Читать книгу Luces y sombras de una mentalidad ganadora - Sergio Montoya - Страница 15
Ser una persona ganadora o tener una Mentalidad Ganadora
ОглавлениеEsta diferencia puede ser crucial para entender no solo este libro sino para poner en perspectiva tu propia mentalidad acerca del ganar o el perder.
¿Puedo tener Mentalidad Ganadora pero ser un perdedor?
La respuesta es sí.
¿Puedo tener una mentalidad perdedora y ser una persona ganadora?
La respuesta también es sí.
¿Puedo tener una Mentalidad Ganadora y ser un ganador?
La respuesta, por supuesto es sí.
¿Puedo tener una mentalidad perdedora y ser un perdedor?
Por supuesto que sí.
El que las respuestas a estas preguntas sean todas que sí, nos muestra una aparente paradoja y crítica a los “vendedores” de “todo lo que te propongas podrás conseguirlo”.
Una Mentalidad Ganadora no te garantiza que seas un ganador.
Los ejemplos son cientos. Muchos personajes de la historia que estarían muy distantes de considerarse con Mentalidad Ganadora, han hecho grandes contribuciones al mundo de la ciencia, la tecnología y las artes.
La depresión, la tristeza y el pesimismo han sido grandes fuentes de donde los escritores han sacado las más bellas piezas de la literatura. Según la historia, según los críticos, según sus lectores, han sido grandes personajes; estarían en la lista de ganadores en el arte de las letras, pero ellos y ellas mismas estarían en desacuerdo al considerar si han tenido una Mentalidad Ganadora. Por el contrario, algunos probablemente le achaquen su éxito a su mentalidad perdedora.
Entonces, si por un lado va la Mentalidad Ganadora y por otra los resultados, ¿tiene sentido desarrollarla como prerrequisito del éxito?
¿Puede una persona con una actitud derrotista “permanente” pensar en alcanzar algún éxito?
Recuerdo en este momento la frase atribuida a Einstein de “Los que dicen que es imposible no deberían molestar a los que lo están haciendo”.
La fórmula más sencilla sería afirmar que una Mentalidad Ganadora no te garantiza que seas un ganador, pero una mentalidad perdedora sí te multiplica las opciones de que seas un perdedor, independientemente de la evaluación externa.
Este aspecto de la evaluación externa no lo puedo dejar pasar por alto.
Muchas personas que en la historia las evaluaríamos en el bando de ganadores no tuvieron Mentalidad Ganadora. Han llegado a ese puesto porque a través del tiempo, la evaluación externa (jurados, críticos, opinión popular, mecenas, patrocinadores, investigadores) han rescatado esos aportes como de gran mérito.
Así que es posible que tú no tengas una Mentalidad Ganadora, pero la historia (incluyendo algo de suerte) puede ponerte de ese lado.
Y al revés también es posible. Personas que se han considerado ganadoras (y que intuyo que consideraban que tenían una Mentalidad Ganadora) pueden haber pasado a la historia como perdedores. Los dictadores podrían ser un buen ejemplo de esto.
¿Cómo evaluamos a los inventores y científicos que tenían una intención “mesiánica” con su trabajo y se dieron cuenta que la industria militar y los gobiernos utilizaron sus hallazgos para arrasar poblaciones enteras?
Esta es una gran lección que podemos aprender desde ya. Ese mensaje de que el futuro es de los “ganadores” no tiene por qué ser cierta. Muchas de las experiencias del futuro con las que nos tocará vivir son la consecuencia de las acciones de perdedores e incluso de personas con mentalidad perdedora.
La Mentalidad Ganadora es un marco que puede ser útil, o no, dependiendo del uso que cada persona le pueda dar.
Alguien puede decidir que le hace sentir mejor tener una Mentalidad Ganadora para enfocarse adecuadamente en sus objetivos, pero finalmente usar esa energía en convertirse en un prepotente egoísta que solo piensa en sus propios intereses.
Por el contrario, una persona puede no regirse por este marco de la Mentalidad Ganadora sino por otros como el de la cooperación y la solidaridad y decidir que no es posible ser un ganador sino se gana en conjunto con toda la sociedad. Ganar solo para sí, para el reconocimiento personal, ignorando el potencial daño que pueda haber causado en el camino, puede no considerarse en propiedad como ganar.