Читать книгу El juego de los grandes - Pete Newell - Страница 10

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Si un jugador juega los 40 minutos de un partido de baloncesto, tendrá el control del balón un 10% del partido, o 4 minutos, como media. Sin embargo, el mismo jugador empleará el juego de pies durante los 40 minutos –para abrirse, hacer cortes, controlar el balón, bloquear y defender. Es lógico, entonces, hacer hincapié en el juego de pies. De hecho, sin un buen juego de pies, un jugador tendrá dificultades para hacer cualquier acción, especialmente si tiene la pose-sión del balón y ha de moverse para abrirse o encestar con dicha posesión.

En ataque, el objetivo del pívot es conseguir un tiro seguro. Aunque las fintas y el salto son esenciales para una buena ejecución, un juego de pies adecuado es necesario para mover el cuerpo y crear el espacio necesario para pasarla por encima de un defensor o lanzar a canasta.

En la defensa, el movimiento de pies es esencial para estar entre el jugador que ataca y la canasta, para negar el pase al oponente y conseguir la posición para entrar el tiro o ayudar a un compañero de equipo cuando han conseguido penetrar en la defensa. Los defensores también necesitan un juego de pies efectivo cuando pivotan para bloquear a un reboteador que ataca y cuando van hacia un rebote.

Para controlar el juego de pies ofensivo básico, los jugadores tienen que aprender a hacer paradas en un tiempo, pivotes y giros.

Parada en un tiempo

La capacidad de ejecutar una parada en un tiempo manteniendo el equilibrio es una característica importante de un buen juego de pies. Por ejemplo, cuando se agarra el balón, los dos pies se ponen en el suelo simultáneamente sin moverse para que el jugador pueda pivotar. La parada en un tiempo se ejecuta cuando el jugador se mueve o corre hacia el balón para recibirlo. El jugador en movimiento salta hacia delante y pone ambos pies en el suelo simultáneamente (como muestra la figura 3.1). Al ejecutar esta maniobra, el jugador ha de acelerar hacia el balón. Esta aceleración pondrá a prueba el equilibrio del jugador cuando vaya a parar, lo que suele hacer que dé un paso –y pierda así una opción como el pie de pivote– para recuperar el equilibrio.


Figura 3.1. Parada en un tiempo.

Una buena parada en un tiempo con los dos pies es un prerrequisito para pivotar. Cuando el jugador toca el suelo, las rodillas han de flexionarse para absorber el impacto, lo cual baja el centro de gravedad. El impacto del aterrizaje se siente primero en los talones y luego se transfiere casi totalmente a los antepiés. Si la recepción se hace sobre los ante-piés, los músculos isquiotibiales y los glúteos –que basculan para recuperar el equilibrio– se salen del centro de gravedad. La espalda del jugador ha de estar muy derecha. Si el jugador está inclinado hacia delante, el impulso hará que el cuerpo siga desplazándose hacia delante.

Pivote

El pivote, o dar un giro de 180° con el balón, es una maniobra que el pívot hace a menudo. Por lo tanto, es importante aprender a pivotar correctamente por muchas razones. El pivote adecuado evita los pasos, inicia un movimiento ofensivo, protege el balón de los defensores que quieran robarlo y ayuda a fijar a un defensa y mantenerlo fuera de la botella cuando se dirige hacia ella.

Los jugadores tienen que aprender dos tipos de pivotes: el pivote posterior o de reverso y el pivote anterior. Cada uno tiene su propio propósito y función. Cuando se pivota, se pone a prueba el equilibrio del jugador. Por lo tanto, el entrenador tiene que buscar lo que perturbe al equilibrio adecuado, especialmente el centro de gravedad, la distancia entre los pies y la posición de la espalda, la cabeza y la barbilla.

Pivote de reverso

En el juego del poste bajo, tras recibir el balón con la parada en un tiempo, el jugador ejecuta el pivote de reverso retrocediendo un pie entre él mismo y el defensa y pivotando 180° para encarar la canasta (ver figura 3.2 a y b). Para mantener el equilibrio al girar, el jugador inclina los hombros ligeramente hacia delante y mantiene bajo el centro de gravedad. Muchos pívots cometen el error de levantarse al pivotar. Esto permite al defensor invadir su espacio y forzar al atacante a retroceder y perder el equilibrio. En ese punto, es casi imposible hacer un movimiento de ataque rápido. Durante el pivote de reverso, el balón se agarra justo por debajo del pecho y se protege con una ligera inclinación hacia delante. El jugador está preparado para lanzar o pasar rápidamente.


Figura 3.2. Pivote de reverso: el jugador (a) ejecuta un giro hacia atrás con el pie que no pivota y (b) adopta la posición de triple amenaza después del giro.

Pivote anterior

El pivote anterior se ejecuta orientando el pie que no pivota hacia fuera y luego hacia el defensor (ver figura 3.3 a y b).

Como el pivote de reverso tapa el hueco que hay entre el atacante y el defensor, es más un movimiento de ataque que el pivote anterior. Esto no quiere decir que sea una maniobra mejor; el jugador debe elegir qué pivote emplear basándose en la lectura de la defensa. Por ejemplo, cuando un jugador recibe el balón y ve que el defensor le deja espacio, puede usar el pivote anterior para hacer un tiro en suspensión. El pivote anterior ayuda al jugador a colocarse en una posición de lanzamiento más rápidamente. Los jugadores con capacidad para lanzar y pasar desde el poste bajo suelen combinar el uso de ambos tipos de pivotes para mantener la incertidumbre en la defensa. Además, los jugadores han de esforzarse por llegar a ser expertos en el uso de ambos pies como pie de pivote. Esto les permitirá pivotar en cualquier dirección al leer la defensa.

Giro

El giro, o rotar rápidamente el cuerpo al menos 180°, provoca una pérdida temporal del equilibrio; el jugador debe recuperar rápidamente el equilibrio para evitar caerse al suelo. En el ataque, el giro suele emplearse cuando al atacante del poste bajo se le presiona desde atrás. En esta situación, el defensor está evitando que el atacante se desplace por la botella o a la línea de fondo. El atacante rueda –o gira– contra el defensor, hacia la canasta, y recupera una posición interior casi inmediatamente. En esencia, esta maniobra es un pivote anterior, pero en lugar de acabar en la misma posición, el jugador se acerca hacia la canasta. Como parte de la estrategia contraofensiva, todo el movimiento se explica en el capítulo 10.5; aquí sólo trataremos el juego de pies, sin el balón.


Figura 3.3. Pivote anterior. El jugador orienta el pie que no pivota hacia el defensor.

Para ayudar a un jugador a aprender a girar, el entrenador (haciendo de defensa) se pone justo detrás del jugador y le empuja por la espalda ligeramente hacia un lado. El jugador mantiene una postura cómoda, cambia el peso de su cuerpo a los talones y estira la espalda hasta ponerla totalmente en vertical (ver figura 3.4).


Figura 3.4. Recuperación del equilibrio después de haber sido empujado por detrás.

Para mantener el equilibrio y no dejar que lo alejen de la canasta, el jugador debe aprovechar la fuerza del defensa. Sin embargo, inclinarse demasiado hacia atrás puede obligarle a hacer pasos si el defensor deja de hacer presión. Por lo tanto, el jugador debe aprender primero a mantener el equilibrio cuando se libere la presión. Cuando el jugador se inclina hacia atrás y el entrenador aplica fuerza, éste se mueve hacia atrás y pone a prueba el equilibrio del jugador. De este modo, el jugador advierte la cantidad máxima de fuerza que puede aplicar en contra sin mover un pie cuando se libere. Cuando se avanza en el aprendizaje del giro, el entrenador ha de volver periódicamente a practicarlo para asegurarse de que el jugador sigue controlando esta posición de equilibrio.

Para ejecutar el giro, el jugador rueda contra el defensor (hacia un lado con la máxima presión) y cae literalmente en la dirección opuesta a la de la fuerza aplicada. Los hombros y la cabeza del jugador pasan de la cintura del defensor, pero los pies siguen estando en la posición original, aunque el giro, naturalmente, hace que el pie exterior pivote hacia el giro (ver figura 3.5). De hecho, si el giro se hace correctamente, la presión se libera del todo tan rápidamente que la fuerza del defensor hace que el defensa se aleje de la dirección del atacante; los dos jugadores se separan uno del otro. Muchos jugadores jóvenes cometen el error de girar en círculo (como en un barril), lo cual limita el movimiento hacia la canasta. El jugador debe “caer” hacia la canasta, perdiendo completamente el equilibrio. Para recuperar el equilibrio, el jugador debe volver a poner los pies bajo la cabeza y hacer una parada en un tiempo (ver figura 3.6).


Figura 3.5. Ejecución del giro.


Figura 3.6. Recuperación del equilibrio después del giro.

Cuando se trabaja esta acción, hace falta repetirla muchas veces y practicar los giros igualmente hacia ambas direcciones. Es necesario practicar a diario hasta que el entrenador se sienta satisfecho y crea que la repetición del método adecuado ha dado resultado en el aprendizaje –el jugador puede ejecutar el movimiento sin pensar en sus componentes.

Hay otro detalle más que puede constituir una gran diferencia en el éxito del giro de un jugador. Para ganar unos centímetros más de penetración, el pivote ha de hacerse sobre el talón en lugar de sobre el antepié. Con sólo 25 centímetros de diferencia se puede hacer un tiro seguro o conseguir la presión del defensor propio o de otro defensor que llega en ayuda.

El juego de pies de Kevin McHale y Dwyane Wade

Cuando los jugadores actuales reciben el reconocimiento por su buen juego de pies en el poste, suelen compararse con Kevin McHale, ex jugador de los Boston Celtics. Algunos hasta han empleado el término juego de pies McHalesco para referirse a un buen juego de pies en la zona del poste, especialmente si se pivota y se avanza con un movimiento “hacia arriba y hacia abajo”. McHale fue muy conocido por su movimiento de caderas hacia arriba y hacia abajo en el poste, tanto para amagar un tiro en suspensión desde la línea de fondo (arriba) y luego cruzar la botella para hacer un gancho (abajo) como para amagar para hacer un tiro en suspensión en la botella y avanzar hacia la línea de fondo. No era extraño ver a Kevin hacer cuatro o cinco amagos, tanto con el balón como con los pies, antes de actuar.


El primer paso de Dwyane Wade es la clave de su explosiva capacidad para atacar.

En la posición actual del escolta, nadie ha mostrado un juego de pies mejor que el de Dwyane Wade. Aunque nosotros preferiríamos que su primer paso fuera más amplio, ese paso es tan rápido que parece explotar en la canasta. Sus dos siguientes pasos son grandes y le permiten elevarse bien. Suele acabar con un mate.

Sin embargo, no es la longitud de sus pasos ni la altura de sus saltos lo que diferencia a Wade en su juego de pies cuando tiene el balón. Su enorme fuerza al dirigirse al aro está en su capacidad para cambiar de dirección y de ritmo como si corriera hacia atrás. El mejor término que se nos podría ocurrir para describir su juego es ritmo explosivo.

Ejercicios para el juego de pies

¿Recuerdas cuando tuviste que aprenderte las tablas de multiplicar? No era muy divertido, ¿verdad? Pero pronto sí comenzó a ser entretenido poder resolver complejos problemas matemáticos. No podemos olvidar que el haber memorizado las tablas nos ayudó a resolver los problemas más complejos.

Nada puede sustituir a los ejercicios y las repeticiones cuando se trata de aprender los juegos de pies. Una mejora significativa suele requerir muchísimas repeticiones de la misma maniobra. El jugador tiene que tener fe. El entrenador tiene que prestar atención a los detalles y ser paciente, además de animar al jugador para que siga adelante y sepa que el esfuerzo merece la pena.

Parada en un tiempo y pivote de reverso

El jugador comienza justo bajo la línea de fondo, donde se juntan la línea de la zona y la línea de fondo. Cuando el entrenador lo ordene, el jugador corre por el área hacia la intersección de la del vértice de tiro libre (ver figura 3.7). En ese punto, el jugador hace una parada en un tiempo manteniendo el equilibrio adecuado. A la siguiente orden del entrenador, el jugador hace un pivote de reverso para ponerse de cara a la línea de fondo (ver figura 3.8a). Al hacer el pivote, el jugador tiene que mantener bajo el centro de gravedad con las rodillas flexionadas, la espalda recta, la barbilla elevada, las manos un poco más arriba de la cintura y los pies algo más separados que los hombros. A la última orden del entrenador, el jugador corre hacia el punto inicial; justo antes de llegar a la línea de fondo, cambia el ritmo y la dirección cortando explosivamente por la zona (ver figura 3.8b). Este ejercicio funciona mejor cuando lo realizan varios jugadores; inmediatamente después de que el primer jugador realice el corte, el entrenador puede ordenar al siguiente jugador que empiece.


Figura 3.7. El jugador corre por el área y hace una parada en un tiempo en el vértice de la botella.


Figura 3.8. (a) En el vértice de la botella, la jugadora hace un pivote de reverso hacia la línea de fondo. (b) La jugadora vuelve a la línea de fondo y hace un corte cambiando el ritmo y la dirección.

Parada en un tiempo y pivote anterior

En competición, el pivote de reverso suele emplearse cuando el ataque hacia la canasta es el principal movimiento. Por el contrario, el pivote anterior se utiliza cuando el jugador ve que puede hacer un tiro en suspensión inmediato. Por lo tanto, en el ejercicio anterior, cuando los jugadores hacen pivotes de reverso, tienen que mantenerse agachados con la pelota agarrada para prepararse a entrar a canasta. En este ejercicio, el procedimiento es el mismo que en el anterior, pero cuando se hace el pivote anterior, el jugador comienza a subir el balón para el tiro en suspensión. El pivote anterior se realiza alejando el pie que no pivota del defensor.

Giro para la parada en un tiempo

El jugador puede comenzar desde cualquier parte de la cancha. Coge el balón y adopta una posición baja y equilibrada, como si se estuviera preparando para un movimiento de poste bajo. El entrenador juega detrás del jugador y se apoya contra su espalda, ligeramente hacia uno de los dos lados. El jugador se apoya hacia atrás para mantener el equilibrio y gira inmediatamente, botando el balón con la mano apropiada; el jugador realiza una parada en un tiempo y, de nuevo, adopta una posición equilibrada (ver figura 3.9).


Figura 3.9. El jugador hace un movimiento de giro y recupera el equilibrio.

El entrenador inmediatamente vuelve a hacer presión contra la espalda del jugador, ligeramente hacia uno de los dos lados. El jugador reacciona y gira igual que antes. La secuencia se repite para que el jugador aprenda a leer la defensa más rápidamente, major la velocidad de su movimiento de giro y aprenda a recuperar antes el equilibrio.

Conclusión

Mantener el control cuando se juega dentro de la zona depende de un buen juego de pies. Con “buen juego de pies” nos referimos a un juego de pies que permita al jugador moverse de forma efectiva en cualquier dirección sin pensarlo. Al igual que el equilibrio, el juego de pies se desarrolla con la práctica repetida y ejercicios con ambos pies hasta que el juego de pies se aplique a todas las acciones interiores del baloncesto.

Por lo tanto, el juego de pies ha de ser parte fundamental del programa de entrenamiento. El entrenador ha de dar importancia al juego de pies adecuado y corregir lo que sea necesario. Este capítulo sólo presenta las bases del juego de pies. A medida que vayamos progresando en las recepciones, los movimientos en el perímetro y la ejecución de los movimientos del pívot, el juego de pies se irá integrando en las acciones reales del baloncesto y, por lo tanto, será más complejo. Los fundamentos descritos en este capítulo no son suficientes para asegurar que un juego avanzado de pies se ejecute correctamente. Las repeticiones de toda la temporada y la retroalimentación detallada del entrenador ayudarán a los jugadores a desarrollar esta habilidad. El fruto de este trabajo se obtendrá al final de la temporada, y después, los jugadores tendrán menos probabilidades de cometer pasos y podrán actuar más rápidamente.

El juego de los grandes

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