Читать книгу EL MISTERIO DE LA BELLEZA EXACTA - Сергей Бакшеев - Страница 3

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La puerta del apartamento se abrió con facilidad, la llave maestra fue escogida idealmente. La vieja alfombra peluda de la entrada también le agradó, no dejaría huellas. Si, el día en San Petersburgo, a pesar de ser mitad de octubre, se presentaba seco y con ligera brisa. Las cúpulas doradas y las cruces de las iglesias brillaban bajos los rayos del bajo sol norteño, así los anteojos oscuros y el capuchón pasarían desapercibidos. Con ese tiempo hasta las viejitas vecinas salen a los patios y no se apuran en regresar a la humedad grisácea de sus casas. El día óptimo para cometer el robo pensado. Y no cualquier robo, sino un hecho que la historia le agradecería.

El intruso, que entraba en el apartamento, trataba de controlar su creciente excitación y revisaba su recorrido. Derecho, por el corredor estaban la cocina y el baño y a la derecha estaba la única habitación. Era posible que en este apartamentico viejo y descuidado se guardara la clave del Gran misterio, clave que persiguieron las mejores mentes de la humanidad por cientos de años? Si eso era así, entonces el mundo era de una injusticia burlona. Aunque los diamantes más extraordinarios se encuentran en el barro.

Y si no hay nada? La idea desagradable le apretó el corazón. No! descartado! El tesoro del genio está aquí! Esta visita audaz debe dar el premio largamente esperado.

El intruso, delgado y ligeramente encorvado se detuvo en la entrada de la habitación. En esta había una silla giratoria vieja, un viejo sofá, un escritorio con papeles, una biblioteca llena de literatura científica, una cama estrecha; en el rincón, un estante pasado de moda con cosas innecesarias y más nada. Ni siquiera un televisor o un computador. Cierto que dicen: la saciedad es hermana de la flojera y amiga de la ociosidad. Los genios siempre han vivido pobremente. Y entonces, los que son sólo inteligentes, en comparación, debe vivir bien! Ha sido así por siglos, y cambiar eso no lleva a nada. Sintiendo anticipadamente un escalofrío agradable, se acomodó los guantes y se dirigió al escritorio. Sus ojos devoraban los papeles y las notas. El instante deseado se acercaba. Y en ese momento se oyó el ruido de una llave en el cilindro de la puerta. Las sienes se le cubrieron de un sudor frío. Quien podría venir antes de tiempo? El intruso en chaqueta azul y capuchón se metió en la cocina.

Lo más probable es que fuera el matemático. Su comportamiento extraño impedía predecirlo. Seguramente iría a su habitación y él estaría seguro en la cocina. Se presentaría una nueva situación.

Sin embargo desde la entrada se oyó una respiración pesada y pies que se arrastraban.

La vieja bruja regresó! El intruso había calculado que ella tardaría más de una hora en el mercado. Pero regresó enseguida. Que le había pasado? Miró la mesa y se dio cuenta que la vieja había olvidado el monedero. Eran una cosa seria esos viejos tontos.

Los pasos se acercaban… El intruso se colocó pegado a la pared entre el refrigerador y la puerta de la cocina. Único sitio para esconderse. Si la anciana tomaba el monedero, miraba al suelo, y se alejaba, nada sucedería; pero… si se da cuenta? La puerta de la cocina era de vidrio mate. Demasiados desagradables “si”. Sería posible que por esa vieja tonta se le echara a perder el buen plan que tenía? Irse era imposible, ya había llegado muy lejos. Un tesoro estaba cerca… En su camino estaba una vieja inútil. Salir de ella sería fácil. Empujarla y listo. Pero correr enseguida sería estúpido. O sea no bastaría con un simple empujón. Era necesario apartarla por un rato. Y para lograrlo necesitaba algo…

Se abrió la puerta… La triste anciana entró en la cocina…

Con que golpearla en la cabeza?

Y que tan fuerte pegarle?

EL MISTERIO DE LA BELLEZA EXACTA

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