Читать книгу Cómo luchamos por nuestras vidas - Saeed Jones - Страница 6
Preludio
ОглавлениеElegía con música de mayores
Suena I Wanna Be Your Lover en la radio de la cocina
y, durante un momento, tu madre no es tu madre;
al igual que cuando, si el falsete le sale bien, un hombre negro
vestido con calzoncillos negros no es un maricón, sino un príncipe,
un prodigio; y la mujer que posee tu lugar de nacimiento entre las caderas
bailotea mientras se quema sobre la encimera la orden de desahucio
y mueve el cuerpo como si nunca te hubiera dado a luz.
La voz de la radio suplica: «Quiero ser el único que te haga venir corriendo».
Hay canciones que llevan a las mujeres a sitios a los que los hombres
no las pueden seguir. Dando vueltas, te mira, pero no te ve;
dando vueltas, canta la letra demasiado rápido como para que la sigas;
dando vueltas, no tiene tiempo para preguntas como:
Qué canción es esta, tan desagradable, y dónde ha aprendido mi madre
a bailar así y por qué, y quién es ese desgraciado
con esa voz tan aguda que canta como una mujer
y convierte a tu madre en algo que no es tu madre, sino una mujer,
ni siquiera una mujer, sino una niña negra con el pelo trenzado,
una chica fácil, una piba, una de las Vanity 6, y lo lejos que está de ti
estando aquí mismo, en el mismo salón, bailando con el estribillo
de la canción en la garganta. Y odias la voz que sale de la radio
porque otro mariquita te ha arrebatado los sueños
y ha huido con ellos, y porque eres joven
y no sabes la diferencia entre abandonado y solo,
al igual que el corazón de tu madre no sabrá la diferencia entre
latido y ataque. Dentro de una década habrá muerto, y quizás tú ya sepas
lo que estás perdiendo sin saber cómo, pero por ahora solo eres un niño,
y tu madre es solo una mujer, solo una niña, moviendo el cuerpo,
chasqueando los dedos y con serpientes en la sangre.