Читать книгу Paisajes artificiales: virtuales, informales y edificados - Raúl Niño Bernal - Страница 6
ОглавлениеSurge un nuevo programa de Maestría en Paisajes Artificiales liderado por el Departamento de Estética en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana; y es esta la ocasión para presentar en este libro algunos de los resultados de investigación que cimientan la propuesta a nivel conceptual y epistemológico, en conjunto con previos libros de la Colección Estética Contemporánea. Los paisajes artificiales son a la vez el resultado de múltiples trasformaciones acumuladas y su proyección se traduce en horizontes posibles de futuro, que hoy día hacen especial énfasis en los aportes de ciencia y tecnología. La transformación también surge de la sucesiva innovación que genera nuevas formas que diversifican las anteriores y se alejan cada vez más de la denominada “naturaleza original”. Es decir, la modificación del paisaje implica su artificialidad a partir de la evolución técnica y tecnológica, así como del conocimiento que se aplica en la transformación continua de los paisajes virtuales, informales y edificados. Por tanto, la tecnología, como agente de transformación, ha llegado a niveles que permiten un alto espectro de expresiones virtuales, de entornos y objetos, que constituyen paisajes, en la medida que refieren a la panorámica desde donde se aprecian múltiples relaciones y procesos visibles e invisibles.
La naturaleza híbrida y compleja en la que surgen los paisajes artificiales proviene de las creaciones digitales1, las ciencias sociales artificiales2, las ecologías, la geografía, las ciencias de la computación, la estética, la arquitectura y el diseño, entre otros. Se trata de conocimientos de naturaleza transdisciplinaria y relacional, que exigen una visión amplia y panorámica que permita la observación general y la del detalle. Aquello define su vocación inter- y transescalar y espaciotemporal. Así mismo, permite enfocar los entornos de los objetos y paisajes hacia procesos de modelamiento y simulación en paisajes virtuales de información, donde se condensa en forma de ideas, signos explicativos o innovación creativa.
Estos paisajes artificiales pueden crearse, transformarse y estudiarse en distintas escalas: desde aquellas micro hasta aquellas macro, tales como las de la información del universo que nos llega a través de los satélites. Ambos extremos de esta escala generan información e interacciones con la escala métrica humana de las edificaciones, la visualidad y la habitabilidad. En este sentido, se produce un trabajo transdisciplinario, donde las diversas escalas de espacio y de tiempo se entrecruzan e interconectan a través de la información, la ciencia y la tecnología.
La relación entre las diferentes clases de paisajes se propone como un continuum. No se acogen distinciones para evitar dicotomías. Se opta por establecer simbiosis para integrar las conexiones entre paisajes naturales y artificiales. El propósito es ofrecer una epistemología que conjunta en vez de separar, como era habitual, entre lo natural y lo artificial. Con los avances de tecnologías y programación y las herramientas computacionales se pueden crear paisajes generativos y paramétricos, en los cuales se amplían las dimensiones espaciales y geográficas, a partir de creaciones digitales. Ejemplos creativos en este sentido se han realizado en el Centro Acuático Nacional de Pekín, conocido como el Watercube, en el cual se simulan gotas de agua aumentadas. De igual modo, con el auge de materiales inteligentes, existen integraciones y ampliaciones en las cuales se relacionan las tendencias biomórficas de los paisajes artificiales con los naturales, lo cual desdibuja cada vez más la posibilidad de establecer límites entre lo natural y lo artificial, además de restarle sentido o utilidad al hacerlo. Así, se relacionan ejemplos palpables de la naturaleza para crear arquitecturas biomórficas. Hojas, raíces, colmenas de abejas, nidos, ondas de agua, derivas y un sin número de entornos orgánicos, se pueden hallar en lo urbano construido artificialmente y viceversa, en lo que solíamos llamar natural.
Este libro pretende construir conceptos alrededor del enfoque de los paisajes artificiales, tanto en su perspectiva de paisajes virtuales, como informales y edificados. Está encaminado al estudio del conjunto de relaciones socio-espacio-temporales y conceptuales que se producen en los entornos habitables desde una perspectiva multiescalar. Todo aquello se presenta en el horizonte de los paisajes virtuales, en los cuales se plantea la creación, teorización y análisis de entornos virtuales que proporcionan una alteridad a las maneras tradicionales de habitar, desde la estética digital, los sistemas complejos, la ciencia y la tecnología, la heurística, las lógicas no clásicas y la computación evolutiva. De igual modo, el texto trata de paisajes informales, que estudian los procesos de autoorganización, progresividad y adaptación al entorno en la producción de los asentamientos populares desde la relación entre la estética cotidiana, la expresión popular y la cultura urbana, y la construcción de tejido social y de arquitecturas autoconstruidas. Por último, se estudian los paisajes edificados, los cuales se orientan al estudio e interpretación de los entornos habitables construidos mediante análisis espaciales, de estructura y composición morfológica, también de percepción y simulación, en correspondencia con los aspectos sociales, históricos, culturales, ambientales, económicos y políticos en los cuales se producen y se recorren los entornos de vida.
El primer capítulo, titulado “Paisajes artificiales e informales”, de Jaime Hernández-García, Raúl Niño Bernal e Iliana Hernández García, trata acerca de la construcción de un concepto y el aporte a una teoría abierta de esta nueva post-naturaleza de los paisajes auto-organizados. La informalidad construye una perspectiva que permite identificar la producción de sorpresa y novedades en la forma como los habitantes generan sus propios espacios comunitarios. Dichas condiciones son consideradas, desde el concepto de emergencia computacional, como posibilidades de horizontes artificiales de habitabilidad que no pueden ser definidas o planeadas de antemano. Se trata de adaptaciones urbanas que se generan desde la vida cotidiana mediada por tecnologías.
El segundo capítulo, “Emergencia de la arquitectura virtual” de Raúl Niño Bernal, investiga el campo procesual de la simulación de los horizontes posibles de emergencia. Se aborda una metodología abierta, relacionada con heurísticas computacionales para indagar sobre los conjuntos sociales y sus sistemas de habitabilidad. Para ello, se estudian aspectos como los sistemas artificiales, las transformaciones de la materia a distintas escalas, la comprensión de la diversidad de mundos posibles y de organismos presentes en dichas escalas, los procesos de indeterminación y autoorganización, en donde lo espontáneo de la emergencia resulta ampliamente significativo para hacer comprender algo que siempre está oculto o desconocido por quienes somos observadores.
En el tercer capítulo, “Paisajes poshumanos y vida liminal” de Iliana Hernández García, se expone la idea de una vida en el límite entre lo vivo y lo no vivo, generada a partir de procesos biocomputacionales pensados desde el bioarte y el conjunto de paisajes posantropocéntricos. Se analizan creaciones inmersivas hechas con software húmedo, cultivo de tejidos, células y lípidos, así como de ecosistemas e instalaciones construidos con autómatas celulares y modelamiento de agentes. El propósito es aportar a una teoría estética poshumana para pensar en la emergencia de la vida como podría ser, alternativa a la que conocemos y sobre la cual no hay acuerdo sobre su definición o sus bordes.
El cuarto capítulo, “Paisaje virtual de la cuarta revolución industrial” de Carlos Eduardo Maldonado, presenta la virtualización como el encuentro y la generación de posibilidades que transforman radicalmente la imagen y la comprensión misma del mundo, superando incluso la aproximación empírica a la realidad. También investiga los procesos contraintuitivos separados de la percepción natural y las nuevas formas de experiencia que produce la virtualidad; y, con ello, la revolución 4.0 en la cual se articula una síntesis entre las tres dimensiones, biológica, física y digital. En esta interacción se evidencia la continua complejización del mundo y la comprensión de cómo el universo es un enorme sistema de procesamiento de información, donde la computación ha sido protagonista.
El quinto capítulo, “Arquitectura biodigital y genética: adecuación, relevancia y compromiso” de Alberto Estévez, analiza la aplicación de nuevas técnicas biológicas y digitales a la arquitectura y al diseño. Con lo anterior, se plantea una transformación en la comprensión y conceptualización de las relaciones tradicionales con la naturaleza, bajo la perspectiva de proponer planteamientos híbridos y transdisciplinares. Desde ello se llega a paisajes virtuales multiescalares y con diversidad de materiales, que advierten sobre la articulación entre la naturaleza y la computación para la fabricación de una arquitectura digital. El ADN como “software evolutivo” para el crecimiento autónomo de los espacios que se propone para la obtención de arquitecturas vivas es solo un ejemplo de lo anterior.
El sexto capítulo, “Calculating Turing Thinking Wittgestein: AI, ‘the case’ and Metabolic Architectures” de Dennis Dollens, investiga la relación entre Turing y Wittgestein en el marco de la filosofía y la computación, bajo la perspectiva del diseño. Tiene como propósito pensar las arquitecturas metabólicas basadas en inteligencia artificial para la producción de espacios y paisajes transformables. Se trata de un camino ontológico que gira en torno al machine learning y a la simulación digital, con aplicaciones en el objeto y las escalas urbanas. La influencia se refleja en la conversión de las lógicas del lenguaje y de la imagen de Wittgestein y en algoritmos en el caso de Turing. Un ejemplo de ello es la generación de patrones biológicos en la teoría de las máquinas universales.
El séptimo capítulo, “Creatividad de frontera: de los paisajes poshumanos a los paisajes metaónticos” de Félix Antonio Gómez-Hernández, estudia el tránsito de los paisajes desde la perspectiva reduccionista hacia los paisajes en una comprensión emergentista, a través del análisis de los procesos de indagación de universos poco explorados. Con lo cual investiga sobre la resignificación de lo propiamente humano por la intervención biológica y la presencia de máquinas inteligentes que multiplican los paisajes en perspectivas exocéntricas. Literalmente se trata de paisajes en ausencia de lo humano, destinados a ser imaginados o habitados por individuos por venir.
El octavo capítulo, “Un-earths: disorientation, landscape and the technical map” de Lawrence Bird, discute las opacidades y anomalías existentes en el mapeo del planeta, en particular aquel que encontramos en Google Earth. Si bien este ostenta una gran transparencia en la veracidad de los datos, es posible hallar intersticios en ello. A partir del enfoque de la memoria técnica de Bernard Stiegler, se analiza la falla del proyecto moderno de mapear el mundo y con ello la industrialización del conocimiento. Con lo cual escapamos al control de los sistemas modernos puesto que este deseo tecnocrático se ha vuelto inalcanzable. De este modo, se pregunta por el nuevo rol de la imagen de la tierra, como objeto temporal producto de la acción global de participantes locales.
El noveno capítulo, “Paisajes digitales en los ecosistemas financieros” de Óscar Granados, presenta los procesos de intercambio que ocurren en los mercados financieros desde la perspectiva de los ecosistemas de datos, en donde se genera un paisaje virtual de redes de conocimiento e interacciones entre agentes humanos y no humanos. La apuesta de la investigación es la identificación de un ecosistema artificial y temporal basado en inteligencia artificial, el cual exhiba comportamientos vivos como resultado de los procesos bio-inspirados de la simulación y la visualización digital. Se pone de manifiesto que estas interacciones del mercado financiero ya no se producen en espacios físicos sino en software y paisajes de datos.
El décimo capítulo, “Arte y ciencia en la contemporaneidad: el laboratorio Tierra y la ‘artista intrusa’” de Paz Tornero, presenta una investigación sobre la experiencia de datos que se extraen de la Tierra y que la ha convertido en un laboratorio, tanto para la ciencia como para el arte. Y en ello se inserta la participación “invasiva” de la artista para analizar las formas de comunicación, traducción y comprensión de estos paisajes ecoartificiales, los cuales son observados desde la externalidad de dicho escenario de confluencias para signar la importancia de la democratización de lo “invisible”. Esta inserción del arte en horizontes ecológicos y tecnocientíficos configura paisajes híbridos basados en software húmedo para la generación de nuevo conocimiento.
El décimo primer capítulo, “Hacia una ontología de la ciudad desde el paisaje edificado en altura” de Germán Montenegro Miranda, propone un análisis desde la perspectiva del ser y devenir entorno habitable de un tipo de espaciotemporalidad que se ha venido transformando en paisajes edificados crecientes. En ello, se investiga sobre la dimensión vertical y volumétrica de la ciudad de Bogotá, como un entorno aún inexplorado. Esto se hace desde la mirada semiótica de la presencia y visibilidad y en el cruce de las condiciones económicas, políticas, sociales y tecnológicas de las cuales emerge la producción urbana como hecho material. Con especial énfasis en el análisis del poder que es agenciado por una red de actores específicos, y estudiado desde las teorías de Latour.
En el décimo segundo capítulo, “Entornos urbanos informales: casos en Vilna (Lituania)” de Tomas Kačerauskas, se analiza el paisaje informal e ilegal de distintos asentamientos urbanos en Vilna (Lituania). A través del uso de la semiótica se estudia cómo emergieron y se comparan entre sí. El propósito es el de analizar, desde una perspectiva filosófica, las dicotomías “formal / informal”, “temporal / eterno”, “orden / caos”, “legal / ilegal”, las cuales suelen ser aplicadas a dichos entornos. Además, se cuestiona cómo ocurre una exacerbación de la ley, paradójicamente unida a una pérdida de los derechos por parte de los pobladores. En otros casos, se señala la manera en la que se categorizan como ilegales luego de la reordenación, burocracia y consiguiente desplazamiento que trae un nuevo plan general.
En el décimo tercer capítulo, “Paisaje, barrio popular y memoria” de Olga Ceballos, se presenta una introspección de la propia investigación de la autora acerca de la vivienda en los sectores de bajos ingresos en Bogotá, con el propósito de preguntarse cómo es el paisaje informal que emerge allí. La construcción de paisaje es entendida a partir de los planteamientos de Aymonino y Rosi, acerca de cómo pensar en términos de permanencias, de memoria e historia de los habitantes de un entorno. Cada vez que son ellos mismos quienes construyen su entorno y generan un paisaje informal con rasgos de homogeneidad de representación, este no solamente cuenta historias de vida sino también indica y conforma aspectos importantes de la arquitectura de la ciudad. Se trata de paisajes dinámicos que se transforman con las acciones de sus habitantes.
El décimo cuarto capítulo, “El borde informal en tanto obra estética. La escena de Rancière como instrumento para develar otro pensamiento” de Sandra Caquimbo Salazar, investiga el concepto de borde, característico de la informalidad de los sectores populares donde este supera y cuestiona los límites, no solo físicos sino incluso del pensamiento. Se trata de paisajes libres e indeterminados que se reescriben permanentemente a través del accionar de códigos que subyacen en la vida cotidiana del habitar. Se trata de un horizonte de posibilidades de sentido que emergen de la escena de hacer espacio y vida. Es el abordaje de una poética de los paisajes informales basada en una experiencia distinta a la hegemónica que funda un borde de un otro pensamiento.
El décimo quinto capítulo, “Across Imaginary Lines. Guatemex: Relational Architecture and Migratory Aesthetics, About Boats” de Claudia Costa Pederson, presenta un análisis de la intervención de tres artistas en el borde entre México y Guatemala desde la perspectiva de un paisaje informal, que se articula con las necesidades locales y su poética de indeterminación. A través de los conceptos de lo efímero del internet y de estructura de barco, se desdibuja la idea de límite para hacer presencia con el borde, como horizonte abierto a las posibilidades. Es planteada como una sociedad del futuro en las orillas del río Usumacinta. Un impacto político se gesta en la convergencia de invisibilidades a través del concepto de arquitectura relacional de Lozano-Hemmer y de una perspectiva de paisajes migratorios informales.
Un nuevo programa de Maestría en Paisajes Artificiales está naciendo y, con este, la poética de este libro espera construir un paisaje de conocimiento que enlace alternativas y posibilidades antes inexploradas en el devenir del pensar radicalmente desde la innovación conceptual.
Presentamos especiales agradecimientos al diseñador industrial Giovanni Ferroni, decano de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana, por su especial apoyo a la gestación de este libro y del programa, y al arquitecto Alfonso Gómez Gómez, actual decano de nuestra facultad, por su constante apoyo en la realización y difusión de este proyecto.
Notas
1 Las creaciones digitales son el conjunto de campos de frontera más allá del arte y de las formas comunes de creatividad, que se sitúan al cruce con las ciencias y las tecnologías convergentes. En ellas se produce una simbiosis que busca deconstruir las formas habituales de lo poético y creativo, para encontrar ampliaciones de las formas de la creatividad, ahora relacionadas con los procesos computacionales, digitales y de imágenes tecnológicas, y con emergencias en todos los campos del conocimiento.
2 Las ciencias sociales artificiales son el conjunto de ciencias que han ampliado la dimensión de lo social a otras especies vivas, así como a especies y organismos computacionales. Considerando entonces tres tipos de sistemas sociales: naturales, humanos y artificiales. Estos últimos, los artificiales, incluyen a los anteriores por ampliación del conjunto, además de los indeterminados y de aquellos que podrían ser.