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Escritos de escuelas judías: fuente literaria del NT

Uno de los pueblos más prolíficos en cuanto a producción de literatura se refiere es el pueblo judío,17 Esta ha sido una tradición que han mantenido a lo largo de su historia, de ahí que no nos extrañe que al día de hoy hayan sobresalido en el mundo de la academia tanto religiosa como secular. Por historia y tradición, los judíos han sido un pueblo religioso, depositarios exclusivos de la revelación de Dios e instrumentos del eterno en la conducción de su plan de redención de la humanidad. Al estar la ciencia y el conocimiento en su ADN, no nos debe extrañar que sean poseedores de una rica cultura literaria que es digna de ser estudiada y tomada en cuenta.

Gran parte de la producción literaria religiosa de los judíos tuvo su origen en el PI en el cual surgieron tres escuelas de pensamiento,18 a saber, los fariseos, saduceos y esenios.19 Algunas de estas escuelas dieron origen a una importante biblioteca religiosa que se convirtió en fuente literaria en la formación de los libros del canon del NT.

Nuestro objetivo en este capítulo será efectuar el estudio de la producción literaria de cada uno de los grupos religiosos antes mencionados para llegar a dimensionar de la mejor manera posible todo el spectrum literario que moldeó el pensamiento tanto de los que produjeron esta literatura como de aquellos que la usaron como fuente para la redacción final de los libros canónicos del NT.

A. La escuela de los fariseos

Los fariseos fueron una consecuencia directa de la revuelta de los macabeos y se cree tienen su origen en la época del gobernante hasmoneo Juan Hircano. Este sector del judaísmo creció pronto en influencia y llegó a tener el favor de las masas. Abogaban por la pureza de las enseñanzas religiosas y eran muy celosos en el cumplimiento de las tradiciones. Los fariseos fueron prolíficos escritores y generaron una literatura sumamente importante hasta el día de hoy. En este apartado será objeto de estudio su literatura y la teología que de ella se deriva.

1. La literatura de los fariseos en la época de Jesús

El fundamento religioso de los fariseos estaba en la Torah, que era la ley escrita, pero a diferencia de los saduceos, ellos sí creían en la ley oral, la cual fue construyéndose a través de los siglos mediante la transmisión oral y escrita de generación a generación, efectuando exégesis que servía para aplicar la ley escrita a situaciones específicas del día a día de la nación. De esta manera, la ley oral iba acrecentándose hasta formar un cuerpo muy importante por lo que surgió la necesidad de escribirla —y así lo hicieron— surgiendo el Talmud.20

Es así cómo, para los judíos, tanto la tradición escrita —la Torah— como la tradición oral —el Talmud— son consideradas como una sola revelación.21 De ahí que no nos extrañe que el sector del cristianismo católico romano haya adoptado la misma política, de dar a las tradiciones puestas por escrito el mismo valor que a los libros canónicos.22 El tema de tradición oral plasmada en el Talmud tiene su asidero en el texto de la Torah que reza de la siguiente manera: … sube a mi monte, y espera allá, y te daré la tablas de piedra, y la ley, y mandamiento que he escrito para enseñarles…23 los judíos interpretan que la segunda parte del versículo es el fundamento autoritativo de parte de Dios que justifica la existencia del Talmud. En el midrash Halaká Behuqotay 8,12 señala lo siguiente:

“He aquí las leyes, los decretos y las enseñanzas”(Lv. 26:46) [el anterior versículo demuestra que] las leyes son las interpretaciones (midrashot). Los decretos son las observaciones rituales. Las enseñanzas testifican que dos Torot (dos leyes divinas) fueron dadas a Israel: la Ley escrita y la Ley oral… en el monte Sinaí por mano de Moisés. Esto nos enseña que la Torah, sus leyes, sus profundizaciones y sus comentarios, todos fueron revelados en el Monte Sinaí.24

El anterior midrash del Halaká Behuqotay resalta el proceso de legitimación de la interpretación de la escritura que da origen a la tradición oral y que la pone al mismo nivel que a la tradición escrita.

Moviéndonos a la época del ministerio de Jesús en Israel, podemos observar que el midrash de los fariseos estaba en un franco conflicto con la interpretación que hacía Jesús, que aunque no necesariamente nulificaba el halaká25 de los fariseos, sí refutaba mucha de su interpretación. El pasaje de Mateo 15 y ss. es altamente ilustrativo:

…¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente. Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. 26

Ya la pregunta de los fariseos nos deja ver claro que existía en esa época un halaká que en este caso específico viene del midrash de los fariseos y que es parte de lo que se conoce como la ley oral.27 Lo interesante es que Jesús no refuta directamente el argumento de los fariseos, sino que, esgrimiendo un argumento fundamentado en otra estipulación oral de su halaká, prueba que su ordenamiento jurídico fundado en la ley oral invalida al mandamiento de Dios que en este caso es la ley escrita o Torah. La acusación que hace al final de la perícopa es sencillamente mordaz y lapidaria, dejando establecido que su halaká había invalidado a la ley de Dios plasmada en la Torah.

Otro ejemplo de las controversias entre Jesús y los fariseos por el tema del halaká de los fariseos fundamentado en la ley oral se encuentra en Marcos 2:23-28

Aconteció que al pasar él por los sembrados un día de reposo, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas. Entonces los fariseos le dijeron: Mira, ¿por qué hacen en el día de reposo lo que no es lícito? Pero él les dijo: ¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre, él y los que con él estaban; cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban? También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.

En este interesante pasaje vemos que Jesús sigue la misma metodología de la perícopa analizada anteriormente: no refuta la argumentación basada en la violación del día de reposo, sino que realiza una analogía con la violación de la ley escrita que hizo David al comer un pan que por derecho divino no le estaba permitido comer, sin embargo comió y no incurrió en culpa. Luego remata su refutación aseverando que el ser humano tiene más importancia que una prescripción ritual para luego ponerle la guinda al pastel adjudicándose el papel de Mesías y declarando su señorío, no solo del día de reposo, sino de todo lo que existe. De esta manera, Jesús redujo al absurdo la pretensión de los fariseos.

Existen muchos encuentros controversiales en los Evangelios entre Jesús y los fariseos, pero estos dos ejemplos nos clarifican que existía una discrepancia entre el midrash de Jesús y la forma en que los fariseos hacían su midrash, tanto de la ley escrita como de la ley oral. Al final, Jesús deja claro que el halaká fariseo está fundamentado en aspectos exteriores y superficiales del ser humano y hace a un lado los aspectos internos como la misericordia, el amor, la solidaridad, donde el hombre tiene tanto valor que si es necesario romper con una ley oral, hay que hacerlo, y en algunos casos incluso con la ley escrita, porque el hombre es el supremo bien de la creación y está por encima de cualquier formulismo humano.28

2. La teología de los fariseos

La teología de los fariseos no está del todo lejos de los principales dogmas del cristianismo, v.g. la resurrección del cuerpo, los fariseos sí creían en esta doctrina, de tal manera que un fariseo como Pablo no tuvo ningún problema para escribir una teología tan clara sobre la resurrección como la que escribió en I de Corintios 15. Otra de las doctrinas teológicas de los fariseos era la creencia en la figura del Mesías per se, aunque había una discrepancia sobre qué clase de mesías iba a ser este y quién iba a serlo. Los fariseos creían en la canonicidad no solamente de la Torah (Ley), sino de los libros del Nəḇî’îm (Profetas) y Ketuvim (Escritos),que son los que forma el Tanaj, que para nosotros es el AT. También creían en la predestinación, que estimaban compatible con el libre albedrio puesto que sostenían que el hombre tenía la responsabilidad de escoger entre el bien y el mal. En relación con el alma de los malvados, estas quedaban apresadas, en tanto que la de los justos revivirían en cuerpos nuevos. Finalmente, los fariseos creían en el día del juicio y por lo tanto en la recompensa de las almas: unos para vida eterna y otros para condenación. 29 Ahora bien, esta teología en realidad no era lo que caracterizaba a los fariseos, sino que lo era su apego a la observancia a la ley, tanto escrita como oral, enseñando que Dios solo otorga su gracia a las personas que viven conforme a estos preceptos.30

A simple vista todo está en orden, y si no pusiéramos en la redacción la palabra fariseo podría pasar lo que hemos escrito como dogmática cristiana; sin embargo, hay factores torales que a pesar de la similitud son a la vez muy diferentes. En primer lugar, porque en la ecuación teológica de los fariseos hace falta la figura de Jesucristo y este solo hecho le da un vuelco de 180 grados al midrash que hacen los fariseos. No se puede hablar de la resurrección si no se habla de Jesucristo, que fue hecho primicia de los que durmieron y no se puede sacar de la ecuación porque Él es la resurrección y la vida. No se puede hablar de un Mesías si no se identifica a Jesús con este personaje. En resumen: el problema de la teología de los fariseos es que Jesús no es el centro de la misma, y en ese mismo momento esta se vuelve fútil. En segundo lugar, el celo por la observancia de la ley —lo cual per se no es malo— sin embargo, cuando despojamos a la ley de Dios de su espíritu y nos volvemos legalistas e intérpretes literales de la ley, entonces nos volvemos fanáticos y perdemos la esencia de la ley, que es alcanzar la justicia a través de la misericordia. El mejor ejemplo para darnos a entender sobre este tema es la perícopa de la mujer adúltera. En esta historia había dos cosas en juego: la ley y la misericordia. Los judíos preguntan a Jesús en 8:45 … maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?... Si vamos a observar la ley al estilo de los fariseos, solo hay un camino posible, lapidar a la pobre mujer y hundir a su familia en el dolor y la ausencia, o aplicar la misericordia y darle una oportunidad de arrepentirse para el bien de ella y de su familia. La segunda opción obedece a los más caros intereses de Dios que vino a salvar el mundo, no a perderlo. Este fue el error de los fariseos: desnaturalizar la ley y privarla de su más cara aspiración que es alcanzar la justicia y el bienestar del ser humano.

Una vez visto lo relacionado con la teología de los fariseos, toca estudiar todo lo relacionado con su producción literaria.

3. La literatura judía después del segundo templo

Después de la destrucción del segundo templo en el año 70,31 cambia radicalmente todo el panorama socioreligioso de Israel.32 En primer lugar, porque con la destrucción del segundo templo cesó todo lo relacionado con los rituales religiosos y, en segundo lugar, porque si no se hacía algo se iba a perder la identidad religiosa de un pueblo que había recibido un golpe certero de los romanos al haber estos destruido no solo el templo, sino la ciudad de Jerusalén. En este contexto de desolación y desesperanza se establece en la ciudad de Yavne o Jamnia un grupo de religiosos a los que se les va a llamar sabios, mayormente de extracción farisea, que van a normar la vida religiosa del pueblo.33 Estos personajes iban a tener la sagrada responsabilidad de mantener la identidad religiosa milenaria del pueblo, fundamentada en su creencia en YHWH revelado en todo un cuerpo literario que ellos consideraba la Palabra misma de Dios. Desde la época de Esdras se venía desarrollando un cuerpo de leyes al que se le denomina en el NT como la tradición de los ancianos, y que ahora era necesario poner por escrito para que sirviera de base no solamente para el pueblo confundido y derrotado por los romanos, sino para las generaciones futuras. Todo esto es el Sitz im Lebem de lo que el mundo conoce el día de hoy como el Talmud.

El Talmud es la obra principal del judaísmo y está formado por dos instrumentos muy importantes: El Mishná34 y la Gemara.35 El Mishná es un cuerpo legal y religioso que se mueve en dos direcciones bien marcadas: por un lado, contiene disposiciones que aclaran y precisan la ley de Moisés y, por otro lado, contiene sentencias de rabinos que comentaban la Torah. La Gemara es un conjunto de discusiones rabínicas eruditas que interpretan y amplían las aplicaciones legales de la Mishná.36

Se puede afirmar que las enseñanzas halákicas de los sabios de Yavne eran relativamente bien aceptadas por el pueblo37 y, sobre todo, percibidas como exégesis autorizadas del texto revelado.38 En resumen: en Yavne se trabajó principalmente en la consolidación y aclaración de los principios del halaká, constituyendo un cuerpo de dogmática jurídica39 que dio como resultado el Talmud.

Hasta aquí la pregunta es: ¿qué relación tiene todo esto con el tema que estamos discutiendo? Bien, es de suprema importancia porque fueron los sabios de Jamnia o Yavne los que proscribieron o excomulgaron de una forma definitiva y contundente a los judeocristianos sobre los que lanzaron una de las más álgidas maldiciones o Birkat ha-minim.40 La doceava petición es simplemente mordaz e imprecatoria: “Que no haya esperanza para los apóstatas; desenraiza en nuestros días prontamente el reino del orgullo. Que los nazarenos y heréticos perezcan en un instante, que sean borrados del libro de los vivos y que no sean inscritos con los justos. Bendito seas, tú, Yahvé, que doblas a los orgullosos”.41

Después de esta declaración, la separación entre la halaká judía y la halaká judeocristiana sobre la Torah y la adopción por parte de los judeocristianos de un nuevo cuerpo literario con el grado de canónico, hace irreconciliable para siempre a dos hermanos hijos de un mismo padre y de una misma madre, los primeros que guardan la pureza étnica, y los segundos que se lanzan en una obra misionera de conquista a un mundo que sencillamente estaba excluido del judaísmo.

Los fariseos han sido el sector del judaísmo que ha estado ligado con los escribas o soferim42 que son los responsables directos de la redacción de los libros sagrados, tanto canónicos como deuterocanónicos y pseudoepígrafes, y también han estado ligados con el poder político en algún momento de su existencia o simplemente han ejercido una poderosa influencia sobre los gobernantes de turno. Como se ha afirmado anteriormente, ellos reconocían y aún reconocen la inspiración de la tanaj que estaba formada por la Torah, los Nəḇî’îm y los Ketuvim. En el siglo II pusieron por escrito la tradición oral en el libro que se conoce como el Talmud y que es posterior a Cristo; sin embargo, en los sinópticos vamos a encontrar referencias a esa ley oral que después fue escrita en el Talmud. Lo que se quiere decir es que la tradición de los ancianos fue una fuente para que los redactores de los evangelios hicieran un midrash y sirviera para fundamento de los principios cristianos.

Ahora bien, aparte de esta literatura, está la literatura deuterocanónica que es parte de lo que llamamos el canon griego —que también es producción judía— así como la vasta literatura pseudoepígrafe del PI, que será objeto de estudios en capítulos posteriores. Todo este milieu literario fue lo que dio origen a la teología farisea.

B. La escuela de los saduceos

Con el regreso del los judíos del cautiverio babilónico y la reconstrucción del templo de Salomón, se va a requerir un personal religioso que maneje todo el tema cultual y que administre los rituales del judaísmo. Es así como se va formando una casta religiosa a la que se le conoce con el nombre de saduceos.43 Sobre este grupo religioso Karl Kutsky se expresa en los siguientes términos:

Los saduceos eran los representantes de la nobleza sacerdotal que había ganado el control del Estado judaico, y que ejerció este control, primero bajo la dominación persa y después bajo la de los sucesores de Alejandro Magno. Este clero era el amo absoluto del Templo. Por medio del Templo gobernaba a Jerusalén y, además, a todo el judaísmo…44

En las sociedades orientales de aquella época, la clase sacerdotal era una casta privilegiada e Israel no era una excepción. La nobleza sacerdotal de Israel adquiere un auge muy importante bajo el dominio de la dinastía hasmonea que gobernó Israel durante un período de alrededor de 150 años,45 en los cuales, este pueblo gozó de independencia política gracias a la revuelta de los macabeos contra Antíoco Epífanes. Como muy bien señala Kutky, el que gobernaba el templo, gobernaba el Estado o ejercía una gran influencia. Quien quiera que sea que gobernaba el templo, manejaban gran cantidad de recursos económicos, pues eran los receptores de todas las ofrendas que el pueblo traía a Dios. En muchos casos, estas no eran ofrendas, sino impuestos que ellos habían inventado para sostener el grandioso andamiaje religioso que habían montado. Por lo anteriormente expresado es que resulta propio afirmar que la clase sacerdotal, es decir, los saduceos, eran la aristocracia religiosa de Israel.

A pesar de lo dicho anteriormente, los sumos sacerdotes pertenecían a la dinastía de los hasmoneos, quienes tenían que gobernar con dos grupos antagónicos a su alrededor como eran los fariseos, de quienes el hasmoneo Juan Hircano se distanció, y los saduceos, que eran los sacerdotes empero proclives a identificarse con el helenismo, es decir, apoyaban una serie de aspectos de la cultura griega que era considerada por los fariseos así como por la población nacionalista y religiosa como una cultura pagana y espuria.46

1. Literatura religiosa de los saduceos

A diferencia de los fariseos o de los esenios, los saduceos no creían sino en la Torah solamente. Rechazaban categóricamente el resto de la literatura que era considerada como canónica entre los judíos. También se opusieron de una forma tenaz a la tradición oral, es decir, al Talmud.47 Todo lo anterior nos lleva a la obvia conclusión que rechazaron también toda la literatura apócrifa y apocalíptica que se desarrolló en su época.

Este hecho los llevó a dos cosas: primero, a no desarrollar ningún cuerpo literario como hicieron los fariseos y los esenios, y segundo, y como consecuencia lógica, a tener una concepción teológica bien limitada, puesto que al no tener una infraestructura literaria amplia su midrash se centró en la Torah y su teología es simplemente muy pobre.

En el siguiente aparatado veremos algunas de las posturas teológicas de los saduceos que encontramos en los libros canónicos del NT.

2. La teología saducea

Al reducir los saduceos sus fuentes para hacer teología a la Torah, estos tenían un pensamiento teológico estrecho que fue ampliamente refutado por Jesús cuando hubo encuentros entre ambos por disputas teológicas. En este apartado será objeto de estudio algunos de esos encuentros. A continuación, el tema de la resurrección:

Entonces los saduceos, que dicen que no hay resurrección, fueron a verlo y le plantearon un problema: 19 —Maestro, Moisés nos enseñó en sus escritos que, si un hombre muere y deja a la viuda sin hijos, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda para que su hermano tenga descendencia. 20 Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar descendencia.21 El segundo se casó con la viuda, pero también murió sin dejar descendencia. Lo mismo le pasó al tercero.22 En fin, ninguno de los siete dejó descendencia. Por último, murió también la mujer. 23 Cuando resuciten, ¿de cuál será esposa esta mujer, ya que los siete estuvieron casados con ella? 24 —¿Acaso no andan ustedes equivocados? —les replicó Jesús—. ¡Es que desconocen las Escrituras y el poder de Dios! 25 Cuando resuciten los muertos, no se casarán ni serán dados en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en el cielo. 26 Pero, en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza, cómo Dios le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? 27 Él no es Dios de muertos, sino de vivos. ¡Ustedes andan muy equivocados!

Esta perícopa es extraordinaria, puesto que nos muestra aspectos claves, no solamente de la teología de aquella época, sino de las fuentes de cómo se formaron los evangelios. En primer lugar, hablemos de lo teológico: los grupos religiosos de aquella época estaban polarizados en los que creían en la resurrección de muertos y los que no. No nos extrañe que los saduceos no creyeran, puesto que ellos no aceptaban ningún libro como sagrado excepto la Torah y el pasaje que ellos están citando es precisamente de la Torah. En segundo lugar, la respuesta que da Jesús … desconocen las Escrituras y el poder de Dios… en primer lugar, los saduceos tenían razón de negar la resurrección, puesto que no reconocían ninguna otra revelación escrita y la Torah no nos dice nada al respecto, sin embargo, cuando Jesús responde diciendo … desconocen las Escrituras está reconociendo ipso facto el cuerpo literario deuterocanónico y pseudoepígrafe que sí habla de la resurrección y que sirve de fuente a la teología cristiana de la resurrección y que, por no ser parte del canon, no quiere decir que no sea cierta. La siguiente parte de la respuesta de Jesús …Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? Él no es Dios de muertos, sino de vivos… es un midrash que Jesús hace de la Torah que sin duda es una fuente fundamental para el desarrollo de la doctrina de la resurrección de los muertos.

Otra de las doctrina de los saduceos es la no creencia en los ángeles, como aparece reflejado en Hechos 23:8 ….porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu… y esto tampoco es de extrañar puesto que, al tener un cuerpo literario muy estrecho, no se puede esperar otra cosa. La implicaciones de este dogma son realmente graves porque ipso facto niega la existencia de Satanás y el reino de los demonios que gobierna el cosmos.

Otro de los Dogmas de los saduceos lo encontramos en Antigüedades de los Judíos donde se afirma que los saduceos apostaban por el libre albedrío en contraposición al determinismo o predestinación que defendían los esenios y fariseos:

Los fariseos decían que algunas cosas, no todas, se deben al destino; otras dependen de nuestra voluntad que se cumplan o no. Los esenios afirmaban que todo se debe al destino, y que los hombres nada pueden hacer que escape al destino. En cuanto a los saduceos, suprimían el destino, diciendo que no es nada y que no interviene para nada en los asuntos humanos, sino que todo está sometido a nuestro arbitrio; de modo que somos autores tanto de los bienes como de los males que nos acontecen por imprudencia nuestra. 48

Usando un término teológico contemporaneo, los saduceos eran arminianos, creían que el libro albedrío era el centro que daba origen a lo que ocurría.

Como puede observarse, los saduceos eran un grupo religioso sin ningún cuerpo literario y fundamentaban toda su dogmática en una reducida área de la revelación divina —como era la Torah— y, a raíz de eso, tenían una teología muy limitada. A pesar de lo anterior, fueron los sacerdotes del pueblo de Israel, sirvieron en el templo y fueron aquellos que cumplieron con todos los rituales religiosos del judaísmo. Al ser parte del clero religioso, esto los ubicó en situación social y política de privilegio, al llegar a manejar importantes cantidades de dinero. En el relato de los macabeos podemos ver que los saduceos entraron en un proceso de degeneración al identificarse con prácticas paganas de los helenistas hasta que los hasmoneos tomaron el poder. Estuvieron siempre allí, en el templo, en el Sanedrin y usufructuaron los privilegios que su posición les daba. Al tener una mente estrecha —como verdaderamente la tenían— se opusieron al mensaje de Jesucristo, a quien trataron de ridiculizar. También se opusieron a Pablo, pero este audazmente los hizo a un lado y salió bien librado. Lo cierto es que, con la destrucción del segundo templo, los saduceos salen de la escena humana y nunca más se vuelve a saber de ellos. Pasaron por la historia sin pena ni gloria y hoy son solamente un capítulo triste en la historia del pueblo de Israel.

Una vez estudiado lo relacionado con los saduceos, es menester enfocarnos en el otro grupo religioso del PI, los fariseos.

C. La escuela de los esenios

Los esenios49 fueron un grupo religioso que surgió en el PI en la época de la dinastía hasmonea, convirtiéndose en una organización cerrada, de ahí el nombre de secta de los esenios. Vivieron a las orillas del mar Muerto, en las cercanías de Jericó, donde desarrollaron una comunidad religiosa de la que se cree que Juan Bautista fue parte.50

Los esenios se apartaron radicalmente de los otros grupos religiosos de la época como fueron los fariseos y los saduceos, a quienes criticaron y sindicaron de espurios por sus creencias y prácticas. Como era una característica en aquella época, cada grupo religioso estaba sustentado en un cuerpo literario que les servía como marco teológico y filosófico en el desarrollo de sus actividades. En ese sentido, los esenios tenían un cuerpo literario muy importante, el cual fue descubierto en parte por el gran hallazgo efectuado en 1947 en las cuevas de Qumrán, conocido como el más grande descubrimiento arqueológico del s. XX: los rollos del mar Muerto.51

En la literatura esenia se pueden distinguir tres tipos de literatura: 1) los textos bíblicos, 2) los libros apocalípticos y 3) los libros propios de la secta.

1. Los textos bíblicos

Se encontraron fragmentos de MSS de todos los libros canónicos del AT excluyendo el libro de Ester. Lo anterior atestigua que eran un grupo religioso conectado con la historia religiosa del pueblo de Israel, del cual ellos se consideraban la reserva moral y religiosa. En la Q152 se encontró un comentario de Habacuc correspondiente al capítulo 1-2 que tiene una estrecha relación con el TM. También, en la misma Q1, se encontró un fragmento del libro de Miqueas que comenta Miqueas 1:5-6. El libro de Isaías: de este se hallaron 2 rollos, el primero es un texto completo y es idéntico al Isaías del TM; el segundo rollo, aunque incompleto, es casi idéntico al TM. Se hallaron fragmentos del libro de Daniel (1Q 71 y 72). En la misma Q1 encontraron cinco fragmentos del libro de Levítico (Cap. 17-26) que se refieren al código de santidad. En el año 1952 se descubrió la Q2 y en ella se encontraron fragmentos de Éxodo, Rut, Salmos, Jeremías, del libro de Jubileos y un rollo de Levítico. En Q4, explorada en 1952, se encontraron más de 380 libros, incluyendo todos los libros del AT exceptuando a Ester. Entre los canónicos encontrados podemos citar: fragmentos de Éxodo, dos fragmentos de Samuel, fragmento de Eclesiastés, dos fragmentos de Jeremías, diversos fragmentos de Daniel y cuatro fragmentos del libro de Isaías. En la Q11 se encontró el libro de los Salmos.

Los libros o fragmentos de libros canónicos encontrados en las diversas cuevas de Qumrán demuestran que había un cuerpo literario común a todos los grupos religiosos de aquella época y que ha significado la base de lo que posteriormente fue canonizado como el tanaj para los judíos o el AT para los cristianos.

2. Los textos apocalípticos o pseudoepígrafes

La basta literatura pseudoepígrafe encontrada en Qumrán es una evidencia palmaria para conocer del compromiso de esta secta con su religión y, sobre todo, el pensamiento teológico que dio origen a una producción literaria propiamente esenia que influyó en personajes como Juan el Bautista.

Son muchos los pseudoepígrafes encontrados en Qumrán que revelan el carácter de esta secta que floreció a las orillas del mar Muerto. Un grupo de personas muy comprometidas con sus creencias, estudiosas de toda la literatura religiosa de su época, no para adornar su biblioteca, sino para que esta sirviera de base para su propia producción literaria.

Algunos de los pseudoepígrafes encontrados son: el Testamento de Moisés, El Testamento de los XII Patriarcas, el libro de los Jubileos, I de Enoc, inter alia. Este último es uno de los documentos más importantes por el papel que juega como fuente para los redactores del canon del NT. En Qumrán, el libro etíope de Enoc —también conocido como I de Enoc— es el más antiguo pseudoepígrafe atribuido a Enoc, séptimo descendiente de Adán y Eva. (Génesis 5:4). Se le llama etíope porque este relato se ha conservado íntegramente en este idioma. El texto griego nos ha llegado de forma parcial y en la Q4 se encontraron solo una serie de fragmentos de I de Enoc en el idioma arameo.

Es importante señalar que el libro de I de Enoc tiene una paternidad literaria plural, es decir, es una composición de varios escritos hecha por varios autores en períodos de tiempo diferentes, que comienzan antes de la época macabea con una redacción final, probablemente, al final del s. II a.C.53

I de Enoc es uno de los libros más importantes del género apocalíptico y desarrolla una serie de conceptos teológicos claves para la teología del Nuevo Testamento, como el juicio, el mesías, la resurrección de los muertos, el Hijo del hombre, la caída de los ángeles, en fin, una serie de conceptos nunca antes tratados en los escritos judíos que después fueron canonizados. Es de suma importancia señalar que este libro es probablemente uno de los que más utilizan los redactores de los libros del NT, razón por la cual le dedicamos suficiente atención a lo largo de toda esta investigación.54

3. Los textos esenios

Los esenios eran una secta que había producido su propia literatura,55 que no era más que el midrash que ellos habían hecho de la literatura canónica y pseudoepígrafe de la época. Esta literatura formaba el cuerpo doctrinal de esta secta de la cual se cree que Juan el Bautista fue parte y, por lo tanto, tiene implicaciones directas sobre hechos narrados en el NT, así como de doctrinas que en él se mencionan.

Para un mejor conocimiento de la literatura de origen esenia y su conexión con el NT, hemos seleccionado ciertos libros que a continuación son objeto de análisis.

La guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas

El libro56 comienza diciéndonos que la guerra comenzará cuando los hijos de la luz, liderados por el “Príncipe de la Luz” (al que en ocasiones se denomina Arcángel Miguel), lancen un ataque contra los hijos de las tinieblas; confrontación dualista en siete etapas contra el ejército de Belial y pueblos que históricamente fueron enemigos de Israel. Los hijos de la luz sostienen una gran batalla en la cual derrotan el poder de Belial y aniquilan eternamente a todos sus seguidores. Dicha confrontación habría de durar 49 años y concluiría con la victoria de los “Hijos de la Luz” y la restauración del servicio del templo y los sacrificios. El Rollo del Templo describe con profusión órdenes de batalla, armamento, tácticas de combate, edad y características físicas de los combatientes, recordando así los tratados bélicos helenísticos y romanos.

Este será el tiempo de salvación para el pueblo de Dios,el cual asumirá el dominio. El texto deja claro que todo esto es una venganza de Dios, de quien viene todo el poder para luchar contra los hijos de las tinieblas.

El contexto sociopolítico que da origen a este documento es la dominación romana sobre el territorio de Israel. El poder avasallador de los gentiles es sencillamente incompatible con la doctrina religiosa de un pueblo que se consideraba a sí mismo el depositario de la revelación divina. En tal sentido, era una necesidad imperativa que una comunidad como la de los esenios produjera escrituras de esta naturaleza que, en términos generales, obedece a la verdad, puesto que sí existen los hijos de luz y los hijos de las tinieblas y la lucha es real entre ambos bandos. No está en el tapete de la discusión el triunfo final de los buenos sobre los malos y la derrota eterna de Belial. Toda esta trama está en consonancia con la doctrina que subyace en el NT; lo que no está de acuerdo con la ortodoxia de la Iglesia es el midrash que hacen los esenios. Es aquí donde tienen que intervenir los redactores del NT, quienes sí le hacen el midrash correcto a esta realidad de lucha que se nos presenta en dicho libro.

Una vez visto lo relacionado con este libro, La guerra de los hijos de la luz contra los hijos de las tinieblas, es menester comentar otro de los libros de la producción literaria esenia.

La Regla de la Comunidad o Documento de Damasco

La Regla de la Comunidad57 o Documento de Damasco es un manual de disciplina58 que regula hasta los más mínimos aspectos de la vida comunitaria de los miembros de la secta de los esenios. Representa el legalismo en su máxima expresión59 y ¡ay de aquel individuo que fallara en una sola prescripción! puese volvía reo de culpa y, por lo tanto, sujeto a una pena. La estructura jurídica de esta manual era la siguiente: (1) Normas de acceso a la comunidad, (2) Normas de comportamiento,60 (3) Formas en las que se organizaba el grupo, (4) Las penas que se aplicaban a los infractores y (5) Los himnos.

En este interesante manual de disciplina encontramos una teología sólida, que es una síntesis de la efervescencia literaria del PI y que influye, no solamente en la mente de personajes como Juan el Bautista, sino en el pueblo y los redactores de los evangelios. Entre las doctrinas teológicas que encontramos en este tratado se puede mencionar el dualismo, la predestinación, los ángeles buenos y malos, el doble mesianismo, la importancia del sacerdocio, inter alia.

El dualismo esenio afirma que Dios era el creador y que había puesto en el hombre dos espíritus: uno de verdad y otro de mentira. El hombre tiene que decidir cual de los dos espíritus sigue. El que sigue el espíritu de verdad tiene una vida de gozo y vida eterna, en contraste con el que sigue la mentira, que es castigado en el fuego eterno. Los espíritus están en lucha hasta que Dios venga y el espíritu de mentira sea arrancado del hombre recto.61

Este dualismo esenio no está alejado del espíritu de la teología cristiana que nos habla de los dos hombres. Pablo, por ejemplo, menciona el dualismo de anthropos sarkinos y el anthropos pneumatikos, es decir, el hombre carnal y el hombre espiritual, o del hombre nuevo y el hombre viejo. La exhortación paulina es despojarse del hombre viejo que representa el pecado porque el final de este es la muerte. Un sector muy importante de los cristianos, al igual que los esenios, cree que esta lucha solo puede ser erradicada o con la muerte o con la parusía del Señor.62

En relación con la predestinación. En el 1QS 3,15-17 se afirma que Dios ha creado todo con un plan concreto en mente conocido como el espíritu de verdad, donde Dios elige a los hijos de la luz para una alianza eterna. Este plan preconcebido lleva al mundo hacia un final que es inevitable. Existe una contradicción cuando afirma que el hombre puede elegir el camino del bien por el que podría alcanzar la libertad humana.63

La predestinación o el determinismo —como también se le llama— es una doctrina inherente a la fe judía y cristiana. La elección de Abraham y su descendencia y el pacto hecho con estos está en consonancia con esta doctrina que aparece plasmada en el NT donde queda claro que el Dios creador hizo todo con un propósito y que todo obedece a un plan que Él mismo ha diseñado, donde no existen las coincidencias ni los accidentes, sino la realidad de un determinismo puro.

En relación con el fin del mundo, en el 1Q 4,15-26 se puede ver que los esenios esperaban el fin de los tiempos, momento en que Dios hará desaparecer el espíritu de mentira representado por Belial, que es el gobernador del mundo. En el 1Q 1, 17-18; 2,19 habla del juicio en el cual los elegidos serían purificados del espíritu de mentira y pasarían a vivir en la presencia de Dios eternamente, y los no elegidos, que recibirían la condena en el fuego del infierno. En el 1QS 5,12-13 se señala que la condena es eterna, aunque en 1Q 4,14; 5,13 parece tener un fin de destrucción.64

Al efectuar una revisión de la doctrina escatológica esenia podemos ver mutatis mutandi, una concordancia con lo que Jesús dice en los sinópticos, con lo que Pablo expone en sus cartas y con lo que nos revela el Apocalipsis: que habrá un juicio en el cual se realizará una separación del bueno y del malo, unos disfrutaran de la gloria y otros del infierno; en el NT esta doctrina está muy bien establecida.

Y, finalmente, es muy importante traer a la atención del lector el concepto de Mesías que tenían los esenios.

Este documento nos muestra la creencia de los esenios en la existencia de dos mesías (1QS 9,11), un mesías sacerdote y otro de origen real.65 En el 1QSa2, 11 se específica que el mesías sacerdotal está por encima del mesías real. Es importante señalar que en el Testamento de los Doce Patriarcas se habla de los dos mesías también.

De la vasta literatura esenia,66 los dos documentos que hemos analizado son suficientes para mostrarnos el pensamiento teológico de esta secta que se divorció del mundo socioreligioso de su época y se enclaustró en un área geográfica cercana al mar Muerto: las cuevas de Qumrán. Los esenios hicieron su propio midrash de los libros del AT que hoy son considerados canónicos y de los pseudoepígrafes para originar su propia literatura, que a decir verdad, no presenta mayores diferencias ni con la literatura del PI ni con la literatura cristiana propiamente dicha. Los temas teológicos que se manejaban en esa época: Mesías, juicio, infierno, ángeles, destrucción del poder de los gentiles, entre otros,son comunes al halaká de cualquiera de los grupos religiosos de la época. Claro está que cada midrash hace aportes nuevos, y de esto se valieron los redactores del NT para efectuar un midrash partiendo de todo este milieu literario y poner a Jesucristo en el centro del universo. Es en realidad la figura de Jesucristo como el Mesías lo que le da un giro único a la literatura cristiana. Como es obvio, este midrash fue enfáticamente rechazado por el judaísmo hasta el día de hoy y por todos aquellos grupos que no aceptaron la mesianidad de Jesucristo. En conclusión, existe una conexión estrecha entre la literatura esenia y la cristiana: la primera es fuente de la segunda.

Una vez tratado todo lo relacionado con la literatura religiosa judía producida por los diferentes grupos surgidos en el PI, toca centrarnos en un área específica y toral para el NT, como son los libros deuterocanónicos.

D. Resumen

Como puede observarse, los judíos son un pueblo con peculiaridades bien propias: primeramente, tienen la conciencia de ser un pueblo único y privilegiado y de que han sido escogidos para ser depositarios de la revelación especial de Dios. En ese sentido, han desarrollado un cuerpo literario impresionante al cual nos hemos referido en este capítulo y que sintetizamos de la siguiente manera:

1.Difícilmente vamos a encontrar a un pueblo que haya desarrollado un cuerpo literario tan importante y que haya pasado la prueba del tiempo. Desde épocas legendarias, cuando los primeros miembros del pueblo de Israel comenzaron a plasmar en el papiro historias, preceptos, y tradiciones, fueron creando los MSS que iban a ser la fuente principal para la redacción de la Torah. Nos referimos a la historia de la creación que fue transmitiéndose de generación en generación hasta su redacción final o historias como las del viejo Job que datan de las épocas patriarcales, solo por mencionar algunas.

2.Justo después de la salida de Egipto, Dios se revela de una forma personal al pueblo y pide al gran caudillo Moisés que escriba, y este lo hace. Todo esto iba a ser la materia prima de lo que se conoce como la Torah. Con el transcurso de los años, fue necesaria la intervención de unos hombres llamados los יאִים‬ Nəḇî’îm o profetas, que hablaron al pueblo en nombre de Dios y que, no solamente hablaron, sino que escribieron. Pues bien, de lo que ellos hablaron, ya sea que lo hayan registrado ellos mismos u otros lo hayan hecho, los redactores posteriores al exilio crearon un cuerpo literario que fue llamado: Los libros del יאִים‬ Nəḇî’îm. Luego hubo en el templo una casta de individuos que fueron conocidos en la época de Esdras como los Soferim, que fueron recopilando una serie de MSS para luego redactar un grupo de libros conocidos en el judaísmo como los libros de Ketuvim. Estas tres secciones formaron el cuerpo literario canónico de los judíos.

3.Un pueblo sumamente religioso como el judío, de un alto nivel académico y acostumbrado a escribir, produjo en el PI un segmento de su cuerpo literario muy importante. A esta literatura se la conoce como deuterocanónica y pseudoepígrafe. Deuterocanónica porque no fue considerada parte del canon judío, pero útil para entender la historia y las creencias religiosas de la época, y pseudoepígrafe porque esta creó un género conocido como apocalíptico que fue provocado por la realidad política de avasallamiento que había pasado Israel, primero con los asirios, luego con los babilonios, después con los persas, griegos y últimamente con los descendientes de Alejandro, que hacía necesario una literatura que hablara de la terminación de los poderes gentiles y que Israel fuera llevada de la mano de un mesías a un lugar de prominencia política en el concierto de las naciones. En este contexto surge el libro de Daniel y todo un cuerpo literario al que se le llama apocalíptico.

Ha sido objeto de estudio todo lo relacionado a la literatura canónica, es decir, aquella literatura que era considera sagrada en el judaísmo. Como podrá observarse, un sector importante de esa literatura no es considerada como canónica por la Iglesia, y nos referimos específicamente a aquella literatura que tienen su origen en la época de Esdras, que es llamada en el NT como la tradición de los ancianos y que fue cristalizada por los sabios de Yavne en un cuerpo literario que el mundo conoce como el Talmud, el cual subsiste en nuestros días y rige la vida religiosa de un sector muy importante de los judíos actuales.

En el siguiente capítulo abordaremos aquella literatura judía que fue altamente apreciada tanto por el judaísmo como por el cristianismo, pero que no fue y no es considerada como canónica o sagrada, y nos referimos particularmente a dos sectores: la literatura apócrifa y la apocalíptica.


17. En II de Macabeos 2:13-14 leemos que Nehemías fundó una Biblioteca de literatura bíblica donde había una larga colección de libros. Aquí en esta biblioteca se preservó la literatura religiosa judía. Esto es de trascendental importancia porque fue aquí donde se gestó un movimiento literario muy importante en la vida del pueblo de Israel. Ver. Schniedewind, William M. How the Bible Became a Book. Cambridge University Press. USA. 2004. P. 182 y ss.

18. Sobre estos grupos Flavio Josefo señala: En esta época había tres escuelas de pensamiento entre los judíos, las cuales sostenían puntos de vista encontrados en relación con el acontecer humano, una de las cuales se llamaba escuela de los fariseos, otra la de los saduceos y la tercera la de los esenios… Ver Flavio Josefo. Antigüedades de los judíos. Clie, Viladecavalls 2013. P. 495.

19. También hubo dos grupos de carácter político que se opusieron tenazmente a Roma y que fueron conocidos como los zelotes, que surgieron después de la revuelta de Judas el Galileo y los sicarios. El de los Zelotes fue un grupo que surgió después del nacimiento de Cristo, justo en la época del censo romano en Judea (Hechos 5:37). Era un movimiento de carácter nacionalista bajo el liderazgo de Judas el Galileo. Su objetivo era lograr la independencia de Roma mediante la lucha armada. Para más información se recomienda el artículo “Zelote” de Alfonso Ropero en Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Clie. Viladecavalls. España 2013. P. 2661-2662.

20. La palabra “Talmud”, que literalmente significa “estudio”, designa un libro sagrado —para muchos judíos ortodoxos incluso inspirado— que recoge el conjunto oficial de la tradición y la interpretación del judaísmo. Formado por la “Mishná” (ley oral codificada en torno al 200 d.C.) y la “Gemara” (comentario a la “Mishná” recopilado entre los siglos III y VI d.C.), durante siglos ha constituido el principal signo de identidad del judaísmo y la base real de su fe y su conducta. Para todo lo relacionado con este tema se recomienda altamente a Strack, H.L., Stemberger, Gunter. Introduction to the Talmud and Midrash. Fortress Press. USA. 1996.

21. Jaffé, Dan. El Talmud y los orígenes judíos del cristianismo. Desclée Brouwer, Bilbao. 2009. Pág. 15. Al final del segundo templo, las diferentes vicisitudes a las que fueron sometidos los judíos, así como el miedo a que se olvidaran todas las enseñanzas anteriores, condujeron a la transcripción de todas estas tradiciones. En el mundo judío se sintió la necesidad de conferir a esta ley oral una legitimidad que le permitiese ser aceptada por el pueblo.

22. Este dogma fue ratificado en el Concilio de Trento para oponerse al pensamiento de Lutero que sostenía el principio de la Sola Scriptura que afirmaba que los libros canónicos eran la única norma de fe y conducta, no así la tradición de la Iglesia. Sobre este tema, el Concilio de Trento señala: … considerando que esta verdad y disciplina están contenidas en los libros escritos, y en las tradiciones no escritas, que recibidas de boca del mismo Cristo por los apóstoles o enseñadas por los mismos apóstoles, inspirados por el Espíritu Santo, han llegado como de mano en mano hasta nosotros, siguiendo los ejemplos de los Padres católicos recibe y venera con igual afecto de piedad y de reverencia, todos los libros del viejo y nuevo testamento… así como las mencionadas tradiciones pertenecientes a la fe y a las costumbres, como que fueron dictadas verbalmente por Jesucristo, o por el Espíritu Santo y conservadas perpetuamente sin interrupción en la Iglesia Católica. Ver Sesión IV Concilio de Trento. https://www.emym.org/articulos1/conciliodetrento.pdf. Visto el 17 de septiembre 2018.

23. Éxodo 24:12.

24. Citado en el midrash Halaká Behuqotay 8,12.

25. Es el ordenamiento jurídico religioso y moral de los judíos por el cual ellos rigen sus relaciones personales, sociales, nacionales, el comportamiento en situaciones puntuales, por mencionar algunos. El Halaká tiene dos fuentes principales: (1) La ley escrita (La Torah) y (2) La ley oral (El Talmud).

26. Ver Mt. 15:2 y en ese mismo sentido se expresó Mc. 7:3 y Gál.1:14.

27. El guardar la tradición oral era un motivo de orgullo para los judíos, así nos lo revela Pablo en Gálatas 1:14 cuando afirma: … y en judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. Es fundamental entender que en el mundo judío las tradiciones que un pueblo debe observar se escriben y tienen el carácter de ley. En nuestra cultura las tradiciones se guardan si se quieren y en ningún momento tienen carácter coercitivo.

28. Ética de situación es una filosofía cristiana desarrollada por Joseph Fletcher en la cual sostiene que por amor puede violarse una regla moral o jurídica. Ver Fletcher, Joseph. Ética de Situación. Una nueva moralidad. Ediciones Ariel. México. 1970. En la Biblia existen varios casos de ética de situación, por ejemplo, cuando Rahab la ramera miente para salvar a los espías enviados por Josué, o cuando David come panes que no le era lícito comer, o cuando Jesús no aplica la ley de la lapidación a la mujer adúltera sino que la perdona. En ninguno de los casos anteriores se aplicó la ley, antes bien, se violó una ley; sin embargo, las tres fueron buenas acciones, cubiertas por el manto de la ética de situación.

29. Ver. Beyer H. Fariseos. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Clie. Viladecavalls. P. 891. También es útil Sanders, E. P. Judaism: Practice and Belief, 63 BCE-66 CE. Minneapolis: Augsburg Fortress Publishers, USA. 2016. J. Bowker, Jesus and the Pharisees. CUP, Cambridge 1973; J. Leipoldt y W. Grundmann, El mundo del Nuevo Testamento I, 283-299. Cristiandad, Madrid 1973; Emil Schürer, Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús. Cristiandad, Madrid, 1985; Anthony J. Saldarini, Pharisees, Scribes, and Sadducees in Palestinian Society: A Sociological Approach. Wilmington 1988. Jacob Neusner, The Rabbinic Traditions About the Pharisees Before 70, 3 vols. Leiden, 1971.

30. Todo lo relacionado con la religión y prácticas de los judíos como la adoración a Dios, observancias rituales, ética, legalismo, inter alia, puede verse en Cohen, Shaye. From the Maccabees to the Mishna. John Knox Press. USA. 2006. P. 51 y ss.

31. En el año 70, siendo Vespasiano el emperador del imperio y Tito el oficial a cargo del ejército romano en Judea, Jerusalén fue destruida junto con su majestuoso templo. Esta era la segunda vez que el templo era destruido. La primera vez fue en la época de Nabucodonosor, cuando gran parte del pueblo fue llevado al exilio babilónico. Para una información exhaustiva de la primera guerra de los judíos y la destrucción del segundo templo, nada más útil que ver Flavio Josefo. La guerra de los Judíos. Edit. Clie. Viladecavalls. España. 2015. Capítulo V y VI.

32. Los saduceos, los esenios y otros grupos van a desaparecer paulatinamente para dar paso a los sabios que son los descendientes directos de los fariseos.

33. El rabino Yojanán ben Zakkai, quien logra escapar del sitio romano en el año 70, es el fundador —con otros rabinos— de la comunidad llamada “los sabios de Jamnia”; lo primero que hicieron fue poner por escrito las enseñanzas orales de los maestros anteriores antes de que estas se perdieran para siempre.

34. Para evitar olvidar sus doctrinas, se compone entre el año 150-200 d.C. por parte del rabino Yehuda Ha-Nasi un escrito con todas las tradiciones rabínicas halladas en los registros privados de sus predecesores, dando lugar al Mishná, que significa la ley repetida, la segunda ley, porque la primera ley eran los cinco libros de Moisés; y surge el Mishná con el propósito de explicar las dificultades de la primera ley, interpretarla y llenar los vacíos que esta tenga. Ver. M. Rohling, L’abbé Auguste. Le Juif-Talmudiste. Résume Succinct des Croyances et des Pratiques Dangereuses de la Juiverie. Alfred Vromant, Imprimeur Éditeur 3, rue de la Chapelle. France, 1888. P. 11 y 12. En este mismo sentido Ver. A. Cabezón Martin. Mishná. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Clie. Viladecavalls. P. 1711.

35. En los años siguientes, la Mishná fue enriquecida con diferentes comentarios por las escuelas judías de Israel y Babilonia. A estos comentarios de la Mishná se le llamó la Gemara.

36. Existen dos versiones distintas del Gemara: una redactada en Babilonia (Talmud Babilónico) que es más completa y prolífica, y la otra redactada en Jerusalén (Talmud Palestino) completada en el año 350 d.C. Ver. Ropero, Alfonso. Gemara. Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. P. 981.

37. Los miembros del pueblo, al aceptar las interpretaciones halákicas, se adhieren directamente a este grupo elitista. Talmud 46.

38. Talmud… Ibíd. 45

39. Callejas, Cesar Benedicto. Argumentación Jurídica en la Formación y Aplicación del Talmud. Colección Estudios Jurídicos Universidad Autónoma de México. 2008. P. 22.

40. El Birkat ha-minim es una maldición incluida en una oración. Algunos críticos definen la Birkat ha-minim como la puesta en práctica de un alejamiento social más que de una evicción formal o un decreto de excomunión. Véase especialmente S.T. Katz, «Issues in the Separation of Judaism and Christianity after 70 C.E.: A Reconsideration», en Journal of Biblical Literature 103 (1984) 53-76. Este crítico se muestra poco radical y no duda en afirmar en p. 76: … No hubo ninguna política anticristiana oficial en Yabne y en ninguna otra parte antes de la insurrección de Bar Kokhbá…. No hace falta decir que tales afirmaciones carecen de fundamento y son difícilmente admisibles. El Birkat ha-minim es como un medio para desgajar a los judeocristianos de la sinagoga, en tanto que S. Safrai en su obra «La restauration de la société juive durant la génération de Yabneh», en À l’époque du Second Temple et de la Mishna. Essais d’histoire juive, Jerusalén 1994, vol. I, p. 335 [en hebreo], propone una tesis absoluta, que define la maldición no solo como exclusión de la sinagoga, sino también como separación total del pueblo judío. También ver Jaffe, Dan. El Talmud y los Orígenes Judíos del Cristianismo. Op. cit. P. 127 y ss.

41. Citado por Ropero, Alfonso, “Talmud”, GDEB, p. 1296. Talmud… en los primeros capítulos de su libro… expone de una forma erudita cómo se consumó la ruptura entre el judaísmo y los judeocristianos.

42. La escuela de los soferim surge con Esdras en el siglo V a.C. que es cuando se cree que comenzó el proceso de la redacción final de los libros del AT por parte de estos personajes. Unos libros fueron redactados primero y otros —como Daniel— lo fueron ya en el siglo segundo a.C.

43. Según la tradición los saduceos (Los justos) tomaron su nombre de Sadoc, que fue Sumo Sacerdote en los tiempos de David y Salomón. Los descendientes de Sadoc constituyeron la jerarquía sacerdotal del tiempo del cautiverio. (II Crónicas 31:10, Ezequiel 40:46, 44:15, etc.) Ver Tenney, Merrill C. Nuestro Nuevo Testamento. Un Estudio Panorámico del Nuevo Testamento. Editorial Portavoz. Grand Rapids USA. Versión de 1989. P. 138; Alfred Edersheim, La vida y los tiempos de Jesús. Clie, Barcelona 1988; J. Jeremías, Jerusalén en tiempos de Jesús. Cristiandad, Madrid 1980; John Riches, El mundo de Jesús. El judaísmo del siglo I. El Almendro, Córdoba 1998.

44. Ver Kutsky, Karl. Orígenes y Fundamentos del Cristianismo. Grupo Editorial. Barcelona. 2006. P. 197.

45. Cuando se afirma que gobernó significa que lo hizo tanto política como religiosamente. El Sumo Sacerdote ostentaba ambos poderes. En la dinastía hasmonea los sumos sacerdotes más famosos son sus fundadores Judas Macabeo y, tiempo después, Juan Hircano, Aristóbulo y Alejandro Janeo.

46. II de Macabeos 4:14-16 nos muestra cómo los sumos sacerdotes saduceos Jasón, Menelao y Alcimo se identificaban plenamente con el mundo pagano de la época. Al tomar los macabeos la oficina del Sumo Sacerdote cambiaron esto radicalmente hasta la época de Juan Hircano que se desvió traicionando los ideales del movimiento macabeo y entró en una enemistad con los fariseos, quienes eran antihelenistas o proclives a la cultura griega.

47. Sobre este tema es útil González, Justo. Historia del Pensamiento Cristiano. Clie. Viladecavalls. P. 45 quien explica magistralmente todo lo relacionado al pensamiento y actuación de los grupos religiosos de la época de Jesús.

48. Ver Flavio Josefo. Antigüedades de los judíos. Clie. Viladecavalls, 2013. P. 495

49. Tanto el AT como el NT guardan silencio de esta organización religiosa, sin embargo, personalidades históricas como Flavio Josefo los menciona en su libro de Antigüedades 13:5, 9 18:1, 5, así como hizo Filón y Plinio. A. Paul, Qumrán y los esenios. El estallido de un dogma. Ed. Verbo Divino, Estella 2009; A. Ropero, “Esenios”, GDEB, pp. 790-793; H. Stegemann, Los esenios, Qumrán, Juan Bautista y Jesús. Trotta, Madrid 1995.

50. Uno de los mejores estudios en el mercado sobre los esenios y lo que estos representan se encuentra en el primer volumen de Flusser, David. Judaism of the Second period. Vol. 1. Qumran and Apocalypticism. Williams B. Eerdmans Publishing Company. USA. 2007.

51. Sobre este descubrimiento la bibliografía es abundante, pero para efecto de esta investigación recomendaremos la siguiente: Puech, Emile. Los Manuscritos del mar Muerto y el Nuevo Testamento. El Nuevo Moisés: Algunas prácticas de la Ley. Antiguo Oriente. Cuadernos del Centro Estudios de Historia del Antiguo Oriente. Vol. 7. 2009. P. 219 – 254. http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/manuscritos-mar-muertonuevo-testamento.pdf (Visto el 11 de Mayo 2018).

52. Q se refiere a la cueva en que fue encontrado el MSS.

53. Ver infra, nota de pie 91.

54. Ver infra. Capítulo 3, Letra A.

55. Los arqueólogos encontraron unos ochocientos manuscritos diferentes en las once cuevas de Qumrán. Entre ellos había textos bíblicos y no bíblicos. Los primeros agrupan textos íntegros o fragmentarios de los escritos sagrados, limitándose a copiar los escritos sin variaciones o cambios significativos. Los segundos forman un amplio abanico de documentos que podríamos identificar como textos propios del movimiento esenio. Este segundo grupo, a su vez, debe ser clasificado en diferentes categorías atendiendo a su contenido en: Reglas, Textos halákicos, Literatura de contenido escatológico, Literatura exegética, Literatura para-bíblica, Textos poéticos, Textos litúrgicos, Textos astronómicos, calendarios-horóscopos y el Rollo de Cobre. Ver F. García Martínez y J. Trebolle, Los hombres de Qumrán: literatura, estructura social y concepciones religiosas. Trotta, Madrid 1993; M. Jiménez y F. Bonhomme, Los documentos de Qumrán. Cristiandad, Madrid 1976; A.D. Roitman, Sectarios de Qumrán (Martínez Roca, Madrid 2000); J. Vázquez Allegue, “Qumrán”. GDEB, pp. 2069-2076; Id., La Regla de la Comunidad de Qumrán, Sígueme, Salamanca 2006.

56. El libro Regla de la Guerra (1QM), conocido también como la Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de las Tinieblas, es uno de los siete primeros MSS encontrados en Qumrán en 1947. El texto que poseemos contiene 19 columnas con entre 19 y 20 líneas cada una; en su forma original, sin embargo, debía tener al menos 20 columnas de 21 ó 22 líneas cada una. Está escrito en hebreo. Se han encontrado siete fragmentos adicionales (4Q 491-497) de contenido similar, aunque su relación con el presente manuscrito (1QM) no está suficientemente clara y no se puede precisar con exactitud si dichos fragmentos preservan una edición anterior a la conservada en el libro Regla de la Guerra o son quizás los materiales originales en los que 1QM se basó.

57. La regla de la comunidad (1QS) es la sección principal de uno de los primeros siete MSS encontrados en 1947. Además de este MSS se encontraron otras copias en diferentes cuevas. La copia de la cueva 1 es la mejor conservada y contiene la versión más extensa.

58. En el año 1896 fue encontrado en una sinagoga de El Cairo un documento que Salomón Schechter publicó como Fragmentos de la obra Zadoquita en 1910. Este documento vino a ser conocido como Documento de Damasco debido a sus referencias a Damasco. Cuando se efectuó el hallazgo de los rollos del mar Muerto, especialmente los documentos de la cueva 4, se concluyó que el Documento de Damasco era de origen esenio y que pertenecía a la biblioteca de Qumrán.

59. Uno de los tantos ejemplos de legalismo lo encontramos en el tema relacionado con el sábado, sobre el cual tiene reglas como: … que nadie haga en el sexto día ningún trabajo cuando el sol ya esté llegando al ocaso… que en ese día no se haga nada que pueda proporcionar lucro … que nadie coma en el día sábado sino lo que haya preparado el día anterior… que nadie traslade nada de fuera de la casa para adentro, ni de dentro para afuera… que nadie vaya perfumado cuando sale en el día sábado… si un animal cae en una fosa o en un pozo que no lo retire en el día sábado… a esta última prescripción se refirió Jesús —pero en sentido contrario— cuando dijo: Si uno de ustedes tiene un hijo o un buey que se le cae en un pozo, ¿no lo saca en seguida aunque sea sábado? (Lucas 14:5). El texto íntegro con su explicación y comentario puede ser visto en Vázquez Allegue, Jaime (ed.). La «Regla de la Comunidad» de Qumrán. Edit. Sígueme. Salamanca. España. 2006.

60. Debía evitarse la contaminación causada por baños ritualmente inmundos o alimentos prohibidos, por trato con los gentiles y por fornicación, mientras que se encomiaban la monogamia y la confesión de los pecados.

61. Cfr. Aguilera Romojaro, José María. La Regla de la Comunidad de Qumrán y el Cristianismo. Málaga 2011. P. 8 https://www.academia.edu/3198540/Regla_de_la_comunidad_de_Qumr%C3%A1n_y_el_cristianismo. Visto el 14 de Junio 2018.

62. Sobre este tema Flusser señala: El descubrimiento de los rollos provee un nuevo ímpetu para el complejo análisis de la dicotomía carne-espíritu … en mi opinión, la solución correcta está en examinar el significado teológico de los punto de vista relacionados con la carne y el espíritu en los rollos y en el Nuevo Testamento, comparar ambos y, solo entonces, proceder a discutir otros sistemas conceptuales. Creo que este acercamiento nos guía a la conclusión que los rollos del mar Muerto hablan con una sola voz en relación con la dicotomía carne-espíritu. Ver. Flusser, David. Judaism of the Second period. Vol. 1. Qumran and Apocalypticism. Williams B. Eerdmans Publishing Company. USA. 2007. P. 283-284.

63. Sobre la postura de los esenios en relación con la predestinación se recomienda ver Flusser, David. The Spiritual History of the Dead Sea Sect. MOD Books. Tel Aviv. 1989. P. 46 y ss.

64. Idem.

65. Históricamente se ha creído que el primer vislumbre de un Mesías lo encontramos en Deuteronomio 18:5 … un profeta como yo te levantará Jehová, tu Dios, en medio de ti… (Deuteronomio 18:15) por otro lado, se cree que Zacarías 4:14 puede dar pie a la doctrina de los dos mesías… estos son los dos ungidos que están delante del Señor.

66. La literatura esenia es muy amplia, aquí citamos alguna: Salmos de Qumrán. En la literatura de los manuscritos del mar Muerto, los salmos son un elemento ineludible por ser parte de la liturgia que se ha de utilizar en las celebraciones festivas que establece el calendario. Las celebraciones de los tiempos fijados son, para los hombres de Qumrán, momentos destacados a lo largo del año, de ahí que los salmos se conviertan en una literatura privilegiada. Los Salmos apócrifos de Qumrán —como también se conocen— son el 151, 154, 155. Para más información ver Berger, Klaus. Salmos de Qumrán. Edit. Lumen. Argentina. 1996. El comentario del libro de Habacuc. El comentario transcribe los versículos del libro y luego el redactor inicia el trabajo de interpretación. Dos son los temas principales: el primero se refiere a las luchas de poder en Jerusalén y el segundo se refiere a la aparición de los romanos en la escena. Ver Cantera Ortiz de Urbina, Jesús. El Comentario de Habacuc de Qumrán. Textos y Estudios del Seminario Filológico Cardenal Cisneros. Madrid. 1960. Otros documentos de la literatura esenia: La Nueva Alianza (Documento de Damasco VI), La venida del Hijo del Hombre como Hijo de Dios, llamado Hijo del Altísimo (4Q246), El Mesías engendrado por Dios (1Q28a), El Espíritu Santo (1QHa XX), El Pozo de agua viva (1QHa XVI), Bautismo y tiempo en el desierto después de la conversión (4Q414). Cena Sagrada con pan y vino (1Q28a y 1QS VI). Para una información completa de la literatura esenia se recomienda altamente, Duhaime, Jean y Legrand, Thierry. Los Rollos del Mar Muerto. Edit. Verbo Divino. España. 2018.

Las fuentes que dieron origen al Nuevo Testamento

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