Читать книгу Elige solo el amor - Sebastián Blaksley - Страница 13
I. Amor y totalidad
ОглавлениеSi amas a algunos más que a otros, o si amas a ciertos aspectos de la creación de un modo diferente a como amas a otros, entonces no has comprendido qué es el amor.
Dios ama todas las cosas, porque todo ha surgido de él. No existe algo que no ame. Si bien se te ha enseñado que Dios no puede amar el pecado (y eso es verdad) debes comprender que ello no se debe a que no lo ame, sino al hecho de que sabe que no es real. Cristo no conoce sombra alguna de pecado. Este no conocer del Cristo de Dios es la garantía perfecta de tu retorno a la unidad.
Los que viven unidos al Cristo viviente que vive en ellos ya no ven pecados, porque saben que no existen realmente. Quizá sigan experimentando la repulsa instintiva que les produce todo lo que no está en armonía con la belleza y santidad del amor, pero eso no se debe a una falta de amor, sino al hecho de que el amor solo puede querer lo que es semejante a sí mismo. Amar es unir.
Una vez que decides retornar a la unidad con el Cristo que eres, solo vives unido a lo que es santo, bello y perfecto. Pero también reconoces que existen diferentes estados de consciencia y que, entre esos diferentes estados, se encuentra el estado de amnesia del ser. En ese estado, el cual también has compartido con tus hermanos y hermanas una vez, pueden imaginarse muchas cosas, incluso algunas que no tienen sentido. Sin embargo, nada de eso lo usas como excusa para no extender amor.
Ya has aprendido, por la revelación, que nada puede limitar al amor. También conoces quien es el amor que se extiende a través de ti, por sí mismo. Has aprendido lo suficiente como para hacerte a un lado y ubicar el lugar que te corresponde como canal de Dios.
Ahora sabes lo que significa perdonar, porque reconoces que el perdón consiste simplemente en dejar pasar todo lo que no es verdad. Así es como, a todo lo que procede del estado de amnesia (sea en ti o en tus hermanas y hermanos) lo dejas venir y también irse, como si fuera hojarasca que el viento trae y se lleva.
Aceptas lo que es, tal como es. Aceptas que lo temporal es temporal y, por ende, nace en el tiempo y en el tiempo muere. Aceptas esa realidad sin juzgarla, sin enojarte por ello, sin atacar a quienes temporalmente te acompañan en el viaje de la vida del tiempo, camino a la casa de la verdad. No te aferras a nada. No buscas dominar ni poseer, que es lo que significa aferrarse. Comienzas entonces a vivir sin miedo, sin miedo a las pérdidas, que es la base de todo miedo. Solo vives en el amor.