Читать книгу Cómo estimular el cerebro del niño - Rafa Guerrero - Страница 8
INTRODUCCIÓN
ОглавлениеUno de los motivos que me llevaron a escribir este libro práctico sobre funciones ejecutivas es que, después de muchos años trabajando con niños, adolescentes y adultos con dificultades en algunas de sus funciones ejecutivas como la concentración, la planificación o la solución de problemas, muchos de ellos se encontraban con pocos recursos serios para seguir trabajando las funciones ejecutivas en casa. Cuando formaba a maestros y profesionales, me manifestaban su desesperación a la hora de encontrar un manual sencillo y práctico que englobara ejercicios para trabajar las principales funciones ejecutivas. Es por ello que decidí realizar un libro que ahondara en qué son las funciones ejecutivas y que, a la vez, ofreciera al lector ejercicios para desarrollar y potenciar las funciones ejecutivas de sus hijos o alumnos. Además, como bien concluye el psicólogo Francisco Xavier Castellanos, en torno a un 50 % de la población presenta algún tipo de dificultad en sus funciones ejecutivas (Castellanos, 2006).
Sirva de adelanto para el lector que todos los ejercicios que de ahora en adelante encontrará en este libro están pensados para una edad determinada y para un perfil concreto, motivo por el cual se hace imprescindible adaptar todos y cada uno de los ejercicios que aquí se proponen. No es lo mismo un niño que otro, no es lo mismo una edad que otra, no es lo mismo trabajar de manera individual las funciones ejecutivas que hacerlo de manera grupal, como tampoco es lo mismo trabajar con un niño con dificultades de aprendizaje o un trastorno disejecutivo que trabajar con un niño sin dificultades aparentes (niños neurotípicos).
Otro aspecto que debe tener en cuenta el lector es que no existen ejercicios o actividades que trabajen una sola función ejecutiva. Por ejemplo, no existen ejercicios para potenciar solo y exclusivamente la concentración. Lo que sí que hay son ejercicios que desarrollan principalmente la concentración, además de otras funciones ejecutivas. Cuando trabajamos una función ejecutiva, es muy probable que otras funciones ejecutivas que no trabajamos de manera directa mejoren considerablemente. Es por ello que algunos ejercicios que se hayan encuadrado en un capítulo de una función ejecutiva concreta se podrían haber incluido en otros capítulos sin problema alguno.
Todas las actividades y los ejercicios que se proponen en el libro han sido clasificados dentro de un rango de edad a partir del cual se pueden llevar a cabo (véase en el apartado “Soluciones”). La gran mayoría de ellos se pueden utilizar con niños a partir de los 5-6 años, aunque hay algunos que se pueden emplear a partir de los 3-4 años y, otros más complejos, que están indicados a partir de los 10-11 años o incluso para adolescentes y adultos. Es importante saber que estas edades son siempre orientativas, ya que debemos adaptar cada ejercicio a la situación, dificultad e historia de cada niño. Por lo tanto, no tome las edades propuestas como algo cerrado y rígido: adapte cada ejercicio a las necesidades de cada niño y/o grupo.
Seamos conscientes de la repercusión que tenemos las madres, los padres, los profesores, los profesionales y demás miembros de la sociedad sobre nuestros hijos. Al trabajar y ejercitar actividades de funciones ejecutivas concretas, estamos modificando el cerebro tanto estructural como funcionalmente. Como dice Barbara Wilson, al estimular y trabajar las funciones ejecutivas, estamos troquelando el cerebro de nuestros hijos y alumnos.