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3 Emociones y aprendizaje
Оглавление¿Con qué emociones conectas?
Las emociones son muy importantes en el aprendizaje y la toma de decisiones. Muchas de las decisiones que tomamos durante el día vienen determinadas por las emociones. Un buen desarrollo de las emociones es la base de un buen desarrollo cerebral, intelectual, cognitivo y de una buena adaptación social. El aprendizaje, la imitación de los demás y la empatía son claves en el desarrollo madurativo de las emociones.
Conocer las emociones y educarlas también forma parte del aprendizaje. Desde que somos pequeños tenemos varias formas de aprendizaje emocional. Dos de las más importantes son:
• Aprendizaje por ensayo y error: repetimos y desarrollamos las conductas que nos proporcionan satisfacción y bienestar.
• Aprendizaje por imitación: es el más usado, observamos lo que proporciona ciertas emociones a los demás y sus reacciones, y después de esa observación reaccionamos con emociones y respuestas similares, ante situaciones parecidas. En este aprendizaje intervienen las neuronas espejo, más adelante trataremos sobre ellas.
Es importante destacar que durante toda la vida tenemos a nuestra disposición un recurso que provoca y genera con facilidad emociones positivas: la sonrisa. Cuidar la sonrisa sincera contribuirá a que estemos mejor, nosotros y quienes tenemos cerca, pues ayudamos a crear un mejor ambiente a nuestro alrededor. Las emociones positivas y un ambiente positivo son claves para desarrollar un buen rendimiento y aprendizaje escolar, así como un buen desarrollo madurativo de los niños y niñas.
¿Qué son las emociones y qué influencia tienen en el aprendizaje y la educación?
Las emociones son patrones de conducta predeterminados y preconscientes. Predeterminados porque los tenemos desde que nacemos. Las personas somos emocionales. Y son preconscientes porque se activan antes de darnos cuenta de ello. Un gran neurocientífico como David Bueno lo explica muy bien en una de sus conferencias. Es probable que, si ves un oso, tus músculos se tensen y eches a correr en seguida, sin pensarlo, y en cuanto empieces a correr, tu cerebro te dirá: «hay un oso, tienes miedo y estás corriendo», en ese momento, es cuando te das cuenta de tu emoción, la interpretas y decides si continuar corriendo o valorar otra posibilidad. Es evidente que lo mismo puede pasarte cuando actúe una emoción positiva, si te dicen que te ha tocado un premio muy importante, es probable que saltes, des algunas voces, y una vez hayas comenzado a saltar, tu cerebro te dirá que sientes alegría y estás saltando.
Las emociones se activan ante una amenaza, una oportunidad o una idea que puedas pensar. Las emociones nos permiten sobrevivir pues son patrones de reacción rápida ante algún peligro. El cerebro sabe que las emociones nos cuidan y, por eso, son tan importantes para él. Por ese motivo, cualquier aprendizaje que esté asociado a una emoción, el cerebro lo interpreta como que es importante y, por ello, lo asimila y consolida con más facilidad y de manera óptima.
Tenemos seis emociones básicas, estas son: miedo, asco, tristeza, ira, alegría y sorpresa.
Cualquiera de estas emociones puede servir para educar o aprender, pero es evidente que si educas con miedo estás educando de manera distinta que si educas con alegría. El miedo es una emoción muy potente. Se puede educar a través del miedo, pero los resultados son muy distintos a si educamos a través de la alegría. Quizás con miedo puedes aprender más cantidad, pero lo que es evidente y seguro es que con alegría puedes aprender con más calidad.