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Las diferentes doctrinas religiosas
Reencarnación y tradiciones

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Las religiones monoteístas


La religión judeocristiana y la islámica se oponen, a veces brutalmente, a la idea de la reencarnación. Se trata de una concepción totalmente contrapuesta a los fundamentos de la ley judaica, una ley que coincide con el dogma cristiano de que el cuerpo muere y el alma vuelve al origen divino del que se ha originado sin volver a la Tierra.

A pesar de esta creencia, existe una tendencia reencarnacionista en la tradición judía, tendencia que apareció en el siglo XII entre los cabalistas y numerosos teólogos. Según el rabino Josy Eisenberg[8], se habrían basado en un texto de Job que especifica que Dios concede varias oportunidades al hombre para llegar a la perfección.

Para la iglesia católica, no se puede ser cristiano y creer en la reencarnación, ya que, de acuerdo con el dogma, la resurrección es definitiva.

Sin embargo, se encuentran alusiones a la reencarnación en numerosos textos sagrados:

La tribu de Judea, al igual que las otras tribus, conocían este misterio, sabían que cuando el alma no ha finalizado su misión durante su paso por la Tierra, es desterrada y trasplantada de nuevo sobre la Tierra, y así está escrito (en el libro de Job): «Y el Hombre volverá a la Tierra» (Zohar).

De generación en generación haces que los hombres vuelvan al polvo y dices: «Hijo del Hombre, vuelve» (Salmo XC, 1–3).

Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan (el Bautista); y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir. El que tiene oídos para oír, oiga (Mateo, XI, 13–15).

El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios (Juan, III, 3).

Este último versículo tiene un doble sentido, ya que puede interpretarse como una alusión a la iniciación propiamente dicha o bien, si se entiende literalmente, como una manifestación clara de la necesidad de experimentar la transmigración y reencarnarse en vidas sucesivas.

Todos estos textos no son los únicos existentes en su género, se han citado entre muchos otros como ejemplo de alusión a la reencarnación en textos sagrados.


El hinduismo


En el hinduismo existen otras creencias según las cuales un alma que tuviera en su haber 1.000 actos positivos y 1.500 negativos sólo engrosaría 50 actos positivos para purgar 50 negativos.

De ahí se deduce la necesidad inevitable de reencarnarse para llevar a cabo este proceso. Reencarnaciones que habrá de comenzar de nuevo si la depuración no se realiza o si el karma se hace más pesado.

Igual que un hombre que ha rechazado la ropa usada toma otra nueva, el alma reencarnada, rechazando su cuerpo usado, viaja hacia otros que son nuevos (Bhagavad-Gîta, II, 22).

Por otra parte, el alma se reencarnaría (sin tener en cuenta nuestra cronología temporal e histórica) en diferentes épocas, en correspondencia con la fecha kármica, en función de que el karma fuera más o menos pesado. De acuerdo con esto, se podría morir en el año 2000 de nuestra era y renacer en la Edad Media: «en un estado de espíritu que cumpliera un acto ya que se recoge el fruto en un cuerpo de calidad correspondiente», dice un sabio hindú.

Siempre dentro de las creencias hindúes (no siempre compartidas), el alma se reencarnaría en la persona después de realizar 84 secuencias cósmicas: 20 secuencias en el mundo vegetal,

9 en un animal acuático, 11 en un insecto, 10 en un pájaro, 30 en un animal salvaje o doméstico y 4 en un primate.

Aparte de esta extraña enumeración, el alma tendría que renacer más de 200.000 veces dentro de las diferentes categorías del género humano, de la más baja a la más evolucionada, antes de estar liberada por completo de la reencarnación.

Por motivos evidentes se puede dudar de estos principios y quedarse, por lo tanto, con estos:

La práctica del amor, la fraternidad, la ausencia de prejuicios raciales o nacionalistas, son las primeras condiciones requeridas para disminuir el ciclo de las reencarnaciones.

8

Josy Eisenberg, Le testament de Moïse, Ed. Albin Michel, 1996.

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