. Por lo que, entre tanta historia, estarán camuflados ciertos contenidos que hacen referencia a dichos temas.
Esta es solo la crónica de lo acontecido en un hostel de la Argentina, en una determinada franja de tiempo y contada por uno de sus protagonistas. Lo que no significa que sean las únicas historias, ni que el hostel se haya sostenido sobre la base de quien las cuenta. Cada participante fue clave para la construcción de esta hermosa historia. Y si bien puedo ser partícipe de varias de las anécdotas a continuación, y me permito algunas licencias autobiográficas, esto fue posible gracias a un gran equipo que trabajó a la par. Y sobre todo por un socio que me cedió siempre esto de ser la “cara visible”, con lo que eso puede simbolizar para el afuera, cuando ambos laburábamos codo a codo. Entendiendo, quizás, que ese alto perfil, que seguramente alimentaba parte de mi ego, estuvo siempre a disposición de sumar a la causa grupal, porque pienso que alto perfil no es sinónimo de soberbia, ni bajo perfil es sinónimo de humildad.
Ni quiero imaginar la infinidad de situaciones similares, o aún más llamativas, que pueden haber vivido colegas, a quienes me encantaría sacarles algunas sonrisas y trasladarlos mentalmente a buenos viejos momentos vividos.
Los hostels son espacios mágicos donde conviven un sinfín de emociones, logrando que cada día sea diferente. Fueron diez años superintensos de aprendizaje constante, que nunca olvidaremos. Pero para colaborar con ello, entendí que estaba bueno escribirlo, y para cuando la memoria nos empiece a fallar, podamos recurrir a estos escritos que seguramente nos van a retrotraer hermosas sensaciones.
Como decía Ernesto Sabato: “Vivir consiste en construir futuros recuerdos”. Construimos algo único, y creemos que es hora de contarlo.