Читать книгу La Sombra Del Campanile - Stefano Vignaroli, Stefano Vignaroli - Страница 7
Introducción
ОглавлениеDespués de haber publicado tres novelas del género thriller/policíaco, me parecía casi imposible el abordaje de una novela histórica. Pero la pasión por la historia de mi ciudad fue la motivación adecuada idóneo para enfrentarme a este nuevo trabajo. Es obvio que personajes y hechos, a pesar de aprovechar acontecimientos históricos realmente documentados, son, en gran parte, fruto de mi fantasía. He querido dejar invariables los nombres de lugares y de familias importantes de Jesi, justo para conseguir que la narración sea lo más verosímil posible. Si he conseguido el propósito, el mismo de todos los escritores, de interesar al lector y hacer que permanezca pegado a la páginas del libro hasta la palabra fin, será el público quien lo juzgará. Yo lo he dado todo, compete a los lectores la ardua sentencia.
La trama se desarrolla en una Jesi renacentista, rica de arte y cultura, en la que están surgiendo nuevos y suntuosos palacios sobre los restos de la antigua ciudad romana.
La joven Lucia Baldeschi es sobrina del malvado Cardenal, tejedor de oscuras tramas con la finalidad de centralizar tanto el poder temporal como eclesiástico en sus manos. Lucia, muchacha dotada de una inteligencia especial, se hace amiga de un tipógrafo, Bernardino, junto al cual compartirá la pasión por el renacimiento de las artes, de la ciencia y de la cultura, que caracterizan al período en toda Italia. Tendrá que elegir por fuerza entre el deber obedecer a su tío, que la crió y educó en palacio ante la ausencia de sus padres, y el amor apasionado por Andrea Franciolini, hijo del Capitano del Popolo1 y víctima designada de la tiranía del Cardenal.
También se cuenta la historia a través de los ojos de Lucia Balleani, una joven estudiosa descendiente del noble linaje. En 2017, exactamente 500 años después de los hechos, ésta última descubre antiguos documentos en el palacio de la familia y reconstruye toda la compleja historia de la que se había perdido el rastro.
Stefano Vignaroli.