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Carta al lector

Buenos Aires, 9 de junio de 2019

“La cartelera teatral de Buenos Aires, Julio querido,

es tanto o más caótica que una medina musulmana.

Ojalá alguien pudiera ordenarla. Igual para mi es imposible”

(Carta de Jean Jaques Mütreville a Julio Cortazar, mayo 1968)

Estimado lector:

Comprendo que si tiene este libro entre sus manos es porque se pregunta, como lo hiciera yo cuando tuve la necesidad de escribirlo, qué lugar ocupan el arte y la cultura en la ciudad de Buenos Aires. Quizá no lo hace desde la mirada de un productor teatral porque usted, quizás, no lo sea, pero probablemente se lo pregunta porque entiende, como yo, que sin un desarrollo cultural consciente y coherente no podemos avanzar hacia el desarrollo de nuestras estructuras. Espero que este libro le sirva para problematizar la gestión cultural, las políticas culturales y, por sobre todas las cosas, la construcción de una ciudadanía cultural que nos fortalezca como sociedad. Espero que no encuentre respuestas, sino interrogantes abordados con compromiso ético y profesional.

En 2015 defendí una tesis con la que terminé la maestría en Administración de Organizaciones del Sector Cultural y Creativo de la Universidad de Buenos Aires. De ese trabajo resultó, como una futura línea de investigación, la modelización del mercado teatral de la ciudad y de su cadena de valor. Así fue porque el tópico escapaba al formato académico, pero también porque era necesario abordarlo y pensarlo críticamente. Creo fervientemente que la única manera de desarrollar el mercado teatral y hacerlo fuerte es tomando conciencia del lugar que ocupamos en la economía de la ciudad; hacernos cargo de las problemáticas que tenemos, de nuestra historia y del futuro que construimos con el devenir de nuestra actividad. Con este libro continúo aquella línea de investigación esperando haber realizado un aporte que les permita a otros seguir construyendo.

Sostengo que uno no gestiona cultura para sus contemporáneos, sino para las generaciones posteriores. Si hoy la Ciudad de Buenos Aires es reconocida mundialmente por la calidad de su arte dramático es porque nuestros abuelos, inmigrantes europeos de comienzos del siglo XX, han construido la ciudad cultural que tenemos. Nos queda ahora a nosotros construir la cultura de la que gozarán nuestros nietos. Aquí, estimado lector, usted se encontrará con una tensión que no he podido resolver: hasta dónde el libro habla de la Ciudad de Buenos Aires y hasta dónde de la República Argentina. Confío en que usted, al leerlo, podrá completar los blancos entendiendo que en abstracto todo es aplicable a nuestro país (o incluso a otras latitudes), salvo los ejemplos puntuales en los que hablemos de la cultura porteña.

En este libro intento abordar la cuestión del teatro dramático desde un enfoque económico, entendiendo que la modelización aquí descripta también puede aplicarse a otros lenguajes escénicos, siempre sin descuidar las particularidades propias de cada forma de producción. En este punto, usted podría preguntarme: ¿qué aporte contienen estas páginas para el fortalecimiento del sector teatral? Bien, en primera instancia, proponemos aquí un vocabulario técnico específico con el objetivo de homogeneizar conceptos que construyen y constituyen la actividad teatral. En términos enunciativos debemos ponernos de acuerdo respecto de ciertos temas. Solo así estaremos en condiciones de reclamar políticas culturales que comprendan cabalmente de qué hablamos cuando hablamos de producción teatral y cómo y por qué la actividad debe ser prioridad del Estado para que avance la tan ansiada maduración que nos debemos como sociedad.

La lectura de estas líneas debe hacerse con el foco puesto en la bibliografía precedente, ya que he intentado condensar la información que circula en formato de artículos y ponencias de congresos para que, en un único texto, encuentren una piedra fundamental sobre la cual seguir construyendo teoría. Este libro ha sido escrito con una impronta dialéctica entre la economía cultural, la sociología de la cultura y, por sobre todas las cosas, la trayectoria de alguien que lleva casi una década produciendo teatro independiente.

Si usted, estimado lector, es estudiante de alguna disciplina vinculada a la gestión cultural, encontrará en este texto un sendero sugerido para que sus proyectos se materialicen de la mejor manera posible. Si, en cambio, usted es un colega, espero que extraiga de estas líneas una propuesta para poner en crisis los conceptos conocidos y resignificarlos. Si, por último, usted lleva adelante políticas públicas vinculadas a la cultura, espero que encuentre aquí un aporte para comprender mejor el espíritu del sector para el que trabaja.

Este libro está dividido en tres partes que se interrelacionan. La primera, de corte estrictamente contextualizante, donde intento poner de relieve algunos macroprocesos que han servido de telón de fondo a la producción escénica de las últimas décadas. La segunda, que suscribe a la economía cultural como disciplina de anclaje, donde se intenta dar una visión estructural de la constitución del mercado teatral porteño. La tercera, por último, de enfoque más bien empresarial y sostenido en la visión de la oferta cultural. Creo haber llevado adelante un libro que dialoga con las clases que he tomado, los libros que he leído y, por sobre todas las cosas, la retroalimentación con mis estudiantes, que clase a clase me interpelan con preguntas que muchas veces no sé responder.

Descubrí el teatro en mi adolescencia, en escapadas de invierno en las que era raptado por mi abuela de mi ciudad natal, Rufino, y era llevado a una calle Corrientes que dista mucho de la actual. En esos viajes, ella fiel Virgilio, yo más bien un Prometeo, deambulábamos entre teatros y bares sin cansarnos. De la misma forma que a ella le debo mi vocación, mi presente y mi profesión, a usted le debo que me empuje a seguir adelante. Espero que este trabajo lo empuje a usted a preguntarse cosas, a investigar, a criticar(me) tanto como pueda.

Afectuosamente,

Raúl S. Algán

Mercado teatral y cadena de valor

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