Читать книгу Narrativa(s) en ficción televisiva y cinematográfica - Sergio Cobos-Durán - Страница 13

1.2. Los universos narrativos: el concepto de “diégesis”

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El término “diégesis” (del francés diégèse) fue introducido por el autor Etienne Souriau para designar el universo en el que se desarrolla una historia. Genette coincide en la definición de este término según Souriau y lo diferencia claramente de la diégesis de concepción platónica y aristotélica, más vinculada a la historia (1998, p. 15). Aunque estos conceptos se utilizan en su momento en el ámbito de análisis literario, podemos hacer su trasposición al análisis narrativo audiovisual. Así, los discursos audiovisuales de ficción construyen un universo diegético en el que se desarrollan las acciones y sucesos de los personajes que conforman la historia. Estas diégesis pueden ser más o menos verosímiles o semejantes a nuestro mundo real.

La vida es bella (1997), Casablanca (1942) o Salvar al soldado Ryan (1998) son ejemplos de películas que desarrollan una diégesis o universo muy concreto y, además, muy real y verosímil. Otras películas proponen diégesis menos reales como Los pájaros (1963), El señor de los anillos: la comunidad del anillo (2001) o Toy Story (1995). La diégesis es el concepto narrativo que nos permite definir el universo que se ha creado para la historia, con unas reglas que hacen la historia coherente, independientemente del realismo o no del universo imaginado.

Gordillo en su libro Manual de narrativa televisiva, define la diégesis como cada uno de los universos globales que una historia desarrolla (2009A, p. 43). Es decir, podemos encontrarnos más de una diégesis dentro de un mismo discurso. Así, por lo general, las lecturas o visionados, los sueños y los elementos oníricos introducidos en una historia suponen una ruptura diegética, ya que presenta otros mundos posibles (imaginarios) que difieren del real o diégesis principal. En este sentido, las películas La historia interminable (1984), La princesa prometida (1987), Origen (2010), Animales Nocturnos (2016) o La llamada (2017) plantean diversas rupturas diegéticas que confunden constantemente al espectador y que lo llevan por una exploración de mundos imaginarios (diferentes diégesis) que, en ocasiones, pueden incluso confundirse deliberadamente con la diégesis principal o real. En la serie Westworld (2016- ), las rupturas diegéticas son constantes y el desorden diegético que combina los sueños y los recuerdos hace muy difícil para el espectador distinguir qué es real y qué no. En este caso, la fragmentación diegética construye una historia menos clásica y requiere de un espectador más activo.

En el caso de La rosa púrpura de El Cairo (1985), Space Jam (1996) o la serie Érase una vez (2011- ), hay una fractura diegética que nos hace pensar en dos universos diferentes en cada una de ellas. En la película de Allen, el universo fílmico de una película se funde con el real y uno de los personajes abandona la pantalla. En Space Jam, tendríamos el universo o diégesis real y el universo poblado por los personajes de Warner Bros. Por último, en Érase una vez ocurre de similar forma, con un universo en el que cohabitan los personajes de los cuentos y otro que se identificaría con el mundo real. Durante un momento en ambas historias hay una fractura entre ambas diégesis y una convergencia entre ellas, permitiendo el trasvase de personajes entre dos diégesis diferentes.

De igual modo, los viajes en el tiempo, a otros universos, mundos o galaxias no tienen por qué suponer un cambio diegético. Así, citando a los personajes de la serie El Ministerio del Tiempo (2015- ): “El tiempo es el que es”. Es decir, si el discurso audiovisual nos presenta una historia que se desarrolla en diferentes momentos temporales o incluso se viaja a través de diferentes épocas históricas, seguimos encontrándonos dentro de la misma diégesis o mundo. De igual forma, en la película E.T. El extraterrestre (1982), no podemos plantear que existan dos diégesis diferentes por el hecho de que E.T. provenga del espacio exterior.

En el caso de sagas de películas como Los juegos del hambre (2012), podríamos hablar de diferentes discursos (cada una de las películas) que desarrollan diferentes historias (una por discurso) en una misma diégesis o universo compartido. Esto también podemos verlo en Gru: Mi villano favorito (2010) con Los Minions (2015) o en Buscando a Nemo (2003) con Buscando a Dory (2016). También está siendo un recurso muy habitual en ficción televisiva en los últimos años para construir una imagen determinada de la cadena y sus productos de ficción. De este modo, se están prolongando, o expandiendo diegéticamente, franquicias que ya han demostrado su éxito de crítica y audiencia y que desean extender y seguir ampliando su propio universo en otros discursos diferentes. Esto podemos verlo con Breaking Bad (2008-2013) y Better Call Saul (2015- ), The Walking Dead (2010- ) y Fear the Walking Dead (2015- ), las múltiples CSI, Padre de Familia (1998- ) y The Cleveland Show (2009-2013) o incluso el “Arrowverse”. Este universo, desarrollado originalmente por el canal norteamericano The CW, incluye las series Arrow (2012-2020), The Flash (2014- ) y DC´s Legends of Tomorrow (2016- ), además de las series de animación Vixen (2015- ) y Freedom Fighters: The Ray (2017- ). Este universo diegético que adapta el de los cómics y los personajes de DC se ha cruzado recientemente (compartiendo personajes) con el de la serie Supergirl (2015- ) de CBS y Constantine (2014-2015) de NBC. De este modo, lo que aparentemente eran tres diégesis diferentes, mediante una estrategia y sinergia comercial se ha fusionado en un único universo compartido.

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