Читать книгу Mejor no recordar - Paloma Bau - Страница 6
ОглавлениеINTRODUCCIÓN
Nunca he pensado que mi vida fuese diferente. Era feliz, pero no tenía nada extraordinario que destacar. Siempre me he considerado una chica más, con una vida normal y corriente.
Crecí en un barrio residencial de Madrid junto a mis padres. Tuve una buena infancia, cargada de momentos divertidos y risas. Estudié en un colegio concertado donde conocí a la mayoría de mis amigos y del cual guardo recuerdos entrañables: las peleas por los rotuladores de colores, copiar durante un examen, jugar a polis y cacos por el patio del colegio, las meriendas envueltas en papel de plata, los uniformes…, supongo que como cualquier niño. Los fines de semana jugaba con mi padre al baloncesto, veía películas de Disney o iba a casa de amigos a celebrar los cumpleaños. Sí, la verdad es que fue una buena infancia.
Por el contrario, la adolescencia fue una época complicada, repleta de inseguridades físicas y emocionales, siempre pendiente de gustarle a los chicos, de no sonreír demasiado para no dejar a la vista mi aparato dental y comparándome constantemente con mis amigas. Pero, aun así, la recuerdo con cariño. Todas aquellas tardes delante del espejo pensando en qué ponerme, todas aquellas horas al teléfono, todas esas primeras veces…
Con el paso de los años, llegó la universidad, esa época donde por fin encuentras tu sitio, sabes lo que quieres y hacia dónde vas. Decidí estudiar Periodismo y audiovisuales en la Universidad Complutense de Madrid, una carrera de la cual estoy disfrutando cada segundo de aprendizaje. Y, aunque me quede poco para terminarla, todavía me cuesta creer que esta etapa haya transcurrido tan deprisa. Han sido los años en los que comencé a viajar con amigos y a bailar hasta el amanecer en discotecas; en los que me enamoré por primera vez y me llevé la peor de las desilusiones cuando no funcionó. Pero, a pesar del estrés de los exámenes, de la frustración por aprobar el carné de conducir, de las largas mañanas de resaca y del dolor de un primer desamor, puedo decir sin duda que hasta ahora ha sido la mejor época de mi vida.
En fin, no puedo quejarme de la vida que he tenido. Es cierto que no he destacado en nada, nunca he sido ni la más lista ni la más guapa. Tampoco la más divertida ni la más graciosa. Simplemente, he sido yo, una chica normal, con una vida corriente, sin nada que destacar. Pero, si comienzo a pensar, supongo que eso era lo que me hacía tan especial, tan única. Por eso mismo me eligieron a mí. Porque era tan común que podía perfectamente pasar desapercibida; podía, incluso, ser invisible, y eso era exactamente lo que buscaban. Sí, obviamente habría una investigación y mil preguntas, pero no descubrirían nada, ya que no habría nada que encontrar. Pero no voy a adelantarme. Esta historia merece la pena ser contada desde el principio, con todos sus detalles y su intriga. Me llamo Alejandra Martínez Casado y esta es la historia de cómo desaparecí la madrugada del sábado 19 de enero del 2019 sin dejar rastro.