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CAPÍTULO V
MATERIAL Y FUENTES DE LOS SUEÑOS

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AL revelarme el análisis que el sueño de la inyección de Irma constituía una realización de deseos, se apoderó de nosotros un vivísimo interés por comprobar si con ello habíamos descubierto un carácter general del fenómeno onírico, y acallamos por el momento todas aquellas otras curiosidades científicas que en el curso de la labor de interpretación habían surgido en nuestro ánimo. Mas ahora, una vez llegados al final del camino que en aquella ocasión elegimos entre todos los que ante nosotros se abrían, podemos ya volver sobre nuestros pasos y escoger un nuevo punto de partida para proseguir en un distinto sentido nuestra exploración de los problemas del sueño, aunque de este modo perdamos de vista por algún tiempo el tema, no agotado aún, ni mucho menos, de la realización de deseos.

Desde que mediante la aplicación de nuestro procedimiento de interpretación onírica no es posible descubrir un contenido latente de los sueños, muy superior en importancia a su contenido manifiesto, tenemos que sentirnos incitados a examinar de nuevo uno de los problemas que el fenómeno onírico plantea, para ver si este nuevo conocimiento puede acaso procurarnos la solución de aquellos enigmas y contradicciones que mientras no conocíamos sino el contenido manifiesto de los sueños nos parecían inasequibles.

En nuestro primer capítulo expusimos detalladamente los juicios de los autores sobre la conexión de los sueños con la vida despierta y sobre la procedencia del material onírico. Recordemos ahora aquellas tres peculiaridades de la memoria onírica que, habiendo sido observadas por muchos, nadie había logrado aún esclarecer. Dichas peculiaridades eran:

1ª Que el sueño prefiere evidentemente las impresiones de los días inmediatos anteriores (Robert, Strümpell, Hildebrandt, Weed-Hallam).

2ª Que efectúa una selección conforme a principios diferentes de aquellos a los que se adapta nuestra consciencia despierta, recordando no lo esencial e importante, sino lo accesorio y desatendido.

3ª Que dispone de nuestras más tempranas impresiones infantiles, llegando hasta reproducir detalles de dicha edad que nos parecen nimios y que en nuestra vida despierta teníamos por olvidados hace ya mucho tiempo. Claro es que donde los investigadores han observado estas peculiaridades de la selección del material onírico ha sido en el contenido manifiesto.

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