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EMERGENCIA DE LA ARQUITECTURA VIRTUAL

Raúl Niño Bernal

Este capítulo, resultado de una investigación1, propone un conjunto de escenarios plausibles para la arquitectura virtual en cuanto a sus campos de conocimiento, ampliados de manera significativa por las tecnologías, principalmente computacionales y tecnológicas. En tal sentido, el escrito destaca, en primera instancia, la exploración de las relaciones a partir de la emergencia con lo virtual y sus dimensiones espontáneas entre ecosistemas, tecnologías digitales y procesos computacionales de diversa índole, los cuales son experimentados por grupos sociales, organizaciones, centros de investigación, universidades e instituciones académicas, entre otros. Con ellos, se advierte un proceso parcial en la consideración de variables, patrones o lecturas del contexto macroscópico para involucrar las relaciones entre los ámbitos de creación, las percepciones multiescalares de los ecosistemas biológicos y de otros sistemas de habitabilidad.

Con base en lo anterior, se acude al campo procesual de lo virtual de la arquitectura para simular los posibles episodios de emergencia relacionada con la habitabilidad. Esto implica que el tema de la emergencia de la arquitectura virtual es, en sí, un aspecto de una metodología abierta, relacionada con heurísticas computacionales, que sirve para indagar acerca de los conjuntos sociales y sus sistemas de habitabilidad. Se indaga por la arquitectura virtual como un paso para comprender la arquitectura edificada y la arquitectura informal. El espectro de relación de estas tres arquitecturas permite hacer lecturas en conjunto sobre las posibilidades que tienen las aglomeraciones urbanas; sin embargo, sobre todo se trata de explorar las relaciones de comunicación entre estas y sus posibles interacciones.

La arquitectura virtual es una posibilidad tecnológica a partir de la cual se pueden crear variables y consideraciones, las cuales incluso se pueden espacializar, constituyendo un conjunto de significados para comprender el contexto social, diverso y amorfo. De este modo en el campo de conocimientos que se obtienen en conjunto, tanto de una aglomeración social, como de sus aproximaciones digitales, se observan las nociones de emergencia y arquitectura virtual a partir de ámbitos cognitivos. A partir de aquellos es posible interrelacionar múltiples ecosistemas, entre los cuales se encuentran los artificiales constituidos por el conjunto maquínico de dispositivos, que a nivel individual se usan o se tienen en un proceso habitable. Estos también se integran con aquellos sistemas complejos, cuya interactividad permite hacer más comprensibles los diferentes aspectos conceptuales, digitales y epistemológicos de la habitabilidad.

Conviene integrar a esta reflexión los aspectos innovadores de la materia, pues corresponden a las transiciones que han devenido en la tierra (las relaciones electrofisiológicas de las plantas, la bioquímica del suelo y el subsuelo, la vida en silicio, entre otros) y en los colectivos humanos de los conjuntos urbanos. Estos son ampliamente sociales, principalmente por las dimensiones simbólicas y por la diversidad de ámbitos productivos, creativos, de coexistencia, de energía o de diseño en los que se advierte un proceso distinto desde la materia.

Se puede hallar un puente de conexión a partir de las relaciones que advierten discontinuidad, innovación y radicalidad, pues son características primordiales en la emergencia. Todas estas maneras innovadoras de organizar la materia y la energía, de producir formas únicas de influencia sobre los sucesos del mundo, surgieron a partir de formas de organización anteriores que carecían por completo de tales propiedades. La física y la química continuaron como antes, pero el momento y lugar en que ocurrió cada una esas transiciones fueron sucedidos por cambios radicales y sin precedentes en las posibilidades de organización de materiales y sucesos. Estas transiciones capitales en la organización de las cosas suelen describirse como emergentes, porque tienen la apariencia de novedad espontánea, como si metieran las narices en nuestro mundo. saliendo de una cueva de no-existencia. Y, si bien puede que no surjan de la nada, tienen la cualidad de discontinuidad sin precedentes, un aspecto casi mágico, como un conejo sacado de un sombrero que se encontraba aparentemente vacío. Tal como suele emplearse el término, hay una estrecha afinidad entre el concepto de emergencia y las ideas de novedad e innovación, así como una implicación de menoscabo de la predictibilidad (Deacon, 2013, p. 158).

Tal como se puede advertir en la apreciación anterior, los aspectos centrales de la organización de la materia provienen de los campos de la indeterminación, lo cual conduce a los procesos posteriores de autoorganización, en donde lo espontáneo de la emergencia resulta ampliamente significativo para hacer comprender algo que siempre está oculto o desconocido para quienes somos observadores. Se trata de un proceso radical, que emerge con las dimensiones actuales de cambios y convergencias respecto a la vida y a sus ampliaciones hacia lo computacional. Es la vida hecha de silicio, que tiene una implicación directa en el tema de dispositivos y ordenadores, pues constituye en esencia la materia prima de su elaboración. Se podría afirmar que los procesos industriales aplicados a los dispositivos han hecho que el silicio no se entienda como un elemento biológico, cuando en realidad lo es. Por lo tanto, se requieren explicaciones de la naturaleza de este material: el silicio en una época signada por lo virtual y lo digital. Además, una explicación de la gran influencia en el mundo este material en los últimos años.

Interrelaciones desde la emergencia

El proceso biológico del silicio y de otros materiales ha servido para hacer elementos utilitarios y de confort, y juega un papel fundamental en el bienestar social de la humanidad. Sin embargo, no se ha tenido en cuenta la finitud de recursos extraídos de los ecosistemas naturales, tales como la apertura de socavones para la extracción de la arcilla con fines industriales y artesanales, por mencionar solo un ejemplo. De esta forma entendemos que el silicio tiene un origen biológico y geológico y que ha formado parte de la evolución de los materiales, cuyo soporte sirve para la información y para la digitalización de un sinnúmero de procesos, que actualmente en el mundo hertziano cumplen un papel significativo.

En las últimas décadas se abre un nuevo espectro de comprensión sobre la materialidad de dispositivos y objetos que nos rodean cotidianamente, destinados al procesamiento de la información acumulada en discos duros: nos encontramos entre bits y un sinfín de transistores, circuitos integrados y estructuras materiales miniaturizadas, cuyos procesos se asemejan a los que ocurren a nivel orgánico entre células y cromosomas. Hoy en día, con los biochips, dispositivos de tamaño diminuto, se produce una compatibilidad genética, mediante cristales y otros materiales relacionados con metales o con el silicio en diferentes formas. Esta interacción se presenta también en el conjunto de medios ampliados en diversos dispositivos para las actividades bioinformáticas, cada vez más miniaturizadas en software de análisis de secuencias y estructura de proteínas. Gracias a lo anterior, las arquitecturas virtuales permiten crear múltiples modelaciones y simulaciones a partir de patrones y datos.

Lo anterior resulta significativo, por ejemplo, para las ciudades inteligentes, cuyo fundamento es la vida y la inteligencia artificial, o los datos en redes que son útiles y cotidianos y se almacenan en la nube, tales como los big data. Todo lo anterior surge de un proceso colectivo de origen social en lo que se denomina el bottom up, los procesos computacionales que se realizan de abajo hacia arriba. Un ejemplo de ello son las organizaciones basadas en procesos digitales a nivel de la administración y gestión de la información, tales como las instituciones, proveen informaciones complementarias como mapas o los datos satelitales acerca de diversos temas y asuntos que acontecen en el planeta. En conjunto, lo que se puede observar es que, gracias a la información, nos encontramos en transiciones de simultaneidad entre lo micro y lo macro.

Quisiera destacar que la vida en silicio es uno de los aspectos radicales, siguiendo la reflexión de Deacon (2013), en la emergencia de los sistemas procesuales, así como en los campos computacionales, en el diseño y desarrollo del software, y en la clasificación de los procesos creativos virtuales. Las arquitecturas se presentan como especies vivas que están abiertas a la emergencia y generan un intercambio entre ellas. A lo anterior, se lo podría denominar campo de autoorganización de los sistemas maquínicos, el cual surge de nuevas configuraciones tecno mecánicas. Esto es lo que Rosnay (1996) denomina tecnósfera avanzada, a partir de su perspectiva de las neuronas de la tierra. El concepto de tecnósfera avanzada (Rosnay, 1996) hace referencia al sinnúmero de dispositivos, artefactos y sistemas, tales como los maquínicos, de los cuales surgen otras interacciones, en especial, aquellas de la ecología cognitiva, tal como la denomina Lévy (1999); estas últimas sirven para establecer, desde el pensamiento y sus relaciones con el conocimiento, las opciones y relaciones de convivencia y coexistencia. Así, a partir de estas consideraciones, emerge un paisaje virtual, imaginado a partir del contexto en el que se hallan referentes de arquitecturas preexistentes, es decir, que reflejen las condiciones de vida cotidiana y las relaciones económicas y productivas de los conjuntos sociales de personas que constituyen el ambiente social de un entorno.

Los procesos de emergencia relacionados con la arquitectura virtual, se hallan inscritos fundamentalmente en su relación con la computación y la conexión a internet, a partir de la instauración de la web 2.0, la cual guarda relaciones con la web 5.0. En esta convergen los sistemas de inteligencia artificial, ciudades inteligentes y las interacciones sociales en red, que se tornan cada vez más difíciles de cualificar y cuantificar. En un proceso, que puede ser enunciado como de “evolución tecnológica”, se exploran otras derivaciones, tales como las denominadas tecnologías convergentes, cuya sigla es NIBC2, (Nano-Bio-Info-Tecnologías Cognoscitivas de la Sociedad). Se trata de tecnologías que operan a escala nanométrica y que permiten la producción de diversos mundos posibles. Por tanto, se hace urgente y necesaria la construcción cognitiva orientada al aspecto social de estas relaciones y mundos, lo cual significa permear diversos segmentos o estamentos para hacer posible estos campos de conocimiento.

Es importante resaltar el papel de las escalas nanométricas, pues representan un paso importante de los procesos de interconexión y sinapsis cognitiva que se dan entre vesículas y glándulas y entre las células y las neuronas de nuestros organismos, además de subrayar la relación que presentan estos procesos con la escala macro del entorno territorial. Esta última puede ser ampliada por la precepción y las sensaciones de otros organismos vivos, entre los cuales se incluyen ecosistemas biológicos y sociales, entornos urbanos y arquitectónicos, desde los cuales se configuran los paisajes que, en ocasiones, son simplemente descriptibles. Los paisajes son emergentes por sus variables y accidentes a nivel físico, además de ser altamente complejos. Para que sean plausibles es necesario poseer una variedad importante de patrones. Así, los paisajes se construyen con procesos computacionales y algorítmicos, con los cuales es posible ampliar creativamente lo virtual, en tanto estos se involucran con procesos topológicos y multiescalares, donde resulta clave el proceso computacional. Este en conjunto lo he denominado sinapsis bioelectrónica de creación (Niño, 2012), esto es, el conjunto de acciones creativas en el momento de ensamblar lo cognitivo, generado desde lo computacional a partir de datos y programas de diseño. Se puede hablar de poéticas tecnológicas y de una dimensión estética novedosa que va emergiendo en la medida que se integran los datos para conformar patrones o variables de estudio.

Las facultades de los órganos a escala nano presentes en vesículas transmisoras entre neuronas y células pueden establecer procesos de cooperación bioquímica entre sí. Como lo señalan los autores Sims, Bainbridge & Roco, se trata de establecer el conjunto de nexos biológicos mediante convergencias de conocimientos entre las diversas ciencias biotecnológicas. Las ciencias cognitivas les otorgan relevancia a los campos de información de estos intercambios, gracias a lo cual se pueden detectar patrones y elementos para las arquitecturas virtuales, en las que se hace necesario el proceso a través de interfaces tecnológicas, aparatos computacionales y software de condiciones especiales3.

Esta perspectiva interdisciplinaria produce cambios significativos en la tradición de los espacios arquitectónicos, tanto interiores como exteriores, en los cuales se encuentran elementos y objetos simbólicos como parques, museos, galerías, espacios públicos o comunitarios, con cargas históricas y simbólicas en la cultura de un determinado contexto. Con la mirada puesta en las arquitecturas de emergencia, como se expuso al inicio del texto, se propone una metodología cuyo epicentro epistemológico es el de pensar e imaginar otras dimensiones con la arquitectura virtual. Se trata de pensar qué ocurre al involucrar el ámbito de las tecnologías en la cotidianidad de la habitabilidad y observar en conjunto las transiciones bioinformacionales e, incluso, biotecnológicas.

Las intervenciones con sistemas virtuales, animaciones digitales, dispositivos de realidad virtual permiten, a nivel perceptual y cognitivo, explorar nuevas posibilidades sobre las interacciones de objetos inmuebles o de relaciones intangibles en tiempos posteriores. Con lo virtual se tiene la posibilidad de experimentar a nivel de pensamiento lo perceptual y los campos de plausibilidad, lo que se traduce en la interrelación de la información, tanto en los ámbitos de la emergencia, como la que se crea a partir de los datos. En tal sentido, se ha producido la emergencia tecnológica4 para estos paisajes, que deben acoger la condición de materiales inteligentes, edificios inteligentes y también de ciudades inteligentes5. Asimismo, el conjunto social de personas y sistemas de interconexión como los GPS, los sistemas de Waze y las aplicaciones con simultaneidad de servicios de distinta índole producen nuevas reflexiones sobre ecologías artificiales (Hernández, Niño, Hernández-García, 2018)6 que se hallan en el medio de las condiciones sociales de habitabilidad. A este respecto, es importante hacer varias ampliaciones para hablar de procesos relacionados con la inteligencia ambiental; esta, además, obedece a la comprensión y entendimiento de la composición en conjunto de los ecosistemas ambientales que, a su vez, están imbricados en los sistemas artificiales y en los maquínicos. Resulta clave y significativo profundizar en esta transformación, gracias a la cual los ámbitos virtuales y digitales tienen una nueva integración con los procesos productivos, académicos y sociales para la conformación de ciudadanos y habitantes con proyecciones hacia los temas planetarios y globales que, en su gran mayoría, se centran en fenómenos y problemas en curso.

Las tecnologías electrónicas y el avance hacia lo digital de los dispositivos a una escala social cada vez mayor posibilitan cambios en la condición múltiple de la vida; esto quiere decir que se abren posibilidades para explorar la vida en conjunto, gracias a la inclusión de diversos ecosistemas, entre los que se hallan los urbanos y los distintos circuitos virtuales y electrónicos. En estos se despliegan temas ecológicos, pero también exploraciones creativas de las artes y las ampliaciones de la cultura, como expansión de otros mundos y relaciones. La emergencia de las arquitecturas virtuales se recrea y enriquece de cara a los problemas contemporáneos (entre los cuales se cuenta el calentamiento global y el Antropoceno) y, además, produce un cambio de sensibilidad estética, la cual puede ser ahora telemática, de telepresencia o de otros mundos posibles. A través de lo anterior, se abarca el tema de la información en conjunto, con el objetivo de crear alternativas, soluciones o las salidas mejor orientadas. En este sentido, es importante destacar la diferencia entre arquitectura virtual y física, respecto a los problemas de habitabilidad en un contexto territorial. Se trata de dar preponderancia a lo virtual para tener una gama amplia de consideraciones respecto al problema de intervenir físicamente un entorno con objetos materiales y sólidos. Con lo virtual, generado por procesos computacionales de simulación de diversas situaciones de habitabilidad, se tienen puntos de vista e inflexiones para pensar en otras situaciones extraordinarias, por el camino de los problemas. A través de la información de los fenómenos que requieren de la elaboración de patrones, incluso a escala micro o nano, se obtienen distribuciones amplias y aleatorias, las cuales se disipan en las redes. Estas dimensiones se concretan en horizontes de sucesos (Kaku, 2009)7, los cuales han sido ampliamente estudiados y propuestos desde la computación a múltiples escalas, como la macro, la micro y la nano.

Arquitectura, habitabilidad y tecnologías

Las conexiones que se establecen en relación con la creatividad y la evolución virtual afincan sus primeras bases en los procesos de evolución y adaptación de los sistemas a partir de estéticas que, en su mayoría, provienen de la creación computacional. El punto hacia el cual se plantea el giro de la evolución de los ecosistemas del paisaje es la contingencia de colectividades, las que definen expansiones ecológicas con el entorno y cruces transversales de colectivos creativos con las artes. Estos ámbitos ecológicos, al relacionarse con las ciencias, generan producciones a través de lo virtual, lo tecnológico y lo electrónico, que constituyen un eje primordial de la habitabilidad tecnológica (Hernández, 2002)8 en la cual se han creado relaciones entre organismos y sistemas artificiales, en los que se afincan nuevos circuitos de comunicación e información y de gestión de las expresiones digitales contemporáneas.

Esta convergencia inter y transdisciplinar produce cambios significativos en la tradición de los espacios arquitectónicos en el espacio público, en los museos y galerías y en los espacios públicos en los cuales se realizan intervenciones o se organizan espectáculos masivos. En tal sentido, se ha producido una emergencia tecnológica para estos espacios que deben acoger la condición de materiales inteligentes, edificios inteligentes y, así mismo, de ciudades inteligentes.

La tecnología y el avance digital de los dispositivos a una escala social cada vez mayor posibilitan cambios en la condición arquitectónica, incluso de los edificios patrimoniales, en los que se empiezan a incluir circuitos electrónicos que facilitan la interacción o emplazan los temas relacionados con lo virtual. Sobre este aspecto, se pueden señalar los temas relacionadas con las humanidades digitales y sus nexos con diálogos entre saberes, colectivos sociales, los cuales, a su vez, son posibilitados por urbanistas, arquitectos, artistas, ecólogos, ambientalistas, gestores y científicos sociales. Esta aproximación ha generado posibilidades de transformación en la comprensión de los ámbitos de relevancia política, económica, cultural y ambiental de los sistemas electrónicos de información. En esta fase se pueden plantear y crear estrategias heurísticas hacia la búsqueda de lo novedoso. La emergencia de las arquitecturas virtuales se recrea y enriquece frente a los problemas que están surgiendo, produciendo un intercambio de campos estéticos, desde lo telemático o de telepresencia hasta la aparición de otros mundos posibles como los de la realidad virtual9, los cuales permiten ampliar la comprensión de los entornos o paisajes.

Redes y procesos no lineales

Los procesos de las redes ahora se han expandido gracias a la condición numérica e intersubjetiva, no solo de la condición humana, sino de aquella interespecie; esto se produce, en gran medida, en mérito al cambio de escala en los dispositivos tecnológicos y la velocidad de los flujos en la red que ofrecen la posibilidad de poder establecer cambios en la epistemología de los sistemas no lineales que se proponen como heurística evolutiva. En esta dirección se encuentran las epistemologías no científicas que se forman a partir de la combinación de datos, como los que circulan a través del big data, el big data science, entre otros.

Las redes son, igualmente, los diferentes niveles de información a escala algorítmica que producen nueva información o que se resume en redes que son consultables en dispositivos, tales como los celulares. Un ejemplo de ello es Siri (presente en los dispositivos Apple), en tanto ofrece datos sobre el clima o usa de manera directa la información de los directorios de personas o música que se encuentran en la memoria de los dispositivos. Este es un referente, entre muchos otros, de procesos no lineales y que corresponden a los advenimientos relacionados con la robótica y la inteligencia artificial provenientes de los big data, el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo (deep learning), con usos sociales muy amplios y diversos.

Con base en lo anterior y con fundamento en los datos, emergen diversas redes no lineales, las cuales se pueden ir ampliando y haciendo más complejas, constituyendo redes neuronales, lo que significa que su aplicación en amplios sectores sociales, empresariales y académicos alcanza una participación en los sistemas de información de los grandes datos. A este respecto, como diría Barabasi (2016), se tienen redes libres de escala, las cuales son exponenciales. Es decir que, para emplear el conocimiento de las redes que establecen los ecosistemas biológicos y su expansión y conexión con otros ecosistemas, es importante emplear las redes para los estudios de complejidad. Ocurre de igual modo con los sistemas sociales o conjunto cuyo sistema de habitabilidad también es expansivo. En los sistemas sociales y de hábitat popular de las ciudades y en los entornos informales, la emergencia de las arquitecturas virtuales nos arroja a un esquema positivo de pensamiento, para simular en los temas virtuales las posibilidades de ocupación y expansión, incluso sobre los grados de distribución de los conjuntos sociales.

El tema de redes y sistemas no lineales resulta pertinente para comprender la indeterminación y fragilidad del espacio construido, pues su constante interrelación con otros ecosistemas conduce a plantearnos inquietudes respecto a los mismos sistemas de habitabilidad. Con el empleo de redes y sus aproximaciones hacia niveles ampliados de complejidad, además del uso de software en aplicaciones de inteligencia de enjambre, minería de datos, manadas de pájaros, se pueden obtener datos sobre la emergencia de un sistema vivo. En este sentido, se intenta explicar que asistimos, en tanto seres vivos, a relaciones complejas, con capacidades, como la inteligencia biológica y la integración con la inteligencia artificial y otros ámbitos de la razón, para tener como experiencia de vida la condición estética de crear, imaginar, interconectar y coexistir en la diversidad. Para ello es necesario pensar los procesos desde los sistemas inestables, alejados del equilibrio; así es posible reconocer las transformaciones constantes del entorno, la emergencia de sistemas, tales como las redes tecnológicas y computacionales desde las cuales se establecen nexos a escala planetaria que parten de los datos locales.

Hoy en día, la humanidad tiene una oportunidad sin precedentes para acceder a conexiones al instante, de manera análoga, existen excepcionales ejemplos de creatividad, transferencia de conocimiento e información, pero, desafortunadamente también existe una ciudad banal, la cual, en muchos casos, es el resultado de la utilización infravalorada de las redes de información. Sin embargo, quienes nos ocupamos de su utilidad, potencialidad y capacidades al máximo grado, encontramos alternativas creativas de la más variada condición. Las redes de alto conocimiento científico, las innovaciones tecnológicas, las revelaciones teóricas y las bases de datos plantean conexiones entre universos muy disímiles, los cuales son efectivamente el centro de interés de lo virtual, digital y computacional. Es decir, la bioinformación configura su vitalidad, complejidad y expansión. De esta condición está emergiendo una nueva sociedad ciborg y genoyde, la cual será común en los próximos años.

Evolución tecnológica de las arquitecturas virtuales y los procesos de creación en los mundos inmersivos mediante imágenes

En los proyectos de investigación y publicaciones que adelanta el Departamento de Estética de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana, un tema central en la producción teórica, a partir de los campos de frontera del conocimiento, ha sido hallar las formas de habitabilidad en los mundos inmersivos y en poéticas de la biología de lo posible (Hernández, 2016; Hernández y Niño, 2010). Entre los campos teóricos que han surgido, se pueden exponer teorías y conceptos con innumerables ejemplos en el arte y la ciencia, a partir de los cuales se han realizado estudios estéticos que dan cuenta de la poética en obras creativas, que introducen lenguajes del ámbito de las ciencias hacia el de las artes. En estos diálogos, los conceptos de arte biotecnológico, arte de las partículas (nanoarte), arte del ciberespacio o arte electrónico son temas frecuentes de indagación y también de publicaciones en diversos contextos. Los referentes analizados en los campos del arte electrónico y de las artes computacionales permiten ver la ampliación en telecomunicaciones que se expone a través de los medios.

La imagen se ha ampliado significativamente a través del uso de dispositivos de computación y redes. Es un proceso aleatorio y no lineal, pues el sinnúmero de dispositivos computacionales y de interfaces lo designan de esta manera, en particular en esta época que ha sido llamada Hertziana, por la complejidad de redes electrónicas que son empleadas para que diversos dispositivos y software puedan interactuar simultáneamente. En dicho fenómeno actúan los procesos de minería de datos e inteligencia de enjambre, entre otros, con el fin de hacer posible la simultaneidad de datos e información. Paralelamente, es importante mencionar que existe, de manera directa y simultánea, la conexión a los sistemas de YouTube, Vimeo y toda una gama de opciones y programas informacionales en los cuales es posible conectar el tema de la imagen, el de la imagen-movimiento, el del video y el del cine digital. Simultáneamente, es posible interconectar a través de links, temas de interés de imágenes de exposiciones o eventos como festivales de artes, ferias de arquitectura y una simultaneidad de datos cuya información es, en sí, un paisaje virtual de los diversos temas creativos que están a disposición y pueden ser el contexto directo para un usuario de las redes.

Ámbitos procesuales y de computación

La perspectiva teórica de las arquitecturas de emergencia y, por ende, de los paisajes virtuales centran su interés en el estudio de problemas ampliamente relacionados con el Antropoceno, el cual se caracteriza por el amplio impacto de la contaminación producida por la actividad humana, en la cual se mezclan diversos procesos y tipos de incidencia química que afectan ecosistemas biológicos o de carácter vital, como el agua y el oxígeno. Simultáneamente se concentran los efectos de los factores anteriormente mencionados del cambio climático y sus procesos de injerencia en los entornos y en las relaciones entre especies. Por otra parte, se trata de introducir los campos de frontera del conocimiento acerca de la vida para concebir los temas de frontera de la vida para lograr un cambio de concepción respecto a una nueva condición en torno a la tecnósfera avanzada10 (Rosnay, 1996) para tomar posiciones y decisiones frente a los procesos de vida.

Los ámbitos procesuales y de computación, tal y como se abordan en las ciencias de la complejidad y en las cuales se perciben los principales campos de la política de lo posible en sus dinámicas actuales y en sus cambios a futuro, ya no pertenecen a la humanidad solamente, sino al conjunto integral del planeta. Este, con todos los organismos y sus sistemas vivos, se presenta como información, por lo cual requiere de la computación. Una perspectiva más amplia, como aquella que se encuentra en la afirmación planteada por Emmeche (1998, p. 38) según la cual “la vida tal como podría ser”, nos abre el camino para imaginar en la política contemporánea los procesos de la vida artificial en el contexto de una biología del futuro, de lo posible, moldeada en semejanza a las ciencias de la complejidad, a partir de posibles.

Nos espera en el futuro una coevolución inexplorada y emergente en el contexto de la macrovida, lo cual significa un entendimiento de los cambios sociales y tecnológicos súbitos de los entornos habitables del planeta, con la presencia de máquinas y otras formas de vida, en el conjunto de los demás sistemas vivos de los cuales depende la vida humana. Asistimos a una segunda génesis de la biosfera de conocimiento y de tecnología, que ha producido un cambio en el espacio tiempo. Este surge por la capacidad de integración de las inteligencias humanas y no humanas. Por ello, se propone como experiencia de las arquitecturas virtuales a la emergencia como condición sine qua non, o indispensable, para pensar en el conjunto de la vida y las opciones frente a lo virtual.

Desde la perspectiva de la complejidad es la comprensión de la biopolítica es la que marca el destino del siglo XXI (Maldonado, 2018)11. Son las ciencias de la complejidad las que están planteando nuevas preguntas acerca del papel de la política no lineal en las decisiones cruciales y relevantes frente a las crisis y conflictos actuales, tales como la convivencia, la accesibilidad, el agua potable, el ambiente sano, el empleo digno, el conocimiento, solo por mencionar algunos. A su vez, estas están estableciendo vínculos con las convergencias entre las formas de vida húmeda, basadas en el carbono, y las formas vida artificial, basadas en el desarrollo del silicio, las cuales, a su vez, establecen relaciones con la inteligencia humana y no humana.

Por primera vez, la ciencia comienza a ser de interés para la sociedad a escala global. Los cambios cognitivos en los que nos encontramos, particularmente por el desarrollo, capacidad de despliegue y difusión que tienen los sistemas de información tecnológica, contribuyen a la construcción y consolidación de la sociedad de la información y su paso decisivo a la configuración de la sociedad del conocimiento. Se trata de un paso de transformación de la economía política a escala global. Esto significa que, tanto el poder, como el mercado del conocimiento y la gestión de la información, tienen implicaciones sociales y culturales con marcadas diferencias en el progreso de las comunidades con mayor o menor desarrollo científico y tecnológico. Sin embargo, este debate será un paso clave en la esfera política del presente siglo.

El sistema que caracteriza el organismo global se ha formado en la relación cibernética de la computación electrónica con el bíos y la cognición humana; esto implica una vida biológica conectada e interdependiente, por medio de redes de información que se relacionan con genes, neurotransmisores, bits y software de campos muy diversos, como la biomedicina, la genética, la biología molecular, la ingeniería genética, la georeferenciación, la bioinformática, las teletransmisiones, la bioeconomía, la agricultura molecular, el medioambiente, las ciencias de la complejidad y la genopolítica, entre muchas otras.

El desarrollo de las ciencias de síntesis y las tecnologías disruptivas alcanzadas en lo corrido del siglo XXI constituyen un asunto de responsabilidad política a escala global, especialmente con las transformaciones tecnocientíficas incentivadas por la constante innovación de las ciencias ómicas que se manifiestan en los avances de la biotecnología, la nanotecnología, la computación y las transformaciones aceleradas de las redes electrónicas. La manipulación y transformación de la vida tiene implicaciones en las concepciones biopolíticas acerca del control del individuo en el contexto de la sociedad. Esta perspectiva tiene implicaciones que se pueden discutir a partir de las concepciones biopolíticas acerca del control del individuo y su organismo en el contexto de la sociedad, la sanidad, el urbanismo, los censos y, en general, los ejercicios del biopoder ampliamente estudiados; ahora bien, esta perspectiva posibilita, particularmente la capacidad de comprensión de la complejidad misma de los cambios que ulteriormente pueden resultar.

El giro teórico y conceptual que se plantea para la política desde las ciencias de la complejidad consiste en que los individuos son considerados como parte integral de los sistemas vivos como otra especie más, pero con características diferentes de racionalidad12, lenguaje, capacidades tecnológicas refinadas y adaptaciones culturales cambiantes. De ahí, que plantear una biopolítica como posibilitamiento de la vida implica imprimir una riqueza conceptual en la trama de conexiones entre los sistemas vivos y no vivos, pero, sobre todo, una implicación en las sociedades humanas del planeta respecto a las transformaciones y modificaciones de la vida. Esto significa que la complejidad de la información genética y neuronal de los seres humanos presenta una condición de transformación a su condición de individuo. La complejidad molecular de su sistema vivo posibilita un amplio número de interrelaciones, en tanto depende de condiciones del entorno, así como de aproximaciones científicas especializadas.

Consideraciones de cierre

Las arquitecturas de emergencia y los paisajes virtuales son una conjunción que permite pensar y usar dispositivos, tales como aquellos de realidad aumentada, además de un conjunto amplio de interfaces, cuya evolución tecnológica se caracteriza por las relaciones de dispositivos de imagen: tablets, computadores, celulares, entre otros, son utilizados para explorar horizontes imposibles y plasmarlos en alternativas creativas para las cuestiones de habitabilidad de los sistemas sociales y de las especies con las cuales coexistimos de manera amplia y diversa.

El paisaje virtual y las arquitecturas de emergencia hacen relevante una dimensión creativa, en la cual ya no se piensa siguiendo los principios del espacio vitruviano o euclidiano, pues se busca aportar información de patrones y códigos que transcienden el enfoque tradicional de la arquitectura. Por ello, se propone la idea de lo procesual, en la que se incluye lo computacional. Con la noción de emergencia, lo que se busca es la integralidad y la diversificación de los procesos cognitivos y de las relaciones que se producen entre el computador y la mente.

En un ámbito procesual se exploran las relaciones bioinformacionales de los sistemas, incluidos los biológicos con sus microescalas y gradientes. Se trata de comprender las características bioquímicas del suelo, el subsuelo y de aquellas relaciones a nivel molecular que se transfieren en el tiempo y el espacio en los ecosistemas biológicos. Estos son comúnmente conocidos como paisajes naturales, pero también se pueden referir a aquellas situaciones relativas a los datos en las cuales se generan diásporas de información a través de las redes. En este sentido, es importante darle prioridad a lo virtual para comprender que existe un ligero desplazamiento de la idea del ser y, por otro lado, se pueden observar en el espectro otras dimensiones (como la del tercero incluido) y una amplia heterogeneidad en la que se toman en cuenta los procesos de alteridad, todo para darle sentido a la emergencia.

Los paisajes virtuales a partir de datos son configuraciones que surgen a partir del monitoreo cotidiano de los patrones de sueño, el ritmo del corazón, la conductividad de la piel, por citar algunos ejemplos. Actualmente, nos enfrentamos al surgimiento de un sinnúmero de start up y de aplicaciones móviles; se observan también fenómenos de virtualización en la producción y transformación de la economía, obviamente con escalas de accesibilidad. Dichos fenómenos obedecen a una lectura que, a nivel mundial en los entornos urbanos y las aglomeraciones sociales, se vive como un proceso de tercerización. Este también se entiende como la “servilización” (servicios) de la matriz de la economía basada en la industria. La proposición principal de la arquitectura de emergencia entendida desde los paisajes virtuales es la de disponer de la interactividad de los datos, la información en diferentes contextos y discutir de las posibilidades tecnológicas a la hora de simular y hallar múltiples opciones, entre ellas, aquellas productivas, que constituyen el mayor afán de la sociedad contemporánea.

Los paisajes virtuales se configuran de manera amplia y creativa, en virtud de su deslocalización y desincronización, lo cual genera una tendencia hacia nuevas rupturas conceptuales y cognitivas, las cuales dependen, en gran medida, de imaginar sistemas de enunciación sobre lo que se construye e imagina. La emergencia aparece cuando estos episodios espontáneos sitúan estrategias de autoorganización en las expresiones, en los sistemas de información y en las estéticas de lo virtual que obedecen a condiciones de creatividad, o recursos imaginativos. Estos requieren de conocimientos bien cimentados, provenientes de los ámbitos biológicos, biotecnológicos, nanotecnológicos, entre otros. Los recursos virtuales que funcionan como dispositivos y los sistemas de arte electrónico permiten comprender las arquitecturas virtuales en las que se hace necesario emitir mensajes de futuro con las condiciones de ecologías cognitivas. En estas últimas (también denominadas ecologías artificiales) se advierte una combinatoria de factores novedosos que es importante tener en cuenta, pues el mundo maquínico e inteligente de procesos que involucran a la materia nos obligan a pensar más profundamente en nuestra condición poshumana. Y esto se contrapone al retorno a posiciones antropocéntricas desgastadas.

La emergencia implica estar preparados para lo desconocido cuando aparece de repente. Las arquitecturas de emergencia están promoviendo un acto de imaginación para comprender el entorno, los ecosistemas y las nuevas relaciones de comunicación e interacción entre los ecosistemas biológicos y tecnológicos. Quisiera destacar, con respecto a nuestra condición poshumana anunciada anteriormente, que se trata de la integración de relaciones que configuran al ser contemporáneo. Este se presenta provisto de interfaces, dispositivos y un conjunto de conocimientos para asumir los campos abiertos de lo procesual. Esto implica proveer de sentido las múltiples posibilidades del software, el hardware, el wetware, el softspace y al conjunto de datos y microdatos que harán posible que las arquitecturas virtuales sean simulables como especie. Así, estas tendrán la opción de autoorganización dentro de sus propias condiciones de vida, las cuales tienden hacia lo artificial. Estas condiciones permiten la identificación de patrones esporádicos en los ecosistemas, teniendo en la mira incluso a la relación interespecies.

Con este capítulo se invita a que tengamos principios más activos, que se fundamenten en conocimientos, tanto de las ciencias como de las tecnologías, para comprender en conjunto a los ecosistemas. También se busca asumir una ecología política más responsable respecto a nuestra condición de especie y permitir de manera diversa y heterogénea la coexistencia de otras formas de vida o interespecie, como se ha señalado anteriormente. Este llamado de atención implica asumir de manera integral que la emergencia trata de los procesos indeterminados, por tanto, la pluralidad en este enfoque acerca de las arquitecturas virtuales también son procesos indeterminados altamente creativos.

Referencias

Arias, M. (2017). Antropoceno. La política en la era humana. Madrid: Taurus.

Barbasi, A.L. (2016). Network Science. Cambridge: Cambridge University Press.

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Notas

1 Corresponde al proyecto de investigación titulado Ecopolítica de los paisajes artificiales, realizado por el grupo de investigación Estética, Nuevas Tecnologías y Habitabilidad del departamento de Estética de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Pontificia Universidad Javeriana.

2 Esta sigla hace referencia a un nuevo modelo de convergencia, cuyo uso solamente se detecta a nivel científico. Se aspira a que la sociedad en general y sus organizaciones lo puedan aplicar a diversas fases de la vida y para procesos abiertos y de aplicación con la nanociencia. Esta perspectiva, requiere especial atención en investigación, pues se necesitan, además de conocimientos, laboratorios especializados y capital de inversión. Es uno de los escenarios posibles en los que se puede iniciar el tema de educación y divulgación.

3 A este respecto se puede citar el estudio de Carlos Reynoso (2010) sobre el análisis y diseño de la ciudad compleja, en el cual sitúa un innumerable conjunto de programas computacionales que constituyen herramientas complejas para el estudio de los casos urbanos, en los que se advierten de manera emergente procesos de habitabilidad y nuevas ecologías respecto a la implicación que están adquiriendo en las ciudades o lugares de vida.

4 Por emergencia tecnológica se expone la idea de los nuevos campos de conexión computacional, redes wifi, webs, computación normal y cuántica. La bioinformación es uno de los temas conspicuos de mayor relevancia para tener en cuenta como elemento de convergencia, pero también de ruptura.

5 De acuerdo con el objetivo del milenio sobre las ciudades sostenibles, se debe mitigar y erradicar la pobreza y la desigualdad, pero también contribuir en la disminución del cambio climático; las ciudades inteligentes deben ser habitadas por ciudadanos cuya mentalidad sea transformadora y muy consciente de la situación de incremento de los problemas ambientales.

6 En la publicación reciente, titulada Ecopolítica de los paisajes artificiales, se acude a un completo estado del arte del tema y a una construcción del concepto de paisaje artificial.

7 Según Michio Kaku, se trata de una relación potencial, que para este caso explora una condición emergente con las velocidades y procesos computacionales en los que se crean las arquitecturas virtuales.

8 Véase el texto de Hernández I. (2002) Mundos virtuales habitados. Espacios electrónicos interactivos. En este libro la autora hace una explicación de los procesos de exposición de obras y el cambio tecnológico, tanto en la arquitectura como en algunas obras de creación representativas para los significados estéticos.

9 Es muy frecuente encontrar en el mercado dispositivos, como gafas de realidad virtual, cuyo acceso hacia públicos muy diversos, amplía las posibilidades sociales.

10 La tecnósfera avanzada consiste en la red de conocimientos y dispositivos tecnológicos conectados a partir de las info-, bio-, nano-, cogno-ciencias y tecnologías.

11 Esta perspectiva es retomada por Carlos Maldonado en su libro Política + tiempo = Biopolítica, en donde se plantea la idea de concebir de manera no lineal la vida en conjunto.

12 Haciendo justicia a nuestra capacidad creativa, es importante reconocer de igual modo que, como especie viva, no somos los más creativos y que nuestros actos en la historia cultural humana también pasan una factura de errores y equivocaciones muy costosas. Dicen Schneider y Sagan (2008): “Debemos darnos cuenta de que los procesos creativos y constructivos de los seres humanos son solo un subconjunto limitado de los del universo. Aun cuando son promovidas por corporaciones que financian el desarrollo continuado, las actividades creativas humanas son desdeñables en comparación con la creatividad natural. Los procesos complejos que surgen espontáneamente y tienen como función la reducción de gradientes incluyen los microorganismos y otras formas de vida «no inteligentes» que han alterado y continúan alterando nuestra atmósfera, manteniéndola fuera del equilibrio químico y termodinámico. Esta creatividad ha estado funcionando, sin cerebros ni manos a escala molecular y macroscópicamente durante millones de años”. (p. 381)

Paisajes artificiales: virtuales, informales y edificados

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