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Yo te superviso

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Para qué. En esta etapa ya podemos trabajar con los niños la capacidad de supervisar la conducta de los demás y la suya propia, porque así practican la «reflexión de la acción», que es un aspecto fundamental para que realicen adecuadamente sus actividades cotidianas y les permite darse cuenta de los errores para corregirlos.

Cómo

1. Elegimos una actividad que pueda ser motivante, como contar las moneditas de la hucha antes de comprar algún premio (conviene tener en cuenta que, si el niño es muy pequeño, la capacidad para contar todavía es limitada).

2. Mientras nosotros vamos contando, tiene que supervisar que lo estemos haciendo correctamente (podemos equivocarnos a propósito para ver si lo está supervisando bien). El niño no puede decir si hemos contado correctamente o no hasta que termine de contar todas las monedas; así trabajamos también la capacidad de esperar hasta que llegue su turno.

3. Si ya tiene 5 o 6 años, podemos utilizar una hoja de comprobación para que vaya apuntando el número de monedas. Otra actividad es grabarles a ellos mismos contando para que después se vean y se supervisen ellos mismos.

4. Se pueden utilizar otras actividades en las que el niño pueda supervisar al adulto, como decir todos los dibujos de una lámina, recoger todos los juguetes de la habitación, etc.

Cuándo. Podemos hacer esta actividad cuando volvemos de hacer la compra para revisar las vueltas o cuando tengamos que contar cualquier otra cosa en nuestras rutinas cotidianas (por ejemplo, contar servilletas para poner la mesa).

El arte de educar jugando

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