Читать книгу 100 millones de Hair Ties y un Vodka Tonic (Latinoamérica y Estados Unidos) - Sophie Trelles-Tvede - Страница 8
Prefacio
ОглавлениеEstoy en el aeropuerto de Múnich haciendo cola mientras sostengo una carga muy preciada. Llevo esperando unos 20 minutos. Avanzo lentamente a medida que los otros pasajeros van cruzando el control de seguridad. Siento cómo una mezcla de nervios y emoción me atraviesa el cuerpo.
Hoy vuelo a Chicago. Tengo una reunión con un potencial cliente. Confío mucho en nuestros productos y presentación, pero este distribuidor está acostumbrado a colaborar con marcas muy establecidas, por lo que no va a ser una venta fácil.
A estas alturas soy una experta en hacer mi equipaje de mano para cualquier tipo de viaje; después de Chicago volaré a Ámsterdam y más tarde, a China, a supervisar la planta de producción y las próximas innovaciones y colecciones. A pesar de eso, la mayoría de mi maleta está ocupada por muestras de productos.
Finalmente, llega mi turno y coloco mi maleta en una gran bandeja plástica. Al cruzar el detector de metales, espero la llegada de mi maleta al otro lado de la cinta de rayos X, pero no llega. Parece que es algo sospechosa y debe ser revisada. Suspiro y espero al agente a cargo.
—¿De quién es esto? —pregunta un hombre uniformado, calvo y de mediana edad.
—Mío —contesto, mientras me inunda la idea irracional de que puedo haber empaquetado algún tipo de arma por error.
—¿Qué tiene aquí adentro? Se ve muy extraño en la máquina de ra- yos X —dice, mientras abre el cierre de mi maleta—. Pareciera llevar un montón de cositas serpenteantes apiladas una encima de la otra —me explica.
Cositas serpenteantes. Esa es una forma de decirlo.
—Eh, son hair ties1 —digo mientras él abre la maleta.
—¡Ah, sí! Me parecían familiares —dice, sonriendo—. ¡Esas gomas con forma de espiral que no dejan marcas en el cabello ni provocan dolores de cabeza! ¿Las que vienen tres en un cubo de plástico?
Me quedo mirándolo, francamente asombrada. Este tipo de seguridad, viejo y calvo, ¿sabe sobre mis gomas elásticas?
Mi nombre es Sophie Trelles-Tvede. En 2011, cuando era una estudiante de 18 años cursando el primer año de Administración en la Universidad de Warwick, inventé una goma elástica con forma de espiral a la que llamé invisibobble.
Entre mi cofundador, Felix, y yo invertimos en el negocio USD 4.000 (alrededor de 3.000 libras esterlinas), que es el equivalente a unos 1.350 vodka tonics de un bar estudiantil.
Por entonces no soñábamos ni de casualidad con que nuestra pequeña idea, nuestro minúsculo producto, podría convertirse en una marca global comercializada en peluquerías, farmacias de Norteamérica y Europa, lujosas tiendas departamentales, gigantescas empresas norteamericanas de mercado minorista, cadenas de moda, tiendas generales y de belleza, aeropuertos, cruceros y ¡hasta en las capas heladas de Groenlandia! (donde el transporte está a cargo de trineos tirados por perros). Jamás jamás imaginé que cambiaríamos para siempre la forma en que las hair ties se hacen, se promocionan y se venden.
Pero, de algún modo, lo hicimos. Desde que iniciamos, vendimos más de 100 millones de hair ties alrededor del mundo, en 85.000 puntos de venta repartidos en más de 70 países. Hoy facturamos decenas de millones de dólares al año, pero, sobre todo, cambiamos la categoría de accesorios para el cabello y el escenario de venta minorista para productos capilares.
Esta es la historia de invisibobble.
1. Cintas para el cabello. (N. del T.)