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II Constitución del juicio de realidad y sus perturbaciones. Continuación del análisis de la “Adición metapsicológica a la teoría de los sueños”

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Tanto la constitución de la fantasía desiderativa, como su regresión a la alucinación, componentes esenciales del trabajo del sueño, se hallan también en la amencia de Meynert o confusión1 aguda alucinatoria. “El delirio alucinatorio de la amencia es una fantasía optativa claramente visible, y a veces tan completamente ordenada como un bello sueño diurno. Podría hablarse en general de una psicosis optativa alucinatoria, y reconocerla tanto en el sueño como en la amencia”. Se caracteriza por: 1) traer a la conciencia deseos ocultos o reprimidos, y 2) representarlos como realizados hallando completo crédito. Cuando Freud habla de crédito, se refiere a la creencia en la realidad, en el sentido de realidad exterior, de una representación determinada, creencia que será íntimamente ligada a la percepción por los órganos de los sentidos; de ahí que la “alucinación trae consigo la creencia en la realidad”2.

La creencia en la realidad requiere, para ser adecuada, un previo examen o prueba de la realidad que establezca la diferenciación entre lo interno y lo externo. A partir de esta necesidad se requiere diferenciar del sistema Prec. al sistema Cc., que será el encargado de la prueba de realidad, además de la percepción consciente adscripta al polo perceptor (P) del esquema del cap. VII. De este modo no será meramente una percepción pasiva, un foco de consciencia de valor solo descriptivo, sino que es percepción unida a juicio (de realidad), o sea percepción unida a movimiento (ver concepto de judicación en el “Proyecto …”); de este modo el polo P del cap. VII se une al M (motor), cerrándose así el esquema:


 y ya estamos a un paso del concepto de Yo, desarrollado en “El yo y el Ello”.

La asociación de una percepción con una acción muscular permite la diferenciación entre un estímulo exterior, reconocido como real, y un estímulo interno, procedente del propio cuerpo, reconocido como no real; P M se juntan a partir del surgimiento de la prueba de realidad, función del sistema Cc. Pero ¿por qué lo que proviene del propio cuerpo no es real? “Aquellas percepciones que le era posible suprimir por medio de un acto muscular eran reconocidas como exteriores y reales. En cambio, cuando tales actos se demostraban ineficaces, es que se trataba de una percepción interior, a la que se negaba la realidad”. Se comprende que fuese categorizado como interior, pero no como irreal; aquí parece agregarse una significación cultural, lo que podríamos llamar una “ideologización” de la prueba de realidad, que va a determinar como irreal todo lo que provenga del propio cuerpo, determinación en la cual, como veremos, se puede reconocer la presencia de la represión cultural.

No obstante considerarlos como irreales, el individuo quisiera poseer, frente a dichos estímulos, los mismos poderes que aquellos que por lo menos cree poseer frente a los externos. En última instancia está tan indefenso frente a los externos como a los internos pero, en condiciones normales y gracias a la presencia de los padres, el niño puede “cerrar los ojos” frente a un estímulo exterior displacentero; ¿cómo hacerlo frente a un estímulo interior?: sólo en la medida en que lo transforma en una percepción exterior (alucinación), mediante la ilusión de exteriorización, mediante la proyección. Por supuesto que estamos hablando aquí de un organismo instalado en la serie placer-displacer, en pleno Yo de placer, no considerando aquí aquellos estímulos que, teniendo las características de traumáticos, desarticulan justamente toda diferenciación entre exterior e interior.

El sistema Cc. “tiene que disponer de una inervación motora, por medio de la cual comprueba si la percepción puede o no ser suprimida. El examen de la realidad no necesita ser cosas distinta de este dispositivo”. “El examen de la realidad forma parte, como las censuras3 que ya conocemos, de las grandes instituciones del Yo”. La prueba de realidad y la censura forman parte del Yo; pero la censura se opone a la prueba de realidad. La censura, expresión de la represión, como será desarrollado en “Los dos principios del suceder psíquico”, responde a las leyes del principio de placer-displacer: “no se investirá lo displacentero”, en oposición al principio de realidad, al que responde el juiciode realidad que plantea: “se investirá lo real aunque displacentero”. Aquí se muestra la naturaleza contradictoria del Yo, sin embargo, de considerar lo interno como no real, se podría lograr una conciliación entre un pseudoprincipio de realidad, que se somete a una diferencia externo-interno absolutizada como real-no real y la acción de la censura que califica de no real porque interno y en particular porque displaciente. Y en este nivel de análisis queda de lado aquello a partir de lo cual tiene sentido el juicio de realidad: la realización de la acción específica en la que lo no real de lo representado no deja de implicar una virtualidad, es un no real todavía como presencia exterior, pero sí realidad irrefutable de una necesidad. La prueba de realidad es así compatible con la postergación de la acción, con la inhibición de la intensidad de la investidura, pero no con la censura.

Pero aquí, como lo que está en juego es la psicosis, en particular la amencia, el problema de la censura intrapsíquica no entra tanto en consideración como la relación con la realidad: “La amencia es la reacción a una pérdida que la realidad afirma pero que deberá ser desconocida (verleugnet) por el Yo como intolerable”4. Está en juego el desconocimiento (o repudiación, o renegación, o desmentida: Verleugnung) antes que la represión (Verdrängung).

La “disociación entre el Yo y uno de sus órganos: precisamente aquel que con más fidelidad le servía y se hallaba más íntimamente ligado a él”, es expresión de la ya mencionada naturaleza contradictoria del Yo, que es a la vez prueba de realidad y censura. En la amencia, el Yo, al servicio de la represión, retira sus investiduras del sistema Cc. O, mejor dicho, retira una determinada investidura, “una carga cuya especial naturaleza habrá de ser aún objeto de investigación”. ¿Cuál es esa investidura? La primera respuesta que se nos presenta es que la investidura a retirar es la correspondiente al deseo específicamente ligado al objeto perdido. Al mismo tiempo “las fantasías optativas no reprimidas y completamente conscientes pueden penetrar en el sistema y son reconocidas como una realidad más satisfactoria”. De modo que por un lado hay un proceso similar a la represión (retiro de investidura) a la vez que se produce un retorno de lo reprimido a través del devenir consciente de determinadas fantasías desiderativas. Tal vez esta contradicción pueda resolverse en parte diciendo que seguramente aquellas fantasías con las que se sustituye la realidad son fantasías reprimidas a la vez que encubridoras.

Pero parece ser que aquella determinada investidura que se retira del sistema Cc. tiene características diferentes de ese retiro de investiduras que se produce en la represión propiamente dicha. ¿Por qué es tan intolerable esa pérdida como para que devenga una pérdida del juicio de realidad? La respuesta no puede ser otra que: la relación con el objeto perdido era ya narcisística y la separación de este determinó una pérdida en el Yo; estamos aquí entrando en el terreno de las neurosis narcisísticas. El hecho de que lo que se retira del sistema Cc. sea una determinada investidura, referida al objeto perdido a la vez que narcisista, parece indicar que esa ruptura del Yo es parcial, y no como en la esquizofrenia, un proceso más generalizado.

En el dormir hay un retiro de investiduras de los sistemas Cc. (hay pérdida del juicio de realidad y vale como real la realización alucinatoria del deseo característico del soñar), Prec., e Inc., retiro relativo a la presión de lo reprimido. Se retira “la investidura del sistema Cc. al igual que los otros sistemas, el Prec. y el Inc., en tanto las posiciones en ellos existentes obedecen al deseo de dormir”5.

En la demencia precoz hay un desmoronamiento del Yo: no hay más prueba de realidad que impida la alucinación. Esta alucinación ¿es la investidura de una representación-cosa no inhibida por el Yo? ¿O es un fenómeno restitutivo producido por la investidura de restos de huellas verbales no asentadas en una representación Inc.? Pienso que se dan ambas posibilidades, pudiendo coexistir la persistencia de representaciones-cosa (o representaciones Inc.) sin suficiente Yo que inhiba su investidura y fenómenos de destrucción mayor con intentos de restitución.

Resumiendo la tópica del proceso de represión en los diferentes estados:

Dormir: retiro de investiduras igual en todos los sistemas. Facilita el fenómeno del sueño.

Neurosis de transferencia: retiro de investiduras Prec.

Esquizofrenia: retiro de investiduras Inc.

Amencia: retiro de investiduras Cc.

Este resumen parece reflejar una predominancia: en el dormir, a través del soñar, se relativiza el retiro de investiduras; en la esquizofrenia el retiro de investiduras Inc. implica destrucción del Yo en sus aspectos estructurales fundamentales; en la amencia la pérdida en el Yo es más parcial, manteniéndose sus estructuras fundamentales, las representaciones Inc., que aparecen como reales, o sea como exteriores; en las neurosis de transferencia el retiro de investiduras Prec. es parcial, limitado a aquellas investiduras ligadas a deseos reprimidos.

1 Verworrenheit, y no demencia como traduce Ballesteros.

2 Párrafo no incluido en la edición española.

3 “Entre los sistemas psíquicos”, en el original.

4 Traducción mía del original; la de Ballesteros dice así: “La amencia es la reacción a una pérdida afirmada por la realidad; pero que ha de serle negada al Yo, que no podría soportarla”.

5 Traducción mía. En este párrafo el problema de la investidura (Besetzung) es expresado por Freud en su sentido original y más concreto de ocupación de lugar; posiciones (Positionen; military posts traduce Strachey; la traducción de Ballesteros omite este término). Es interesante consignar la utilización de este término por la relación con el problema de la represión (Verdrängung): al implicar ésta un conflicto entre investiduras (Besetzungen) implica, por lo tanto, una lucha por ocupar posiciones (Positionen). La traducción del término Verdrängung como “represión” no expresa el sentido original que es el de desplazamiento, sustitución de una representación por otra, el ocupar el lugar de la anterior. Por ejemplo, se dice que un buque verdrängt 2000 toneladas de agua, es decir, que ocupa el lugar equivalente a las 2000 toneladas de agua que desplaza.

El aparato psíquico y la realidad

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