Читать книгу Luces y sombras de una mentalidad ganadora - Sergio Montoya - Страница 14
Juegos de Suma Cero y Diferente de Cero:
ОглавлениеLa teoría de Juegos es bastante compleja y está apoyada en matemáticas que no son fáciles de entender, así que a riesgo de simplificarlo diré que se hizo más formal a partir de los trabajos de John von Neumann y Oskar Morgenstern en las épocas de la guerra fría y aunque tuvo una especial importancia en el área militar, su origen era específico del área de la Matemática aplicada, aunque luego sus implicaciones se hicieron evidentes en diversas disciplinas.
Para resumir la parte que nos interesa en este libro señalaré que hay dos tipos de juego:
Juego de Suma Cero (o Sumas a Cero)
Juego de Suma diferente de cero.
Los juegos de Suma Cero se refieren a que en un conflicto o una situación con dos partes enfrentadas la ganancia de una de las partes equivale a la pérdida de la otra parte. Se llama cero (o a cero) porque la suma (y la resta) de ganancias y pérdidas de ese conflicto da cero. Los ejemplos clásicos son los juegos deportivos o de apuestas. Hay ganadores y perdedores y la suma del resultado equivale a cero. Para entender esto, debes mirarlo por la suma (resta) de las cantidades perdidas, no por el marcador. Si un partido acaba 2-0, obviamente, la sumatoria no es cero. Pero no se trata del marcador. Se trata del resultado individual de la contienda mirado en relación. Esto quiere decir, en Teoría de Juegos, que si un partido acaba 2-0, un equipo ha sacado +2 y el otro equipo ha sacado -2.
Pero a partir de esta situación se encontró que también existían los juegos cuya suma de pérdidas y ganancias era diferente de cero. Se trata de modelos cooperativos principalmente donde no se puede establecer que la ganancia de una de las partes corresponde exactamente a la misma magnitud de pérdida de la otra parte. El debate no ha dejado de estar de moda, porque por ejemplo en una guerra, el bando ganador podría alardear de la derrota infringida, desde otros ámbitos del conocimiento y del avance social y de los derechos humanos en una guerra “pierden todos”.
De estas teorías se han sacado modelos de negociación donde se identifican por lo menos 4 posibilidades: 1) el modelo “yo gano, tu pierdes”; 2) el modelo “yo pierdo, tú ganas”; 3) el modelo “yo pierdo, tu pierdes”; y 4) el modelo “yo gano, tú ganas”.
Para poder desarrollar una Mentalidad Ganadora, y una vez conocidas algunas de sus posibles interpretaciones debemos hacernos a nosotros mismos la pregunta ¿qué significa ganar?
Hazte la pregunta: ¿Qué significa para ti ganar?
Una persona que vive en la calle puede sentirse un ganador sólo por el hecho de subsistir un día más; muchos “triunfadores” del mundo de los negocios, difícilmente verán a este hombre como un ganador. Sin embargo, es posible que la situación contraria también se dé, que una persona “perdedora” considere que ese ejecutivo exitoso, esclavizado por los márgenes de rendimiento y las cuotas de venta a cumplir, viva “encadenado”, estresado, angustiado y al no poder disfrutar de la vida sea considerado también un “perdedor”.
Un padre o una madre, que es capaz de sacar adelante a su familia a pesar de las dificultades, puede sentirse un ganador, pero muchos solteros ven en este proyecto social de vida, una forma de esclavitud o encarcelamiento, no lo verán de esta manera.
Para desarrollar una Mentalidad Ganadora es imprescindible entender por un lado que nuestra mente es capaz de grandes ideas, que esas ideas con las acciones estratégicas necesarias se convierten en realidades que hacen una diferencia y por el otro definir qué queremos entender por ganar.
Por supuesto, no quiero pecar de ingenuo y reconozco que el ser un “ganador” está asociado a la capacidad de generar, retener y multiplicar el dinero y con éste, las posibilidades de una mejor calidad de vida.
Lo que no está del todo claro es en qué dirección se consigue dicha alianza:
¿Eres un ganador en determinada área y eso te trae el dinero como una consecuencia más o menos lógica; o el hecho de tener talento para hacer dinero te hace ya un ganador o te da la base de inversión necesaria para convertirte en un ganador?
Por supuesto, pueden ser estas dos u otras combinaciones.
Los medios de comunicación nos muestran personas con aparentes o evidentes cualidades especiales que los hacen unos “ganadores”. Pero como ese es el objetivo de este capítulo tengo que relativizar esta evidencia.
¿Es ya ganadora una persona por el hecho de aparecer en televisión?
Por supuesto que no, aunque muchos de los que salen sí se puedan sentir así. No importa si el motivo es un chisme por una infidelidad o por estar acusados de un delito. Curiosamente, al parecer, salir en TV, te puede ayudar a que te sientas un triunfador ya que esa “fama” puede servir de trampolín para determinadas oportunidades.
Está claro que para muchas personas hacerse popular por cualquier vía puede dar una sensación de triunfo.
No puedo ignorar el gran “éxito” de audiencia (y por tanto de publicidad y por tanto de dinero) que ha tenido el formato televisivo “Big Brother”, Gran Hermano y sus variaciones. Ahora, si analizamos los valores humanos y las tácticas de relación que utilizan esos programas, ya sean reales o solo por alimentar el morbo de las personas que los ven, difícilmente podríamos colocar a estas personas (o al programa mismo) en el bando de los ganadores.
Desde el punto de vista psicológico, ser el centro de atención puede reportar sensaciones agradables, aunque sean conseguidas por razones poco válidas, sensibles o lícitas.
Una reflexión paralela a ésta tiene que ver con si ser ganador es igual a “ser popular” (en el sentido de los “Colleges” que muestran en las películas de Hollywood y la bidireccionalidad de estos fenómenos es también objeto de cuestionamiento:
¿Eres popular porque eres un ganador?
¿Eres ganador por el hecho de ser popular?
Como acabo de señalar, estoy hablando, entre otras cosas, del fenómeno social de las últimas décadas de las personas que se hacen famosas por ser famosas. No por algún mérito o hazaña especial sino simplemente por haber salido en televisión. Los conocidos “reality” son la causa de ella, donde una persona puede alcanzar la fama por mostrar ante las cámaras sus peores cualidades humanas. Luego sale del programa y es ovacionado por un público “forzado”, que nos hace sentir que estamos aplaudiendo a una persona muy importante cuando en realidad puede ser una persona déspota, desleal e incluso hasta maltratadora.
Otra pareja de frases que parecen estar unidas son “ser ganador es ser exitoso”. A pesar de que las definiciones nos pueden llevar a lugares distintos, en el lenguaje popular “Ser exitoso” y “Ser ganador” se utilizan como sinónimos. El “éxito” puede ser una experiencia puntual a partir de ciertas circunstancias. “Ser un ganador” puede significar una sucesión de éxitos que delimitan una determinada pauta en la consecución de resultados por parte de una persona. Aun haciendo estas diferencias, la palabra “ganar” también se puede utilizar para situaciones puntuales, así que para el interés de esta obra creo que es útil asumirlas como sinónimos, al igual que hacen la mayoría de personas. “Ser exitoso” igualmente es una sucesión de victorias o de objetivos alcanzados que determina la imagen que tenemos de nosotros mismos y la que proyectamos a los demás.
Entonces, pregúntate:
¿Qué es para ti ganar y ser un ganador?
¿Qué mentalidad debes desarrollar o reforzar para sentirte un ganador?
¿Tiene que ver con el nivel y calidad de vida que puedas alcanzar tú y tu familia?
¿Tiene que ver con alcanzar determinadas metas personales y profesionales?
¿Tiene que ver con una determinada cantidad de dinero en tu cuenta bancaria?
¿Tiene que ver con alcanzar determinado estatus y/o reconocimiento social?
¿Es una combinación de algunas éstas?
¿Pero si es una combinación de varios factores, una persona que gane un campeonato, pero que no le reporte una mejora económica, ni un incremento especial en el reconocimiento social… ¿Sigue siendo un ganador?
Otro aspecto a definir sobre qué es ganar para mi tiene que ver con determinar los valores que quiero que acompañen esa sensación ganadora. Ganar a toda costa. Ganar pasando por encima de cualquiera, incluso de personas que digo amar. Ganar usando cualquier estrategia, así sea ilícita o inmoral. Ganar haciendo trampas. Ya llegaremos a ello y haremos las reflexiones al respecto.