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Оглавление1 Autocuración mediante técnicas de autoayuda
Breves comentarios antes de empezar
Técnicas de autoayuda para la liberación de los puntos gatillo
Una historia real
Vamos a empezar con una historia real. La madre de John F. Kennedy contaba que él había sido un niño muy enfermizo. Estuvo a punto de morir por la escarlatina poco antes de su tercer cumpleaños. A los cinco años tuvo la tosferina y la varicela, que le dejaron con una salud muy precaria. En la adolescencia, pese a practicar mucho deporte e intentar mantenerse sano, John desarrolló problemas digestivos y a los 14 años sólo pesaba 43 kilogramos. Finalmente se le diagnosticó una colitis y una celiaquía. También sufría de dolores de espalda. A los 17 años su padre estaba tan preocupado que le envió a la clínica Mayo en Rochester (Minnesota), donde le diagnosticaron la enfermedad de Addison de las glándulas suprarrenales (hipotiroidismo).
Con el tiempo, John desarrolló dolores musculares. Sus problemas empezaron después de que durante el servicio militar sufriera un accidente en la columna, a consecuencia del cual tuvo que someterse a cirugía mayor. Dado que la intervención fue sólo parcialmente exitosa, tuvo que recibir un tratamiento medico y llevar un corsé ortopédico, pero sus dolores iban de mal en peor; según su hermano, la espalda era «una fuente constante de dificultades». Conforme avanzaba el tiempo, ya no podía tocarse los dedos de los pies y ni siquiera podía atarse los cordones de los zapatos. En ocasiones tenía que utilizar muletas, y debía tomar medicación de manera permanente. Estos medicamentos le ayudaron durante un tiempo, pero dejaron efectos secundarios indeseados, como depresión, osteoporosis, dolor muscular crónico y espasmos musculares.
Janet y John
Cuando ya se encontraba en la treintena, un amigo le presentó a una médica «controvertida, pero brillante», la doctora Janet Travell, pionera en un nuevo tipo de tratamiento denominado terapia miofascial de los puntos gatillo. Le trató con regularidad y le recomendó utilizar taloneras y una mecedora para aliviar su dolor. Después de unas pocas semanas, John empezó a encontrarse mejor; por primera vez en su vida podía controlar y reducir el dolor. De hecho, el tratamiento de la doctora tuvo un «éxito tan profundo» que ayudó a John a conseguir y a mantener su maravillosa carrera: ¡una carrera que cambió el mundo!
Finalmente, John logró aliviar su dolor, que se había resistido a los médicos más eminentes; sus problemas eran mecánicos: sus músculos habían desarrollado puntos gatillo. El tratamiento de la doctora Travell era «natural», mecánico y simple; había sabido encontrar la forma de liberar los códigos ocultos del dolor dentro del sistema muscular. John agradeció públicamente el trabajo de la doctora Travell. Poco tiempo después de que se convirtiera en el presidente de Estados Unidos, nombró a Janet su «médica personal», la primera mujer y una de los pocos civiles que han ostentado este puesto. Hasta su muerte en 1987, a la edad de 95 años, la doctora Travell continuó explorando y desarrollando sus teorías y la ciencia en la que se basan los puntos gatillo. A lo largo del tiempo, su legado se ha ido investigando, perfeccionando y validando. Ahora ha llegado el momento de que nosotros podamos beneficiarnos de estas técnicas tan simples, pero tan potentes.
Figura 1.1: Mapa (posible) del dolor de John F. Kennedy. Erector inferior de la columna bilateral, glúteo mayor, menor o mínimo y medio a ambos lados; tensor de la fascia lata a ambos lados; gastrocnemio a ambos lados.
Figura 1.2: Fotografía de Janet Travell y John F. Kennedy; su historia de éxito más famosa. http://www.janettravellmd.org.
Breves comentarios antes de empezar
Puede haber muchos motivos por los cuales tenemos puntos gatillo, por lo que es importante considerar nuestros puntos gatillo en el contexto del resto del organismo. Hay que destacar que las técnicas presentadas en esta obra no sustituyen el tratamiento de un médico cualificado; pese a que las molestias y los dolores de los puntos gatillo son comunes, en ocasiones puede haber una patología subyacente. Siempre es recomendable que un médico cualificado o un fisioterapeuta con experiencia establezcan un diagnóstico correcto de la patología.
Dolor agudo y crónico
Los expertos estiman que los puntos gatillo miofasciales son la causa principal ¡en el 75-95 por ciento de los casos de dolor muscular! Por ello, si sabemos lo que significan los puntos gatillo y aprendemos a «apagarlos», es muy probable que podamos superar el dolor.
Los puntos gatillo se presentan por diferentes motivos; algunos de los factores más comunes que hay que tener en cuenta son:
• Postura con la cabeza en anteversión (patrón cruzado superior).
• Hombros redondeados (patrón cruzado superior).
• Ladear la cabeza (postura cuando hablamos por teléfono).
• Estrés por factores ocupacionales/ergonómicos.
• Estar de pie encorvado (patrón cruzado inferior).
• Sentarse encorvado (p. ej., delante de la pantalla del ordenador/ergonomía).
• Sentarse con las piernas cruzadas.
• Postura habitual y/o hábitos.
• Postura al conducir.
• Escoliosis.
• Hipermovilidad articular.
• Levantar/cargar pesos.
• Síndrome de la ATM.
• Síndrome del latigazo cervical.
• Acortamiento primario de la extremidad inferior (APEI).
• Actividad o deporte repetidos.
• Deficiencia crónica de vitaminas y/o minerales.
• Deficiencia de hierro e hipotiroidismo.
• Factores iatrogénicos (inducidos por la medicación).
En caso de dolor crónico o de larga duración se producirán compensaciones y adaptaciones en una serie de músculos de forma local e incluso en zonas alejadas de donde se localiza el dolor.
Los puntos gatillo pueden ser activos (dolorosos) o inactivos (latentes). También se pueden manifestar en músculos secundarios o como satélites en y alrededor de la vecindad del dolor primario. Pueden imitar patologías como angina, bursitis, prostatitis, apendicitis, cistitis, artritis, esofagitis, síndrome del túnel carpiano, enfermedad inflamatoria pélvica, diverticulosis, costocondritis, ciática y dolor por ataque cardíaco o biliar.
Puntos gatillo 101
El término punto gatillo fue acuñado en 1942 por la doctora Janet Travell para describir zonas o nódulos dolorosos que se sienten como bandas tensas en el músculo. Todos los puntos gatillo parecen tener las siguientes características:
• Dolor, a menudo especial, presente en un determinado punto.
• Nódulo sumergido en una banda tensa en el músculo.
• La presión reproduce los síntomas de dolor, con irradiaciones en una distribución específica y reproducible (mapa).
• El dolor no puede explicarse con los hallazgos obtenidos en un examen neurológico.
Una de las características más importantes de los puntos gatillo es que pueden encontrarse sumergidos en los músculos alejados de donde se siente el dolor. En parte, éste es el motivo del fracaso de muchos tratamientos. Con mucha frecuencia, en lugar de buscar el origen del dolor, los terapeutas y los médicos consideran el lugar donde duele. El punto gatillo acorta y engrosa el músculo que lo alberga y reduce su eficacia; esto puede dar lugar a una presión sobre nervios y vasos sanguíneos. Conocer los puntos gatillo y sus mapas nos ayudará a encontrar la fuente del dolor.
¿Cuáles son las características físicas de los puntos gatillo?
Nuestro idioma no es suficientemente sofisticado como para describir las sensaciones: lamentablemente, todavía no hemos desarrollado un vocabulario idóneo para clasificar lo que sentimos con nuestras manos. Teniendo en cuenta esta limitación, intentaremos clasificar los puntos gatillo según lo que sentimos:
• Nódulos pequeños del tamaño de una cabeza de alfiler.
• Nódulos del tamaño de un guisante.
• Bultos grandes.
• Varios bultos grandes unos cerca de los otros.
• Puntos sensibles sumergidos en bandas tensas de un músculo semiduro que sentimos como una cuerda.
• Bandas como cuerdas situadas una cerca de la otra como espaguetis parcialmente cocidos.
• La piel por encima de un punto gatillo está ligeramente más caliente que la piel circundante (debido a un aumento de la actividad metabólica/autonómica).
Miofascia
Imaginemos que somos una naranja. Nuestra piel es la fascia (superficial), repleta de pelos y receptores; la parte blanca y dura debajo de la piel es la fascia; las bolsas que rodean cada segmento son fascias (profundas), y si miramos muy detenidamente, el zumo de la naranja se engloba en bolsas de fascias incluso más pequeñas. En cierta medida, algo similar ocurre en nosotros: nuestra fascia está por todas partes. Envuelve y soporta los órganos, los huesos y los tendones. Cuando rodea los músculos, se denomina miofascia o fascia muscular. La fascia es un tejido vivo y tiene memoria; también contribuye al transporte y desplazamiento de productos químicos y de otras sustancias por el organismo. Cuando hablamos de «puntos gatillo miofasciales», nos referimos a un punto gatillo en un músculo específico y su fascia envolvente. Las miofascias conectan muchas zonas del organismo, por lo que, en ocasiones, se denomina tejido conectivo.
¿Qué es el tratamiento de los puntos gatillo?
El tratamiento de los puntos gatillo cubre una serie de técnicas destinadas a desactivar estos nódulos dolorosos. Muchos métodos son manuales y prácticos; pueden realizarse en casa con un compañero, o cuando estamos solos, utilizando «herramientas» para los puntos gatillo. En combinación con algunos cambios sencillos, mediante el tratamiento de los puntos gatillo es posible obtener resultados drásticos, inmediatos y sostenidos. Los objetivos de este tratamiento son simples:
• Identificar el(los) punto(s) gatillo correcto(s).
• Determinar cómo o por qué se manifiestan.
• Utilizar las técnicas apropiadas para desactivar el (los) punto(s).
• Desarrollar estrategias para prevenir que se reproduzcan.
La presión en los puntos gatillo:
• entumece y alivia el dolor en la zona tratada y en la zona del dolor percibido;
• atenúa las vías de retroalimentación del dolor;
• interrumpe el ciclo vicioso de dolor y espasmo;
• estira las estructuras tensas, lo que tendrá un efecto directo en otros tejidos;
• abre la bolsa miofascial que es como una envoltura de plástico que rodea, reviste y soporta los músculos;
• estimula el suministro de sangre y elimina el detritus y las toxinas;
• incrementa la liberación de los potentes agentes analgésicos, las denominadas endorfinas;
• afecta el sistema nervioso vegetativo/autónomo.
¿Qué es un mapa de dolor referido?
¡Atención! El dolor referido del punto gatillo no es lo mismo que un dolor referido al hombro por apendicitis o el dolor en maxilar/brazo asociado a un ataque cardíaco. Cuando mantenemos la presión en un punto gatillo doloroso durante 5-6 segundos, debe activarse parte del mapa o todo el mapa: de este modo, se deben reproducir nuestros síntomas (a menudo, en un lugar remoto a la zona presionada).
Figura 1.3: Patrones de dolor referido del ECM.
¿Qué es el sistema nervioso vegetativo (SNV)?
Nuestro SNV se ocupa de las funciones vegetativas, como el sudor, la digestión y la respiración. Los puntos gatillo pueden causar o contribuir a muchos síntomas desconcertantes del SNV como sudor, palidez de la piel, frialdad, piel de gallina, enrojecimiento, hipersudoración, mareo, dismenorrea, disfunción de la evacuación, otalgia (dolor de oído), congestión nasal y dificultades respiratorias.
Autotratamiento
El simple hecho de conocer lo que son los puntos gatillo y cómo pueden desencadenar el dolor resulta terapéutico. La reproducción de nuestro dolor en el contexto terapéutico prueba que no estamos «locos» y nos procura una poderosa herramienta de autoayuda. En mi opinión, es esencial reforzar a mis pacientes para que mejoren por sus propios recursos, ya que «el conocimiento es poder». Antes de empezar, debemos estudiar los músculos, conocer el proceso terapéutico y orientarnos.
El autotratamiento nos ayudará a conocer, gestionar y controlar nuestro propio dolor, en casa y sin terapeuta. Una vez que empezamos a familiarizarnos con el trabajo en los puntos gatillo, incluso podemos encontrar amigos, familiares o vecinos que quieran tratarse. ¡Quién sabe, algún día quizá llegamos a convertirnos en terapeutas!
A lo largo de este libro, basándome en mis largos años de experiencia, he ido indicando las técnicas de autoayuda y los estiramientos más eficaces.
¿Qué equipo necesitamos?
Debemos disponer de una cama (o camilla), aunque a veces es suficiente una tabla acolchada. Necesitaremos una crema o loción para la técnica de masaje de roce. También precisaremos algunas «herramientas de presión» para proteger dedos y manos.
¿Cómo sabremos que se trata de un punto gatillo?
Debemos buscar:
• Rigidez en el músculo afectado/huésped.
• Sensibilidad puntual (dolor preciso).
• Nódulo o banda tensa palpable.
• Presencia de dolor referido.
• Reproducción (precisa) de los síntomas.
• Posible pérdida de la elasticidad cutánea en la región del punto gatillo.
La zona afectada puede ser más húmeda o más caliente (o más fría) que los tejidos circundantes y puede asemejarse un poco al papel de lija.
¿Qué procedimiento debemos utilizar para la palpación? (véase la figura 4.1 en el capítulo 4)
• Yema de los dedos: no olvidar tener las uñas cortadas (cuanto más cortas, mejor).
• Dedos planos: utilizar la punta de los dedos para desplazarlas por encima de la piel sobre las fibras musculares.
• Palpación en pinza: pinzado del cuerpo del músculo entre el pulgar y los restantes dedos, haciendo rodar las fibras musculares hacia delante y hacia atrás.
• Palpación con mano plana: útil en la región abdominal (vísceras).
• Codo: permite una palanca más potente y más corta, lo que puede ser una ventaja clara.
¿Cómo debemos presionar/autotratar un punto gatillo?
Aquellos que ya han trabajado antes con los puntos gatillo, conocerán estas técnicas a la perfección. Los demás deben saber que hay dos técnicas muy sencillas, seguras y eficaces: 1) técnica de compresión isquémica (TCI), y 2) masaje de roce profundo (MRP).
¿Cuánta presión debemos aplicar?
Esto es algo que averiguaremos con la experiencia, pero como regla principal, cuanto más doloroso sea el tejido, más lenta y más profunda deberá ser la presión. En cualquier caso, las palabras clave son trabajar lentamente y a fondo. El masaje de roce profundo debe ser como apretar con suavidad un tubo de dentífrico para extraer la pasta.
Otro factor que determina la cantidad de fuerza que debemos aplicar es el tipo de musculatura (fibras fásicas tipo I/tónicas tipo II) y nuestra morfología. Estos aspectos influirán en la profundidad del tratamiento. Si nuestra constitución es «fuerte», debemos trabajar con bastante vigor, sobre todo en los músculos posturales. Si es más delgada, no necesitaremos aplicar tanta fuerza para provocar cambios en los tejidos (véase el capítulo 2).
¿Cuál es la dirección de la presión o la fuerza?
Es deseable aplicar una presión directa, constante y profunda en el nódulo o el punto gatillo tipo guisante. He intentado representar esto con la idea de una zona caliente; el núcleo del punto gatillo se encuentra en algún lugar dentro de esta zona. Siempre que sea posible, debemos encontrar la dirección de la presión que reproduzca el dolor exacto del que se queja el paciente. A menudo me sorprendo de que un leve cambio en la dirección de la presión cause un dolor totalmente diferente en otro lugar. Tenemos que indicar al paciente que nos avise cuando hayamos «llegado».
Figura 1.4: Zonas calientes.
¿Cómo podemos saber que hemos aplicado presión suficiente?
Hay que mantener el punto gatillo durante 6 segundos:
• Si el dolor disminuye con rapidez, continuar hasta que el punto gatillo se ablande o se evapore debajo de la presión.
• Si el dolor se mantiene o empeora, retirar la presión durante 15 segundos y volver a intentar.
• Repetir tres veces si es necesario.
• Si tras la tercera repetición no se desactiva el punto gatillo, tomamos nota de ello, dado que puede ser un punto secundario o satélite.
¿Qué debemos hacer después de haber liberado el punto?
Todo trabajo profundo debe seguirse de un masaje de roce superficial generalizado y suave. La zona en la que realizamos el trabajo profundo todavía puede seguir siendo dolorosa, pero no debemos evitarla. Esto ayuda a eliminar las toxinas inductoras del dolor de la zona y a estimular la reparación de la fascia.
¿Los puntos gatillo y los patrones de dolor referido son iguales en todas las personas?
Por lo general, sí. Sin embargo, alguna vez se desplazan en función del tamaño, la forma, el peso, etc. Estos factores modificarán la relación de grasa/músculo y moverán la posición de los puntos gatillo. Asimismo, tendrán un efecto en los planos de la fascia y, en consecuencia, en la localización de los puntos gatillo. De forma similar, los tejidos cicatriciales o queloides pueden provocar una desviación del patrón de tensiones miofasciales y, por ende, de la localización del punto gatillo.
¿Qué ocurre con el tipo de fibra muscular o su orientación?
Dependiendo de cuál es su localización en el cuerpo y cuál es su función, las fibras musculares se disponen en diferentes estructuras (véase la figura 2.4, capítulo 2). Esto permite que el músculo genere más fuerza o una fuerza más específica. Por ello, la localización de un punto gatillo central variará en función de la disposición de las fibras musculares en un determinado músculo. Por ejemplo, en el caso de una disposición multipennada de las fibras musculares, puede haber varios puntos gatillo en el centro de cada uno de los componentes funcionales.
¿Qué cremas o lociones podemos utilizar?
En general, es mejor evitar el uso de aceites que pueden hacernos resbalar una vez que hemos encontrado el punto de presión. Yo utilizo la crema clásica del recipiente azul de Nivea. Alternativamente, es suficiente utilizar crema de árnica o cremas acuosas naturales mezcladas con esencia de vitamina E (con cuchara de madera). También se pueden utilizar geles de Petroleum, polvos de talco o esencias para masaje si el paciente tiene alergia a la lanolina.
¿Cuál es la frecuencia del tratamiento?
En mi experiencia, la terapia manual de autoayuda debe efectuarse en tres sesiones suaves no más de una vez al día y preferiblemente con un intervalo de tres a cuatro días. Las pelotas, los rodillos o los ganchos deben utilizarse hasta 10 minutos por sesión y hasta seis veces al día.
Herramientas
Pese a que los dedos, los codos y los pulgares siguen siendo los instrumentos terapéuticos más utilizados, se han desarrollado una serie de herramientas de autoayuda para la manipulación de los puntos gatillo, como:
• Pelotas.
• Bastones o cañas.
• Knobbles.
• Sistema TOLA.
• Rodillos (espuma).
Cada una de estas herramientas tiene efectos terapéuticos diferentes. En general, están diseñados para aplicar presión sobre un punto gatillo específico o para el estiramiento de los músculos después del tratamiento. Se comercializan muchas herramientas y cada una de ellas tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
En lugar de las manos o los codos, podemos utilizar herramientas como las pelotas y el knobble para aumentar la presión y reducir el estrés de los dedos. Otras herramientas, como el Theracane y el sistema TOLA, nos permiten llegar a puntos de difícil acceso.
Las herramientas se pueden utilizar de pie, sentados, acostados o acostados lateralmente. Dado que es fácil sobreestimular un punto gatillo activo, debemos presionar con lentitud y suavidad hasta encontrar la presión correcta. Debemos mantener el punto hasta que se ablande o hasta que el dolor remita. Las herramientas de presión pueden utilizarse hasta seis veces al día, en función de en dónde se localiza el problema crónico.
Figura 1.5: Herramientas de autoayuda para la manipulación de los puntos gatillos, a) backnobber, b) pelota, c) rodillo de espuma, d) araña, e) knobble, f) rodillo, g) theracane, h) tola.
Para más información, visita la página web: www.nielasher.com.
¿Con qué frecuencia debemos tratar un punto gatillo con pelotas o ganchos?
Esto depende de lo agudo o crónico que sea el problema. En un punto gatillo crónico, podemos trabajar hasta seis veces al día: la constancia se verá recompensada. Un problema agudo puede requerir menos trabajo que uno crónico. Si consultamos con un médico experimentado, esto cambia. Sin embargo, quiero destacar que debido a una serie de factores, la frecuencia puede variar de un caso a otro.
¿Nos podemos lesionar?
Si identificamos el punto correcto y lo desactivamos con cuidado, la respuesta es: probablemente no. Puede haber cierto dolorimiento hasta 48 horas tras el tratamiento. Si el dolorimiento se mantiene o empeora, hay que interrumpir de inmediato el tratamiento y consultar con el médico.
¿Pueden producirse hematomas?
Si seguimos las instrucciones, no deben producirse hematomas, aunque si estamos en tratamiento con anticoagulantes, sí pueden presentarse. Con el tiempo y la experiencia, los hematomas son cada vez más raros. En mi experiencia, no es la profundidad (fuerza) del tratamiento lo que provoca hematomas, sino trabajar con demasiada rapidez (velocidad). Debemos intentar sentir los músculos y los nódulos dolorosos debajo de la piel. Las cremas y los comprimidos de árnica pueden reducir la incidencia y gravedad de los hematomas. Lamentablemente, hay personas que tienden más que otras a desarrollar hematomas.
Recomendación
Debemos intentar sentir los músculos y los nódulos dolorosos debajo de la piel e ir aumentando con lentitud la presión; no proceder con demasiada celeridad.
¿Pueden presentarse dolores o efectos secundarios después del tratamiento?
No es raro que durante 24 a 36 horas después del tratamiento sintamos dolores o molestias, aunque no está claro si esto se debe a los efectos del tratamiento o a efectos secundarios. Las reacciones al tratamiento son frecuentes y más fuertes tras la manipulación cervical. Si bien es bastante controvertido, estas reacciones están proporcionalmente relacionadas con la eficacia del tratamiento. Dichas reacciones pueden incluir otros síntomas asociados, como fatiga o sensación de «gripe», aumento de la micción, letargo y aumento de la somnolencia.
Estiramiento
Es recomendable efectuar estiramientos en el momento, cada hora, en el día del tratamiento y después tres veces al día durante varias semanas a varios meses. En donde corresponde, se presentan los diagramas de estiramientos de cada músculo.
Figura 1.6: Ejercicios de estiramiento del ECM.
Estilo de vida y dieta
Los estudios han demostrado que existen temas de salud subyacentes (como la deficiencia de ácido fólico, hierro, vitaminas y/o minerales) que pueden contribuir y perpetuar la actividad de los puntos gatillo. Cabe destacar que en presencia de nicotina los tendones no se reparan. Además, los estudios recientes han indicado que el estilo de vida moderno tiende a «infracargar» los músculos y los tendones, dando lugar a cambios grasos internos y a un aumento de la vulnerabilidad a lesiones. También hay otros factores, como los alimentos grasos y la exposición a radicales libres, que pueden tener un efecto nocivo en los tejidos blandos. La recuperación puede acelerarse con suplementos como, por ejemplo, omega-3, zinc, magnesio, hierro y las vitaminas K, B12 y C, así como el ácido fólico.
Protocolos NAT de autoayuda
Al final de cada sección muscular (capítulos 7-12) he incluido mis protocolos NAT estándar y añadido los «superpuntos gatillo». Si bien no hay un «modelo único» que sirva para todas las zonas del cuerpo, he incorporado los protocolos que han ayudado a miles de pacientes a lo largo de los años. Para más información sobre los superpuntos gatillo y sobre NAT, véase el capítulo 6.
¿Cuál es mi punto?
Al principio de cada una de las secciones musculares con sus correspondientes códigos de colores (capítulos 7 a 12), encontraremos una lista de control de los puntos gatillo regionales. Debemos leer con detenimiento estas páginas musculares (véase el índice en la página 239 para localizar los músculos indicados en la siguiente tabla) para comprobar si alguno de los mapas de dolor resultan familiares. La lista de síntomas de la tabla 1.1 (abajo) debe ayudarnos a delimitar la búsqueda.
Signos y síntomas | Posibles zonas de los puntos gatillo (PG) |
Acúfenos | Pterigoideos, maseteros, pterigoideo interno, esplenio de la cabeza, esternocleidomastoideo, temporal |
Anorexia | Recto abdominal |
Arritmia cardíaca | Pectoral mayor entre las costillas 5.ª y 6.ª, a medio camino entre el pezón y el esternón derechos (inactivar primero los PG esternales); pectoral menor |
Atrapamiento de la arteria radial | Pectoral menor |
Bruxismo (rechinar de dientes) | Temporal |
Calambre del escribano | Braquiorradial, extensores del antebrazo |
Calambres en la pantorrilla | Gastrocnemio |
Calambres en los dedos del pie | Extensores largos de los dedos de los pies |
Calambres en pulgar | Abductor largo del pulgar |
Cólico | Transverso del abdomen, recto abdominal |
Cólico abdominal | Recto abdominal, borde lateral periumbilical |
Congestión nasal y sinusal | Esternocleidomastoideo, pterigoideo externo o lateral |
Congestión/presión/obstrucción sinusal | Masetero, pterigoideos, áreas internasal y sinusal |
Debilidad de la rodilla | Recto femoral, poplíteo |
Debilidad del tobillo | Tibial anterior, peroneo |
Debilidad en muslos y pierna | Recto femoral |
Dedo en gatillo | Flexores de la mano y los dedos, vaina del tendón del flexor de los dedos |
Diarrea | Zona abdominal inferior, recto abdominal derecho inferior, transverso del abdomen |
Dificultad para subir escaleras | Erector de la columna, cuadrado lumbar, tibial anterior, sóleo, flexores largos de los dedos de los pies |
Dificultad para tragar | Largo de la cabeza, largo del cuello, pterigoideo interno, digástrico |
Disfunción de vías respiratorias superiores | Pectoral mayor (bronquios), intercostales |
Disfunción sexual femenina | Piriforme y rotadores laterales cortos; suelo de la pelvis |
Disfunciones vocales | Pterigoideos, músculos cervicales anteriores, digástrico, músculos laríngeos |
Disnea | Elevador de la escápula, escalenos |
Dispareunia (dolor en el acto sexual) | Piriforme, aductor mayor superior |
Distensión | Transverso abdominal, recto abdominal |
Dolor abdominal/ginecológico difuso | Recto abdominal inferior, aductor mayor superior |
Dolor con inquietud al estar sentado durante un tiempo prolongado | Glúteo mayor, piriforme, transverso perineal, ligamentos inguinales, ligamento sacrotuberoso |
Dolor en miembro fantasma | Tras la amputación, los PG en el músculo alrededor de la pierna, el brazo, el pecho o el órgano ausentes provocan dolor en la zona del tejido extirpado |
Dolor genital | Aductor mayor superior, transverso del abdomen |
Dolor tipo calambre (posterior) | Flexor largo de los dedos, tibial posterior |
Dolor tipo síndrome de la abertura torácica anterior | Escalenos, pectoral mayor, longísimo dorsal, redondo mayor y subescapular, pectoral menor, trapecio, elevador de la escápula, tríceps braquial |
Dolor y sensibilidad dental (frío, calor, presión) | Esternocleidomastoideo clavicular, trapecio, masetero, temporal, trapecio superior, digástrico, largo de la cabeza |
Dolor y/o dolorimiento al tragar | Pterigoideos, digástrico, largo de la cabeza, esternocleidomastoideo |
Dolor tipo calambre (anterior) | Extensor largo de los dedos, tibial anterior |
Drenaje del cuello | Pterigoideos, músculos cervicales anteriores, digástrico |
Elevación de la primera costilla | Escaleno anterior (puede causar o contribuir al síndrome costoclavicular) |
Enuresis nocturna | PG activos en la pared abdominal inferior |
Eructos | Abdominales (en especial recto abdominal), paraespinal torácico superior |
Estreñimiento | Abdominal, tal vez mesenterio, obturador interno |
Falta de atención | Recto de la cabeza anterior y externo |
Fascitis plantar | Músculos superficiales/profundos intrínsecos del pie |
Flatulencia | Abdominales |
Fotosensibilidad | Frontal, orbicular superior del ojo, esternocleidomastoideo esternal, recto de la cabeza |
Goteo postnasal | Pterigoideo, esternocleidomastoideo |
Hinchazón de la garganta | PG digástricos (imita la inflamación de los nódulos linfáticos) |
Hinchazón de la pierna | Piriforme y otros rotadores cortos externos; aductores largo/corto |
Hinchazón de las manos | Escaleno |
Hinchazón de pie y tobillo | Piriforme, sóleo |
Hiperacusia (hipersensibilidad auditiva) | Temporal, pterigoideo interno o medial |
Hipersensibilidad de los pezones/intolerancia a la ropa | Pectoral mayor (controlar ambos lados) |
Hipo | Contracción refleja del diafragma, úvula |
Impotencia | Piriforme y otros rotadores laterales cortos, nervio pudendo y atrapamiento vascular |
Incapacidad de bipedestación erguida | Psoas |
Incapacidad de estar sentado quieto | Glúteo mayor, obturador interno, aductor mayor superior |
Incontinencia urinaria y rectal | Obturador interno (ambos) |
Indigestión | Recto abdominal |
Inestabilidad de la cadera | Extensión del recto femoral y vasto superior intermedio |
Inestabilidad de la rodilla | Vasto interno, vasto externo |
Inestabilidad de los tobillos | Peroneo |
Intolerancia alimentaria | Transverso del abdomen |
Lumbago/dolor lumbar | Iliocostal lumbar, longísimo torácico, piriforme y otros rotadores externos cortos, erector de la columna, cuadrado lumbar, glúteo medio, psoas mayor |
Mareos en coche/barco | Esternocleidomastoideo |
Náuseas | Abdominales, paraespinales torácicos superiores, transverso del abdomen, temporal |
Obstrucción de oídos/pérdida de audición/hiperacusia/hipoacusia | Pterigoideos, masetero |
Ojo, dolor | Esternocleidomastoideo, occipital; largo de la cabeza |
Ojo, dolor detrás del | Temporal, occipital, trapecio |
Ojo, dolor profundo | Esternocleidomastoideo esternal |
Ojo, enrojecimiento | Frontal, orbicular superior del ojo, esternocleidomastoideo esternal |
Ojo, incapacidad o lentitud para levantar el párpado superior | Esternocleidomastoideo esternal con espasmo del orbicular del ojo |
Ojo, irritación, enrojecimiento | Esternocleidomastoideo, músculos extrínsecos de los ojos |
Ojo, presión explosiva en el | Esplenio de la cabeza |
Ojo, producción excesiva de lágrimas | Área frontal del temporal, temporal medio, esternocleidomastoideo esternal, frontal, orbicular superior del ojo |
Oscurecimiento de la intensidad de luz percibida | Esternocleidomastoideo |
Percepción alterada del peso de objetos sostenidos en la mano | Esternocleidomastoideo |
Pérdida de la fuerza de agarre | Infraespinoso, escalenos, extensores de la mano, braquiorradial, abductor corto del pulgar |
Peristaltismo intestinal doloroso | Obturador interno |
Pie caído | Tibial anterior |
Pinchazos en el flanco | Serrato anterior y/u oblicuo externo, diafragma |
Pirosis | Oblicuo abdominal externo superior, recto abdominal superior paraxifoideo, transverso del abdomen |
Plenitud/distensión abdominal/náuseas | Recto abdominal, en especial recto abdominal superior paraxifoideo |
Pulgar en gatillo | Vaina del tendón del flexor largo del pulgar |
Pulgar torpe (dificultad al escribir; abotonarse la camisa, etc.) | Aductor del pulgar, oponente del pulgar |
Reducción del volumen tidal | Serrato anterior, intercostales |
Reflujo | Oblicuo abdominal externo superior |
Restricción de la abertura maxilar | Masetero, muchos PG de zona; el cigomático mayor sólo puede causar la restricción de la apertura en 10-20 mm |
Retracción testicular | Multífidos |
Retracción testicular | Erector de la columna |
Rigidez palpable y sensibilidad profunda de la pared abdominal inferior | Nivel D9 del erector de la columna |
Rótula clavada | Vasto interno, vasto externo |
SATM (síndrome de la articulación temporomandibular) | Pterigoideo externo, masetero profundo |
SCI (síndrome de colon irritable) | PG rectales, abdominales (en especial oblicuos), multífidos medio y lumbar, suelo de la pelvis, aductor mayor superior |
Sensación de cuerpo extraño en la garganta | Largo del cuello, largo de la cabeza, digástrico |
Sensación de hinchazón ganglionar | Digástrico, esternocleidomastoideo, pterigoideos, cuello anterior |
Sensación de plenitud en el recto | Obturador interno |
Sensibilidad a ruidos y luz | Occipital |
Sialorrea (salivación excesiva) | Temporal medio |
Síndrome de enclavamiento del hombro | Serrato anterior |
Síntomas epilépticos tipo Petit mal | Recto de la cabeza mayor/menor |
Taquicardia, arritmia (incl. fibrilación auricular) | Pectoral mayor, intercostales, concomitantes vegetativos |
Tos seca | Convergencia del esternocleidomastoideo esternal y pectoral |
Vejiga, dolor vesical | Aductor mayor superior |
Vértigo | Esternocleidomastoideo, trapecio superior, esplenio de la cabeza, semiespinoso del cuello, temporal |
Visión borrosa/trastornos de la vista | Esplenio de la cabeza, músculos oculares; esternocleidomastoideo esternal, trapecio superior, orbicular ocular, masetero (visión cercana) |
Vómitos | Abdominales (en especial el recto abdominal) |
Vómitos explosivos | PG «botón de arcadas» en cualquiera de los lados, en o justo por debajo del ángulo de la 12.ª costilla |
Vulvodinia | Suelo de la pelvis, psoas, recto abdominal y obturador interno |
Tabla 1.1: Zonas de puntos gatillo y síntomas asociados (adaptadas de Starlanyl y Sharkey [2013]). Se enumeran en la siguiente bibliografía: Bezerra Rocha y otros (2008); Doggweiler-Wiygul (2004); Funt y Kinnie (1984); Qerama y otros (2008); Sharkey (2008); Simons y otros (1998); Starlanyl y Copeland (2001); Teachey (2004), y Travell y Simons (1992).
Técnicas de autoayuda para la liberación de los puntos gatillo
A efectos de esta sección, nos centraremos en dos técnicas, el masaje de compresión y el masaje de roce profundo. Estas técnicas se describen en el trabajo de Simons y otros (1998). En el capítulo 4 se comentan más técnicas.
Técnica de compresión inhibición
En esta técnica se localiza el núcleo del punto sensible, o punto gatillo. Cuando se comprime puede desencadenar un mapa de dolor referido específico (preferentemente reproduciendo nuestros síntomas). Esta técnica consiste en aplicar una presión directa, suave y sostenida en el punto.
PROCEDIMIENTO
1. Identificar el punto doloroso o punto gatillo en el que se va a trabajar.
2. Colocar el músculo afectado/huésped en una postura cómoda, en la que pueda relajarse y ser sometido a un estiramiento completo.
3. Aplicar una presión suave en el punto gatillo. Esta presión se irá aumentando de manera gradual hasta encontrar resistencia. Este momento se debe experimentar como incómodo y no como doloroso.
4. Aplicar una presión constante hasta observar una relajación o un reblandecimiento del punto gatillo. Esto puede tardar de varios segundos a varios minutos.
5. Repetir los pasos 3 y 4 aumentando gradualmente la presión en el punto gatillo hasta que remita por completo.
6. Para conseguir un mejor resultado, durante estas repeticiones se puede intentar cambiar la dirección de la presión.
Figura 1.7: Técnica de compresión inhibición.
Técnica de masaje de roce profundo
Este método sigue una técnica planteada por Travell y Simons (Travell y Simons, 1992; Simons y otros, 1998). Se trata de una técnica de lento roce profundo por encima de los puntos gatillo o puntos sensibles, y no de la compresión descrita en la técnica anterior. Esta técnica puede tener un efecto de desactivación, así como un efecto estimulante o tónico en el músculo huésped.
PROCEDIMIENTO
1. Identificar el punto gatillo y palpar la dirección de la fibra muscular.
2. Colocar al paciente en una postura cómoda, en la que el músculo afectado/huésped pueda ser sometido a un estiramiento completo.
3. Si fuera necesario, lubricar la piel (yo utilizo simplemente la crema Nivea del recipiente azul).
4. Identificar y localizar el punto doloroso/punto gatillo o la banda tensa.
5. Trabajar desde la inserción del músculo hacia su origen, realizando un masaje suave de roce con el pulgar/aplicador justo al lado de la banda tensa y reforzando con la otra mano. La sensación debe ser como cuando se aprieta un tubo de pasta de dientes. Este momento debe sentirse como incómodo y no como doloroso.
6. Mantener durante 10-15 segundos y después completar el resto del masaje de roce hacia el final del músculo.
Figura 1.8: Técnica de masaje de roce profundo.