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Adivina, adivinanza

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Para qué. Jugar a las adivinanzas permite a los niños comprender mejor el lenguaje, así como asociar ideas, razonar de forma lógica y, sobre todo, aprender a «leer entre líneas» estableciendo relaciones entre la información que les da la adivinanza y sus conocimientos previos. Aunque podemos jugar con ellos a las adivinanzas del modo tradicional (se trata de que les leamos adivinanzas y traten de averiguarlas), una manera de complicar el ejercicio para los niños de esta edad es pedirles que creen adivinanzas nuevas.

Cómo

1. Para que elaboren una adivinanza, les diremos que elijan un objeto que haya que adivinar. Por ejemplo, un paraguas.

2. El segundo paso será observar cuáles son las cualidades que mejor lo caracterizan. Por ejemplo, protege de la lluvia, es de tela, tiene un mango…

3. Después les pediremos que traten de encontrar palabras precisas que expliquen bien esas características y que ayuden a adivinar el objeto en cuestión. Por ejemplo, tiene una forma parecida a la de un paracaídas.

4. Posteriormente tienen que tratar de formular la adivinanza con las características básicas, pero con frases cortas y el menor número de palabras. Por ejemplo, «me llevan para la lluvia y me usan de techito, quedándome mojadito».

5. El último paso puede ser que digan la adivinanza a otras personas. Si la mayoría de las personas la aciertan, la adivinanza estará bien hecha. Si las personas contestan cosas distintas al paraguas, le pediremos que revise los pasos para hacer la adivinanza aún más clara.

Cuándo. Podemos utilizar este tipo de juegos en situaciones en las que tengamos que esperar para estar más entretenido, en viajes en coche, etc. También se puede utilizar en reuniones familiares o fiestas de niños.

El arte de educar jugando

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